Sobre
cómo se despierta el alma en el plano astral después de fallecer en el plano
físico, William Atkinson en su libro “La
vida después de la muerte”, relató lo siguiente:
« Hay
una gran diferencia en el tiempo requerido para que las diferentes almas se desenvuelvan
durante el sueño del alma que experimentan después de morir. Algunas almas viven
en ese estado por un tiempo muy corto, mientras que las almas de un grado más
alto de logro requieren de mucho más tiempo en ese estado de sueño del alma.
Y
aquí también encontramos una notable correspondencia con el fenómeno de la
gestación y el nacimiento que se efectúan en el plano físico, y que deben de
ser considerados por el estudiante para tener una mejor comprensión de este
proceso que se efectúa en el astral. Por ejemplo, en el caso de los animales
cuyo período de vida natural es corto, encontramos por regla general que su
período de gestación en el útero también es corto. Mientras que los animales de
larga vida natural, ellos pasan por un período mucho más largo en el útero
antes de nacer.
Y
así el elefante tiene veinte o veintiún meses de gestación en el útero; mientras
que el hombre tiene nueve meses; el conejo tiene un mes; y el conejillo de
indias solo tiene tres semanas. Por lo tanto y como lo pueden constatar, la
vida natural de cada especie guarda una relación con el período de gestación.
Pues
bien, de la misma manera el período de gestación en el plano astral, el período
del sueño del alma varía en proporción al tiempo que el alma una vez despierta debe
de pasar en el plano astral.
Pero
una aparente excepción a esta regla se encuentra en el caso de las personas con
un poder y un conocimiento espiritual muy avanzados, en las que el alma es
capaz, por su conocimiento y poder, de controlar en gran medida los procesos
naturales, en lugar de estar bajo su control general.
Pero
fuera de esa excepción, la diferencia en la duración del sueño del alma surge
del hecho de que el alma durante su período de sueño va descartando las
porciones inferiores de su naturaleza mental (así como su cuerpo astral) y
despierta solo cuando ha alcanzado el más alto estado de desarrollo de cual en
ese momento esa alma es capaz. Y entonces cuando se despierta y pasa a vivir en
el plano astral, ella lo va a hacer en el sub-plano que corresponde a ese máximo
grado que ha alcanzado.
Un
alma de bajo desarrollo tiene muy poco que "desprenderse" y pronto
despierta en un plano bajo. Mientras que un alma con un desarrollo superior,
por el contrario debe despojarse y desechar envoltura tras envoltura de la
naturaleza mental y animal inferior, antes de que pueda despertar en el plano
de su logro más elevado.
Y
cuando decimos "arrojar", nos referimos más bien a prepararse para
descartar, ya que este proceso de deshacerse de estos fragmentos inferiores de la
personalidad ocurre inmediatamente después de la primera etapa del despertar,
como veremos en el siguiente párrafo.
El
alma sintiendo los impulsos de la vida que ha vuelto hacia ella, se agita lenta
y lánguidamente, igual que como lo hacen las personas en la vida terrestre al
despertar de un sueño profundo. Entonces como la mariposa que arroja a un lado
el caparazón de crisálida, el alma se escapa del cuerpo astral, y en una rápida
sucesión, inconscientemente descarta los principios inferiores de su naturaleza.
Esto
ocupa poco tiempo y ocurre mientras el alma recupera lentamente la conciencia,
hasta que finalmente en el momento de su despertar completo, el alma se
encuentra libre de todas estas conchas gastadas y estorbos, y abre sus ojos
sobre las escenas de sus nuevas actividades y existencia en el mundo astral.
Cada
alma está destinada a morar en la parte más elevada del Astral que ha podido alcanzar,
y por consiguiente después de que el alma haya descartado la escoria de los
elementos inferiores, ella se despierta en el sub-plano astral más elevado que corresponda
con lo mejor de ella, y allí ella tiene la oportunidad de poderse expandir y
desarrollarse aún más.
Y
es por eso que el alma puede, y a menudo logra, hacer grandes progresos en el plano
astral, porque durante su estancia en esa zona, ella puede desechar aún más partes
de su naturaleza inferior a medida que pasa a planos o sub-planos cada vez más
elevados.
Y
es un hecho hermoso contemplar como el alma asciende cada vez en un plano más
elevado y mejor. Y el estudiante reconoce inmediatamente que esto responde al
anhelo del alma y a la aspiración de su corazón.
A
menudo hay algo dentro de los individuos que es mucho más elevado y mejor de lo
que parece indicar su vida terrenal y sus acciones cotidianas. Pero el entorno
y las circunstancias materiales tienden a retardar e impedir la expresión de lo
mejor que hay en nosotros, en muchos casos.
Por
lo tanto, es grato saber que en “el otro lado” (o sea en el plano astral) el
alma se libera de todo lo que tiende a retenerla y arrastrarla hacia abajo, y
queda así libre para expresar y desarrollar aquellas cualidades y
características que representan lo mejor y más verdadero que hay en ella.
Y
este hecho concuerda no sólo con los anhelos del alma, sino también con el
sentido de justicia y equidad, ya que desafortunadamente seguido el alma se
encuentra impedida durante su vida física por las pesadas estructuras de la
sociedad
Y
esto también corresponde con los principios de la evolución que siempre empujan
al alma hacia más arriba y hacia más adelante, hacia una meta aún lejana pero
de logro y de perfección.
Entonces
una vez que el alma entra en el plano de sus actividades futuras, el alma se
deshace de su cuerpo astral, o sea de esa extraña contraparte del cuerpo físico.
Y de ahora en adelante el alma no tiene la forma de un ser humano, sino que es
algo de un orden mucho más elevado al que no se aplican los términos de "cuerpo"
y "forma".
Nuestros
cuerpos físicos (y sus contrapartes astrales) son el resultado de la evolución
física y no son más que los cuerpos de animales desarrollados. En cambio el
alma en los planos superiores no necesita de brazos y piernas, manos y pies,
debido a que el lugar donde ahora habita el alma, ya no se necesita de estos
instrumentos de expresión inferior.
El
alma ahora es un ser que trasciende las limitaciones de la vida física, y los
principios mentales desechados pronto se vuelve a integrar en sus elementos
originales, pero el cuerpo astral desechado se convierte en lo que se conoce
como un "caparazón astral", el cual encontrándose abandonado por su
antiguo ocupante, se hunde mediante lo que podría llamarse la gravitación
astral, hasta lo más bajo de los planos del Astral, para allí desintegrarse
lentamente.
Y
es así como los planos inferiores del Astral están llenos de estos caparazones
astrales desechados, flotando en la atmósfera baja del Astral, y estos no son cosas
agradables de ver.
Felizmente
el alma desencarnada ya no es más testigo de ellos porque ahora ella habita en
un plano que se encuentra muy por encima de esa región. Pero las personas en la
vida terrestre que motean las cosas físicas, antes de comprender los primeros
principios de la ciencia psíquica, a menudo se encuentran en los planos
inferiores del plano astral, y en consecuencia algunos atestiguan haber percibido
estos cascarones astrales muy desagradables que se encuentran en esa baja región
del astral.
Ahora
bien, el plano en el que el alma despierta no es un lugar, tomen bien nota de
esto, sino que es un estado o condición de existencia, un grado en la escala de
la energía vibratoria del mundo espiritual. Y como hemos dicho arriba, cada
alma se despierta en el plano que representa su más alto y mejor estado de su
ser, y es en ese plano que el alma habita durante su estancia en el plano
astral, excepto cuando se desarrolla y pasa a un plano aún más elevado, o
cuando ¡y por desgracia! ya que a veces esto sucede, el alma anhela los
placeres terrenales y se siente atraída por recuerdos de sus cuerpos inferiores
y por consiguiente desciende a un plano más bajo donde encuentra compañía y
entornos adecuados para satisfacer esos deseos.
Naturalmente
existe una gran diferencia entre los varios planos y sub-planos del plano
astral. Algunos están muy poco alejados de las escenas bajas de la vida
terrenal, mientras que otros expresan las concepciones más elevadas del alma
humana. Y cada uno de esos sub-planos atrae hacia ellos a aquellas almas que
están capacitadas para habitar en esa región.
Pero
lo más elevado y mejor del alma de bajo desarrollo está muy poco por encima de
los pensamientos y acciones cotidianos de la misma alma cuando se encuentra encarnada
en el mundo físico.
Las
personas de bajo desarrollo espiritual deben pasar por muchos períodos de
purificación y desarrollo antes de poder escapar del señuelo y la atracción del
mundo material.
Hay
almas tan fuertemente ligadas a la Tierra, tan hipnotizadas por los bajos
placeres de la vida terrenal, que en "el otro lado" incluso se niegan
a abandonar sus caparazones astrales, y de hecho se esfuerzan por permanecer en
los caparazones desgastados y desintegrados mientras por último, mantienen una
buena relación con las escenas y los asociados de su vida anterior terrenal.
Otras
almas se encuentran en planos en los que existe un conflicto entre la atracción
hacia arriba de las cosas superiores de la vida espiritual y las cosas
inferiores del mundo material, y viven una vida más o menos desequilibrada en
el Astral, al menos por un tiempo, hasta que una atracción demuestra ser más
fuerte y entonces suben o bajan en la escala espiritual.
Y
otras almas se encuentran en un plano en el que hay poca o ninguna atracción
del mundo material, y para ellas la vida astral se vive de una manera superior en
avance y desarrollo, y en una expresión más plena de lo mejor y más elevado de
lo que hay dentro de ellas.
El
despertar del alma es similar a un nuevo nacimiento y por consiguiente la
entrada a un nuevo mundo de experiencia. Y el alma no manifiesta miedo hacia su
nuevo entorno, sino que por el contrario está llena de entusiasmo por la
dirección de expresión y manifestación de sus nuevos poderes.
Y
hay muchas actividades que mantienen ocupada al alma como veremos en los
capítulos siguientes. Y ella no se encuentra solitaria porque cuenta con la
compañía de quienes están en armonía y simpatía con ella, y al mismo tiempo esas
almas se encuentran libres de la desarmonía y fricción que provoca la
asociación con personas de diferente naturaleza.
Las
almas encuentran en el plano astral oportunidades para la expresión más
completa de sus actividades y deseos, y esto sucede particularmente en los
planos superiores en donde ellas encuentran la vida mucho más feliz que en el
plano físico.
Y
sólo las almas de desarrollo más bajo, o sea esas pobres criaturas que siguen ligadas
a la tierra, son infelices porque se encuentran alejadas de la único que les da
placer, y que son las cosas de la Tierra, pero incluso en esos casos hay veces en
donde esas almas encuentran algo parecido a la felicidad también para ellas en
ese bajo sub-plano astral en donde habitan.
En
conclusión, después del sueño del alma, el alma despierta de nuevo, pero no en
el mundo físico sino en el mundo astral, el cual no es una región de muerte
sino que también es una región de vida. Y como la mariposa, el alma extiende
sus alas y disfruta de su nuevo estado de existencia, y no lamenta la pérdida
de su forma física.
Y
en los capítulos siguientes, explicaremos con más detalle la naturaleza y los
incidentes de esta nueva vida astral. »
(Capítulo
7)
OBSERVACIÓN
Aquí
me doy cuenta que William Atkinson leyó la explicación que dio el maestro
Kuthumi sobre lo que sucede después de morir, y él comprendió bien que el
humano después de fallecer cae en un profundo sueño, pero en cambio él no
comprendió que la inmensa mayoría de las personas no se despiertan en el
astral, sino que permanecen dormidas durante prácticamente todo su viaje
post-mortem hasta que vuelven a reencarnar en la Tierra.
Y
tampoco Atkinson comprendió que el humano dispone de un cuerpo especifico para
cada plano de existencia, entonces no tiene sentido que los humanos cuando se
despiertan en el plano astral, se deshagan de su cuerpo astral, porque entonces
¿con qué van a poder interactuar en ese plano de existencia?
Sería
lo equivalente a decir que cuando los humanos nacen en la Tierra, lo primero
que sucede es que se deshacen de su cuerpo físico.
Y
también Atkinson confunde el cuerpo astral con el cuerpo de los deseos que es
el cuerpo que realmente se transforma en un "caparazón astral" cuando
el alma asciende al Devachan. Y mucho de lo que dijo Atkinson sobre las almas
que se encuentran en el astral es falso.
Por
lo tanto su explicación está llena de errores y mentiras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario