LA MAGIA CEREMONIAL PUEDE SER PELIGROSA

(El siguiente artículo fue escrito por la Logia Unida de Teósofos de Inglaterra y le agradezco a Alexander por haberlo traducido y la versión original en inglés la pueden leer aquí.)

Es importante que las personas y especialmente los estudiantes de Teosofía comprendan y se den cuenta de que:

* La Magia Ceremonial no tiene cabida legítima en la Teosofía o el Movimiento Teosófico.

* H.P. Blavatsky se opuso constante y persistentemente a la Magia Ceremonial.

* La literatura teosófica original advierte repetidamente contra la Magia Ceremonial y la describe como una práctica dañina, necia y peligrosa.

* La Fraternidad Transhimaláyica y todos los demás Adeptos y Maestros de Sabiduría genuinamente iniciados se oponen fuertemente a la Magia Ceremonial.

Y la razón para afirmar todo esto en términos tan claros es porque algunos de los que se hacen llamar “teósofos” (algunos de los cuales sincera e ingenuamente se engañan, mientras que otros ignoran deliberadamente la Teosofía genuina y sus verdaderas enseñanzas y filosofía) promueven la idea de que la Magia Ceremonial es algo bueno, positivo y aprobado por los Maestros.

Ellos afirman que ahora estamos entrando en el período evolutivo del Séptimo Rayo, y que este Rayo gira en torno a la influencia de la Magia Ceremonial.

Y por consiguiente ellos dicen que la necesidad y la potencia de la Magia Ceremonial aumentarán y que por lo tanto debe promoverse y fomentarse los rituales que ellos denominan «ritos teosóficos».

Y ellos afirman que todo esto está benéficamente presidido por el así llamado «Chohan del Séptimo Rayo» a quien llaman “Maestro Rakoczy”.

Pero dado que muchas personas no son conscientes de la verdadera historia y antecedentes del Movimiento Teosófico, estas personas siguen sin saber que absolutamente nada de lo que se ha descrito en los dos párrafos anteriores es representativo de la verdadera Teosofía, sino que al contrario es la antítesis y el polo opuesto a las enseñanzas genuinas aportadas por los Mahatmas.

Todas estas cosas:

1)   El concepto de que estamos entrando en la era del Séptimo Rayo.

2)   La idea de que el Séptimo Rayo está relacionado con la Magia Ceremonial.

3)   La noción de que la Iglesia Cristiana tiene alguna relación legítima con los Maestros y el Movimiento Teosófico.

4)   La idea de que existe el rol de «Señor del Séptimo Rayo».

5)   La supuesta existencia de un “Maestro Racokzy”.

Todas estas cosas fueron inventadas por el polémico e infame “teósofo” inglés C.W. Leadbeater más de dos décadas después de que Blavatsky había fallecido.

Y estas ideas, junto con una multitud de otras falsedades que también tuvieron su origen con Leadbeater, fueron aceptadas ciega e incondicionalmente como verdaderas por Annie Besant quien era la presidenta de la Sociedad Teosófica, y desde entonces se convirtieron en parte de las enseñanzas centrales de la Sociedad Teosófica de Adyar.

Posteriormente Alice Bailey, miembro de la Sociedad de Adyar, finalmente se marchó para comenzar su propia organización (la Lucis Trust y la Escuela Arcana) pero sus propios libros siguieron promulgando ampliamente estas ideas falsas, junto con muchas otras cosas derivadas de las autoproclamadas revelaciones clarividentes de Leadbeater, aunque presentadas en los libros de Bailey como si estuvieran respaldadas e incluso dictadas por un Adepto Tibetano, y como si estas llevaran el sello completo de aprobación y autoridad de la Gran Fraternidad de los Maestros.

Pero en este artículo bastará con citar unas pocas declaraciones de Blavatsky y concluir con una explicación y advertencia muy clara hecha por William Judge para mostrarles cual es la verdadera opinión de los Maestros sobre la Magia Ceremonial:

« Los Tantras [magia ceremonial que se practica en la India] tal como están ahora son la encarnación de la magia negra ceremonial del tinte más oscuro. Un Tantrika, quien practica los Tantras en su letra muerta, es sinónimo de “Brujo” en la fraseología de los hindús.

La sangre (humana y de animales), los cadáveres y los fantasmas, tienen el lugar más prominente en la parafernalia utilizada para las prácticas nigrománticas y para los rituales del culto tántrico. Pero es muy cierto que esos Cabalistas que se meten en la magia ceremonial, tal como la describe y enseña Eliphas Lévi, son Tantrikas tan hechos y derechos como los de Bengala. »

(Blavatsky, artículo “La Cábala”)

« La magia ceremonial, según las reglas burlonamente expuestas por Eliphas Levi, es otro imaginario alter ego de la filosofía de los antiguos Sabios. En resumen, los prismas a través de los cuales miran el Ocultismo los filósofos cándidos que practican esos rituales, son tan variados y multicolores como cabe en la humana fantasía. »

(Blavatsky, artículo “El Ocultismo en oposición a las Artes Ocultas”)

« Los iniciados orientales no creen en los “milagros”, y la magia ceremonial de los ocultistas y filósofos herméticos de la Edad Media es repudiada por ellos con mucha vehemencia. »

(Blavatsky, artículo “Teosofía y Espiritismo”)

« No teniendo nosotros los teósofos ni dogma ni ritual (que son las cadenas que sofocan el alma). No empleamos la “magia ceremonial” de los Cabalistas Occidentales porque estamos muy familiarizados con sus peligros como para querer tener nexo alguno con ella. »

(Blavatsky, artículo “El Faro de lo Desconocido”)

Y William Judge advierte que:

« En la práctica de la magia ceremonial, en la cual ciertas figuras geométricas y otro objetos son usados, con la ayuda de oraciones e invocaciones, puede allí encontrarse un peligro real. Y este peligro es aumentado si el estudiante efectúa esos rituales solo por el deseo de ganar gloria o poder, o por la sola búsqueda de lo prodigioso; todos los cuales son propósitos egoístas.

En este ceremonial, el operador o auto-designado mago, se rodea de un círculo o con un arreglo de triángulos, cuyo uso es para protegerle de cualquier espíritu que el mago pueda atraer.

¡Pero atención!

Una protección de este tipo no sería necesaria ni pensada a menos que un peligro real no estuviera detrás, escondido, y de que las sombras o demonios tuvieran el poder de herir y de hacer daño. Así es que desde el principio, el miedo, producto de la ignorancia, está enteramente presente.

La otra cosa importante a observar es que una espada tiene que entrar en el proceso de conjuración. Esto se recomienda porque, según se dice, los demonios le tienen miedo al acero afilado.

Ahora bien, Jesús dijo que aquel que utiliza la espada, perecerá por ella. Y con esto él quiso decir lo mismo de lo que estamos tratando aquí ya que la magia ceremonial envuelve, casi a todo paso, el uso de una espada.

Y después de que el invocador o mago ha usado el ceremonial, digamos con éxito por algún momento, él crea finalmente dentro de su aura, lo que Swedenborg describió con la palabra “esfera”, o sea un duplicado de lo que previamente había usado y dibujado en el suelo o en las paredes.

Y de ahí en adelante él ya no es amo, puesto que al colocar todo esto en esa parte de su naturaleza de la cual él es ignorante, la espada de metal se convierte en un espada astral con el mango siendo inconscientemente manipulado por los demonios o las influencias que él despertó sin conocimiento.

Entonces ellos le atacan donde ninguna defensa puede ser intercalada, o sea en los planos sutiles, y tal como lo dijeron las palabras de aquel gran sabio que fue Jesús, el mago al final perecerá por el arma que él mismo usó.

Este peligro (aquí dado solamente en forma de bosquejo) no es sólo una invención del cerebro. Es un peligro verdadero e inmanente en la práctica de la magia ceremonial.

Ningún estudio libresco le dará al hombre el poder de hacer cambios constitucionales, ni tampoco las alteraciones psíquicas que son necesarias antes de que él sea dirigente de las fuerzas inmateriales. Pero nosotros podemos invocarlas y conocerlas temporalmente por seguir ciertos métodos.

Y aquellas fuerzas que invocamos es seguro que vendrán, pero obedeciendo una ley de su propia naturaleza, ellas tomarán lo que algunas veces se le ha llamado su “venganza”.

Porque todas esas prácticas sólo invocan la parte inferior y no espiritual de nuestra naturaleza, la cual viste tales seres con atributos correspondientes, y cuya venganza consiste en inflar el ego lo que eventualmente resultará en un desarrollo de pasiones malignas, en la atrofia de la concentración, en la destrucción de la memoria, y terminando al final en una conclusión miserable de la vida y en un fracaso casi total de usar las oportunidades para el progreso presentado por esta encarnación.

Por lo tanto y como dije antes: todo esto no es más que un inútil enredo mental o algo que puede resultar en verdaderamente peligroso. »

(Apuntes sobre el Bhagavad Gita, p.72-75)