EL ESPIRITISMO AFRICANO



Contrario al espiritismo occidental que es una actividad independiente de las otras ramas del ocultismo, el espiritismo africano se encuentra en cambio estrechamente relacionado con la magia, y a continuación les voy a mencionar algunos ejemplos de ello.
 
 
 
EN LA TRADICIÓN OBREAH
 
Al respecto, el conocedor de magia africana, Miad Hoyora Korahon, escribió lo siguiente:
 
« Hay un procedimiento en el que la ropa, aún impregnada del sudor del difunto, juega un papel muy curioso e interesante. Y es hasta donde yo sé, un ritual particular del Obismo de las Indias Occidentales, y creo que se puede considerar como una de sus ceremonias distintivas.
 
Pues bien, se considera que inmediatamente después del funeral se puede comunicar con el espíritu del muerto, y para ello los parientes y amigos del fallecido se reúnen en la casa, y después de conseguir una tabla de cinco o seis pies de largo, designan a cuatro parientes del fallecido para que la lleven sobre la cabeza. Y sobre la tabla se coloca un bulto compuesto por las prendas aún sin lavar con las que murió el difunto.
 
Una vez hecho esto, se ordena a los portadores que marchen con la tabla alrededor de la casa y luego que entren. Y si el poder necesario para establecer la comunicación es suficiente, entonces el espíritu del fallecido se manifestará.
 
Los portadores entran en un estado de trance y se tambalean con la tabla sobre sus cabezas como si estuvieran intoxicados. Luego, las preguntas se dirigen hacia el difunto, y son respondidas a través de los portadores.
 
Este oráculo funciona de esta manera:
 
« En 1849 vivía con mi abuela, pero ella enfermó y murió. Se sabía que había enterrado algo de dinero, pero murió sin decirle a nadie dónde lo había guardado. Entonces, después del funeral, le sacamos la ropa, la que tenía cuando murió, y la amontonamos en un bulto que colocamos sobre una tabla que llevaban cuatro hombres de nuestra familia en la cabeza.
 
Cuando dieron la vuelta a la casa y entraron, mi tío se levantó y preguntó:
 
    -   "Anciana, ¿estás ahí?"
 
Los dos porteadores de la tabla más cercanos a él se inclinaron en signo de afirmación.
 
Luego mi tío preguntó:
 
-      "Dejaste algo de dinero enterrado, ¿nos dirás dónde está y para quién está destinado?"
 
Y otro portador de la tabla movió la cabeza en signo de afirmación.
 
Entonces mi tío comenzó a nombrar sucesivamente a cada uno de los familiares que estaban presentes, y cuando designó a un niño que era bisnieto de la anciana, uno de los portadores se inclinó.
 
Y en respuesta a la pregunta de dónde estaba el dinero, se procedió de la misma manera, pero después de que todas las partes de la casa habían sido nombradas sin recibir una respuesta, se pidió a la junta que mostrara dónde el dinero se encontraba.
 
Entonces los porteadores salieron de la casa y se dirigieron hacia un gran árbol que estaba cerca y se inclinaron indicando una gran piedra que estaba allí. Se quitó la piedra, y después de cavar un poco se encontró un frasco en el que estaba el dinero. »
 
 
En este caso fue para encontrar el dinero que había sido guardado, pero el uso principal para el que se utiliza este oráculo de la ropa sucia es para que el difunto revele quién lo mató (cuando fue asesinado), y por lo general se toman rápidamente los medios para hacer venganza, y muchas de las disputas que existen entre las familias negras que viven en esta región se deben a esas circunstancias.
 
Y me comentaron en uno de esos rituales en los que estuve presente que “un hombre que podía ver espíritus” dijo que había visto al fantasma del difunto sentado encima del bulto de ropa, con las rodillas hasta la barbilla.
 
Y cuando el tablero indica que el difunto fue asesinado por alguien que practica la magia Obeah, si se determina la venganza, lo siguiente que se tiene que hace es "poner al jumbi (al fantasma) del difunto contra el asesino".
 
Se trata de una operación que necesita la ayuda de un Obeahman (un practicante de la magia Obeah) a quien para ello se le entrega una parte de la ropa sin lavar del difunto que estaba en el bulto de la tabla. Y por medio de un ritual se dice que el Obeahman puede hacer que el jumbi del difunto atormente, atemorice, enloquezca e incluso mate a la persona que está "atacando".
 
Parecería que el Obeahman hace que el "caparazón" del difunto haga esto, ya sea revitalizándolo con algo de su propio poder psíquico o fijando un elemental en él para ese propósito.
 
Y existen otros modos de poner al jumbi bajo las órdenes del Obeahman, los cuales se utilizan cuando no se puede obtener ninguna ropa del difunto. Y también hay otras formas de “colocar” un jumbi sin el uso del oráculo de la ropa sucia, pero con la ayuda de alguna ceremonia de tipo “esicomántico”, a través de la cual también se hace uso del “caparazón”.
 
Y a continuación les relato un ejemplo de esto último:
 
« En 1870, en un pueblo de la región se produjo una disputa entre un hombre llamado L y dos hombres llamados D y G. Y la pelea culminó con los dos hombres buscando la ayuda de un Obeahman para lastimar a L.
 
L tenía un caballo que solía montar a diario para ir a su trabajo, y este animal fue utilizado como el instrumento para atacar a L.
 
Una mañana L habiendo afilado su alfanje (una especie de machete utilizado por todos los negros de las Indias Occidentales), lo puso en su saco que colgaba sobre su hombro, de tal manera que la punta sobresaliera detrás de él. Y luego ensilló y montó su caballo, pero inmediatamente el caballo comenzó a zambullirse y patear, y finalmente se encabritó y cayó sobre L haciendo que la punta del alfanje atravesara a L por detrás.
 
L murió a las pocas horas por los efectos de esta herida, y expresó durante su agonía su opinión de que algunos de sus enemigos habían hechizado a su caballo para que lo derribara y lo matara.
 
La familia de L incluía a un Obeahman quien aconsejó que el cuerpo de L fuera puesto en el ataúd, pero sin ninguno de los preparativos habituales para el entierro y con su ropa tal como él había muerto. Pero antes de enterrarlo, algunos miembros de la familia incluido el Obeahma, efectuaron una ceremonia en la que se usó parte de la sangre de L (más detalles de los cuales no he podido obtener) en presencia del cadáver.
 
Y pusieron en la mano izquierda del cadáver (ya que L era zurdo) un cuchillo afilado, y le dijeron que les mostrara en nueve días quién lo había matado. Y luego se clavó la tapa del ataúd.
 
Pues bien, nueve días después G desapareció y D se volvió loco delirando y gritando que L lo perseguía con un cuchillo en la mano.
 
Posteriormente D rechazó toda comida y comenzó morderse con los dientes el brazo izquierdo; desde el bíceps hasta casi la muñeca, y de una manera tan horrible que su brazo comenzó a infectarse, y finalmente D murió en una espantosa agonía, llamando todo el tiempo a los transeúntes para que lo salvaran de L.
 
Pocos días después de la muerte de D, el sombrero y algunas ropas de G fueron encontrados en una roca a la orilla del mar, donde se sospecha que G había ido a bañarse pero se habría ahogado. »
 
 
Un amigo de D me dio estos detalles y otro hombre me los ha corroborado desde entonces.
 
Y con respecto al comportamiento del caballo, se dice que los Obeahmen matan y afectan de diferentes maneras al ganado y a los caballos al obtener posesión de una parte de su pelaje o un poco de su orina. Y estas cosas se utilizan para afectar a los animales a través de sus formas astrales, y el caballo de L puede haber sido afectado de esa manera.
 
Pero los Obeahmen también utilizan otros medios para engañar o influenciar a los animales, principalmente siendo hechizos o mantras, y cuyos usos se mencionarán en un capítulo posterior. »
(Theosophist, marzo de 1891, p.345-347)
 
 
 
 
 
Posesiones
 
También existen rituales más impresionantes en donde los participantes son poseídos por los espíritus de los muertos, y sobre este asunto Miad Hoyora Korahon relató lo siguiente:
 
« A través de un baile “Ballade”, “Bella-Bella” o “Jumbi” es la forma que tienen los nativos para descubrir las quejas de los espíritus difuntos que están inquietos, o para comunicarse con amigos fallecidos.
 
Pero estos bailes están prohibidos por la ley, y por lo tanto se tienen que realizar de manera secreta, y a continuación les pongo un ejemplo de cómo se llevan a cabo:
 
« Un hombre murió el año pasado por la caída de un árbol, y unos meses después de ese suceso, una mujer que habitaba el mismo pueblo señaló que ella había percibido el jumbi de ese señor y que en las noches la molestaba haciendo ruidos.
 
Por lo que decidió efectuar ese  ritual para averiguar qué quería ese fantasma, y para ello invitó a una selecta compañía de amigos a reunirse en su casa una noche para realizar un jumbi-baile con el propósito de interrogar a ese difunto.
 
Los preparativos para la danza consistieron en parte en la matanza de algunas aves, un cerdo y una cabra, rociando una parte de su sangre por toda la casa; y la carne se aderezó para el consumo de la compañía, a quien se obsequiaría también un poco de ron.
 
Cuando llegaron los invitados se dispusieron en círculo alrededor del apartamento, la banda compuesta por un violín, un tambor y tres panderetas; formaron parte del círculo.
 
La anfitriona comenzó la función obsequiando solemnemente alrededor de media botella de ron en el centro del piso al jumbi, y la botella también se pasó libremente entre los invitados.
 
Luego la banda tocó una especie de melodía monótona que consistía de seis o siete notas repetidas una y otra vez, comenzando muy lentamente y gradualmente haciéndose más rápido, mientras que los demás invitados mantenían el ritmo batiendo las palmas de las manos.
 
Cuando la música alcanzó un tono determinado, cinco o siete de los invitados de ambos sexos se colocaron en medio de la pista y empezaron a bailar con la música, que ahora era muy rápida.
 
Entonces las personas que seguían conformando el círculo y seguían batiendo las palmas, comenzaron a cantar la “Balada” que es un conjunto particular de palabras que se usan solo en tales ocasiones.
 
Y cuando el canto había durado unos veinte minutos, de repente uno de los bailarines dio un fuerte grito y comenzó a ejecutar movimientos frenéticos, saltó hasta casi tocar las vigas de la casa con la cabeza, y luego cayó al suelo echando espuma por la boca y convulsionando como si hubiera tenido un ataque epiléptico.
 
Inmediatamente la música bajó a un ritmo más lento, pero siguió el canto de la “Balada” y los golpes de palmas. Y un hombre ató un pañuelo muy rápido y apretado alrededor de la cintura del convulsionado, y tan pronto como lo hizo, este último se puso de pie y comenzó a tambalearse.
 
Entonces la anfitriona le preguntó:
 
    -   "¿Quién eres?"
 
El convulsionado respondió con la voz y el acento exactos del difunto:
 
    -   “Soy _______” (nombrando al difunto).
 
Y después de esto, las preguntas procedieron y fueron respondidas uniformemente en la voz y los gestos del difunto. La música, aplausos y cantos continuaron todo el tiempo, y una vez terminada la conversación, la anfitriona recibió instrucciones de visitar la tumba del difunto en un día determinado, y allí matar un gallo negro y rociar la tumba con su sangre y el contenido de una botella de ron. »
 
 
Se me informa que en algunos de estos bailes hasta siete o más de los bailarines se vuelven poseídos, cada uno por un jumbi distinto, y que los poseídos efectúan todo tipo de extrañas acciones.
 
Por ejemplo, en una ocasión un hombre poseído por el jumbi de una persona que se había suicidado después de enloquecer, brincó hacia las vigas de la casa donde permaneció unos minutos subiendo y bajando al compás de la música, y desde allí salió disparado por la ventana abierta hacia un precipicio que se encuentra detrás de la casa. Y cuando lo encontraron estaba muerto con el cuello roto.
 
Los poseídos frecuentemente hablan en español, francés y otros idiomas, y a menudo en idiomas desconocidos para su oyente. Y también escuché que se tiene cuidado de organizar los sexos en el círculo alternativamente, y que la música, la balada y los aplausos tienen que continuar hasta que el jumbi abandone al poseído, porque si se detiene antes, hay un gran peligro para la vida y la cordura de la persona que ha sido poseída.
 
Y los poseídos mientras están bajo la influencia responden a todo tipo de consultas y se dice pueden saber lo que sucede en lugares distantes.
 
Las palabras de la “Balada” y la melodía utilizada en estas ocasiones se mantienen en secreto; pero si en el futuro consigo descubrirlas, espero incluirlas en un posterior artículo. Primero, porque sería de gran interés compararlas con ciertos mantras y runas; y segundo, para la edificación de nuestros amigos espiritistas que en lo anterior no pueden dejar de recordar la universalidad de su actividad y su fase elegida del ocultismo.
 
Y puedo asegurarles también que al usar dicha balada y melodía, y exhibiendo al mismo tiempo algo de sangre de cerdo fresca y alcohol, sus círculos espiritistas obtendrían manifestaciones muy llamativas de amigos difuntos y quizás de otros seres.
 
Y no necesito decir que este tipo de rituales, de manera parecida y con propósitos similares; de ninguna manera se limitan a la raza negra, sino que también se encuentran en otras razas, desde los laps y los siberianos en el norte de Asía, hasta los maoríes (neozelandeses) en el sur de Oceanía. »
(Theosophist, febrero de 1891, p.312-314)
 
 
 
 
 
 
EN LA TRADICIÓN FAKKIR
 
Al respecto, Blavatsky escribió lo siguiente:
 
« Yo quería saber qué podían lograr estos dos hacedores de lluvia en lo que respecta a la invocación de los espíritus, y ellos aceptaron mostrarme, pero esta vez sus conjuros duraron casi veinte minutos, cuando comenzó lentamente a levantarse del fuego una forma nebulosa que finalmente se transformó en una figura humana: era un hombre de gran edad, un hombre blanco, pero absolutamente desnudo.
 
Le hice varias preguntas al hombre, pero no obtuve respuesta. Entonces me levanté y caminé alrededor del fuego, y noté particularmente una cicatriz lívida en su espalda. No pude obtener una explicación satisfactoria de quién era, pero los brujos parecían bastante temerosos de él, y evidentemente por los comentarios que intercambiaron, ellos esperaban ver a un hombre negro.
 
Después de la aparición de este hombre blanco, no pude persuadirlos esa noche de que intentaran algo más, aunque la noche siguiente volvieron a aceptar complacerme. »
(Revista Lucifer, noviembre de 1890, p.233-234)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

1 comentario:

  1. Hola Cid, esos espiritus con los que se comunican los espiritistas africanos son lo que los cristianos le denominan demonios?

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