Sobre este tema, el maestro
Pastor explicó lo siguiente:
« Sepan que hay mil palabras para expresar un concepto,
y ese es el problema de las escuelas. Es porque los alumnos se apegan a las
palabras que se les dan y ellos creen que deben creer ciegamente en esas palabras
para poder acercarse a Dios, pero no comprenden que las palabras solamente sirven como
guías, pero que cuando quieres acercarte a Dios, no debe de haber más palabras,
sino solo tu alma estando frente a su Luz.
Y si ustedes quieren entender más profundamente
la enseñanza, no se enfoquen en las palabras, no se obsesionen con la
definición de las palabras, no se pregunten quién es Sanat Kumara, qué es el
quinto grado, cuál es la iniciación mayor, cuál es la iniciación menor. No
definan las palabras.
Cuando deseen penetrar en un texto
sagrado o esotérico, es decir, cuando quieran conocer su esencia, vayan más
allá de la definición. Y es ahí donde les propongo que tengan un contacto directo con
ustedes mismos, un contacto con vuestro maestro interior, como ustedes lo llaman.
Porque si justamente lo invocan y
buscan comprender el significado del texto, pero sin hacer una fijación
académica de las palabras, sino solo buscando el significado general del contenido,
si toman la idea general de la oración y la interiorizan en vuestra mente, pero
sin esperar nada, simplemente penetrándola, entonces vuestra voz interior les
revelará lo que significa esa oración.
En cambio si ya ponen un significado
en cada palabra y se ensanchan con la definición de cada palabra, entonces no habrá ningún estado de sublimación meditativa en ustedes, y por consiguiente no
habrá un ascenso de vuestra conciencia para justamente ir a buscar en un nivel
más elevado el significado de la enseñanza.
En otros términos, las definiciones académicas
anclan el espíritu en la mente, en la comprensión material e intelectual del
texto, pero no permiten que la conciencia se eleve. Y es por eso que si ustedes
quieren realmente desarrollarse espiritualmente por medio de la enseñanza, no
deben de descuartizarla, sino simplemente tienen que tomar las palabras como
puntos de guío; de la misma manera como cuando usan las imágenes para meditar.
Pero ustedes no van a permanecer en
la imagen todo el tiempo, durante la meditación, ya que ustedes saben que la
imagen simplemente les sirve para llevarlos a un cierto punto, y luego sueltan
la imagen para sumergirse en el estado de conciencia que les permitió alcanzar.
Y con las palabras que se encuentran
en los textos sagrados o esotéricos es lo mismo. Ustedes las toman como toman
las imágenes que ven durante la meditación, porque simplemente esas palabras les
sirven como un punto de fijación para iniciar la meditación. Pero luego las
dejan para verdaderamente obtener un conocimiento más profundo y no solo
un conocimiento académico.
La enseñanza fue dada como una forma
de meditación. No fue dada como una forma de intelectualización. La educación
nunca fue dada para eso. Son los hombres quienes la han transformado en eso a
lo largo de los siglos, porque pensar sobre Dios es más fácil que amar a Dios. Y porque teorizar acerca de Dios es más fácil que desnudarse de todos los velos
que los cubren para así poder verdaderamente comprenderlo y sentir a Dios.
Entonces, les digo, originalmente
las enseñanzas fueron dadas con ese objetivo, y con ese propósito ustedes tienen que
utilizarlas, porque al igual que las imágenes, las palabras se les dieron para que mediten en el concepto,
para que vuestro pensamiento se fije en ese concepto, de modo a que precisamente
esa fijación los eleve, y así ustedes vayan a buscar la respuesta en vuestra voz Interior.
Porque la voz interior, al escuchar vuestra
pregunta y luego contemplando que ustedes se encuentran en un estado de
abertura, ella puede pasar a través de ese espacio para venir y decirles lo que ustedes
estaban buscando, o lo que ustedes necesitan escuchar.
Y es por so que la educación debe ser reconsiderada,
se requiere enseñar a los humanos a repensarlo todo, a reconceptualizarlo todo,
porque incluso allí, ellos han perdido la luz de la enseñanza. Y en este
sentido quiero decir que los humanos se extraviaron en la manera de tomar la
enseñanza como una riqueza interior.
Los grandes instructores les dieron oro espiritual a los
humanos, pero los
humanos en vez de enriquecerse interiormente con ese oro espiritual, lo que hicieron fue crear monedas para poder comerciar con ellas.
Pero no fue así como se impartió la enseñanza originalmente y ese no es su
propósito.
Miren lo que sucede en las
religiones y en las escuelas esotéricas: algunos defienden una tesis, mientras
que otros defienden una segunda tesis; algunos aseguran que hay tantos grados
para alcanzar cierta iniciación, mientras que otros dicen que eso no es correcto;
algunos dicen que para llegar a Dios solo se puede hacer por medio de Jesús,
mientras que otros dicen que solo se puede hacer por medio de Buda, o
Allá, o Krishna, etc.
Entonces,
¿Qué creer?
Verán, les dimos bastones de oro a
los hombres para guiarlos hacia Dios, y los hombres en vez de utilizarlos para
avanzar por el sendero espiritual, los cortaron en pedacitos e hicieron monedas
de oro para especular intelectualmente entre ellos. Y es así como se la pasan peleándose
entre ellos.
Pero ese no es el propósito de los
bastones de oro (o sea de las enseñanzas). El propósito es guiarlos para que
ellos puedan acercase a lo Divino, y contemplando lo Divino, ellos mismos se
vuelvan Divinos.
Era una forma de mostrarles la alquimia
que es posible realizarse en ellos, y no para hacer monedas diferentes y discutir
y enfrentarse entre ellos.
No
Las palabras se dieron simplemente
como imágenes, para que ustedes mediten en conceptos más precisos, para que justamente
aquellos que hayan elegido el camino del desarrollo por medio del conocimiento,
tengan la correcta concepción de las cosas.
Porque sabemos que a traves de su
mente, el hombre inventa mil cosas, y no queríamos que inventara cosas sobre
Dios.
Entonces le dimos las enseñanzas que
llevan hacia Dios, pero ustedes deben de comprender que la técnica no consiste en
decorticar cada palabra, sino solo de utilizarlas como puntos de fijación para
la meditación, de modo que la revelación pueda venir hacia ustedes.
Las palabras no pueden revelar a
Dios, uno no puede expresar a Dios con palabras, pero a pesar de ello les dimos
a ustedes las palabras, para que el concepto que está unido a las palabras se
revelara ante ustedes. Pero los hombres no lo entendieron.
Y es por eso que insisto tanto que ustedes
primero aprendan a abordar de una manera correcta las enseñanzas espirituales y
esotéricas. Porque mientras que ustedes las aborden de manera académica, solo se
estarán hundiendo cada vez más en el intelectualismo.
Entonces, cuando me preguntan quién
es Sanat Kumara, o en qué medida ocurre la iniciación, en qué medida se puede
llevar a cabo esta o aquella reintegración, etc. Yo me entristezco porque constato
que ustedes están en la trampa. Pero ustedes pueden salir de esa trampa. Y sepan
que si algunos humanos sintieron que a tal grado hubo tal reintegración y que a
tal otro grado hubo tal iniciación, eso no importa.
¿Creen que todos
los que han pasado por esos grados han experimentado lo mismo?
No
Y sin embargo, ellos
han aprobado el mismo grado, pero resulta que éste no tiene el mismo valor
interno para cada uno de ellos
¿Entonces de
qué sirve decir que a tal nivel existe tal naturaleza de ser?
¡Eso no sirve
para nada!
En verdad les digo que lo que
realmente importa es la comunión que ustedes pueden logran con lo Divino, y
para eso no se necesita de grandes grados iniciáticos, ya que una simple
persona puede ser más que un sacerdote o que un ocultista, debido a que esa persona
no le importa saber quién es Dios, no le importa saber si tiene que contemplar
esto o aquello, aprender esto o aquello. Ella simplemente ama y eso es suficiente
para sentir a Dios.
Y al decirles esto, eso no significa
que las órdenes estén equivocadas. Eso no significa que las enseñanzas y los
grados que se dan en esos lugares sean fútiles. No, lo que les quiero decir es
que eso no es lo esencial. Lo esencial es que aprendan a utilizar las enseñanzas
con sabiduría y no con fanatismo y comercialismo como lo hacen la mayoría.
Y es por eso que yo no les ofrezco una
nueva enseñanza, sino que solo los animo a utilizar adecuadamente las que ya han
recibido. Porque hasta que no exista al menos una enseñanza que sea realmente
comprendida, no podemos dar otras verdades. Hasta que los humanos ya hayan
entendido lo que se les ha ya dado, no podemos darles más. Hasta que los
hombres no hayan comido el primer pan que ya se les ha entregado, no podemos entregarles
el segundo pan.
Así es que si ustedes quieren realmente apoyarme,
ayuden a que las personas tengan una forma más correcta de pensar, y sobretodo que
dejen a un lado el aspecto intelectual, o el de la adoración, o el de la devoción
de las enseñanzas, y que simplemente busquen una elevación de su conciencia en
la que ellas puedan encontrar la verdad que hay detrás de esas enseñanzas. »
(Conferencia n°3 de 1984)
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