Eso
es lo que ella pretendió ya que en su libro “Autobiografía inconclusa”, Alice Bailey escribió:
« En
noviembre de 1919 establecí mi primer contacto con El Tibetano.
Había
enviado a mis hijas a la escuela y con la idea de tener algunos minutos para mí,
salí en dirección a una colina, cerca de la casa. Allí me senté y comencé a reflexionar,
cuando de pronto me sentí alarmada y presté atención en mi interior.
Oí
lo que me pareció una clara nota musical, emitida desde el cielo, resonando en
la colina y dentro de mí. Y entonces escuché una voz que me decía:
- “Deberán escribirse
ciertos libros para el público. Tú puedes escribirlos. ¿Lo harás?”
Inmediatamente
respondí:
- “No, de ninguna
manera. Yo no soy una vulgar síquica, ni quiero ser atrapada en eso”:
Quedé
sorprendida al darme cuenta que hablaba en voz alta.
La
voz continuó y dijo:
- “Las personas
inteligentes no juzgan precipitadamente y tú tienes un don especial para la
telepatía superior, y lo que se te pido no implicaba aspecto alguno con el
psiquismo inferior.”
Repetí
que no me importaba ni me interesaba un trabajo de carácter psíquico.
El
ser invisible que me hablaba tan clara y directamente dijo entonces que me
daría tiempo para reflexionar; que en ese momento él no aceptaría mi respuesta
y volvería exactamente dentro de tres semanas para saber qué habla yo decidido.
Me
sacudí como quien despierta de un sueño, regresé a casa y olvidé el hecho por
completo. No pensé más en lo ocurrido ni se lo conté a mi marido Foster.
Durante
cierto lapso nunca lo recordé, pero al finalizar las tres semanas, una noche
estando sentada en la sala, después que mis hijas se habían acostado, oí
nuevamente la voz para proponerme lo mismo.
Volví
a rehusar, pero mi interlocutor me rogó que volviera a considerar la propuesta,
por lo menos un par de semanas más, y ver qué podía yo hacer. Esto despertó mi
curiosidad, pero aún no estaba convencida.
Aún
así decidí probar por un par de semanas o un mes, para determinar mi decisión,
y durante esas semanas recibí los primeros capítulos del libro “Iniciación Humana y Solar”.
Y
así comenzó esa aventura.
.
. .
Actualmente,
como resultado de veintisiete años de trabajo, puedo ponerme instantáneamente
en relación telepática con El Tibetano, sin la más mínima dificultad.
Yo
conservo, y así lo hago, mi propia integridad mental todo el tiempo, y siempre
argumento con él cuando, a veces, como occidental, me parece conocer mejor
algunos aspectos de la presentación.
Y
cuando discutimos cualquier tema, escribo invariablemente el texto tal como él
quiere, aunque probablemente modifique su presentación después de haberlo
discutido conmigo, pero si no cambia sus palabras o punto de vista, no altero
en absoluto lo dicho. »
(Capítulo
cuarto)
Entonces
como ustedes mismos lo pueden constatar, vemos que Alice Bailey asegura que el
Tibetano afirmó que ella tenía “un don especial para la telepatía superior” y
es por eso que él la escogió, y durante 27 años le ha estado dictando
telepáticamente los libros que ella ha publicado.
Pero
los hechos muestran que esta aseveración es completamente falsa, ya que para
comenzar Alice Bailey no tuvo comunicación con Djwal Khul “el Tibetano” como lo
demuestro en este otro capítulo (ver link).
Pero
además la obra de Alice Bailey está llea de errores y es una copia completa de
las falsedades que inventó Leadbeater, lo que demuestra que ella no recibió
esos libros de manera telepática por parte de un maestro oriental, sino que en
realidad ella se leyó los libros de Leadbeater para elaborar sus propios
libros.
E
incluso se nota como ella va añadiendo más detalles a medida que Leadbeater iba
haciendo públicos esos detalles en sus nuevas publicaciones.
Y
así por ejemplo, en su libro “Iniciación Humana y
Solar” (1922), Alice Bailey escribió que:
1. El Maestro Morya
pertenece al primer rayo.
2. El Maestro Kuthumi
pertenece al segundo rayo.
3.
4. El Maestro Serapis
pertenece al cuarto rayo.
5. El Maestro Hilarión
pertenece al quinto rayo.
6. El Maestro Jesús
pertenece al sexto rayo.
7. El Maestro Rakoczi
fue particularmente conocido como el Conde de Saint-Germain y pertenece a
séptimo rayo.
Esto
es una copia de lo que Leadbeater había estado enseñando en sus conferencias,
sin embargo a Alice Bailey le faltó mencionar quién era el jefe del tercer
rayo.
Pero
cuando Leadbeater publicó en 1925 su libro “Los
Maestros y el Sendero” en donde él especificó que “el Maestro Veneciano era
el jefe del tercer rayo”.
Casualmente Alice Bailey ese
mismo año publicó su libro “Tratado sobre
el Fuego Cósmico” en donde ella añadió que “el Maestro Veneciano es el
director del tercer rayo”…
(Esto
se encuentra en la tercera parte titulada: “El Fuego eléctrico del Espíritu”,
en la sección A titulada: “Ciertos enunciados básicos”, pg.1238)
Pero
para infortunio de Alice Bailey, “El Maestro Veneciano” en realidad no existe
ya que solo fue un personaje ficticio inventado por Leadbeater como lo
demuestro en este otro capítulo (ver link).
Y
tampoco existe el “Señor Cristo Maitreya Instructor del Mundo”, y tampoco
existe el “Maestro Rakoczy”, y tampoco existe “el Maestro Jesús ahora reencarnado
como árabe”, y tampoco existen los “esquemas planetarios”, y tampoco existen
todas las otras mentiras que inventó Leadbeater y que Alice Bailey le copió.
CONCLUSIÓN
Y esto muestra que Alice
Bailey no tenía para nada desarrollada su telepatía, sino que en realidad ella
inventó esa mentira para darle más prestigio a sus libros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario