Sobre estas
almas, William Atkinson en su libro “La
vida después de la muerte”, señaló lo siguiente:
« En las obras que
tratan del plano astral, sobre todo si son de autores antiguos, se encuentran
muchas referencias a las almas que permanecen apegadas a la vida terrenal.
Y
por lo general estas referencias hacen alusión a las almas inferiores que se
niegan a levantar la mirada mental más allá de las cosas terrestres, y que
rondan sus antiguas escenas de actividad en la Tierra, encontrando en ellas el único
placer que les es posible en su estado degradado.
Pero
en esta consideración no debemos descuidar la mención de un orden superior de
almas que lamentablemente también tardan en romper sus lazos terrenales y que
se aferran estrechamente con aquellos que han dejado en el mundo físico. Así
que consideremos esta última clase por el momento.
A
veces sucede que un alma que está naturalmente preparada para la vida normal en
los planos astrales superiores, pero que se encuentra muy apegada y atada a los
asuntos relacionados con la vida terrestre, resulta que después de despertar
del sueño del alma, al inicio se niega a participar en la vida normal del plano
astral, pero en cambio se ocupa de los asuntos de la vida terrenal que debería
haber dejado atrás.
Esta
desafortunada condición surge generalmente de algún sentido de deber
incumplido, o por el remordimiento o la ansiedad por el bienestar de algún ser
querido que se quedó en el mundo físico. Y en tales casos, esa alma flota en el
espacio alrededor de la presencia de la persona o del lugar en el que esa alma se
encuentra interesada. Y en condiciones psíquicas extraordinarias puede hacerse
visible a los sentidos de las personas de hueso y carne.
A
esta clase de almas pertenecen las pobres almas afligidas que deambulan
acechando el escenario de sus fechorías terrenales, y cuyo remordimiento les motiva
a hacer vanos esfuerzos para deshacer o reparar sus fechorías.
Por
supuesto, estas almas desafortunadas no están completamente
"despiertas" en el plano astral, ni tampoco están completamente
despiertas en el plano físico. En cambio actúan como sonámbulos en cualquier
plano, sin participar de la vida normal de ninguna de las fases de la
existencia.
A
ellas se asemejan aquellas almas preocupadas y atormentadas que sienten que han
dejado algún deber o tarea sin cumplir, y que en un estado de sonambulismo
rondan sus antiguos escenarios de vida, esforzándose soñadoramente por arreglar
las cosas.
Y
una tercera clase está compuesta por unas pocas almas que están tan apegadas
personalmente a las personas que dejaron en el mundo físico, que se preocupan
por esas personas amadas, esforzándose impotentemente en ayudarlas y guiarlas.
En
todos estos casos, hay un solo deber que deben cumplir los que se encuentran
todavía en el plano físico, y ese deber consiste en advertir mentalmente a estas
pobres almas que su propio escenario de actividad es en el plano astral, y que
su deber exige que dejen de cavilar y rondar sobre los escenarios terrestres; y
que por consiguiente se entreguen a la atracción ascendente para que así se
eleven a su propio plano de existencia astral y disfruten de las bendiciones
del mismo.
Aquellos
que están conscientes de la presencia de este tipo de almas incorpóreas no
deben rehuir este deber, no importa cuánto les duela instruir al alma
incorpórea de esta manera. En la mayoría de los casos es como hablar con un
niño pequeño (debido a la condición de semi-sueño en el que se encuentra el
alma de este tipo).
Y
aunque el alma pueda afligirse y llorar como un niño, se le debe pedir que
cumpla con su deber de ir hacia su morada espiritual. Y este consejo a menudo
será escuchado por esa alma y ella cederá a la atracción hacia arriba y cesará
su atribulada existencia como un fantasma en el plano físico.
Pero
si rechazara tal consejo, de todas maneras con el tiempo la atracción de las
esferas superiores prevalecerá y el alma se elevará al lugar que le corresponde
en el Astral.
En
cambio advertimos a todos en contra de alentar a este tipo de almas de seguir
aferrándose a la Tierra, ya que es como animar al feto a permanecer en el útero,
o a la mariposa a permanecer dentro de la crisálida. No se obtiene nada bueno
de alentar una violación de las leyes de la naturaleza, en cualquier plano de
existencia, incluido el Astral.
Por
otra parte, la clase más baja de almas que se encuentran ligadas a la tierra
pertenece a una categoría completamente diferente de las que acabamos de
mencionar. Esta clase baja está compuesta por almas de muy bajo grado de
desarrollo espiritual, y son aquellas en las que predomina todavía la
animalidad y la materialidad brutal. Ese es su atributo emocional que les es característico.
Estas
almas son consideradas como "ligadas a la tierra" debido al hecho de
que la atracción del plano terrenal material sobrepasa tanto el impulso de la
atracción hacia arriba que este último queda más que neutralizado, y el alma
vive en un plano tan cerca del plano material como le sea posible.
De
hecho, los planos inferiores del Astral habitados por esta clase de almas están
tan poco alejados del plano material que puede decirse que es casi una etapa de
transición entre el plano material y el plano astral, o sea una mezcla de los
dos.
Es
como si se hubiera colocado un velo muy delgado entre ese plano y las escenas
de la vida material, de modo que si bien estas almas no pueden participar en
los asuntos terrenales, si pueden ser vagamente conscientes de ellos.
Estas
almas bajas ligadas a la tierra, por regla general, limitan sus visitas al
planeta y sus cavilaciones a las escenas reales que los han atraído hacia la
vida terrestre. Y estas almas se deleitan diabólicamente al tratar de influir
en los de su propia especie que aún están en el mundo físico, cuando se
encuentran en una condición confusa, instándolos a nuevas infamias y a menudo a
crímenes reales.
En
algunos casos extremos, se ha sabido que estas almas inferiores en realidad
buscan su propio caparazón astral desechado, o incluso el de otro de su clase,
y con un gran esfuerzo hacen que se materialice durante un corto tiempo en forma
objetiva como un fantasma visible.
La
naturaleza de estas entidades cambia poco con su transición al Astral, y
disfrutan del mismo modo de las representaciones "rudas", de las
bromas pesadas, etc., que en sus días que vivieron en el mundo físico.
Muchos
casos de apariciones fantasmales, el lanzamiento de objetos físicos, etc., se
han debido a esta clase de almas incorpóreas atadas a la Tierra. Y siempre
pueden ser descartadas y obligarlas a que desaparezcan si la persona en carne y
hueso les muestra que comprende su verdadera naturaleza y les pide que se
vayan.
Un
frente audaz y una orden autoritaria, junto con palabras que demuestren que sus
pretensiones son "vistas a través" siempre derrotarán a estas creaturas
y las enviarán de regreso a donde pertenecen, abatidas y avergonzadas.
Y
otra diversión favorita de cierta clase de este tipo de almas bajas
desencarnadas, es la de aparecer en forma astral, aprovechando un caparazón
astral, en sesiones espiritistas u en otras reuniones en donde las que las
condiciones psíquicas son lo suficientemente fuertes y favorables como para
ayudar en la materialización.
En
tales casos estas entidades a menudo se esfuerzan descaradamente por hacerse
pasar por otras almas, ya sea el amigo o pariente de algún presente, o bien de
algún personaje histórico.
Cualquiera
que alguna vez haya asistido a sesiones espiritistas y haya visto a
"George Washington" o a "Julio César" aparecer y conversar
en el tono y las palabras del Bowery de Whitechapel, comprenderá fácilmente la
razón de ello. Y el conocimiento de este hecho servirá para arrojar luz sobre
muchas fases desconcertantes de los fenómenos psíquicos.
Estas
almas de clase baja, sin embargo, pasan un corto período en el plano astral y
muy pronto pasan a la reencarnación en un entorno que corresponde a su naturaleza,
y al que son atraídas por las leyes espirituales, ya que siendo toda su
atracción hacia lo físico y lo material, no hay nada que las retenga en el plano
astral, y su morada allí es de muy breve duración en la mayoría de los casos.
Sin
embargo, incluso el peor y más brutal individuo, siempre tiene un poco de bueno
y una chispa de brillo espiritual que se ilumina un poco durante cada visita al
plano astral. Y con el paso del tiempo, esta pequeña chispa se enciende lo
suficiente como para manifestar un diminuto resplandor que ilumina el camino de
la pobre alma e ilumina el camino hacia las cosas superiores. De modo que
incluso entre estas almas bajas hay al menos un cierto grado de esperanza y
promesa.
Pero
la mayoría son almas degeneradas y caídas —descendidas de un estado que alguna
vez fue superior— y que si no se benefician de los dolores de la vida material,
tienden a tender aún más hacia abajo hasta que la naturaleza bondadosa las
borre como entidades independientes y resuelva volverlos a sus elementos
espirituales originales.
Hay
sub-planos del Astral tan bajos y degradados que dudamos en mencionárselos. Estos
sub-planos están habitados por las almas más bajas, degradadas y degeneradas,
almas que están en el seguro descenso hacia la aniquilación, incapaces de servir
como portadores del plano sagrado.
Así
que de los detalles de estos sub-planos no hablaremos en este libro. Bastará
con citar las palabras de dos distinguidos ocultistas, uno de una época
anterior y otro de tiempos actuales.
El
viejo sabio dijo de estos sub-planos:
- “¿Qué lugar es este
que veo? No tiene agua. No tiene aire. No baña luz. No tiene fundamento. Es
insondablemente profundo. Es tan negro como la noche más oscura."
Y
el investigador más reciente dijo lo siguiente:
- “La mayoría de los
estudiantes encuentran la investigación de esta sección ser una tarea
extremadamente desagradable porque parece haber una sensación de densidad y
materialidad grosera en ella que es indescriptiblemente repugnante para el
cuerpo astral liberado, causando la sensación de abrirse paso a través de un
fluido viscoso negro, mientras que los habitantes y las influencias allí son
inusualmente indeseables."
(El
segundo texto lo escribió Charles Leadbeater en el capítulo dos de su libro “El plano astral”, y seguramente para afirmar
eso él se basó en el primer texto que es un extracto del Libro egipcio de los
muertos.)
Apenas
debería ser necesario advertir a las personas que no incursionen en los fenómenos
psíquicos que los lleven a ponerse en contacto con estos planos inferiores del
Astral. Pero no obstante deseamos presentar esta advertencia en este capítulo,
tal como lo hemos hecho en otras partes de nuestras obras, porque siempre
existe la tentación y fascinación de lo desconocido para muchas personas.
Generalmente
aquellos individuos que no están familiarizadas con los fenómenos del plano
astral, como “tontos se precipitan donde los ángeles temen pisar”, y atraen
hacia ellos a todo tipo de entidades y condiciones astrales indeseables.
Nuestro
consejo general sobre este tema es: mantengan la mente fija en las verdades
superiores del espíritu y la vida superior del alma; y aparten resueltamente el
rostro de las formas inferiores de los fenómenos psíquicos.
De
hecho, no busquen "fenómenos" en absoluto, sino busquen siempre la
Verdad, que cuando se conoce, aclara todas las demás cosas. Busquen siempre el
sol del Espíritu y eviten el siniestro resplandor de la luna psíquica. »
(Capítulo
16)
OBSERVACIÓN
Concuerdo con la
advertencia que hizo William Atkinson, aunque su explicación deja bastante que
desear, ya que él pretende que todos los humanos se despiertan en el astral,
cuando en realidad los maestros explicaron que la mayoría de los humanos caen
en un profundo sueño después de morir y permanecen dormidos durante su estancia
en el astral, excepto un pequeño grupo de individuos que por diversos motivos si se despiertan.
Y aquí William Atkinson señaló dos casos: aquellos que se despiertan porque
están muy apegado a la vida terrenal, y aquellos que son
muy malvados. Pero existen otros casos los cuales se los detallo en el blog.
Una mujer que fue asesinada y dejo hijos pequeños,podría estar su alma aferrada a la tierra?
ResponderBorrarSi pero también depende de su personalidad y de su espiritualidad.
BorrarHace poco más de un año mi ex pareja se suicidó. De niña siempre tuve experiencias "paranormales" pero estas fueron disminuyendo a medida que crecí y pedía ya no tener estas experiencias. Desde que comencé la búsqueda de elevar mi conciencia hace unos 4 meses me siento acechada y en unas ocasiones puedo sentir la presencia de él y en otras siento algo más oscuro, intento no tener miedo pero a veces me asusta. El día que se suicidó, la última vez que lo vi, lo vi envuelto en sombras oscuras y algo me dijo vete rápido, leyendo tu blog lo entendí. Quiero saber si hay algo que puedas recomendarme, nunca he sido una persona que sienta miedo facilmente porque estoy acostumbrada a estas experiencias pero esto vas más allá. Hay algo que puedas recomendarme. Es muy bueno el trabajo que haces CID, te agradezco y te deseo lo mejor. Saludos
ResponderBorrarTe recomiendo que le envíes luz, ya sea por medio de la oración o a través de un ritual como el que indico en este otro capítulo:
Borrarhttp://esoterismo-guia.blogspot.com/2012/05/ayudar-muertos-difuntos-fallecidos.html
Para que de esta manera el alma de tu ex-pareja encuentre paz y pueda continuar con su ascenso hacia el mundo divino.
Y el hecho de que tengas tu clarividencia algo despierta y que lo hayas visto rodeado de sombras, me hace temer que tal vez no se suicidó por encontrarse en un estado de depresión, sino que pudo haber sido influenciado por entidades oscuras del astral.
Así que por las dudas te recomiendo que efectúes una limpieza energética de tu casa a través de los métodos que indico en este otro capítulo:
http://esoterismo-guia.blogspot.com/2012/03/purificar-casas-inmuebles-habitaciones.html
Y también tu misma te purifiques energéticamente, por ejemplo visualizando una cascada de luz que te limpia vibratoriamente en tu interior. Y si con eso no es suficiente, también visualiza un círculo de protección como lo indico en este otro capítulo:
http://esoterismo-guia.blogspot.com/2014/06/como-protegerte-de-energias-negativas.html