LIBRO UNA AVENTURA EN LA MANSIÓN DE LOS ADEPTOS ROSACRUCES


 
Este libro fue escrito por el esoterista alemán Franz Hartmann. Se publicó por primera vez en inglés en 1887 por la Boston Occult Publishing Co., y posteriormente en 1910 se hizo una nueva edición revisada que es la que les presento a continuación.
 
 
ÍNDICE
 
·       Prefacio
·       Capítulo 1: La excursión
·       Capítulo 2: El monasterio teosófico
·       Capítulo 3: Revelaciones inesperadas
·       Capítulo 4: El refectorio
·       Capítulo 5: Recuerdos de vidas pasadas
·       Capítulo 6: El laboratorio alquímico
·       Capítulo 7: La vida superior
·       Capítulo 8: Magia
·       Capítulo 9: Conclusión
·       Apéndice : Una institución rosacruz en Suiza
 
 
 
 
 
 
 
TEXTO
 
(A continuación les pongo el contenido de este libro en español.)
 
 
Prefacio
 
Lo siguiente es el relato de una experiencia psíquica que ha sido recopilado a partir de las notas que un amigo me entregó, él es un escritor de considerable reputación. Y si las aventuras que allí se cuentan deben considerarse un sueño o una experiencia real en el plano astral, debo dejar que el lector juzgue.
 
F.H.
 
 
Capítulos
 
 
 
 
Apéndice
Una institución rosacruz en Suiza
 
Algún tiempo después de que apareciera la primera edición de las páginas anteriores, se hizo un intento en la Suiza republicana de llevar a la práctica estas ideas. En medio de las montañas, entre los paisajes más sublimes y pintorescos, sobre una colina apartada cerca de la orilla del más hermoso lago italiano, se compró un extenso terreno y se propuso construir ahí una casa cuyo objetivo sería servir como refugio para aquellos que querían cultivar la espiritualidad pura y simple, sin ninguna mezcla de sacerdocio y superstición.
 
Aún no se ha decidido definitivamente si esta empresa será un éxito o un fracaso; pero esto último es más que probable, ya que el método de pensar en la vieja, destartalada y moribunda Europa es demasiado estrecho para permitir captar una idea tan exaltada.
 
Nos hemos preguntado si habría algún uso o necesidad para una tal institución, y recibió la siguiente respuesta.
 
En la amplia extensión de nuestro mar social de vida no existe actualmente ningún lugar seco donde la paloma blanca de la verdad pueda descansar sus pies cansados. Las olas de intereses propios en pugna chocan entre sí, siendo enfurecidas por las tormentas de pasión que azotan el corazón humano. El egoísmo, el engaño y las locuras de la moda son los reyes que gobiernan a los pueblos de Europa, reclamando como tributo la inmortalidad de sus almas. La batalla por la superioridad en la lucha por la existencia obliga a las naciones y a los individuos a utilizar medios malvados; el convencionalismo obliga a hombres y mujeres a ser hipócritas.
 
Actualmente ser honesto y altruista significa hambre y ruina; ser verdadero y sincero significa incurrir en el ostracismo social; la agudeza, la astucia y la política son las alimañas que infestan el asiento de la sabiduría divina. Cada unidad social busca vivir y prosperar gracias a la ignorancia del resto. Así, todo el tiempo y la atención del hombre se dedican a correr tras las baratijas y placeres inútiles de este mundo burdamente material, y el único ángel redentor, la verdadera fe viva, es decir, el poder espiritual para reconocer la verdad espiritual, es rápidamente ahuyentado. Llevándose consigo la luz verdadera y dejando al mundo en oscuridad y desesperación.
 
¿No hay nadie cuyas aspiraciones vayan más allá de disfrutar de las comodidades de la vida, comer y beber, ser feliz hoy y morir mañana, y que alguna vez haya anhelado encontrar alguna manera de escapar de este gran carnaval y quitarse la máscara que le obligan a llevar y que le impide ver la verdad?
 
¿Nunca desean tales personas un lugar donde puedan encontrar refugio y disfrutar de la comunicación con el Dios cuyo templo son? ¿Es tal deseo de escapar egoísta, y es necesario resistir en la danza giratoria que desemboca en el abismo de la muerte?
 
Se dice con verdad que la fuerza espiritual crece sólo mediante la resistencia a las tentaciones, pero debe haber una cierta cantidad de fuerza antes de que estas tentaciones puedan ser resistidas y vencidas por el poder del espíritu.
 
¿Es egoísta buscar ganar fuerza antes de entrar en la batalla? ¿Es egoísta desear poseer una cierta cantidad de verdad antes de entrar en una atmósfera llena de mentiras? ¿Es egoísta si el jardinero protege una planta delicada en el invernadero hasta que crezca lo suficientemente fuerte como para plantarla en el jardín y afrontar las vicisitudes del clima? ¿Y no es la espiritualidad una planta tan delicada? ¿Es egoísta que un niño permanezca en el útero de su madre hasta que haya adquirido suficiente fuerzas para sostener su propia vida, y no es la más difícil de lograr la regeneración espiritual del hombre?
 
El mundo está lleno de abortos espirituales que han entrado en batalla con los demonios que gobiernan el mundo prematuramente, y sin estar preparados para la pelea; tampoco se encontrarán los medios para tal preparación en nuestras iglesias y escuelas tal como están constituidas en la actualidad; donde lo mal llamado "religión" se lleva a cabo como un entretenimiento social, y donde ni siquiera parece conocerse el significado del término "espiritualidad".
 
Quienes deseen encontrar la luz verdadera deben levantarse y abrazarla con todo su corazón y todo su ser; no tienen tiempo para soñar ni para divertirse con los tesoros ilusorios del plano terrestre.
 
Se suele decir que las personas con aspiraciones espirituales deben permanecer en el mundo y enseñar a los demás y hacer todo el bien que puedan; pero ¿qué bien puede hacer alguien si no tiene conocimiento de las consecuencias de sus actos, y qué conocimiento puede uno enseñar a otro si él mismo no sabe nada?
 
Las aspiraciones espirituales por sí solas no constituyen conocimiento espiritual; no sólo debemos sentir la verdad sino también verla antes de poder conocerla nosotros mismos. ¿Cómo puede alguien enseñar la verdad si la verdad misma no se enseña en él y a través de él?
 
Ya abundan en el mundo predicadores y maestros que conocen la verdad sólo de oídas y de la lectura de libros; pero es sólo su luz la que brilla, y no la luz de la verdad. Lo que el hombre necesita es la Luz misma, y no simplemente una descripción de ella. No hay necesidad de iniciar una nueva secta con un nuevo conjunto de opiniones y credos; pero es muy necesario encontrar una manera de enseñar a la humanidad cómo abrir los ojos para poder percibir la verdad por sí misma.
 
Para aquellos que no saben nada acerca de la posibilidad de alcanzar el autoconocimiento, imaginando que Dios es incapaz de enseñar nada al alma y que la sabiduría divina, como la ciencia hecha por el hombre, debe aprenderse del hombre, el objeto de nuestra institución será incomprensible.
 
A ellos sólo podemos decirles que no es el objeto de esta empresa proporcionar un retiro para misántropos e hipocondríacos, donde puedan llevar una vida perezosa, divirtiéndose y lamentándose de la maldad de este mundo pecaminoso.
 
Y tampoco debe ser una enfermería para videntes de fantasmas, visionarios o soñadores, donde puedan deleitarse a sus anchas con las creaciones de su propia fantasía; ni debe ser una "escuela de ocultismo", donde se enseñan artes mágicas a los tontos; pero está destinado a ser un lugar donde aquellos que aspiran seriamente a la espiritualidad puedan encontrar las condiciones externas necesarias para cultivarla y adquirir el verdadero "bastón mágico" que los sostendrá con seguridad en su viaje por la eternidad; es decir, el poder de reconocer la verdad divina dentro de sí mismos, no por ninguna capacidad propia, sino por el poder de la Luz misma, que llega a todos los hombres si están dispuestos a que las tinieblas sean expulsadas.
 
 
 
 
 
 
 
OPINIONES SOBRE ESTE LIBRO
 
Mi opinión
 
No me agradó que Franz Hartmann pretendiera que este es un relato verdadero cuando en realidad él inventó esta historia para compartir con los lectores: los conocimientos, las doctrinas y las creencias que él había recopilado a lo largo de sus años de búsqueda (y las cuales si bien son interesantes, no son relevantes).
 
Usualmente aprecio lo que Hartmann escribió, pero en esta ocasión este libro no me gustó por los errores y mentiras que hay en él. Además que su contenido casi para nada es rosacruz, y por lo tanto hubiera sido mejor que Hartmann no hubiera titulado su libro con ese nombre.
 
 
 
 
Opinión de la teósofa española
Pepita Maynadé
 
Este libro no es un libro de texto doctrinal como los que ha lanzado la raza anglosajona, portavoz de la nueva doctrina espiritualista al mundo occidental.
 
Hartmann, el gran discípulo de Blavatsky, vertió en esta obra, además de sus experimentados conocimientos, toda la magia sugestiva, la maravilla visionaria de la leyenda alemana en el aspecto trascendente de la realidad espiritual.
 
Sabemos, no obstante, que este volumen no será predilecto de los asiduos lectores de la doctrina teosófica, amantes por lo general del concepto mental doctrinario y escueto, que nosotros estimamos un tanto árido para la imaginativa mente y la fecunda emotividad del meridional.
 
Por ello consideramos esta obra la más completa de cuantas ha editado la Biblioteca Orientalista. Y no la entendemos por tal en el sentido de calificación de un sistema o de un método determinado cualquiera, sino como labor que abarca los aspectos todos que abarcar puede, en alto sentido, un libro para un lector latino.
 
La alucinante belleza descriptiva de los misteriosos Alpes tiroleses; la maravillosidad de lo trascendental, revelado en las escenas relativas a la Mansión maestra; las prácticas consideraciones sobre la vida teosófica; la palpitante emoción, en fin, de aparecer todo vivido, todo lleno de vibración y movimiento, hacen que el lector, identificado con el alma del protagonista, viva y se asimile en todo instante las provechosas experiencias del que gozó de las cercanías de los Adeptos, guías de la humanidad.
 
Alguien tachará tal vez de irreal y fabulosa la claudicación final del héroe de la obra en su aventura con los espíritus elementales. No obstante, advierten todos los instructores teosóficos, que éste es el escollo donde tropiezan por lo general quienes seducidos por los encantos del mayávico reino, no advierten el peligro sutil de la definitiva prueba a que tarde o temprano son sometidos los que anhelan posponer su cuerpo de deseos a la conquista del Yo, cuyo único trofeo de victoria es su sojuzgación previa para el que se consagra al servicio pleno del ideal de ideales.
 
En suma: el encanto de las supremas bellezas naturales del mundo físico, los ilusorios recovecos de los etéreos planos, las magnificencias ignoradas del astral, las lucubraciones metafísicas del manas, y aquel amor y sacrificio infinitos del buddhi, en cuyo áureo ambiente viven los Maestros de la humanidad, todo se encierra y combina en las evocaciones de las páginas que siguen.
 
Sumérgete, lector, en este nuevo mundo que te espera y te sean sus bienes propicios.
 
 
 
 
 
Review publicado en la revista Lucifer
por ‘un estudiante de ocultismo’
 
(Luego lo pongo)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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