LAS AGRESIONES FÍSICAS QUE SE EJECUTAN EN NUEVA ACRÓPOLIS


 
Sobre este asunto he encontrado poca información debido a que es un tema tabú del cual generalmente los acropolitanos que lo han sufrido no quieren hablar, pero a pesar de ello si ha habido algunos valientes antiguos miembros se han atrevido a denunciarlo y a continuación les transcribo sus testimonios:
 
 
 
Testimonio de Esteban
 
« Hay incluso manuales para los lideres que explican cómo se debe tratar a los miembros para poder dirigirlos hacia el “buen sentido” y que son firmados por el propio fundador.
 
Yo me volví jefe de seguridad de Nueva Acrópolis en la Ciudad de México durante diez años y llegué a castigar con golpes y baños de agua fría a mis alumnos porque yo creía en lo que hacía, hasta que me di cuenta de que todo eso había sido una gran mentira.
 
Después de un enésimo encontronazo con un discípulo al que casi golpeé porque se atrevió́ a reclamarme las constantes humillaciones que les hice sufrir, tomé conciencia de la situación y decidí aislarme en mi casa, dejar de contestar las llamadas y cortarme completamente del mundo.
 
Estuve llorando durante varios días sin apenas salir y adopté la técnica del avestruz, o sea esperar de que las cosas se resolvieran por si solas y que al despertar me diera cuenta de que todo había sido un mal sueño. Pero hay cosas que no se pueden borrar.
 
Y es por eso que doy mi testimonio, porque quiero alentar a otras personas a denunciar también esa institución con vuestro testimonio, y también quiero alertar a los que quieran ingresar, porque cuando yo me adentré en Nueva Acrópolis no existía internet y era mucho más difícil obtener información sobre ese grupo. »
 
 
 
 
Testimonio de Arim
 
« Yo pertenecí a esta organización por un periodo de 8 años, y 7 de ellos serví en las Fuerzas Vivas (círculo más interno) en la sede de San Isidro en Lima, Perú. Y durante todos esos años fui testigo de un sin fin de abusos y maltratos.
 
Referente al centro donde yo estuve, la señora Beatriz Diez Canseco se hace llamar "la Maestra", pero es una farsa. ¿Qué maestro necesita maltratar o humillar a sus miembros para dar una enseñanza?
 
Si la vibración del maestro es la del amor, no hay nadie que pueda estar más alejado de la vibración de un autentico maestro que una persona que vive montada en cóleras explosivas, y que más que una maestra parecía un cachaco. Ella es colérica, autoritaria, abusiva, ajena, distante, inaccesible, llena de complejos y problemas psicológicos graves, y por sus comentarios en clases para las Fuerzas Vivas abiertamente admiradora del genocida Franco.
 
Lo único que le importa son los objetivos a gran escala de la organización, pero le importa muy poco o nada la vida de los miembros dentro de la organización, o el daño espiritual y emocional con el que se pudieran ir muchas personas, ya sea por haber sido discriminadas, o por haber sufrido abusos físicos y psicológicos, o porque les querían quitar su plata. Increíble que ella todavía tenga el descaro de hablar de valores y virtudes. ¡Esa es la verdadera Nueva Acrópolis! »
 
 
 
 
El testimonio de Zuhal
 
« Una de mis peores experiencias de humillación tuvo lugar en la escuela de Nueva Acrópolis, en una clase que acabó con secuelas físicas irreversibles. En esa clase el instructor me mantuvo casi por dos horas de rodillas porque él consideraba que soy demasiado orgullosa y me quiso enseñar lo insignificante que soy, hacerme sentir humillada y miserable.
 
Un individuo que no sabe nada de mi vida, de mi pasado, de mi presente, de mis tripulaciones, alguien así no se puede permitir jugar con las emociones, sentimientos de nadie. No puede haber una persona formada con un miserable cursillo de psicología impartida por un director que no tiene formación de profesor y luego este maestrillo sin saber que consecuencias tienen sus actos jugar de instructor, juzgar a otras personas iguales y que tenían ilusión por lo que iban haciendo en la escuela y aportando su granito de arena.
 
Ese ha sido uno de mis peores momentos de mi vida y ese pequeño calvario de dos horas en mi alma, por lo que he vivido emocionalmente, la humillación dejó signos físicos permanentes e irreversibles. »
 
 
 
 
Comentario de José
 
« Tremendo testimonio de lo que has pasado, pero me alegra que estés bien y que hayas logrado sobreponerte. Lo que más me sorprende es que hayas vivido todo eso sin ser Fuerza Viva. Pero si he notado que hay casos de personas que aunque no lo sean han estado muy involucrados y por eso se les da trato especial, por así decir.
 
Es increíble el nivel de abuso al que llegan los dirigentes de Nueva Acrópolis cuando creen que las personas no se atreverán a denunciar y ni siquiera a comentar lo que les pasa, por vergüenza, falta de confianza o por otras razones. Yo me acabo de enterar de conductas similares por parte de otros dirigentes de mi país. Cosas que nunca se me pasó por la cabeza que podrían ocurrir allí, porque nos imaginamos que hay escrúpulos y controles que no permiten que cosas similares ocurran, que los dirigentes de más arriba son más estrictos y vigilantes, y que en todo caso, si llegara a oídos de "Delia"...no se quedarían así como así.
 
Pero la triste realidad es que la tal Delia (y similares) tiene los oídos cerrados a situaciones de abuso. No solo se enteran (yo llegué a creer que los abusos eran realmente ignorados por los mandos máximos) sino que manejan las cosas de forma velada a propósito.
 
Para dar un ejemplo, vean lo que ocurrió en Argentina con su mando nacional, que fue acusado por acoso o algo similar. Hay testimonios incluso de las personas que fueron víctimas de ese caso. Pero en fin, son cosas de las que es mejor conocerlas y así poder entender la verdadera naturaleza de la institución en la cual pasamos años creyendo que luchábamos para mejorar el mundo, durmiendo poco (¿se acuerdan del cuento de las 4 o 5 horas que ellos recomiendan?), dando dinero, tiempo y energía, y quizás los años de juventud que vivimos allí.
 
Lo único que hace que valga la pena todo eso es saber que hoy podemos advertir a otros y quizás entender, por lo que vivimos, cómo funciona el alma humana cuando necesita afectos e ideales y por ello mismo, detectar a los charlatanes a tiempo. »
 
 
 
 
El testimonio de Ana
 
« Hace ya seis años que salí de Nueva Acrópolis y me ha costado bastante tomar la decisión de escribir este testimonio. Al salir fui consciente de lo mal que lo había pasado, pero también estaba confundida. Había cosas que me habían hecho daño, pero también había personas que consideraba buenas. Había personas que me dañaban en esa organización, pero ese daño solo lo veía yo, el resto del grupo tenía una buena impresión de esas personas. Había actos que me herían internamente, pero estaban justificados bajo la idea de que “un Maestro te pone pruebas, un Maestro siempre hace las cosas por tu bien, aunque te duelan”. Yo estaba segura de lo que sentía, pero también sabía que no podía esperar ningún tipo de comprensión.
 
Entré en Nueva Acrópolis a los 19 años. Al cabo de un año de estar ahí, uno de mis profesores me dijo que se estaba abriendo un nuevo grupo de formación para las “Fuerzas Vivas”. Vi que varios de mis amigos entraron y acepté la invitación. Las prácticas violentas empezaron al cabo de unos meses. Habían expulsado a varias personas diciéndoles que “aun no estaban preparadas para entrar”, así que los que quedábamos éramos algo así como los “discípulos más aceptados”.
 
En silencio me llevaron a otra sala, y al entrar me encontré con un hombre con guantes de boxeo. Yo conocía a ese hombre, era instructor de la organización. El hombre puso cara de concentración porque tenía que hacer eso despersonalizado (le decían algo así como que no estaba pegando sino cumpliendo un papel).
 
Yo no pensaba que me iban a pegar en serio, pero sí me pegaron. Me pegaron varios puñetazos hasta que me caí al suelo. Entonces me quedé en el suelo girada de espaldas protegiéndome. La directora vino y me gritó en la cara: “¿así enfrentas los problemas? ¿dándoles la espalda? ¡Eres una cobarde!”.
 
Me levanté, intenté pegar, y no podía, estaba paralizada y como asfixiada. El hombre, que lo estaba pasando mal porque no quería seguir pegándome, abrió los brazos y me dijo gritando: “Ana, pégame, ¡pégame!”. Pero literalmente, no me funcionaban los brazos. Tuve que repetir el ejercicio otro día con otro hombre diferente.
 
En otra ocasión nos hicieron pelearnos entre nosotras. Como siempre nos hacían estos ejercicios durante una reunión normal, sin avisar. Nos pusieron los guantes de boxeo y nos dijeron: “pegaros”. En esas peleas no había técnicas de defensa o de lucha como en las artes marciales. Estábamos en el suelo (no en un tatami) con zapatos y falda, y el ejercicio era simplemente pegarnos, como quien se pelea en la calle. Había que sacar la agresividad, la fuerza, pegar con ganas. Si no, no pasabas el ejercicio.
 
Otro día nos pusieron en parejas. Nos pusieron una delante de la otra y nos dijeron que teníamos que pegarnos bofetadas en la cara, primero una y luego la otra. Así hasta que nos dijeran que paráramos. Empezamos a darnos bofetadas flojas, pero entonces, la directora se nos acercó y nos gritó: “flojo no, ¡fuerte!”.
 
Tenías que aguantar las bofetadas sin inmutarte, poniéndote recta rápido si te caías hacia el lado, sin hacer ninguna mueca de dolor, enfado o miedo. Si te entraba el reflejo de apartar la cara, también te amonestaban.
 
 
Durante las pruebas de Fuerzas Vivas, nos llevaron en coche con los ojos vendados a la montaña. Era invierno y en la montaña hacía mucho frío. Entre otras cosas, a las chicas nos hicieron desnudarnos y entrar en una cascada. Me llamaron y me dijeron: “quítese toda la ropa y métase hasta el fondo de la cascada”. Yo pregunté: ¿la ropa interior también? Y me dijeron: “sí, todo”.
 
Me quité toda la ropa y entré a la cascada. Las rocas resbalaban, pero entre los nervios y la vergüenza, ni sentí el frío. Luego te secaban, te ayudaban a vestir y te daban una infusión para que no cogieras una hipotermia. Luego con los ojos vendados, entre varias personas, te empezaban a empujar y zarandear, mientras te gritaban e insultaban. Luego te dejaban sentada en medio del bosque a oscuras. 
 
Nunca supe el porqué de este tipo de pruebas, pero yo estaba como en una especie de “globo psicológico”. Todo eso te lo hacían siempre con secretismo, con los ojos vendados, sin avisos, con misterio.
 
Había otras muchas prácticas, como exposiciones ante un público que te trata mal, aguantar objetos con los brazos extendidos hasta no poder más, arrastrarte por el suelo si alguien llegaba tarde, hacerte conseguir cosas gratis de las tiendas para probar tu poder de persuasión, etc. Los chicos hacían otras prácticas, las cuales desconozco ya que no se explicaba lo que hacía el grupo masculino.
 
Aun así no trataban a todos igual, sino que siempre percibían con cual persona podían sobrepasarse más. Por ejemplo yo tenía una amiga a la que le pegaron bofetadas en la cara en varias ocasiones. Esta amiga había tenido una infancia bastante difícil y no sabía poner límites como los demás. A ella la pegaban cuando tenía algún descuido o decía algo que no era apropiado.
 
Un día en una reunión con Delia Steinberg (la Directora Internacional) estábamos todos los integrantes de las Fuerzas Vivas de España, y en esa reunión podíamos escribir preguntas anónimas en un papel y Delia las iba leyendo.
 
Mi amiga escribió: “¿Un Maestro puede pegar a un Discípulo?”. Los papeles con preguntas se dejaban en su mesa, y luego Delia los iba leyendo espontáneamente, así que no sabía qué iba a leer hasta que lo tenía en frente, por lo que no podía escoger o eliminar ciertas preguntas.
 
Cuando Delia tomó el papel de mi amiga y leyó la pregunta en voz alta, se escuchó una especie de griterío en toda la sala, como voces de asombro y de sorpresa ante la pregunta. Luego el ambiente se silenció un poco y Delia contestó lo siguiente: “Esto no es una pregunta”, dejó el papel a un lado, y sin más siguió leyendo las otras preguntas. Como por arte de magia, esa pregunta pareció esfumarse en el olvido.
 
Les explico esto para que luego no vengan con las excusas de “las cosas ahora están cambiando, estamos renovando los mandos”, “Huy, no sabíamos que estaba pasando eso en tal país o en tal sede”, “Entre el dictador y el tirano hay una línea muy fina, son cosas que pasan”, “El ideal es perfecto las personas no”, etc.
 
Lo importante en Nueva Acrópolis es hacer crecer escuelas, por eso hay permisividad. Se sabe perfectamente cómo es cada dirigente, no se puede ser tan ingenuo como para no darse cuenta, y no se hace nada hasta que la situación acaba explotando. Si la gente lo aguanta y no se queja demasiado, pues ahí lo dejamos. Y cuando la cosa explota y es muy grave, expulsan al dirigente, si no, pues lo dejan haciendo otra cosa. Así de simple.
 
¿Qué le pasó a mi amiga después de eso?
 
Pues pensó que había hecho mal en escribir eso. Nadie le dio ninguna explicación, nadie le pidió disculpas, todo quedó en un silencio, en una indiferencia. Yo también actuaba indiferentemente. De alguna manera, sabía que en Nueva Acrópolis no se promocionaba que el maestro pegara al discípulo, pero también sabía que a veces hay que ser duro y recibir pruebas. Una de esas pruebas también la tuve que pasar personalmente. 
 
Tenía 20 años y me había comprado una camiseta nueva. Era de tirantes y de seda y me hizo ilusión enseñársela a la gente. Cuando la directora vino, miró la camiseta y dijo: “qué bonita”. Y con cara de seria, se fue. Al día siguiente me puse la camiseta y por la noche me quedé allí a cenar. Mientras estaba cenando, la directora vino por detrás sin hacer ruido y con unas tijeras de cocina empezó a cortar la camiseta de abajo hacía arriba. Notaba el frio de la tijera metálica por mi espalda, pero ni me moví. Después me abrió la camiseta, dejó las tijeras encima de la mesa con fuerza y se fue sin decir nada. Me tapé y miré alrededor. La gente no decía nada. Creo que estaban igual de asombrados que yo. Me levanté y fui al lavabo sin creerme lo que había pasado.
 
Al día siguiente, la directora me hizo ir a su despacho y me dijo: “ni se te ocurra vestir así, haces sufrir a los hombres”. Lo curioso es que yo era una chica bastante normal. Había otras chicas que también iban en tirantes y no les hizo nada.
 
¿Qué pensé y cómo acepté esa humillación?
 
Bueno, había una parte de mí que sintió rabia. Me daba rabia que me hubiera roto mi camiseta nueva. Tenía 20 años, no tenía mucho dinero, y me había hecho ilusión comprármela. Pensaba que las cosas se podían decir de otra manera, que esas actitudes no eran normales. Me daba mucha rabia tener que rebajarme así.
 
Otra parte de mí pensaba otra cosa, pensaba que era una prueba y que si me habían hecho eso a mí y no a otras personas es porque consideraban que yo era suficientemente fuerte como para soportarlo. Era como si estuvieran probando mi orgullo, y yo pensé: “no me vas a provocar”. Yo creía que estaba ganando al no reaccionar ante eso, pero en realidad estaba adoptando una posición de sumisión.
 
Mi interior oscilaba entre la rabia y la sumisión. Era como si sacaran lo peor de ti para ver si aguantabas. Y si no aguantabas, acababas explotando. Y claro, cuando alguien explota es mal visto, y la gente cree que el problema es de la persona que es inestable.
 
Los directores abonaban esa creencia, hablando de los defectos, de las personas que no aceptan a un Maestro, etc. La persona se quedaba sola, aislada y sin apoyo ni credibilidad. ¿Es así cómo se sana el alma humana de la gente? ¿Machacando sus debilidades? ¿Se busca enseñar o se busca destruir al otro? ¿Qué diferencia hay entre ser duro y directo y entre no tener ni idea de lo que se está haciendo? ¿Entré quitarle el orgullo a un discípulo, y entre humillarle?
 
Lo digo porque luego te venían con los ejemplos de la película Kárate Kid, que el Maestro es duro para enseñarte, que hay que quitar el orgullo al discípulo, que si las pruebas indirectas… ¿Cómo saber cuándo la intención del Maestro es buena o cuando su intención es no ser pisado en su orgullo?
 
 
Los desprecios sutiles, y no tan sutiles, y las muestras de cariño, eran alternantes. Y el esfuerzo por reprimir mi rabia, por ser sumisa y amable, o por tratar de hacerles cambiar, se convirtió en una tortura.
 
Cuando yo me alejaba, el director solía tener conductas de desprecio e intimidación. Me decía que “me faltaba corazón”, “me faltaba magnetismo”, que “cuando uno no acepta a un maestro, tampoco lo aceptarán a él o ella como maestro”, etc. Había ocasiones en que literalmente dejaba de hablarle, y solía intimidarme para forzarme a actuar.
 
Por ejemplo, cuando me veía sentada, se acercaba por detrás y me agarraba del cuello ahogándome. Yo intentaba quitarle las manos, le decía que me estaba ahogando, que no podía respirar, pero él se mantenía en silencio, apretándome el cuello con fuerza. Entonces me susurraba: “es mi manera de dar cariño”. A veces, incluso lo hacía delante de alguna persona, la cual pensaba que era una de las bromas del director.
 
Si en un arrebato de rabia le decía que era un manipulador, él decía: ¿por qué eres tan susceptible? Entonces, un día le cogía a alguien del cuello también, aunque mucho más flojo, y se ponían a reír juntos. Luego me miraba. Me entra una impotencia horrible solo de recordarlo.
 
En un inicio yo sentía mucha devoción por ellos, los veía como unos padres, pero luego me di cuenta que lo único que había conseguido en esos años era sentirme cada vez peor. Literalmente fue como llegar con el corazón roto, ver una luz de esperanza, y volver a tu corazón roto, pero siendo una esclava.
 
Lloré muchas noches. Y no fue por estos ejemplos que he puesto. Lo que quiero decir es que esto son solo dos o tres ejemplos, no puedo explicar todo lo que me pasó en tan pocas hojas. »
 
 
 

Comentario de Giordano
 
« ¡Dios! Acabo de leer los testimonios y me siento terrible, apenado, pensativo, y lo único que agradezco es que ya no soy parte de esa organización. Mi empatía y sentimientos de apoyo para todos los que han pasado por cosas así. Sí que son fuertes, yo nunca sufrí tratos de ese calibre, aunque sé que una filial de mi país tenía una directora igual de loca como algunas que describen acá, y me han contado algunos amigos que sí fueron maltratados por ella.
 
Usualmente no me enojo mucho al leer cosas así, pero hoy me he sorprendido el nivel de maltrato que se da en todo el mundo, no en un solo país. Lo que me queda claro es que maltratan al que se deja, y claro, en algún momento, todos consentimos algún tipo de abuso, poco o mucho, con tal de ser aceptados. ¡Que esto se sepa! No tienen derecho a ocultarlo. »

 
 
 
Comentario de una acropolitana de Chile
 
« Hola, me parece increíble lo que dices pero no me sorprende que lleguen a esos extremos. Estoy convencida que hay gente psicópata y narcisista metida ahí. Las personas que te pegaron deberían estar en la cárcel. Eso está en contra de los derechos humanos. Yo misma pude observar cómo la gente cambiaba una vez que estaba al interior de esa secta.
 
La primera directora que conocí era una mujer muy grosera y mandona, un verdadero esperpento. Sin embargo llegamos a tomarla como ejemplo, éramos chicas jóvenes, tendríamos que haber sido alegres y simpáticas y en vez de eso nos estábamos transformando en comandantes de un ejército nazi. Ya solo nos faltaba aprender el alemán y ponernos a apretar botones para soltar el gas.
 
Puede parecer que estoy exagerando, pero en eso nos estábamos transformando, en verdaderos monstruos sádicos y violentos. Nada que ver con esos supuestos valores de dama y caballero. En vez de eso nos estaban enseñando a maltratar al más débil y tiene lógica porque ellos claman por el súper hombre. Entonces, lo lógico es que desprecien a los débiles y quieran destruirlos con sus repugnantes apologías a la guerra y a la crueldad. »
 
 
 
 
Respuesta de Ana
 
« Estoy de acuerdo con algunas cosas de este comentario, pero sobre lo de psicópatas y narcisistas, y lo de meterlos en la cárcel, me parece demasiado simple. En lo personal no tengo nada en contra de quienes me pegaron porque también estaban siendo manipulados. Y en el ejercicio de las bofetadas o de las peleas nos hacían hacerlo en parejas y yo también participaba.
 
Para catalogar a los directores, antes tendría en cuenta lo siguiente: Nueva Acrópolis te vuelve una persona fría, dura, "estoica". »
 
 
 
 
Contestación de Giordano
 
« Comprendo tu punto de vista Ana pero ese comentario lo puso una chica ex Fuerza Viva de Sudamérica que ha pasado por sus propias vivencias duras, y de las cuales ha sacado ese tipo de conclusiones y otras más, incluso hay un video en youtube con su testimonio de lo que vivió en Nueva Acrópolis.
 
Sobre el tema de los narcisistas y psicópatas, he notado que hay varias personas que estudian o son profesionales en psicología que mencionan esos términos para describir a personas con perfiles muy pero muy parecidos a muchos dirigentes de Nueva Acrópolis, de manipuladores para arriba.
 
Al principio me parecía una exageración pero hoy ya no tanto. Y creo que es muy probable que la "formación" y la endoculturación acropolitana incentiva comportamientos narcisistas y actitudes que pueden parecer de psicópatas y otras enfermedades mentales. Sobre todo por esa tendencia a "endurecer" el carácter y a negar la capacidad de crítica y de razonamiento. Si, también creo que la mentalidad acropolitana merece un estudio profesional sobre lavado de cerebro y manipulación coercitiva. »
 
 
(Nota: Giordano si pudieras darnos el link de youtube del testimonio de esa chica de Chile te lo agradecería.)
 
 
 
 
 
 
 
CONCLUSIÓN
 
Iré añadiendo más testimonios a medida que los vaya encontrando, pero estos ya son suficientes para demostrarles que si se efectúan numerosos abusos físicos en Nueva Acrópolis, y por lo tanto si ustedes pertenecen a esa organización NO se dejen maltratar, no les crean sus historias que ellos lo hacen porque “el maestro sabe lo que hace”, o porque “es para endurecer vuestro carácter”, etc. Ya que en realidad los dirigentes de esa organización están improvisando y ellos no buscan fortificar a las personas sino someterlas, y como ustedes mismos lo pudieron constatar, esas agresiones en la mayoría de los casos suelen producir más daño que bien.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

4 comentarios:

  1. Hola CID,
    Una pregunta, que es LA LEY NATURAL, dicen que esta oculto en nosotro y esta en la vida mundana y en lo metafisico, pero no entiendo como es que se funsiona dicha Ley.

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    1. Usualmente por ley natural en el esoterismo se refiere a las leyes que rigen a la naturaleza (tanto la que ya es conocida por la ciencia, como la que todavía se desconoce).

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  2. Hola Cid, con gusto te comparto el video de Luna, quien fue Fuerza Viva de Nueva Acrópolis Chile, como lo pusiste arriba. Ya tu pusiste el link con los comentarios míos y de ella sobre el testimonio de Ana, de España. Este es el testimonio de Luna. https://www.youtube.com/watch?v=0dMkjPyUE5I&t=2617s

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  3. Ellos mismos se hacen llamar "Escuela de Filosofía a la manera clásica". Eso ya es una bandera roja 🚩 pues todas las escuelas clásicas de oriente y occidente era bien visto que los maestros maltraten a sus discípulos. Además de que los clásicos veían con buenos ojos la esclavitud, la pederastia, y otras cosas más.

    MORALEJA: No todo lo clásico es bueno ni todo lo moderno es malo, cómo creen los tradicionalistas.

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