¿QUIÉN ES EL MORADOR DEL UMBRAL?

El ser humano es una consciencia que funciona a través de siete principios (un cuerpo físico y seis envolturas sutiles).

Estos principios se dividen en dos componentes:

• La triada superior constituida por el espíritu, el alma y el mental que es la verdadera Individualidad, la parte inmortal del hombre que viaja de vida en vida y
• El cuaternario inferior constituido por los cuerpos del deseo, de vitalidad, astral y físico que es la manifestación cíclica de la Individualidad (conocida como personalidad) y como tal es perecedera, requiriéndose renovar en cada reencarnación.

Pueden compararlo con la flor. El cuaternario inferior es la manifestación de la flor (sus pétalos, sus hojas, su tallo) que cada año surge. Mientras que la triada superior es la raíz que existe invisiblemente. Cíclicamente esta proyecta su esencia al exterior para formar la flor y cuando el periodo de manifestación llega a su fin, la raíz reabsorbe la savia y la flor se marchita. La raíz no muere, es simplemente su exteriorización representada por la flor la que desaparece.

Lo mismo pasa con el hombre. Cuando este se va a volver a reencarnar sobre la Tierra, el mental proyecta un rayo de su esencia hacia el mundo físico, el cual se va a entronizar con kama, el cuerpo del deseo para formar la la personalidad. Esta se puede comparar con el personaje que el actor (la Individualidad) interpreta en cada nueva reencarnación.

Desafortunadamente, hay casos en que la personalidad se identifica y se apega a tal grado con la maldad que su Individualidad tiene que separarse de la personalidad debido a que en esta, la materia con sus vibraciones psíquicas y astrales por la misma intensidad de sus vibraciones bajas, se encuentra más allá del control de la Individualidad.

La personalidad ahora como una entidad independiente se convierte en un ser sin alma, desprovista de sus principios guiadores (la triada superior) y fortalecida en los elementos materiales (sospecho que Blavatsky se refiere a los elementales, ver la interconexión entre los diferentes cuerpos del hombre).

Si la persona durante su vida terrenal fue un ser mediocre lo más probable es que la entidad desprendida se vaya paulatinamente desvaneciendo en el Kama-Loka (la zona intermedia entre el mundo físico y el mundo divino) como le sucede a los elementarios. Pero si fue un ser sobresaliente, frecuentemente ocurre que la persona desalmada vuelve a reencarnar una y otra vez en nuevas personalidades, cada una más abyecta que la anterior. El impulso de vida siendo demasiado grande, no se puede gastar solamente en una o dos vidas.

Cada ser es importante, por lo tanto se busca que esos Egos recapaciten y cambien su actitud, por ello se les tiene gran tolerancia (ver karma puede acortar una vida por compasión), pero si a pesar de los múltiples intentos durante varias reencarnaciones para que retomen el camino de la evolución espiritual, esos Egos insisten en hundirse cada vez más en el camino del mal, su vibración volviéndose demasiado negativa para poder permanecer en la Tierra, terminarán por caer en una región misteriosa de la cual a los Maestros no les gusta hablar, atraídos por su propio pesado magnetismo, en donde su destino será la aniquilación.

Ahí, esas “almas perdidas” son una y otra vez trituradas en el laboratorio de la Naturaleza, hasta que finalmente el agregado de átomos astrales, vitales y psíquicos que los componen son disipados. Mientras que la triada superior, después de un periodo más o menos prolongado de descanso inconsciente en el Espacio infinito, se encontrará renacida en otra personalidad, para proseguir con su evolución.

Pero a veces, para propósitos karmicos, se les permite permanecer en un estado activo en el Kama-Loka. En donde se convierten en los demonios que narran las religiones. Y cuando su Individualidad a reencarnado una vez más, desarrollando una nueva personalidad, la entidad desalmada se sentirá atraída hacia su “Padre” convirtiéndose en lo que en Ocultismo se llama el “Morador del Umbral”.

Este “Morador” conducido por la afinidad y la atracción, se impulsa a sí mismo dentro de la corriente astral, a través de la Envoltura Áurica del nuevo tabernáculo habitado por la Individualidad, declarándole la guerra a la personalidad que lo ha remplazado.

(Blavatsky, basado en Collected Writings, vol 12, pg 637)

« [Stainton Moses] le preguntó a la vieja dama [Blavatsky] si [el escritor inglés] Bulwer habría estado comiendo chuletas de cerdo medio crudas y soñando cuando describió a “ese horripilante Morador del Umbral” [en su novela Zanoni].

-        “Prepárese usted”, le contestó ella, “ya que dentro de unos doce meses tendrá que hacerles frente y luchar contra ellos”.

En octubre de 1876, ellos habían comenzado a actuar sobre él.

-        “Estoy librando”, escribió él, “una batalla mano a mano, en estas últimas tres semanas, contra todas las Legiones Demoniacas. Mis noches se han vuelto horrendas con sus tormentos, tentaciones e inmundas sugestiones. ¡Los veo a todo mi alrededor, fijando en mí sus miradas centellantes, parloteando, aullando, gesticulando sarcásticamente! Toda clase de insinuaciones asquerosas, de dudas turbadoras, de pavor loco y espeluznante se cierne sobre mí … ahora puedo comprender al Morador de Zanoni … todavía no he vacilado … y sus tentaciones son más débiles, su presencia menos cercana, el horror menos intenso.”

Una  noche ella [Blavatsky] se prosternó ante su Superior, uno de los pocos que ellos temen, pidiéndole que tendiera su mano a través del océano, no sea que Stainton Moses pereciera y la Sociedad Teosófica perdiera a su mejor sujeto.

-        “Debe ser probado” fue la respuesta.

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Él sí estuvo cuidándolo pero NO podía ahuyentarlos a no ser que la víctima, el neófito mismo, probara ser más fuerte que ellos. Pero ¿es que esos demonios humanos que estaban aliados con los Elementarios lo prepararon para una vida nueva como él pensó que ellos lo harían?

Las personificaciones de esas influencias adversas que acosan al Sí interno que lucha por liberarse y progresar, nunca hubieran retornado si él las hubiese conquistado con éxito, haciendo valer su propia Voluntad independiente, renunciando a su mediumnidad y a su voluntad pasiva. Sin embargo volvieron. »

(Carta Mahatma 9, p42-43)

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Por todo esto, podemos resumir que los Moradores del Umbral son fantasmas de desalmados, antiguas personalidades que se separaron de su triada superior, convirtiendose en veritables demonios y que sirven como prueba iniciática para medir que tan firme es la integridad de los posibles discípulos, antes de que sean aceptados como Chelas y entamen el sendero del conocimiento y poder.

Sinónimos: guardián del umbral, espíritu tentador.

(Nota: Esta es la definición del morador del umbral que da la Teosofía Original. Otras enseñanzas dan otras definiciones que posteriormente pondré.)