LOS HACEDORES DE LLUVIA AFRICANOS


El investigador sobre magia africana, Miad Hoyora Korahon, mencionó tres diferentes casos.
 
 
 
MAGIA KAFFIR
 
Tau-Triadelta (Blavatsky) relató el procedimiento que efectuó un Kaffir Kraal durante una estación seca:
 
« Durante varias semanas no había llovido aunque era la temporada de lluvias. Todos los harinosos morían por falta de agua, el ganado estaba siendo sacrificado, mujeres y niños habían muerto por decenas, y los hombres empezaban a fallecer también, siendo ellos mismos poco más que esqueletos. Día tras día, el sol brillaba sobre la tierra reseca, sin una nube que se interpusiera, como un globo de cobre resplandeciente, y toda la naturaleza languidecía en ese horrible horno.
 
Hasta que de repente el rey ordenó que se golpeara el gran tambor de guerra y todos los guerreros se reunieron apresuradamente. Él les anunció la llegada de dos célebres hacedores de lluvia que procederían inmediatamente a aliviar la angustia reinante.
 
El mayor de los dos brujos era un hombrecillo atrofiado, de piernas arqueadas, cubierto por un trapo de lana que habría sido blanca si no hubiera estado manchado con grasa, suciedad y plumas. El segundo era un buen espécimen de la raza susu, pero con una expresión muy siniestra.
 
Por alguna razón desconocida los guerreros formaron en cuclillas un gran círculo alrededor, todos ellos armados hasta los dientes, con el rey en el centro y los hacedores de lluvia frente a él, y entonces comenzaron sus encantamientos.
 
El cenit y el horizonte fueron examinados con entusiasmo de vez en cuando, pero no apareció ni un vestigio de nube. Y en ese momento el anciano rodó por el suelo con convulsiones como si tuviera un ataque epiléptico, y su compañero se puso de pie señalando con ambas manos el cielo cobrizo. Todos los ojos siguieron su gesto y miraron el lugar al que apuntaban sus manos, pero no se veía nada.
 
Inmóvil como una estatua de piedra, estaba de pie con la mirada clavada en el cielo, y en aproximadamente un minuto se comenzó a observar un tono más oscuro en el tinte cobrizo, y en otro minuto ese tono se volvió más y más oscuro, y unos segundos después se convirtió en una nube negra que pronto se extendió por los cielos.
 
Luego se vio un destello vívido y una fuerte lluvia cayó de esa nube, que ahora se había extendido por completo. Fue algo para recordar. Durante dos días y dos noches, ese torrente se derramó y pareció como si fuera a lavar todo del suelo. »
(Revista Lucifer, noviembre de 1890, p.231-234)
 
 
Esa es la manera de producir lluvia por los Kaffirs de África Oriental, y dejemos que los lectores interesados en este asunto comparen este relato con el magnífico duelo de truenos y relámpagos que hubo entre dos hacedores de lluvia zulúes y que se menciona en el libro “La esposa de Allan” de Eider Haggard.
 
Y en esa obra también se encontrará a un hacedor de lluvia zulú que usa "la psicologización" y varias otras técnicas del ocultismo para fines benéficos. Y también hay un libro sobre magia o brujería kaffir o zulú en el Museo Británico, que sin duda ofrecerá más ilustraciones a los que estén interesados en este tema.
 
 
 
 
 
MAGIA OBEAH
 
Y a continuación les describo la manera como los brujos Obeah de África Occidental producen lluvia, a través del relato que hicieron unos padres dominicanos:
 
« Un sacerdote de Toulouse llamado Père Fraisse, había traído del Reino de Juda, en Guinea, a Martinica (Antillas) a un niño de 9 o 10 años. Y unos meses después el niño escuchó a los padres quejarse de la sequedad del clima que estaba afectando a su jardín, y los escuchó desear que lloviera.
 
Por lo que el niño que había comenzado a hablar francés, les preguntó si querían una lluvia fuerte o ligera, asegurándoles que él podía hacer que el agua cayera sobre su jardín.
 
Esta propuesta asombró mucho a los padres, pero después de consultarlo entre ellos, consintieron (¡porque el niño aún no estaba bautizado!) a que provocara un ligero chaparrón.
 
El niño inmediatamente recogió tres naranjas que colocó en el suelo a poca distancia entre sí. Luego se postró ante cada naranja con un fervor y devoción que sorprendió a los padres. Y luego recogió tres ramitas naranjas que después de repetidas postraciones, colocó contra cada naranja. Luego se postró por tercera vez y dijo algunas palabras con mucho respeto y atención.
 
Luego levantando una de las ramitas anaranjadas en su mano, miró alrededor del horizonte hasta que percibió una nube muy pequeña a una distancia muy grande, el niño se tendió y extendió las ramitas hacia ella, y al poco tiempo se produjo una lluvia persistente que duró casi una hora. Y luego el niño tomó las naranjas y las ramitas y las enterró.
 
Los padres se sorprendieron mucho, y sobre todo porque no cayó ni una gota fuera de su jardín, pero no lograron que el niño les dijera las palabras que él había usado (¡y que probablemente no habría tenido resultado si hubieran sido jesuitas!).
 
Los testigos de esta escena fueron los padres Temple, Rosie, Bournot y Fraisse, de nuestra orden. »
(Padre Labat, Nuevos viajes a las islas de América, 1724)
 
 
Comparando estos dos ejemplos, vemos que el Kaffir de África Oriental produce su lluvia sin el uso de alguna ceremonia visible o audible, sino simplemente lo hace por medio de una intensa concentración de voluntad; capacidad por la que efectivamente se distingue a esa raza, y no hay ningún caso registrado que se sepa de un brujo Kaffir que haya utilizado otro procedimiento para la producción de lluvia.
 
En cambio el Obeah de África Occidental, debido a su incapacidad de concentración intensa, él hace uso de distintos ceremoniales, siendo el instrumento activo un hechizo (mantra) que puede utilizarse para producir lluvia, ya sea directamente por medio de vibración, o indirectamente mediante la utilización de elementales de agua. Y en el caso que les mencioné arriba, probablemente fue con este segundo método.
 
El practicante de la Obeah, por lo tanto produce lluvia mediante la concentración indirecta de la voluntad, con la ayuda de la magia ceremonial (van mantra vidya).
 
Y esta comparación nos muestra, entre otras cosas, que las hazañas en sí mismas, por ejemplo, hacer llover, etc., son comunes a ambos sistemas, y que donde ocurren las diferencias es en los modos y detalles de proceder; y que por lo tanto la diferencia entre las diversas escuelas, en lo que respecta a su filosofía es prácticamente nula y solo difieren en las técnicas.
 
 
 
 
 
MAGIA INCONSCIENTE
 
En el libro sobre magia Obeah escrito por el señor J.D. Bell, se menciona un caso interesante de lluvia inconsciente o "mediúmnica", que es complementario a los casos conscientes señalados arriba. Y no sé si ha habido registros de casos similares en las salas de sesiones espiritistas, pero a continuación les relato lo que dijo el señor Bell:
 
« Esto sucedió hace unos años atrás en Santa Lucía, y es en relación con una niña que poseía el indeseable poder de hacer que cayera agua dondequiera que ella se encontrara. La primera lluvia se produjo de repente y sorprendentemente en el interior de su casa.
 
Un día la madre de la niña se asombró al saber que llovía en el dormitorio que en ese momento ocupaba la niña. Al bajar las escaleras, de inmediato, la dama realmente encontró una suave ducha de agua cayendo del techo y que había empapado el piso. Se buscó investigar ese misterio, pero sólo pudo ser constatado que aunque fuera muy fina y seca, sin duda, la lluvia caía a plena luz del día en la habitación ocupada por la niña.
 
La niña fue llevada a otra habitación, pero eso solo provocó que esa lluvia fina se produjera en esa otra habitación, mientras que la habitación que la niña acababa de desocupar se volvió a poner seca.
 
La infortunada niñita fue llevada de una habitación a otra, arriba y abajo, produciendo el mismo efecto invariable. Finalmente la llevaron al jardín con la esperanza de poder regar algunos lechos de verduras que lamentablemente necesitaban riego, pero extrañamente no hubo ningún efecto en el exterior y se descubrió que el fenómeno solo se producía en lugares indeseables, como dormitorios y cocinas.
 
La noticia pronto se difundió en el exterior y los curiosos vinieron a visitar a la niña, pero felizmente este fenómeno solo duró unos días y luego dejó de producirse.
 
Y este desconcertante incidente realmente ocurrió como lo pueden testificar muchos residentes de Santa Lucía, y el caso no es un caso aislado. »
("Obeah", Londres, 1889)
 
 
Ahora bien, los estudiantes en ocultismo saben que este fenómeno de provocar llover se logra con la ayuda de los espíritus de la naturaleza, a quienes se les puede presionar a colaborar, ya sea mediante rituales, o por medio de una voluntad muy entrenada, o de manera inconsciente como parece haber sido en este último caso.
 
 
(Revista Theosophist, febrero de 1892, p.296-305)
 
 
 
 
 
 
 
 
 

5 comentarios:

  1. Cid podrias hablar más de los elementales por favor o recomendar donde investigar mas sobre ellos

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. No sabría decirte dónde se pueda estudiar genuinamente sobre los elementales, pero la información interesante que voy encontrando la voy poniendo en el blog.

      Borrar
  2. Cid como haremos para resistir la vacunación obligatoria? Esta atrofia la glándula pineal, mata el sentimiento religioso, el pensamiento crítico y esteriliza.

    ResponderBorrar