LA ISLA DE POSEIDONIS Y EL HOMBRE DE CROMAÑÓN

(Observación: esta es la octava parte de la investigación de David Pratt sobre el continente americano y cuyo inicio lo pueden encontrar aquí, y le agradezco enormemente a Nicolás por haber traducido un artículo tan grande pero a la vez tan cautivante de leer.)

  ÍNDICE

    1.  La isla de Poseidonis

    2.  Las migraciones del hombre de cromañón

1 - LA ISLA DE POSEIDONIS

Según Platón, los antecedentes que él mencionó sobre la Atlántida en sus obras Timeo y Critias (las cueles fueron escritas alrededor del año 360 a. de C.) dicha información fue otorgada originalmente al estadista ateniense Solón por sacerdotes egipcios en Sais en el siglo VI a. de C., y posteriormente Solón se lo narró a Critias (quien fue el abuelo de Platón).

La isla se situaba "más allá de los Pilares de Hércules" (o sea del Estrecho de Gibraltar), sus habitantes tenían una gran cultura y conquistaron muchas partes de Europa occidental y África.

Pero luego de un periodo de grandes terremotos e inundaciones, la isla fue "en un solo día y en una sola noche de desgracia" tragada por el mar.

Y Platón atribuyó la creciente maldad de sus habitantes como la causa oculta que provocó la destrucción de su isla.

Muchos investigadores consideran que la historia de Poseidonis es solo una fabula que inventó el filósofo griego, pero Helena Blavatsky afirma que Platón, como iniciado, no estaba en condiciones de divulgar todo lo que él sabía y optó por presentar una mezcla de verdad, alegoría y mito, con el objeto de mantener vivo el conocimiento acerca de este mítico continente.

Por ejemplo, una parte de lo que asevera el filósofo se refiere al vasto y antiguo continente de la Atlántida, mientras que otras veces alude específicamente a la isla de Poseidonis, que fue su remanente final, y el cual tenía el tamaño aproximado de Irlanda ⁽¹⁾, y de acuerdo a la Teosofía moderna Poseidonis fue destruida en el año 9565 a. de C. ⁽²⁾.

Y aunque el propio Platón sostuvo que la teoría de la Atlántida era "extraña pero perfectamente verdadera", los historiadores de cabecera la descartan como ficción. Sin embargo esta tierra también es mencionada directa o indirectamente por otros autores clásicos.

Por ejemplo:

1) Escribiendo en torno al 450 a. de C. (unos 100 años antes de Platón), Heródoto llamaba lo que ahora se denomina Océano Atlántico como “el Mar de Atlántida”, y describió una tribu de “atlánteos” (atlantes) que vivían cerca del Monte Atlas al noroeste de África.

2) Alrededor del 100 a. de C., Claudio Eliano reportó que, según los habitantes de las costas oceánicas, los antiguos reyes de la Atlántida trazaban su ascendencia al dios Poseidón.

3) El Historiador Marcelo apuntó que los pobladores de las Islas Canarias preservaban tradiciones sobre la Atlántida, que una vez había gobernado todas las islas en el océano que lleva su nombre.

4) En torno al 8 a. de C., Diodoro Sículo habló de "Atlantoi" (tribus atlantes) que vivían en el norte de África cerca del océano, y cuyas deidades se originaron en el Atlántico.

5) A mediados del siglo V d. de C., el filósofo Proclo mencionaba que alrededor del 300 a. de C. los sacerdotes de Sais le habían mostrado a Crantor (alumno de Platón) las columnas del templo donde se registró la tradición atlante ⁽³⁾.

Blavatsky asevera que el mundo sabría mucho más sobre la Atlántida si no fuera por el hecho de que muchos trabajos antiguos se eliminaron deliberadamente, como por ejemplo fue el caso de los numerosos y valiosos trabajos que se guardaban en la Biblioteca de Alejandría y que fueron destruidos por los romanos, luego por los cristianos y finalmente por los musulmanes.

Al grado que se estima que sólo ha sobrevivido hasta hoy un 5 ó 10% de las obras escritas sobre las civilizaciones mediterráneas precristianas.

Asimismo, a ambos lados del Atlántico pueden detectarse numerosas leyendas que se refieren a la Atlántida u otras tierras sumergidas:

1) Los aborígenes de Norteamérica tienen tradiciones que hablan de sus ancestros llegados desde una tierra "en dirección del sol naciente", y cuando América fue descubierta por primera vez, se encontraron algunas tribus nativas que llevaban el nombre de "Atlanta" ⁽⁴⁾.

2) Según el Popol Vuh, los mayas quiché eran emigrantes del este que vivían en la oscuridad y viajaron al oeste en barcos buscando a donde sale el sol.

3) En Bretaña, la historia arturiana sitúa la isla de Avalon en el Atlántico y se refiere a la tierra sumergida de Lyonesse situada fuera de las Islas Sorlingas, al suroeste de Cornwall.

4) En Irlanda, existe una leyenda acerca de Hy-Brasil, una tierra en el océano del oeste y de pueblos con poderes mágicos oscuros que emergen del mar.

5) y por su parte, los celtas de Bretaña contaban un relato sobre la isla sumergida de Ys situada más allá de la costa.

Además, muchos pueblos de la Antigüedad daban nombres perceptiblemente similares a una isla-continente localizada antaño en el Océano Atlántico ⁽⁵⁾.

Por ejemplo, las tribus beréberes del norte africano la llaman Attala, los vascos Atlaintika, los vikingos Atli, los babilonios Arallu, y los aztecas Aztlán o Tulán. Los hindúes se referían a la Atlántida o a sus diferentes sectores en varias fases de su evolución como Atala, Saka-dvipa (Atlántida prístina), Sveta-dvipa ("isla blanca"), Ruta y Daitya (grandes islas que quedaron luego que se hubiera hundido la mayor parte de este continente), y Sankha- (o Sancha-) dvipa (Poseidonis) ⁽⁶⁾.

Relieve maya en Tikal, Guatemala, descubierto por Teobert Maler

Este relieve fue llevado a Berlín, pero desapareció durante la Segunda Guerra Mundial, y puede que represente los eventos que llevaron a la huida de los ancestros mayas de su legendaria tierra natal de Aztlán o Tulán (ambos terminos significan “lugar de juncos”).

El relieve muestra un volcán en erupción hundiéndose en el océano, un templo piramidal que se desmorona, olas parecidas a maremotos, un individuo que escapa en su barca y una persona que se ahoga.

Los hindúes localizaban Atala en la séptima zona climática (esto es en los 24-28°N,) o sea la misma latitud que las Islas Canarias ⁽⁷⁾.

Y Blavatsky describe estas islas como "los remanentes de un continente gigantesco aunque sumergido, y que antiguamente unía África con América" ⁽⁸⁾.

Christian O'Brien, geólogo de exploración antigua, cree que Poseidonis se situaba más al norte, alrededor de las Azores en la Dorsal Media Atlántica ⁽⁹⁾.

Y al contornear el lecho marino, O'Brien descubrió que las Azores estaban separadas y rodeadas por una red de valles submarinos que tenían todas las marcas distintivas de haber sido en otra época valles fluviales en la superficie, y de esta forma concluyó que Poseidonis medía 720 km de este a oeste y 480 km de norte a sur, con altas cadenas de montañas que se elevaban a más de 3660 m sobre el nivel del mar.

Actualmente sólo se aprecian los picos montañosos sobre las aguas que componen las nueve islas volcánicas de las Azores.

Reconstrucción de Poseidonis según Christian O'Brien

Existe evidencia de que muchas otras áreas en la Dorsal Media Atlántica pueden haberse sumergido aproximadamente en los últimos 12’000 años ⁽¹⁰⁾.

Además, durante la última era glacial varias de las islas actuales en el Atlántico y el Caribe eran mucho más grandes debido a que los niveles del mar solían estar unos 130 m más debajo de lo que está situado hoy en día.

Y también grandes zonas de plataformas continentales actuales fueron tierra firme, como es el caso de la costa oriental de EEUU que tenía unos 160 km adicionales de ancho, mientras que en el Caribe, el área total de los Bancos de Bahamas estaba sobre el nivel del mar durante la última glaciación.

Por otra parte, se han descubierto estructuras de piedra, a menudo de proporciones megalíticas, fuera de la costa de EEUU, México, Venezuela, Cuba, las Bahamas, las Azores, las Islas Canarias, España, Portugal, Marruecos, Egipto y muchas islas mediterráneas incluyendo Malta, Cerdeña, Córcega, Sicilia, Creta y las Baleares ⁽¹¹⁾.

E igualmente se localizaron tres esqueletos bien preservados en cuevas submarinas fuera de la costa de Yucatán, fechados en más de 13’000 años AP ⁽¹²⁾.

Además, en el Caribe existen numerosos sitios arqueológicos submarinos, como por ejemplo el "camino de Bimini", que es una estructura de piedra en forma de J al revés, con más de 400 m de largo y situado fuera de la isla de Bimini en las Bahamas entre 5 a 7 m por debajo de la superficie del mar ⁽¹³⁾.

La explicación oficial es que sólo consiste en una disposición natural de roca costera, pero otros investigadores reportan evidencia de que podría haber sido un rompeolas similar a varios otros hallados en el Mediterráneo. Y es que muchas partes de dicha estructura tienen dos o tres senderos de piedra, y diversos bloques están mortajados y espigados exhibiendo asimismo marcas de herramientas.

El rompeolas de Bimini

Otro ejemplo de un posible vestigio arqueológico de la antigua civilización atlante, son las imágenes de sonar que en el año 2001 revelaron lo que parecía ser un complejo íntegro de estructuras piramidales y otras formas a más de 700 m fuera de la costa oeste de Cuba, y si esto se confirma, la sumersión no podría deberse sólo al aumento del nivel del mar ya que el nivel del mar nunca ha estado a un grado tan profundo ⁽¹⁴⁾.

Posible pirámide sumergida

Se dice que Poseidonis controló un vasto imperio que incluía partes de Europa y el norte de África. Blavatsky sostiene que Grecia, Creta, Sicilia, Cerdeña y muchas otras islas del Mediterráneo fueron colonias de la Atlántida, pero no así Egipto ⁽¹⁵⁾, y de esta manera dicha civilización también puede haber incluido al Caribe y partes de América.

2 - LAS MIGRACIONES DEL HOMBRE DE CROMAÑÓN

Hombres de cromañón pintando a unos mamuts

Uno de los primeros humanos conocidos de nuestra subespecie (Homo sapiens) fue el Hombre de Cromañón, el cual difería de sus descendientes actuales en el Viejo Mundo sólo en su fisiología más robusta y capacidad cerebral ligeramente mayor.

Los cromañones comenzaron a llegar a Europa hace unos 40’000 años, en el Paleolítico Superior, época en que Europa estaba habitada principalmente por neandertales.

Los orígenes de los hombres de cromañón han sido denominados como "un completo misterio", pues representaron un gran salto evolutivo a nivel de la civilización y ellos mostraron muy poco parecido a la imagen popular de los salvajes desaliñados, peludos y cavernícolas.

Estos individuos cazaban y pescaban en grupos organizados, vivían en refugios construidos artificialmente, usaban ropas zurcidas e incluso joyería y también enterraban a sus muertos. E incluso hay indicios de que ellos ya ejercían la agricultura por el 16’000 a. de C., mientras que usualmente se afirma que esta práctica fue concebida durante la revolución del Neolítico alrededor del 10’000 a. de C. ⁽¹⁾.

Reconstrucción de un hombre cromañón

Esta pintura rupestre de Minateda, España, muestra a una mujer cromañón con un vestido hasta la rodilla y sosteniendo la mano de un niño cuyo cabello está levantado con un lazo ⁽²⁾.

Los cromañones fueron creadores del asombroso arte rupestre descubierto en el sur de Europa, y la técnica que emplearon es tan altamente sofisticada que las pinturas inicialmente fueron descartadas como "falsificaciones" (ya que ningún arte comparable se ha descubierto aún en América).

Ocasionalmente se encuentran representaciones de los propios cromañones, mostrándose como hombres con cabello corto y afeitados, y otros que tocan instrumentos musicales y también mujeres de apariencia bastante moderna.

Pero la mayor parte de sus pinturas se centra en los animales que cazaban, retratados a menudo en una forma muy realista y haciendo un hábil uso de los contornos de la cueva para producir un efecto tridimensional vívido.

Las cámaras en cuestión tienden a ser bastante pequeñas y difíciles de alcanzar, pero no muestran señales de haber sido empleadas para propósitos domésticos, y por consiguiente ahora se acepta la teoría de que fueron utilizadas como santuarios para ritos religiosos e iniciatorios ⁽³⁾.

Mientras que las marcas halladas en cavernas y huesos indican que los cromañones también realizaban observaciones astronómicas y cómputos calendáricos ⁽⁴⁾.

Caballo café moteado y calendario lunar en la Sala de los Toros, Lascaux, Francia. Los puntos denotan el ciclo lunar de 29 días ⁽⁵⁾.

Era tal el avance que tenían estos humanos que actualmente existe una tendencia a evitar el término "cromañón" para referirse a este pueblo del Paleolítico Superior y se prefiere definirlos como "humanos anatómicamente modernos" o "humanos modernos prístinos".

Pero sin importar cualquiera que sea la forma en que se los llame, los cromañones parecen haber llegado en cuatro oleadas principales o “invasiones”, y en Europa éstas se conocen como:

    1.  Auriñaciense (hace unos 34’000 atrás),

    2.  Solutrense (hace unos 21’000 atrás),

    3.  Magdaleniense (hace unos 18’000 atrás) y

    4.  Aziliense (hace unos 12’000 atrás).

Y estas etapas de fabricación artefactual aparecieron de improviso y nunca se han encontrado fases formativas.

Los cromañones se asentaron principalmente en las regiones occidentales de Europa y el norte de África y algunas islas cercanas, aunque también sus restos fueron localizados en partes de América del Norte y del Sur ⁽⁶⁾.

La “invasión” aziliense ocurrió alrededor de la época que Platón menciona para el hundimiento de Poseidonis, y esta cultura era inferior a la auriñaciense en varios sentidos.

Algunos investigadores han propuesto que los cromañones tuvieron su origen en Poseidonis y quizás otras islas del Atlántico, y que migraron a Europa y América en varias oleadas a medida que las islas mostraban mayores señales de inestabilidad geológica, las cuales culminaron en el hundimiento de esta legendaria comarca ⁽⁷⁾.

Blavatsky aduce que la actividad sísmica llevó a que se esparciera un número de pequeñas islas en torno a Poseidonis que se encontraban deshabitadas mucho tiempo antes de la catástrofe final ⁽⁸⁾.

Entretanto, la versión oficial basada en la datación de sitios en donde se encontraron rastros del hombre de cromañón es que estos migrantes ingresaron a Europa desde el oriente.

Arte rupestre magdaleniense, Lascaux ⁽⁹⁾.

Los cromañones practicaban el culto al toro y Platón informó que los habitantes de Poseidonis también veneraban a este animal ⁽¹⁰⁾.

Según Platón, Poseidonis antiguamente era "una gloriosa nación" y Blavatsky por su parte sostuvo que sus habitantes "seguramente no fueron una raza de paleolíticos salvajes" y puntualiza que, si bien en la práctica no hubo progresos durante la última etapa del Paleolítico, los cromañones europeos representaron una fase cultural superior a las últimas culturas del Neolítico ⁽¹¹⁾, y así describe su habilidad artística como un "destello de cultura atlante que reaparecía ancestralmente" ⁽¹²⁾.

Reno grabado en una pieza de asta por un individuo del Paleolítico.

Y sobre este grabado Blavatsky señala que: "esta cornamenta grabada prueba tan elocuentemente como cualquier otro hecho que la evolución de las razas siempre ha procedido en una serie de surgimientos y caídas" ⁽¹³⁾.

Como se mencionó en la sección seis anterior, la industria artefactual solutrense parece haber sido precursora de aquélla de Clovis y es posible que exista un vínculo entre solutrenses y “arcaicos marítimos”.

Mientras que los solutrenses y quizás los magdalenienses pueden haber navegado directamente desde Europa a América entre 18’000 y 12’000 años atrás, también podrían haber arribado a esa zona desde la isla de Poseidonis siguiendo la corriente ecuatorial sur e ingresado en el área caribeña, antes de dispersarse por América del Norte y del Sur.

Y esto explicaría los sitios arqueológicos que han sido descubiertos en Pennsylvania, Virginia y California del Sur, fechados entre 15’000 a 18’000 años atrás.

Los antropólogos concuerdan en que el Hombre de Cromañón se halla representado en la época moderna por los pueblos beréber y tuareg del norte africano, los guanches recientemente extintos de las Islas Canarias, los vascos del norte de España, los aquitanos del valle de Dordoña y Bretaña en Francia, y hasta hace poco tiempo, por los habitantes la isla de Oleron.

Cedric Leonard establece que ibéricos, mauritanos, lusitanos y británicos (antiguos bretones) también descendieron de refugiados atlantes de la era glacial, y asegura que los variados dialectos de la lengua original atlante acompañaron a los cromañones a medida que se esparcían en las zonas occidentales de Europa y África.

Y que los remanentes de este fenómeno existen hasta hoy en lo que él denomina "el complejo lingüístico beréber-iberovasco" el cual se extendió desde Marruecos hasta la Península Ibérica, luego hacia Dordoña y Bretaña y continuando al norte en dirección de las Islas Británicas ⁽¹⁴⁾.

E incluso algunos investigadores han señalado semejanzas entre el idioma vasco y las lenguas de los aborígenes americanos ⁽¹⁵⁾.

Y también Blavatsky sostiene que los cromagnon, guanches y vascos son descendientes de los atlantes, y menciona que se han encontrado restos líticos en las Islas Canarias que muestran símbolos esculpidos similares a los descubiertos en la costa del Lago Superior ⁽¹⁶⁾.

Muchos pueblos europeos posteriores están más o menos emparentados con los atlantes, incluyendo los hiperbóreos, los cimerios, los arimaspos, los escitas y los ancestros de los primeros griegos y romanos (o sea los eolios, los dorios, y los jónicos) así como sus predecesores (los pelasgos, los yapigios y los etruscos) y también los egipcios, los fenicios, los cartagineses y los minoicos ⁽¹⁷⁾.

Y de igual manera, hubo una fuerte influencia atlante en los amerindios del Nuevo Mundo y también en los posteriores mayas e incas ⁽¹⁸⁾.

Los antiguos cráneos braquicefálicos (de cara ancha y cabeza redondeada) hallados en América bien pueden constituir los vestigios de mongoloides que entraron al Nuevo Mundo desde Asia por el puente de Beringia, pero como se mencionó en la sección 6, varias calaveras muy antiguas descubiertas en este continente son dolicocefálicas (alargadas), de caras cortas y muestran rasgos caucasoides y cromagnoides.

Descubrimientos genéticos

El ADNmt recuperado de dos especímenes de cromañón fue identificado como haplogrupo N, del cual se cree que tuvo su origen hace 65’000 años y es ancestral a casi todos los haplogrupos europeos y polinesios, además de muchos asiáticos y amerindios.

Su frecuencia promedio entre éstos últimos es del 3.2% y sus presuntos haplogrupos descendientes incluyen los tipos A y X ⁽¹⁹⁾.

Como ya fue señalado, la clase X está presente en Europa, norte de África, el Medio Oriente y América, pero casi no existe en el este de Asia.

Los araucanos de Chile, que comúnmente tienen cabello rizado café-rojizo y ojos verdes, poseen genes caucásicos paleolíticos significativos y podrían haber llegado desde España entre unos 18’000 a 12’000 años atrás, y asimismo esta etnia chilena puede descender desde los cromañones ya que en esa área se localizaron varios cráneos de dicho pueblo europeo.

Los mayas, incas y araucanos pertenecen virtualmente en un 100% al grupo sanguíneo O, de cuya población el 5 a 20% constituye rhesus negativo, y acerca de este punto Leonard escribe:

« Esta fue la sangre de los europeos originales y resultado de los hombres de cromañón. Las razas que la poseen se encuentran en América y las Islas Canarias, además de los beréberes, vascos y celtas gaélicos » ⁽²⁰⁾

Referencias

La isla de Poseidonis

1. Blavatsky, La Doctrina Secreta, 2:211, 266, 394-5, 743 pie de página, 760-8.
2. A.T. Barker (compilación), The Mahatma Letters to A.P. Sinnett, TUP, 2^a edición., 1975, págs. 151, 155 / Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, edición cronológica, 1993, págs. 309, 313.
3. R. Cedric Leonard, "Echoes of Atlantis: Myths and traditions of ancient lands", 2005, www.atlantisquest.com; R. Cedric Leonard, "Ancient writings: Pre-Platonic writings pertinent to Atlantis", 2009, www.atlantisquest.com; R. Cedric Leonard, "Timeline of ancient sources", 2007, www.atlantisquest.com; La Doctrina Secreta, 2:408-9, 760-8.
4. H.P. Blavatsky Collected Writings, 2:313 nota al pie.
5. Charles Berlitz, Atlantis: The lost continent revealed, London: Fontana/Collins, 1985, págs. 19-20.
6. La Doctrina Secreta, 1:650-1, 2:141, 147, 322-3, 402-8, 433, 436, 740; H.P. Blavatsky Collected Writings, 8:80; De Purucker, Studies in Occult Philosophy, pág. 24.
7. La Doctrina Secreta, 2:402-3, 407.
8. Ibid., 2:791.
9. Christian y Barbara Joy O’Brien, The Shining Ones, Kemble, Cirencester: Dianthus Publishing, 2001, págs. 435-42; "Survey of Atlantis", www.goldenageproject.org.uk.
10. "Sunken continents versus continental drift", http://davidpratt.info.
11. David Hatcher Childress, Lost Cities of Atlantis, Ancient Europe & the Mediterranean, Stelle, IL: Adventures Unlimited Press, 1996, págs. 30, 36; Berlitz, Atlantis, págs. 16, 91-2, 162; Graham Hancock, Underworld: The mysterious origins of civilization, New York: Three Rivers Press, 2002, pág. 514.
12. Leonard, "Atlanteans in America: Paleolithic Cro-Magnons in America".
13. Underworld, págs. 516-27; William Donato, "Bimini: the 'road' to discovery", en Joseph, Unearthing Ancient America, págs. 148-57.
14. Underworld, págs. 527-9.
15. H.P. Blavatsky Collected Writings, 4:447, 5:218.

Las Migraciones del Hombre de Cromañón

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3. E.C. Krupp, Skywatchers, Shamans & Kings: Astronomy and the archaeology of power, New York: John Wiley & Sons, 1997, pp. 116-25.
4. "Oldest lunar calendar identified", 2000, http://news.bbc.co.uk; Astrotheology of the ancients, 2009, http://forum.prisonplanet.com; W.R. Corliss (compilación), Archeological Anomalies: Graphic artifacts I, Glen Arm, MD: Sourcebook Project, 2005, págs. 74-5.
5. http://news.bbc.co.uk/2/hi/science/nature/975360.stm.
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7. "Anthropological insights: Atlantis and Cro-Magnon Man"; "Atlanteans in America: Paleolithic CroMagnons in America"; Peter Lemesurier, The Great Pyramid Decoded, Shaftesbury, Dorset: Element Books, 1990, págs. 277-80; Blair A. Moffett, "A world had passed", partes 1 y 2, Sunrise, abril 1980, págs. 230-7, y mayo 1980, págs. 277-84; Spence, The History of Atlantis, págs. 75-100.
8. H.P. Blavatsky Collected Writings, 5:216-7.
9. http://media.washingtontimes.com/media/img/photos/2008/11/30/20081129-134729-pic-944681651.jpg.
10. The History of Atlantis, págs. 22-3, 48, 180-5.
11. La Doctrina Secreta, 2:740-1, 743, 749.
12. Ibid., 2:741 nota al pie.
13. Ibid., 2:720-1.
14. R. Cedric Leonard, "Linguistic connections: a Paleolithic language", 2009, www.atlantisquest.com.
15. W.R. Corliss, Science Frontiers, nro. 175, 2008, pág. 1; La Doctrina Secreta, 2:790.
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18. La Doctrina Secreta,  2:792; The Dialogues of G. de Purucker, 2:90-1; G. de Purucker, Fountain-Source of Occultism, TUP, 1974, pág. 546; De Purucker, Studies in Occult Philosophy, págs. 443-4.
19. http://en.wikipedia.org/wiki/Haplogroup_N_(mtDNA); C. Lalueza et al., "Lack of founding Amerindian mitochondrial DNA lineages in extinct Aborigines from Tierra del Fuego-Patagonia", Human Molecular Genetics, vol. 6, 1996, págs. 41-6, http://hmg.oxfordjournals.org.
20. "Linguistic connections".