(Este artículo fue
publicado en la revista “Theosophy”
de abril y mayo de 1897 y el texto original en inglés lo pueden leer aquí.)
Mesmerismo
es el nombre dado a un arte o a la exhibición de un poder que afecta a los
demás, y que tiene la capacidad de influenciar a la gente y su origen antecede
por mucho a cuando lo dio a conocer Anton Mesmer.
A
algunos de sus fenómenos se les llaman Hipnotismo y Magnetismo. Este último
deriva del hecho de que la persona sobre la cual se opera, algunas veces sigue
la mano del operador, como un imán atrae la limadura de hierro.
Varios
operadores hoy usan estos nombres, pero en realidad dicho arte se ha conocido
bajo diferentes denominaciones como “fascinación”,
“psicologizar”, etc., y dado que se
trata de un número muy extenso de nombres, es inútil enumerar la lista.
Anton
Mesmer fue quien divulgó el tema en el mundo occidental más que ningún otro, y es
por ello que su nombre está aún atado a ese asunto. Mesmer nació en 1734, y en
1775, obtuvo gran prominencia en Europa en conexión con sus experimentos y
curaciones, sin embargo como Madame Blavatsky escribió en su "Glosario Teosófico", él fue
simplemente un redescubridor de ese fenómeno.
La historia del
mesmerismo
En
realidad este tema ya se conocía desde numerosas centurias anteriores al
ascenso de la civilización europea, y además todas las grandes fraternidades
orientales, siempre poseyeron los secretos completos referentes a su práctica,
la cual aún hoy permanece desconocida del público en general.
Mesmer,
quizá sin revelar a los que estaban detrás de él, resultó ser con sus descubrimientos
un agente de ciertas fraternidades a las cuales él pertenecía, ya que
curiosamente sus promulgaciones tuvieron lugar en el último cuarto de siglo, y
lo que Mesmer hizo fue todo lo que era posible efectuar en aquel tiempo.
Pero
hay que remarcar que en 1639 (un siglo antes de Mesmer) en Europa se publicó un
libro acerca del uso del mesmerismo en la curación de heridas, y cuyo título
era: "El Polvo Simpático de Edricius
Mohynus de Eburo".
Estas
sanaciones, según se lee en ese libro, se pueden efectuar a distancia de la
herida gracias a la virtud o a la facultad directiva entre ésta y la
herida. Y lo que antecede es exactamente una de las fases del hipnotismo y del
mesmerismo.
Además,
los escritos del monje Uldericus Balk, procedían a lo largo de la misma línea,
como se lee en un libro de 1611 referente a la lámpara de la vida, en el cual
era posible curar las enfermedades de manera semejante.
Y
obviamente estos libros contienen mucha superstición, pero detrás de todas esa
agorería, es del mesmerismo de lo que están hablando.
Pero
desafortunadamente después de que la comisión de la Academia Francesa (que
incluía a Benjamín Franklin) pasó la sentencia sobre el asunto condenándolo, el
mesmerismo se desprestigió, sin embargo muchas personas en América lo
resucitaron adoptando diferentes epítetos para su trabajo y escribiendo muchos
libros al respecto.
Uno
de ellos, cuyo nombre era Dods, obtuvo mucha celebridad y en el período de
Daniel Webster, fue invitado a dar una conferencia sobre el tema frente a un
número de senadores americanos. Él llamó a su sistema “psicología”, pero en realidad era mesmerismo hasta en los detalles
concernientes a los nervios y a otras cosas semejantes.
Y
también en Inglaterra una cantidad de personas prestaron mucha atención al
asunto, pero como no eran científicos, no le dieron una reputación mejor que la
anterior, y en general la prensa y el público los consideraron charlatanes y al
mesmerismo un engaño.
Esta
era la situación hasta que las investigaciones de lo que hoy conocemos como
hipnotismo, volvieron a hacer resurgir el tema, y después de 1875, la mente
común prestó más y más atención a las posibilidades en los campos de la
clarividencia, clariaudiencia, trance, apariciones y cosas parecidas. Al grado
que incluso los doctores y otras personas que anteriormente desdeñaban estas
investigaciones, comenzaron a interesarse por ellas y siguen aún hoy
haciéndolo.
Por
lo que parece cierto que el mesmerismo (cualquiera que sea el nombre que se le
atribuya) seguramente seguirá atrayendo una atención siempre más creciente, ya
que es imposible adelantar mucho en los experimentos hipnóticos, sin considerar
los fenómenos mesméricos, obligándonos a investigar también en éstos.
En
Francia, el Barón Du Potet sorprendió a todos con sus fenómenos mesméricos, causando en los sujetos tantos
cambios como los que inducen los hipnotizadores. Y después de un cierto lapso y
la lectura de antiguos libros, adoptó un número de símbolos raros que según él
ejercían un efecto extraordinario sobre el sujeto y se rehusó a divulgarlos con
excepción de las personas vinculadas a un juramento.
Pero
esta regla fue violada y desde hace algunos años, sus instrucciones y símbolos
fueron publicados pretendiendo que su secreto consistía en una clave de ese
libro.
Sin
embargo yo que lo he leído, puedo asegurarles de que esos símbolos no tienen
ninguna importancia, y lo que pasa es que el barón era un hombre dotado de una
poderosa fuerza mesmérica natural, lo que le permitía inducir a sus sujetos a hacer
cosas que sólo pocos podían efectuar. Pero a pesar de ello, el barón murió sin
suscitar la atención del mundo científico en el asunto.
¿Cómo funciona el
mesmerismo?
La
gran interrogante sometida a discusión consiste en si el mesmerizador emite o
no algún fluido efectivo. Muchos lo niegan y casi todos los hipnotizadores
rehúsan admitirlo. Pero Blavatsky afirma la existencia de tal fluido y los que
pueden ver en el plano invisible aseveran que existe como una forma sutil de
materia.
Yo
creo que es verdadero y no contradice en absoluto los experimentos hipnóticos
ya que el fluido puede existir al mismo tiempo que las personas pueden auto-hipnotizarse
simplemente invirtiendo sus ojos mientras miran hacia un resplandeciente
objeto.
Este
fluido está parcialmente constituido por la substancia astral alrededor de cada
persona y por los átomos físicos en un estado sutilmente dividido.
Algunos
llaman aura a esta substancia astral,
sin embargo este término es algo confuso pues existen muchas clases de auras y
muchos grados de su expresión.
Por
lo que los detalles de esta substancia permanecerán desconocidos aún para los
teósofos dotados de una mente muy voluntariosa, hasta que la humanidad en
general se haya desarrollado lo suficiente para poder desvelar ese secreto. Así
que por el momento se continuará usando dicha
palabra.
Ahora
bien, el mesmerizador emite esta aura sobre el sujeto, el cual la recibe en un
área de su constitución interna que ningún experimentador occidental jamás ha
descrito ya que todos ellos ignoran de su existencia.
Pero
esto despierta ciertas divisiones internas y no físicas de la persona sobre la
cual se opera, causando un cambio de relación entre las varias y numerosas vestiduras que rodean al ser interno, y haciendo
posible diferentes grados de inteligencia, clarividencia y así sucesivamente.
Esto
no influye, ni mínimamente, sobre el Ser Superior (Atma-Buddhi) el cual es inalcanzable
por estos medios. Y es por eso que muchas personas se engañan al suponer que es
el Ser Superior el que responde, o algún espíritu o lo que no está presente,
sino que en realidad es simplemente nuestra consciencia corporal (por decirlo
así) la que habla, o mejor dicho: induce a los órganos de la palabra a realizar
su función.
Y
este es el punto en el cual el teósofo y el no teósofo se equivocan, ya que las
palabras expresadas, a veces trascienden la inteligencia común o el poder del
sujeto en estado de vigilia. Por lo tanto propongo someter parcialmente la teoría de lo que en realidad acontece (como
lo saben desde hace muchas edades los individuos capaces de ver con el ojo
interno) y como la ciencia un día lo descubrirá y admitirá.
Cuando
el estado hipnótico o mesmérico está completo (y a menudo cuando es parcial)
acontece una parálisis inmediata del poder corpóreo de emitir sus impresiones,
modificando entonces los conceptos del ser interno.
En
el estado de vigilia del diario vivir, cada individuo, siendo incapaz de
liberarse, está sujeto a las impresiones de todo el organismo, es decir que
toda célula del cuerpo, aún la más diminuta, tiene su propia serie de
impresiones y recuerdos que continúan interfiriendo sobre el gran registro que
es el cerebro, hasta que la impresión que permanece en la célula se haya
agotado completamente. Y tal agotamiento necesita un largo lapso de tiempo.
Además
como estamos continuamente agregándoles a ellas, se pospone de manera
indefinida el período de desaparición de la impresión. Así la persona interna
no puede hacerse sentir. Sin embargo en el sujeto apropiado, el mesmerismo
neutraliza momentáneamente estas impresiones corporales y de repente sigue otro
efecto que equivale como a aislar al general de su ejército, obligándolo a la
búsqueda de otros medios de expresión.
En
los casos en los cuales el sujeto habla, se ha dejado el cerebro
suficientemente libre, permitiéndole entonces obedecer a las órdenes del
mesmerizador, e induciendo a responder a los órganos de la palabra. Todo esto
es desde un punto de vista general.
Y
aquí hemos llegado a otra parte de la naturaleza del ser humano que el mundo
occidental y sus científicos desconocen. Por medio del mesmerismo se activan
otros órganos desconectados del cuerpo, mediante el cual funcionan en el estado
normal.
El
mundo no los acepta, sin embargo existen y son tan reales como el cuerpo; y los
que saben dicen que son más reales y menos sujetos al decaimiento, ya que
permanecen casi inalterados desde el nacimiento hasta la muerte.
Estos
órganos poseen sus propias corrientes (circulación si preferís) y métodos para
recibir y acumular las impresiones. Son aquellos que en un segundo aferran y
mantienen el más mínimo indicio de algún objeto o palabra que se le presenta al
ser en vigilia. Y tales órganos, no sólo conservan esas impresiones, sino que a
menudo las emiten, y cuando una persona está mesmerizada, el cuerpo no
obstaculiza la salida de tal indicio.
Dichos
órganos están divididos en numerosas clases y grados, y cada uno de ellos tiene
una serie completa de ideas y hechos suyos particulares y centros en el cuerpo
etéreo al cual están relacionados.
Ahora
bien, en lugar de ser el cerebro el que trata con las sensaciones corporales,
éste se ocupa de algo totalmente diferente, reportando lo que tales órganos
internos ven en cada parte del espacio al cual se dirigen.
Así,
en lugar de haber despertado al Ser Superior, se ha descubierto simplemente una
de las numerosas series de impresiones y experiencias que componen al ser
interno, el cual está muy distante del Ser Superior.
Normalmente
el gran ruido de la vida física (que es la suma total de la posible expresión
de un ser normal en el plano físico en el cual se mueve) domina estas
diferentes imágenes captadas de todos los extremos. Y es por eso que usualmente
ellas vislumbran sólo cuando tenemos ideas repentinas o recuerdos, o en los
sueños cuando las fantasías para las cuales no se encuentra una base en el
diario vivir llenan nuestro sueño.
Pero
tal base existe y está constantemente impregnándose de una u otra de las millares
de impresiones diarias que el cerebro no capta, pero que los otros sentidos de
nuestro doble astral las percibe infaliblemente, pues el cuerpo astral
compenetra al cuerpo físico, así como el color lo hace con una taza de agua.
Y
aunque según los actuales conceptos materialistas, no se reconoce que tal
cuerpo sutil exista y tenga poderes y órganos, en realidad los tiene todos, y aún
cuando sea invisible al ojo físico, bajo las condiciones apropiadas puede
ejercer una fuerza equivalente al viento (el cual también es invisible).
Por
lo tanto el cuerpo astral es el lugar en donde hay que buscar las explicaciones
del mesmerismo y del hipnotismo. Mientras que el Ser Superior es el Dios
interno que nos guía a lo largo del escarpado camino hacia la perfección.
Y
por consiguiente NO hay que degradar al Ser superior asociándolo con los
fenómenos mesméricos que cualquier ser humano saludable puede efectuar si sólo
lo intenta.
Porque
además, en caso de que el Ser Superior pudiera ser afectado por el mesmerismo,
eso significaría que la burda materia puede fácilmente influenciar y desviar al
Espíritu elevado, pero esto se opone al testimonio de las edades.
El mesmerismo visto
teosóficamente
Un
Paramahansa de los Himalayas escribió las siguientes palabras:
-
"La Teosofía es aquella rama del esoterismo que
muestra al Universo en la forma de un huevo."
Y
poniendo momentáneamente de lado el punto germinal en el huevo, tenemos cinco
divisiones principales que son: el fluido, la yema, la piel de la yema, la piel
interna del cascarón y el cascarón sólido.
El
cascarón y la piel interna pueden considerarse como uno, por lo que esto nos
deja cuatro partes que corresponden a las antiguas divisiones de la materia:
fuego, aire, tierra y agua.
Y
aproximativamente hablando, el ser humano está dividido de la misma manera y de
estas divisiones principales emergen todas sus múltiples experiencias en los planos
externos e introspectivos.
La
estructura humana tiene su piel, su sangre, su materia “tierra” que llamaremos
huesos por el momento, su carne y finalmente el gran germen que estando
revestido de materia grasa, se encuentra aislado en algún sitio en el cerebro.
- La piel incluye la mucosa, y a todas las membranas en el cuerpo, y a los revestimientos arteriales y así sucesivamente.
- La carne comprende los nervios, las llamadas células animales y los músculos.
- Los huesos están por su cuenta. La sangre tiene sus células, corpúsculos y el fluido en el que flotan.
- wwLos órganos como el hígado, el bazo y los pulmones, incluyen a la piel, la sangre y la mucosa.
Y cada una de estas divisiones y sus relativas subdivisiones, posee sus particulares impresiones y recuerdos, y todas juntas con el cerebro que sirve de coordinador, constituyen al ser humano como lo vemos en el plano visible.
Dichas
divisiones y subdivisiones, están íntimamente relacionadas con los fenómenos
mesméricos, aunque existen personas según las cuales es imposible que la
membrana mucosa o la piel, puedan brindar algún conocimiento.
Pero
a pesar de ese escepticismo, eso es un hecho ya que las sensaciones de cada
parte del cuerpo afectan a la cognición, y cuando las experiencias de las
células cutáneas o algunas otras, son las que prevalecen delante del cerebro del
sujeto, él traerá de aquellas (y sin que ambos lo realicen) todas sus
informaciones para el operador, expresándolas en un idioma que el cerebro puede
usar, siempre que no se alcance la condición sucesiva.
Esta
es la Doctrina Esotérica, y al final se descubrirá que es verdadera. Por que en
realidad millones de vidas constituyen al ser humano, las cuales, siendo
incapaces de actuar de por sí de manera racional o independiente, el individuo
extrae de ellas las ideas que, siendo maestro de todas ellas, las expresa,
junto a las ideas de planos superiores, en pensamiento, palabra y acción.
Por
lo tanto en el primer paso del mesmerismo, se debe tener presente este factor,
pero actualmente las personas lo ignoran y no pueden reconocer su presencia,
sino que el interés se concentra totalmente en la rareza del fenómeno.
Los
mejores sujetos, emiten relatos confusos porque las numerosas experiencias de
las partes de su naturaleza que he mencionado, las cuales ansían constantemente
ser oídas, distorsionan las variadas cosas que ven. Y cada operador está seguro
que éstas pueden desviarlo, si él no es un experto vidente.
El
siguiente paso, nos conduce a la región del hombre interno, no me refiero al
ser espiritual, sino al astral, que es el modelo a lo largo del cual se
construye la forma física. La persona interna es la intermediaria entre la
mente y la materia, y al captar las órdenes de la mente, induce a los nervios
físicos a la acción y por consiguiente al cuerpo entero.
Los sentidos astrales
Todos
los sentidos astrales tienen un lugar correspondiente en esta persona, y cada
uno de ellos tiene un radio de acción mil veces superior al de sus
representantes físicos, ya que los sentidos de la vista, el oído, el tacto, el
gusto y el olfato externos, son simplemente instrumentos crasos que los internos
usan, y en cuanto de por sí mismos no podrían hacer nada.
Esto
es evidente cuando por ejemplo, cortamos la conexión con el nervio óptico, pues
el ojo interno no puede conectarse con la naturaleza física y está incapacitado
para ver un objeto colocado antes de la retina, aunque el sentir o el oír, si
no están interrumpidos, pueden aprender que clase de objeto es.
Pues
bien, bajo ciertas condiciones, estos sentidos internos pueden percibir hasta
cualquier distancia, prescindiendo de la posición o del obstáculo. Sin embargo
no pueden ver todo, ni están siempre capacitados para comprender correctamente
la naturaleza de cada cosa que perciben, ya que a veces, se les presenta algo
con lo cual no están familiarizados.
Además,
a menudo relatan haber visto lo que el operador desea que vean, y dando así en
realidad informaciones no confiables. Y es que siendo los sentidos astrales (de
cualquier persona) su herencia directa de encarnaciones anteriores, y no el
producto de la herencia familiar, estos sentidos no pueden trascender su propia
experiencia, la cual limita entonces su capacidad de conocer, no importando
cuan maravillosa aparezca la acción de dichos sentidos a el que está usando
sólo los órganos sensorios físicos.
En
una persona ordinaria y sana, dichos sentidos astrales están inextricablemente
relacionados con el cuerpo, y limitados por el aparato que este suministra
durante el estado de vigilia. Pueden actuar de manera un poco independiente
sólo cuando el individuo está durmiendo o se encuentra en un estado
mesmerizado, de trance, o bajo la disciplina más severa.
Durante
el sueño, estos sentidos astrales viven otra vida además de aquella que están
obligados a vivir por medio de la fuerza de las necesidades del organismo en un
estado de vigilia. Y también pueden actuar cuando el fluido mesmérico paraliza
al cuerpo, ya que las impresiones en las células físicas están inhibidas.
El mecanismo de la
mesmerización
El
fluido mesmérico causa esta parálisis fluyendo del operador y penetrando
constantemente en todo el cuerpo del sujeto, alterando la polaridad de las
células en cada parte, y desconectando al ser externo de aquel interno. Y como
todo el sistema de nervios físicos es simpático
en cualquiera de sus ramificaciones, al afectar un grupo importante de nervios,
el resto (mediante imitación) cae en la misma condición.
Por
lo tanto a menudo acontece que los brazos o las piernas de individuos
mesmerizados se paralizan repentinamente sin que se opere sobre ellos de manera
directa. O con frecuencia sucede que la sensación debida al fluido, se sienta
primero en el antebrazo, aún cuando el único lugar tocado haya sido la cabeza.
Esta
parte del proceso, contiene muchos secretos que no divulgaremos pues, con la
correcta intención, se puede mesmerizar a un sujeto siguiendo lo que ya se sabe
públicamente. Pero en un conocimiento más oculto por medio de ciertos puntos
ubicados cerca de la piel, es posible alterar en un instante todo el sistema
nervioso, aún mediante un sutil aliento de la boca a una distancia de algunos
metros del sujeto. Lo libros modernos no presentan esto.
Y
al completarse la paralización y la alteración de la polaridad celular, el ser
astral se halla casi desconectado del cuerpo. ¿Tiene alguna estructura? ¿Cuál
mesmerizador lo sabe? ¿Cuántos probablemente negarán que tenga alguna
estructura? ¿Es él simplemente algo nebuloso, una idea? Sin embargo ¿cuántos
sujetos tienen un entrenamiento adecuado para poder analizar su propia anatomía
astral?
La estructura del
cuerpo astral
La
estructura del ser astral interno es definida y coherente, pero no es posible
tratarla de manera satisfactoria en un artículo, pero podemos delinearla
aproximativamente, dejando que los lectores llenen los detalles.
Como
el cuerpo físico tiene una espina dorsal que es la columna sobre la cual él se
sostiene, con el cerebro encima, así el cuerpo astral tiene su espina y cerebro
astrales. Sigue siendo materia ya que lo constituye la materia sutil (astral) y
por consiguiente no son de la naturaleza del espíritu.
Antes
del nacimiento pero después de que el niño ha alcanzado su madurez en la
matriz, estos órganos en su estado físico ya se encuentran establecidos,
coherentes y duraderos, y desde aquel día hasta la muerte, experimenta solo una
pequeña alteración.
Pues
bien lo mismo acontece con el cerebro astral, el cual permanece inalterado
hasta la muerte física. y a diferencia de su contraparte física, no emite
células que cada hora son remplazadas por otras. Por lo tanto, estas partes
internas son más permanentes que aquellas externas correspondientes a ellas.
Nuestros
órganos, huesos y tejidos materiales, experimentan cambios a cada instante.
Pasan siempre por aquello que en la antigüedad llamaban: "la disolución
constante y momentánea de unidades de materia menores". Y por lo tanto, en cada mes acontece un
cambio perceptible mediante la disminución y el incremento.
Pero
en cambio esto no sucede con la forma interna, la cual se altera sólo de vida
en vida, ya que está construida en el momento de la reencarnación para durar
todo el lapso de su existencia en la Tierra. Es el modelo que las actuales
proporciones evolutivas establecen para el cuerpo externo. Es el colector de
los átomos visibles que constituyen nuestro aspecto externo.
Por
lo tanto, al nacimiento es potencialmente de un cierto tamaño y al alcanzar
este límite, detiene la ulterior extensión del cuerpo, haciendo posible lo que
hoy conocemos como un peso o una estatura común.
Y
al mismo tiempo el cuerpo interno mantiene en forma aquel externo, hasta el período
de decaimiento, el cual es seguido por la muerte y no depende meramente de la
desintegración corporal, sino que se ha alcanzado el término del cuerpo astral,
cuando no puede más mantener la forma externa intacta. Y al agotarse su poder
para resistir el impacto y la guerra de las moléculas materiales, entonces sobreviene
el sueño de la muerte.
Ahora
bien, como en nuestra forma física el cerebro y la espina son el centro de los
nervios, en el astral, se hallan los nervios que se ramifican del cerebro y de
la espina dorsal internos a lo largo de toda la estructura.
Estos
están relacionados con cada órgano en el cuerpo visible externo. Tienen una
naturaleza más parecida a las corrientes que a los nervios, según entendemos la
palabra, y podemos llamarlos “astral-nervios”.
Se mueven en relación con los siguientes grandes centros del cuerpo externo: el
corazón, la concavidad de la garganta, el centro umbilical, el bazo y el plexo
sacral.
Y
en este caso, de pasada, podríamos preguntar acerca de los mesmerizadores
occidentales ¿qué saben ellos del uso y del poder del centro umbilical?
Probablemente
contestarán que no tiene ningún uso, y en particular después del nacimiento.
Sin embargo según la verdadera ciencia del mesmerismo, se debe aprender aún
mucho en lo concerniente a tal punto y en los lugares apropiados hay una gran
cantidad de testimonios referentes a los experimentos y usos de dicho centro.
La
columna espinal astral tiene tres grandes nervios de la misma clase de materia.
Podemos llamarlos senderos o canales a lo largo de los cuales las fuerzas se
mueven y fluyen, permitiendo así al ser interno y externo mantenerse erecto,
moverse, sentir y actuar. Y al describirlos, corresponden exactamente a los
fluidos magnéticos, es decir, son respectivamente positivos, negativos y
neutros, y su equilibrio regular es esencial para mantener el juicio.
Cuando
la espina astral alcanza al cerebro interno, los nervios se alteran y se hacen
más complejos con un gran orificio en el cráneo. Por lo tanto mediante estas
dos grandes partes de la persona interna, los otros múltiples grupos de nervios
parecidos se relacionan con varios planos de la sensación en los mundos
visibles e invisibles. Y todos estos constituyen “el actor personal interno” y
representan el lugar para buscar la solución de los problemas expuestos por el
mesmerismo y el hipnotismo.
Y
al separar por medio del mesmerismo a este ser interno del cuerpo externo al
cual está atado, lo privaremos temporáneamente de la libertad, convirtiéndolo
en el esclavo del operador. Sin embargo
los mesmerizadores, saben muy bien que el sujeto puede sustraerse, y a menudo
se sustrae al control, sorprendiéndolos y asustándolos. Todos los mejores
escritores occidentales lo atestiguan.
Los limites del
mesmerismo
Ahora
bien, dicho hombre interno no es absolutamente omnisciente, y como dijimos
anteriormente, su experiencia limita su comprensión, por lo tanto si durante el
trance mesmérico confiamos en sus relatos en lo referente a lo que necesita un
conocimiento filosófico, el error podría insinuarse furtivamente con excepción
de casos raros, los cuales son tan poco frecuentes que no necesitamos
considerarlos ahora.
Por
lo general, los operadores, y especialmente los que no aceptan la antigua
división de la naturaleza interna humana, ignoran el límite de la capacidad de
conocimiento del sujeto, y el efecto del operador sobre los sensorios internos
descritos anteriormente.
El
efecto del operador consiste casi siempre en influir en los relatos del sujeto.
Tomemos
un ejemplo: imaginemos un mesmerizador que mesmeriza a una mujer muy sensitiva
la cual nunca estudió filosofía.
El
mesmerizador había decidido efectuar una investigación en lo concerniente un
cierto procedimiento relativo a los demás y a las argumentaciones necesarias. Y
para hacer eso el mesmerizador poseía una carta de un pensador muy definido y
positivo, mientras que el mesmerizador no tenía las ideas muy determinadas al
respecto, y es por ello que antes de actuar consultó a la sensitiva.
Y
ella después de haber entrado en trance, el mesmerizador comenzó la hacerle as preguntas
concernientes y le presento las ideas de ese pensador que ella ignoraba, pero
lo hizo de una manera tan fuerte que el mesmerizador influenció a la sensitiva.
Por
lo tanto,
¿Qué confianza
podemos colocar en los videntes inexpertos?
Porque
además, todos los sujetos mesméricos que tenemos actualmente son muy inexpertos,
debido a que desconocen los aspectos más ocultos del mesmerismo y los cuales se
mantienen secretamente guardados en las antiguas escuelas esotéricas que
anteriormente les estuve hablando.
Y
en este artículo no es necesario entrar en los procesos del experimento
mesmérico, ya que existen muchos libros que los tratan, sin embargo, después de
haber estudiado el asunto durante 25 años, me di cuenta que los mesméricos
actuales se limitan simplemente a copiarse recíprocamente y que todas las
direcciones, con fines prácticos, pueden escribirse sobre una sola hoja de
papel.
Pero
existen muchos otros métodos aún más eficientes que se enseñaron en la
antigüedad y que dejaremos para otra ocasión.
Cid porque se me hace tan difícil comprender todo esto del esoterismo, porque los maestros hicieron que todo esto sea tan difícil de entender para los que buscamos la verdad y diras( y dirás que para que estoy aquí si no entiendo nada) pero me gusta mucho tu blog pero a veces me desespero de no entender nada y digo para que y te dejo de leer varios días pero siempre vuelvo otra vez.Tu blog lo encontré porque buscaba algo mas, no creía lo que me decían las personas sobre el tema de la muerte, talvez si no hubiera pasado lo que pase jamas sabría de todo esto aunque para suerte sincera hubiera podido encontrarla de otra manera y no haber pasado por esa terrible experiencia, la verdad siempre me ha gustado eso de ayudar a alguien mas y cuando tenia buena comunicación con dios( y digo tenia porque aun estoy en conflicto con el) le decía que quería ser diferente a los demás, yo no quería tener siempre esos sentimientos que tenemos la humanidad de envidia , rencor , odio etc.. yo quería liberarme de todo eso sin pensar que después vendría mi desgracia y con ello esos sentimientos aumentaron Y mi meta es que algún día me liberare de todo eso , se que es un camino sumamente difícil pero ya estoy aquí y aunque a veces e querido tirar la toalla hay cosas, palabras, frases que resuenan en mi cabeza y siempre estoy pendiente de haber que articulo publicas aunque no lo entienda, en fin lo volveré a leer las veces que sea necesario e investigare también por otros lados espero tener la paciencia para no desistir. Gracias por todo tu esfuerzo cid un abrazo!!
ResponderBorrarCuando abordas una nueva disciplina, te cuesta trabajo comprenderla porque esta disciplina utiliza vocabulario y conceptos nuevos, pero una vez que ya te has familiarizado, el asunto se vuelve mucho más sencillo.
BorrarHola. Me gustaría recomendarle la lectura de dos pequeños libros: El primero es -El Océano de la teosofía- de William Judge; y el segundo es -La Clave de la Teosofía- de Helena Blavatsky. Con estos dos libros podrá familiarizarse con los conceptos filosóficos base que propone la teosofia y así cualquier lectura posterior acerca de estos temas le serán mucho mas fáciles de comprender. Saludos.
ResponderBorrarGracias, en particular me gusta mucho la lectura así que tratare de conseguir esos libros saludos!!
Borrar¿cid soy hombre tengo 19 años mido 168 cm y me gustaría saber si conoces una manera de crecer de estatura?
ResponderBorrarpuedes trabajar y hacerle la operación que te rompen los huesos de la pierna y creces como 10 centímetros o más, es cara
BorrarVisualización creativa pero el proceso es muy lento
Borraresta mal si quiero aprender tecnicas de mesmerismo?
ResponderBorrarel chikung, el yoga y el reiki son mesmerismos?
Yo pienso que no pero te vuelves responsable de lo que hagas con esas técnicas. El chi-kung y el yoga no son mesmerismo, pero en cambio el Reoki si es un tipo de mesmerismo curativo.
BorrarCid! Gal Gadot está rodando la segunda parte de Wonder Woman (relativamente) cerca de donde vivo :D Está en Fuerteventura. Saludos.
ResponderBorrar