CONTACTOS DE FRANZ HARTMANN CON EL MAESTRO KUTHUMI



En una carta, el Dr. Franz Hartmann relató dos eventos misteriosos que le sucedieron:

« Salí de la ciudad de Wadhwan el 15 de febrero de 1884 en compañía de Madame Blavatsky y su empleado Baboo y el chela Mohini M. Chatterjee. Estábamos en camino a Bombay, volviendo de una visita a Su Alteza, el Thakore Saheb de Wadhwan.

Unas horas antes de que comenzáramos el viaje, Madame Blavatsky había leído un artículo que había escrito y había corregido algunas palabras y me lo había devuelto.

Leí cuidadosamente el artículo para ver las correcciones que había efectuado, pero solo encontré algunas palabras corregidas. Entonces doblé el papel, lo puse en mi libro de bolsillo, y guardé el libro de bolsillo dentro de mi portafolio, el cual cerré con llave, y entré en el vagón y puse el portafolio en mi asiento donde nunca me abandonó y nunca estuvo fuera de mi vista.

Comenzamos el viaje y Madame Blavatsky estaba en el mismo compartimento que yo. Hacia la tarde, ella me pidió que le dejara ver el artículo de nuevo. Lo saqué de mi portafolio y desdoblé el papel, y cual fue mi sorpresa al encontrar en el artículo cuatro largas líneas escritas en un espacio que antes estaba en blanco, con la letra bien conocida de nuestro Maestro, y en un tipo de tinta diferente al que utilizaba Madame Blavatsky.

¿Cómo pudo el Maestro escribir eso mientras que la carta estaba dentro de mi portafolio y con el temblor que producía el trén?  Es algo que no pretendo explicarlo.


Otro incidente ocurrió cuando yo me encontraba solo. En la mañana del 20 de febrero recibí una curiosa medalla tibetana de nuestro Maestro por medio de Madame Blavatsky quien me la dio. Y luego la acompañé a bordo del barco de vapor en el que ella navegaría hacia Europa.

A mi regreso entré en una tienda de joyería nativa y compré un medallón para guardar ahí la medalla, pero no pude encontrar una cadena lo suficiente larga para mi propósito. Luego volví a mi habitación y estuve dando pasos mientras analizaba qué podía hacer con respecto a la cadena, y finalmente llegué a la conclusión de que compraría una cinta de seda rosa.

¿Pero dónde conseguirla?

Ya que yo no sabía dónde comprar esa cinta en Bombay.

Y así estaba reflexionando cuando mis pasos me trajeron de nuevo frente a la ventana que estaba abierta, y allí, justo en frente a mí, en el suelo yacía exactamente una cinta de seda nueva y exactamente como yo la quería.

Franz Hartmann.
Bombay,
21 de febrero de 1884»

(Esta carta fue imprimida en el suplemento de la revista Theosophist de abril de 1884, p.65)





Y posteriormente el Dr. Franz Hartmann escribió una nota para aclarar las ideas erróneas que tenían los espiritistas con respecto a Blavatsky y los Maestros:

« Para responder a las continuas insinuaciones de la revista "La Luz" de Londres y de otros de nuestros amigos espiritistas que insisten en creer que los llamados “fenómenos ocultos” son producidos por “espíritus” a través de la “mediumnidad” de Madame Blavatsky.

Yo les afirmaré que estos fenómenos han continuado a pesar que Madame Blavatsky ya no se encuentra aquí en el cuartel general debido a que ella partió hacia Europa.

Ella salió de Bombay el 20 de febrero de 1884, y desde ese momento yo he personalmente recibido tres de las conocidas “cartas ocultas” con la letra familiar de los Maestros, y una de ellas (de KH) se encontraba encerrada en un sobre con caracteres tibetanos.

La primera de estas cartas la recibí el 22 de marzo a través de la forma astral de un chela alto, la segunda la recibí el 1 de abril y fue escrita en una hoja de papel en blanco sobre una mesa, y la tercera contiene información muy importante sobre un tema, información que fue confirmada seis semanas después, y esta ultima carta fue transmitida a mí a través de Damodar K. Mavalankar el 28 de abril.

Y además de las cartas, muchos otros fenómenos han sucedido, mientras que ninguno de quienes nos encontramos aquí en la sede central ha mostrado ningún síntoma de ser un médium. »

(Esta nota fue imprimida en el suplemento de la revista Theosophist de julio de 1884, p.99-100)






Y posteriormente el Dr. Franz Hartmann le hizo una declaración a la Sociedad para la Investigación Psíquica detallando más sobre esas cartas que recibió por parte de los Maestros mientras que Blavatsky se encontraba en Europa.

Y dicha declaración a continuación se las transcribo:

« Algunos de los fenómenos ocultos que he presenciado los he narrado en la revista de la Sociedad Teosófica (“The Theosophist”) y también en mi folleto titulado: “Un informe de las observaciones hechas durante una estadía de nueve meses en la sede de la Sociedad Teosófica en Adyar”.

Y además de las cartas mencionadas en estas publicaciones que les acabo de señalar, he recibido varias cartas más del Maestro Kuthumi y otros Maestros y sus Discípulos, pero como el contenido de la mayoría de esas cartas son de carácter confidencial, y como a nadie le gusta presentar su correspondencia privada a la vista del público, solo puedo referirme a la recepción de dicha evidencia adicional, pero sin dar los contenidos de la cartas recibidas.

Además la mayoría de esas cartas no tienen fecha, y como su aparición se volvió tan frecuente como para formar casi parte de los incidentes habituales de mi vida cotidiana durante mi estancia en la sede de la Sociedad Teosófica en Adyar, dejé de prestar importancia cuando aparecían porque todo lo que sucede solo una vez en la vida puede considerarse asombroso, pero si las cosas más maravillosas suceden continuamente, la maravilla y el asombro cesan.

Y lo que me interesaba a mi no era tanto el hecho de que tales cartas aparecieran de forma tan enigmática sino más bien la inteligencia en su contenido.

Madame Blavatsky dejó Bombay el 20 de febrero. La acompañé a bordo del barco de vapor, y después de mi regreso a la orilla ocurrió un incidente que lo he descrito en la revista The Theosophist [es el incidente con medallón].

Luego de Bombay fui a Poona y me quedé dos días con el Sr. A.D. Ezekiel. El Sr. Ezekiel es un gran escéptico y me hizo prometer que si ocurría algún fenómeno oculto después de mi regreso a la sede, se lo haría saber. Por lo tanto, cuando poco después de mi regreso recibí una carta del Maestro Kuthumi, le escribí al Sr. Ezequiel al respecto.

Pero después de sellar mi carta para él, ocurrió otro fenómeno. Por lo que tuve que abrir mi carta nuevamente para agregar la nueva ocurrencia. Y luego puse mi carta en la bolsa de correo, pero después nuevamente ocurrió otro incidente oculto, y como consecuencia tuve que volver a abrir mi carta por segunda vez.

Y desde entonces durante los últimos siete meses y en la ausencia de Madame Blavatsky, he recibido muchas cartas ocultas, y estas llegaron de varias maneras.

  • Una carta era del Maestro Kuthumi, la cual me fue entregada por Damodar, quien la recibió en mi presencia por parte de un Chela en su forma astral.
  • Otra carta estaba encerrada en un sobre tibetano y escrita por otro Maestro, y esta la encontré sobre mi escritorio cuando después de un momento de ausencia volví a mi habitación.
  • Otra carta fue escrita por un Chela y aprobada por el Maestro Kuthumi, y esta la encontré en mi caja de tabaco, que un momento antes no contenía nada más que tabaco, y no había nadie visible en la habitación excepto Damodar y yo.
  • Otra carta la encontré en un cajón que no contenía ningún documento cuando lo abrí, pero cuando estaba a punto de cerrarlo, yacía esa carta en él, y no había nadie en la habitación excepto yo.
  • Y también recibí cartas de Damodar mientras él se encontraba en Ootacamund, a lo que se agregaron anotaciones y comentarios del Maestro Kuthumi,
  • Y también en las cartas que recibí de Madame Blavatsky y el Coronel Olcott, otro Maestro también añadió sus anotaciones.

Intentar entrar en todos los detalles sería inútil, porque estas cartas no vinieron con el propósito de dar fenómenos de prueba bajo condiciones científicamente preparadas.

Su autenticidad descansa en la percepción de los sentidos de quien los presencia y de su propio sentido común, experiencia y discriminación, pero su recital no puede condenar al escéptico pendenciero.

Por lo que lejos de desear convencer a tales escépticos, ni siquiera considero deseable que estén convencidos, y por consiguiente solo expongo los hechos, habiéndome ustedes solicitado que lo haga, y si el público los creerá o no, es totalmente irrelevante para mí.

Respetuosamente.

FRANZ HARTMANN, MD. »

(Fuente: Primer Informe del Comité de la Sociedad de Investigación Psíquica, designada para investigar la evidencia de los fenómenos ofrecidos por ciertos miembros de la Sociedad Teosófica, Apéndice 37, p.122-123, Londres, 1884)







Y en su autobiografía, el Dr. Franz Hartmann dio más detalles sobre sus experiencias en Adyar:

« Yo, como otros, recibí numerosas “cartas ocultas” escritas por los Maestros del Himalaya.

Vi como esas cartas se formaban repentinamente en el aire, o se encontraban inesperadamente sobre la mesa o en cajones cerrados, y generalmente contenían instrucciones para el manejo de los asuntos de la Sociedad Teosófica.

Algunas cartas estaban escritas con tinta roja, otras con tinta azul y otras con tinta verde, y usualmente aparecían cuando se necesitaba algún consejo.

Estas cartas no fueron recibidas bajo condiciones de prueba, pero sí aparecieron de manera milagrosa, y aunque existía la posibilidad de que algún cómplice las hubiera puesto en secreto, esta teoría la descarté por completo ya que si antes tenía alguna duda con respecto a la posibilidad de la “precipitación” de tales cartas desde el plano astral o de la formación de objetos físicos con la ayuda de los poderes mágicos, el siguiente acontecimiento sirvió para eliminar todas mis sospechas al respecto.

Cuando Madame Blavatsky viajó a Europa, antes de irse ella me regaló un recuerdo que provenía del Maestro, era una especie de amuleto en forma de moneda con inscripciones en letras tibetanas. Y luego yo la acompañé a Bombay para que tomara el barco de vapor y luego regresé a mi habitación.

Y mientras estaba solo en mi habitación en Bombay, estaba caminando dentro del cuarto pensando en comprar una cadena de oro o algo para llevar ese amuleto alrededor de mi cuello. Y en ese momento pensé que una cinta de seda serviría muy bien para ese propósito, y mientras meditaba sobre ella, algo revoloteó en el aire y cayó al suelo ante mis pies.

¡Y era una cinta de seda de color rosa con la longitud requerida y con los extremos ya cosidos y lista para usar!

Y la cinta no desapareció después como suele suceder con los objetos en las sesiones espiritistas porque la llevé por muchos meses conmigo.

Y de otros fenómenos que ocurrieron en ese viaje, solo mencionaré que mientras viajaba en el ferrocarril con Madame Blavatsky, ella me pidió que le mostrara un manuscrito que yo había escrito esa mañana y que estaba guardado en mi portafolio.

Lo saqué y se lo entregué. Ella lo examinó sin mover las manos, pero cuando me lo devolvió, vi que se le habían añadido algunos comentarios en tinta negra de forma misteriosa.

Madame Blavatky y Coronel Olcott estuvieron ausentes durante más de nueve meses de Adyar, y durante todo ese tiempo las “cartas ocultas” continuaron apareciendo; cayeron del techo o fueron encontradas en cajones de escritorios cerrados. Por lo que es muy improbable que Madame Blavatsky haya tenido algo que ver con la redacción de esas cartas. »

(Extractos de su autobiografía publicados en la revista Occult Review de enero de 1908, p.24-27)




6 comentarios:

  1. Tiempo atrás Vi en un artículo que dijiste que en el esoterismo con la suficiente energía uno es capaz de hacer lo que le vengan mente entonces eso significaría que con la suficiente fuente de energía uno sería inmortal fisicamente?

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    1. Dije que con la suficiente energía podías hacer prácticamente todo lo que quisieras, pero también hay límites y uno de ellos es la inmortalidad física. Pero también ¿para que quieres quedarte eternamente en el mundo físico? ¡Cuando en el mundo divino hay una existencia mucho más increíble!

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  2. Cid gracias por este blog, me ha ayudado mucho en el camino a mi despertar espiritual, tengo una pregunta¿Personalmente has tenido alguna evidencia de la existencia de los maestros?

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    1. En dos ocasiones he escuchado alguien responderme en mi interior y algunas veces he sido muy auxiliado, pero no podría asegurarte que esos seres que me han ayudado sean los maestros.

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  3. Hola cid, me gustaría saber que piensas de franz hartmann? Piensas que el contenido de sus libros son buenos? Me pregunto si sus contenidos tienen alteraciones como esos de la "neo teosofia"
    Un cordial saludo sid, bendiciones :)

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    1. Me parece que fue un sincero investigador pero todavía no he leido bien sus libros para poderte dar una opinión profunda al respecto.

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