LA VIDENCIA AFRICANA



Sobre este tema, el conocedor en magia africana, Miad Hoyora Korahon, mencionó lo siguiente:
 
« La videncia efectuada por los practicantes de la magia Obeah, por lo que he sabido, se efectúa rara vez. Pero cuando ocurre es un proceso similar al de la visión de la bola de cristal que se practica en el Occidente, aunque aquí en las Indias Occidentales se procede dibujando un círculo de tiza sobre una mesa dentro de la cual se coloca un recipiente con agua.
 
Y alrededor del círculo, el Obeahman inscribe curiosas figuras de tiza, o jeroglíficos, en los que se colocan alternativamente pequeños huesos humanos y algunas especies de conchas.
 
Luego el Obeahman se concentra observando en el agua y observa lo que está sucediendo en otros lugares distantes, y también puede mirar hacia atrás y hacia adelante en el tiempo.
 
Pero lamento que mi información sobre este punto sea tan escasa, ya que me gustaría saber mucho más sobre la forma y el efecto de las figuras de tiza, y de los huesos y las conchas. Y cuando pueda trataré de averiguar más al respecto.
 
Lo que en cambio si puedo decirles es que existía una forma de videncia mucho más impresionante en el pasado, la cual ya se ha perdido pero que el Padre Labat relató en sus escritos, y a continuación les transcribo dos casos que él mencionó:
 
 
« En 1698, una de nuestras trabajadoras negras estaba enferma desde mucho tiempo por una enfermedad desconocida para nuestros médicos, y como yo sospechaba que se trataba de un veneno lento, le prohibí que tomara cualquier medicamento de nadie más, excepto de nuestro propio doctor.
 
Una noche me avisaron que había un brujo negro en su choza dándole un tratamiento (a pesar que yo se lo había prohibido). Por lo que inmediatamente decidí ir a verla y ahuyentar a ese individuo.
 
Al acercarme a la puerta de la choza, me detuve y miré a través de un hueco lo que estaba sucediendo. Y vi a la mujer tendida en el suelo sobre una estera, mientras que el brujo negro estaba de rodillas ante una figurita de barro que se encontraba en un pequeño altar en medio de la choza, y a la cual él parecía rezarle con mucho fervor.
 
Después de un rato, el brujo tomó una media calabaza en la que había un poco de fuego y le puso un poco de resina (Bursera Balsamifera) y postró la media calabaza ante el ídolo. Y después de varios incensamientos y postraciones, se acercó a la figura de barro y le preguntó si la mujer negra se recuperaría o no.
 
Yo logré escuchar la pregunta pero no la respuesta. Sin embargo la mujer negra y varios negros que estaban más cerca que yo, si oyeron la respuesta e inmediatamente comenzaron a llorar.
 
Entonces abrí la puerta y entré con otros cinco o seis que se habían juntado conmigo y ordené que el hechicero y también algunos de los espectadores que no pertenecían a nuestro pueblo fueran apresados. Tomé la figura, el incensario, la bolsa de medicinas y toda la parafernalia que el brujo había traído, y le pregunté a la mujer negra por qué lloraba.
 
Ella me respondió que el diablo le había dicho que ella moriría dentro de cuatro días, y que había oído su voz salir de la pequeña figura. Y los otros espectadores afirmaron lo mismo.
 
Pero para desengañarlos, yo les dije que era el brujo quien había hablado con esa voz falsa, y que si el diablo hubiera estado allí para contestarle, entonces también le habría advertido de mi presencia e intención de atraparlo.
 
Luego hice que agarraran al brujo y le di numerosos latigazos. Él gritó como loco y nuestros trabajadores negros me rogaron que lo dejara partir, pero les contesté que los brujos no sentían dolor y que solo gritaba para burlarse de mí. Luego hice que me trajeran un asiento, puse la figura sobre él y le dije al brujo que rezara al diablo para que lo liberara de mis manos y que se llevara la figura; y que si no lo hacía entonces le daría más latigazos.
 
Los negros que ahora estaban todos reunidos, temblaron y me dijeron que el diablo me mataría, y ellos estaban tan convencidos de esa estupidez, que nada de lo que yo pudiera decir los persuadiría de lo contrario.
 
Así que para mostrarles que no le temía ni al diablo ni a los hechiceros, pateé la figura hasta destruirla en pedazos y destrocé todo el carruaje del hechicero, lo puse todo en el fuego, y después de quemarlo, arrojé las cenizas al río. Y al hacer eso, me pareció que eso tranquilizó un poco a los nativos.
 
Pero la parte más molesta de esta aventura fue que la mujer negra murió al cuarto día como el brujo se lo había profetizado. Puede que su imaginación se hubiera quedado tan impresionada por la respuesta del diablo que eso la convenció, o quizás sintió que su enfermedad debía llevarla hacia ese final.
 
De todos modos yo me encargué de antes de que falleciera, se confesara, y tuve el consuelo de verla morir como una buena cristiana.
 
 
 
Y la siguiente historia es sobre un hechicero negro que fue quemado vivo en San Tomas, en 1701, y la cual me fue comunicada por Monseigneur Vanbel, jefe de la fábrica danesa que se encuentra allí.
 
Un hombre negro condenado por hechicero y por haber hecho hablar a una figurita de barro, fue condenado por el juez de la isla a ser quemado vivo. Monseigneur Vanbel, encontrándolo en el camino mientras lo llevaban a la ejecución, le dijo:
 
-      “¡Ya no puedes hacer que tu figurita hable de nuevo, pues está rota!”
 
A lo que el hombre negro le respondió:
 
-      "Si quiere señor, haré que el bastón que tiene en la mano hable."
 
Esta propuesta llenó de asombro a todos y Monseigneur Vanbel pidió al juez que estaba presente que retrasara un poco la ejecución para ver si el hechicero podía hacer lo que afirmaba, lo cual el juez aceptó.
 
Le dio la caña al hechicero, quien habiéndola plantado en el suelo y habiendo hecho varias ceremonias ante ella, preguntó a monseñor Vanbel qué quería saber.
 
Este último respondió que le gustaría saber con respecto a un buque que estaba esperando, si había zarpado, cuándo llegaría, quiénes estaban a bordo, y qué les había sucedido en el viaje.
 
El hechicero reanudó sus ceremonias y después de un rato retrocedió y le pidió a monseñor Vanbel que se acercara a su bastón y escucharía lo que él quería saber. Al acercarse, Monseigneur Vanbel oyó una voz pequeña, pero clara y distinta, que le dijo:
 
-      "El barco que usted espera dejó Elsinore en tal día, tal persona está al mando y tiene a estos pasajeros, usted estará contento con su carga, aunque una tormenta al pasar por el Trópico rompió el mástil de la proa. Y llegará aquí dentro de tres días."
 
El hechicero fue ejecutado y tres días después llegó el barco y Monseigneur Vanbel verificó al pie de la letra todo lo que le había predicho esa voz. »
(Padre Labat, marzo de 1701)
 
 
Quizás solo fue una mezcla de videncia, glamour y ventriloquia. Pero no es descartable que también pudiera haber sido el fenómeno de Theopaea que es el arte de dotar de vida e inteligencia temporal a estatuas y bloques de materia inerte.
 
Y si es así, esto sería una prueba positiva de que la Obeah-wanga no es el descendiente decrépito de un sistema tribal bárbaro (como lo piensan algunos) sino que por el contrario, es el último vestigio aún remanente de algún conocimiento de una antigua civilización. »
(Theosophist, octubre de 1892, p.23-34)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Hola cid, donde puedo encontrar mas informacion acerca de Miad Hoyora Korahon?

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    1. Solo he encontrado que se interesaba en el ocultismo, que escribió varios artículos para la revista Theosophist, y que vivió durante casi cinco años en las Indias Occidentales donde investigó la magia Obeah.

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