AXIOMAS HERMÉTICOS DEL KYBALIÓN


El último capítulo del libro El Kybalión (el capítulo 15) está compuesto por una serie de axiomas y pequeñas explicaciones para esclarecerlos.
 
 
« La posesión del conocimiento, a no ser que vaya acompañada por una manifestación y una expresión en la acción, es como el amontonamiento de metales preciosos, o sea una cosa vana y tonta.
 
El conocimiento como la riqueza están destinados a usarse. La ley del uso es universal, y aquel que la viola sufre por haberse puesto en conflicto con las fuerzas naturales»
(El Kybalión)
 
 
Las enseñanzas herméticas han sido cuidadosamente mantenidas en secreto en el corazón de sus afortunados poseedores por las razones ya expuestas anteriormente, pero nunca se pensó en mantenerlas siempre así.
 
La ley del uso está encerrada en dichas enseñanzas, como puede verse en el párrafo anterior, y si no se emplea y expresa, el conocimiento es una cosa vana que no puede aportar el menor beneficio a su poseedor ni a su raza. Por lo tanto guardémonos de toda avaricia mental y expresemos en la acción lo que hayamos aprendido.
 
Estudien los axiomas y aforismos, pero practíquenlos también.
 
Y a continuación damos abajo algunos de los más importantes axiomas herméticos de El Kybalión, con unos pocos comentarios añadidos a cada uno de ellos. Haced de éstos axiomas vuestros propios principios, y practicadlos y usadlos, pues no son realmente vuestros hasta que no los habéis usado.
 
Y el primero es.
 
« Para cambiar vuestro humor o estado mental, cambiad vuestra vibración. »
(El Kybalión)
 
Uno puede cambiar sus vibraciones mentales por medio de un esfuerzo de la voluntad, fijando deliberadamente la atención en un estado de ánimo más deseable, ya que la voluntad dirige la atención y la atención cambia la vibración. Por lo tanto cultivad el arte de la atención por medio de vuestra voluntad y habréis solucionado el secreto de la maestría de los humores y los estados mentales.
 
 
El segundo axioma es:
 
« Para destruir una frecuencia indeseable de vibración mental, poned en operación el principio de polaridad y concentraos sobre el polo opuesto a aquel que deseáis suprimir. Matad lo indeseable cambiando su polaridad. »
(El Kybalión)
 
Ésta es una de las fórmulas herméticas más importantes y está basada sobre verdaderos principios científicos. Os hemos mostrado que un estado mental y su opuesto son meramente los dos polos de una misma energía, y que por la transmutación mental, la polaridad podía ser invertida.
 
Este principio es conocido por los modernos psicólogos que lo aplican a la ruptura de hábitos indeseables ordenando a sus estudiantes concentrarse sobre la cualidad opuesta. Por ejemplo, si la persona está poseída de temor, no debe de perder el tiempo tratando de eliminar el temor, sino que lo que debe de hacer en cambio es cultivar la cualidad del coraje, y así paulatinamente el temor desaparecerá.
 
Algunos escritores han expresado esta idea muy fuertemente usando la ilustración de la habitación oscura y explicando que no tenéis que luchar contra la oscuridad, sino que meramente abriendo los postigos y dejando entrar la luz, la oscuridad desaparecerá.
 
Entonces para eliminar un defecto, concentraos sobre el polo positivo de esa misma energía y que es la cualidad inversa que le corresponde, y las vibraciones cambiarán gradualmente del polo negativo hacia el polo positivo, hasta que finalmente os volveréis polarizados en el polo positivo en vez de en el negativo.
 
Y lo inverso también es verdad, como muchos han hallado para su pesar, cuando se han permitido a sí mismos vibrar demasiado constantemente en el polo negativo de las cosas.
 
Así que cambiando vuestra polaridad podéis dominar vuestros humores, cambiar vuestros estados mentales, rehacer vuestra disposición y edificar el carácter. Y mucha de la maestría mental de los herméticos avanzados se debe a esta aplicación de la polaridad, que es uno de los aspectos más importantes de la transmutación mental.
 
Recordad el axioma hermético (acotado previamente) que dice:
 
« La mente (así como los metales y los elementos) puede ser transmutada, de estado a estado; de grado a grado; de condición a condición; de polo a polo; de vibración a vibración. »
(El Kybalión)
 
La maestría de la polarización es la maestría de los principios fundamentales de la transmutación mental o alquimia mental, pues salvo que uno adquiera el arte de cambiar su propia polaridad, será incapaz de afectar a su ambiente.
 
Y una comprensión de este principio le capacitará a uno para cambiar su propia polaridad, así como la de los demás, pero solo si le dedica el tiempo, el cuidado, el estudio y la práctica necesarios para amaestrar este arte.
 
El principio es verdadero, pero los resultados obtenidos dependen de la paciencia y práctica persistentes del estudiante.
 
 
Otro importante axioma es:
 
« El ritmo puede ser neutralizado por una aplicación del arte de la polarización. »
(El Kybalión)
 
Como hemos explicado en capítulos anteriores, los hermetistas sostienen que el principio de ritmo se manifiesta en el plano mental así como en el plano físico, y que por lo tanto la desconcertante sucesión de humores, sentimientos, emociones y otros estados mentales se debe a la oscilación hacia adelante y hacia atrás del péndulo mental, que nos lleva de un extremo de sentimiento hasta el otro.
 
Y los hermetistas enseñan también que la ley de neutralización le capacita a uno, hasta en una gran medida para superar esa operación del ritmo en la conciencia.
 
Como hemos explicado anteriormente, hay un plano superior de conciencia, así como también existe el plano inferior ordinario, y el maestro elevándose mentalmente hacia el plano superior hace que la oscilación del péndulo mental se manifieste en el plano inferior, pero el maestro residiendo en su plano superior, escapa a la oscilación de la conciencia que se produce en el plano inferior.
 
Y esto se efectúa polarizándose en su ser superior, y elevando así las vibraciones mentales del ego por encima de las del plano ordinario de conciencia. Es similar a elevarse por encima de una cosa, y por consiguiente permitir que esa cosa pase por debajo de uno, pero ya sin afectarnos.
 
Pues bien, de igual manera el hermetista avanzado se polariza en el polo positivo de su ser (el polo YO SOY) y ya no en el polo de su personalidad, rehusando y negando de esta manera la operación del ritmo, y se eleva por encima de su plano de conciencia, y poniéndose firme en su afirmación de mantenerse en un estado elevado, permite que el péndulo oscile en el plano inferior sin cambiar su polaridad.
 
Esto es llevado a cabo por todos los individuos que han conseguido cualquier grado de auto-maestría, sin importar que entiendan la ley o no. Y tales personas simplemente se rehúsan a permitirse a mismas ser osciladas hacia atrás por el péndulo del humor y la emoción, y afirmando firmemente la superioridad de su naturaleza elevada, permanecen polarizados en el polo positivo.
 
El maestro, por supuesto, consigue un grado de eficiencia mucho mayor, porque él entiende el proceso que está llevando a cabo y como, por medio de una ley superior, está sobrepasando la ley del ritmo. Y es así que con el uso de su voluntad consigue un grado de aplomo y firmeza mental casi imposible de creer por parte de aquellos que se permiten a sí mismos ser oscilados hacia adelante y hacia atrás por el péndulo mental de los humores y sentimientos.
 
Recordad siempre, sin embargo, que no destruís realmente el principio del ritmo, puesto que éste es indestructible. Simplemente superáis una ley contrarrestándola con otra, y mantenéis así un equilibrio.
 
Las leyes del equilibrio y el contra-equilibrio están en operación en los planos mentales, así como en los planos físicos, y una comprensión de estas leyes lo capacitan a uno para que parezca que estáis derribando la ley del ritmo, pero en realidad uno meramente está ejerciendo un contra-equilibrio.
 
Y es por eso que otro axioma dice:
 
« Nada escapa al principio de causa y efecto, pero hay muchos planos de causación, y uno puede usar las leyes del superior para superar las leyes del inferior. »
(El Kybalión)
 
Porque a través del entendimiento de la práctica de la polarización, los hermetistas se elevan al plano superior de causación, equilibrando así las leyes de los planos inferiores de causación. Y elevándose por encima del plano de las causas ordinarias, ellos se convierten ellos mismos (hasta cierto punto) en una causa en vez de ser un simple efecto.
 
Y siendo capaces de amaestrar sus propios humores y sentimientos, y siendo capaces de neutralizar el ritmo, como ya lo hemos explicado, ellos son capaces de escapar a una gran parte de las operaciones de causa y efecto que suceden en el plano ordinario.
 
Mientras que las masas de gente en cambio son arrastradas, obedeciendo inconscientemente a las voluntades y deseos de otros más fuertes que ellos, los efectos de tendencias heredadas, las sugestiones de aquéllos alrededor suyo, y otras causas externas, que tienden a moverlos sobre el tablero de ajedrez de la vida como meros peones.
 
Pero los hermetistas avanzados elevándose por encima de estas causas, ellos buscan un plano superior de acción mental, y controlando sus humores, emociones, impulsos y sentimientos, crean para sí mismos nuevos caracteres, cualidades y poderes por los que superan su ambiente ordinario y se convierten así prácticamente en jugadores en vez de meros peones.
 
Y tales personas ayudan a jugar el juego de la vida comprensiblemente, en vez de ser movida en este y aquel sentido por influencias más fuertes y poderes y voluntades. Usan el principio de causa y efecto, en vez de ser usados por ese principio.
 
Desde luego, incluso los más elevados están sujetos al principio tal como se manifiesta en los planos superiores, pero en los planos inferiores de actividad son maestros en vez de esclavos.
 
Como dice el Kybalión:
 
« Los sabios sirven en el superior, pero rigen en el inferior. Obedecen las leyes que vienen de por encima de ellos, pero en su propio plano, y en aquellos por debajo de ellos, rigen y dan órdenes. Y sin embargo, al hacerlo así, forman parte del principio, en vez de oponerse a él.
 
El hombre sabio se ajusta a la ley, y entendiendo sus movimientos la opera en vez de ser su esclavo ciego. Al igual que el nadador adiestrado se mueve en ese sentido y en aquél, yendo y viniendo como quiere, en vez de ser como un leño de madera que es llevado aquí y allá.
 
Pues bien, igual es el hombre sabio comparado con el hombre ordinario, y sin embargo tanto el nadador y el leño, así como el hombre sabio y el tonto, todos ellos están sujetos a la ley. Y aquel que entiende esto está bien sobre la ruta hacia la maestría. »
(El Kybalión)
 
 
 
En conclusión, llamemos de nuevo vuestra atención hacia el axioma hermético que dice:
 
« La verdadera transmutación hermética es un arte mental. »
(El Kybalión)
 
Y en el axioma de arriba, los hermetistas enseñan que la gran obra de influenciar el entorno de uno es llevada a cabo por el poder mental, ya que el Universo siendo completamente mental, se concluye que puede ser regido sólo por la mentalidad. Y en esta verdad ha de encontrarse una explicación de todos los fenómenos y manifestaciones de los diversos poderes mentales que están atrayendo tanta atención y estudio en estos primeros años del siglo XX.
 
Detrás de las enseñanzas dadas por las diversas escuelas esotéricas o religiones, permanece siempre constante el principio de la sustancia mental del Universo. Y si el Universo es mental en su naturaleza intrínseca, entonces fácilmente se deduce que la transmutación mental debe modificar y transformar las condiciones y los fenómenos del Universo, y que la mente debe ser el mayor poder que pueda afectar esos fenómenos.
 
Y si se comprende esta verdad, todos los llamados milagros y maravillas dejarán de tener puntos misteriosos, porque la explicación es por demás clara y sencilla
 
« El TODO es MENTE; el Universo es Mental. »
(El Kybalión)
 
 
Finis
 
 
 
 
 
 
 
OBSERVACIONES
 
Algunos instructores dicen que no hay que buscar permanecer todo el tiempo en el polo positivo, sino que hay que buscar adquirir el equilibrio entre los dos polos. Y en lo personal me inclino más por esta premisa porque la experiencia me ha enseñado que cuando trato de mantenerme todo el tiempo en el polo positivo, tarde o temprano la ley del ritmo me atrapa y me arrastra de nuevo hacia el polo negativo, y todavía con mayor fuerza debido a toda la presión que se ha ido acumulando.
 
Sin embargo, que nuestra conciencia puede permanecer en el polo positivo elevando enfocada hacia nuestra naturaleza superior como lo indica el método mencionado arriba, pienso que si es posible, pero también es mucho más difícil de efectuar de lo que parece, y es por eso que yo les recomiendo que mejor busquen nutrir el equilibrio.
 
Y aunque como lo pueden constatar, mi filosofía difiere, aún así estoy de acuerdo con este capítulo, excepto con el último párrafo, y es que el autor del Kybalión es muy propenso a darle demasiado valor al mental, lo cual es limitarnos ya que como se los expliqué en el capítulo 2 de este libro donde se detallan los siete principios herméticos; si bien nuestra mente es muy importante y es por eso que es primordial que aprendamos a dominarla, también es un hecho que nuestra mente solo es una parte de todo nuestro ser, y por consiguiente el último axioma debería más bien de decir:
 
« La Mente es una parte del TODO; y por lo tanto el Universo también tiene su parte Mental. »
 
Pero hay otras partes de nuestro ser y del Universo que son aún más importantes y que son nuestra espiritualidad y nuestra divinidad. Entonces concuerdo con que hay que aprender a controlar la mente y saberla utilizar, pero también hay que estar muy conscientes que la mente solo es un instrumento de esas partes superiores, y por lo tanto no debemos anclarnos solo en nuestro mental porque entonces estaríamos construyendo un muro que posteriormente nos impediría poder ascender todavía más.
 
 
 
 
 
 
 
 

 





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