En una
carta fechada el 17 de febrero de 1934, sobre este asunto Helena Roerich
escribió lo siguiente:
« No hay
ninguna duda que a su debido tiempo la Gran Hermandad selecciona una o dos
personas para la renovación de la conciencia humana y para introducir una nueva
categoría de la Enseñanza.
Este fue el caso con Blavatsky, y luego de su muerte, con
Francia La Due a través de quien el Maestro Hilarión daba su Enseñanza. Pero
desafortunadamente Francia La Due murió en 1923. Ella fue la fundadora de una
sociedad en California y también fue editora de la revista El Templo Artesano donde se publicaban los mensajes.
Pero repito que aparte de aquellos recipientes
principales que reciben el "Océano de la Enseñanza" como uno de los
Maestros solía decir, hay muchos otros a través de los cuales se dan pequeños
mensajes individuales, y sabemos de muchos libros pequeños, la mayoría escritos
automáticamente o más raramente por dictado. »
(Cartas de Helena Roerich I)
OBSERVACIONES
Aquí Helena Roerich está muy equivocada porque los
Maestros transhimaláyicos y sus verdaderos discípulos explicaron que la Gran
Hermandad solo envía nuevos mensajeros y mayores enseñanzas en el último cuarto
de cada siglo.
- Lo que implica que ni Francia La Due ni Helena Roerich fueron verdaderas mensajeras de los Maestros (como ellas lo pretendieron).
- Ni tampoco lo fueron los muchos otros embusteros que también pretendieron ser mensajeros de los Maestros como: Alice Bailey, Max Heindel, Guy y Edna Ballard, Mark y Elizabeth Prophet, etc.
- Ni tampoco lo son los muchos otros individuos (canalizadores, médiums, etc.) “a través de los cuales se dan pequeños mensajes individuales” por parte de los Maestros como lo afirmó Helena Roerich.
Y esto yo lo he confirmado después de analizar los libros
y mensajes dados por todos esos charlatanes ya que he constatado que sus
enseñanzas están llenas de errores y mentiras.
Y sobre este ciclo que la jerarquía planetaria debe de
respetar les detallo más al respecto en este otro capítulo (ver link.)
~ * ~
Y este
es un ejemplo más del charlatanismo de Helena Roerich.
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