WILLIAM BROWN ASEGURA QUE LAS CARTAS DE LOS MAESTROS SON GENUINAS


 
 
 
William Tournay Brown fue un joven buscador que impresionado por el libro “El Mundo Oculto” de Alfred Sinnett, decidió ir a la Sede Central de la Sociedad Teosófica ubicada en Adyar, India, para descubrir más sobre la Teosofía y los Maestros.
 
Él residió en India durante 17 meses, conoció personalmente al maestro Kuthumi en su cuerpo físico, recibió varias cartas de ese maestro, y por su relato el señor Brown indica que esas cartas no pudieron haber sido elaboradas ni por Blavatsky, ni por el coronel Olcott, ni por Damodar; como posteriormente lo afirmaron los detractores de la Sociedad Teosófica.
 
En un artículo el señor Brown escribió lo siguiente:
 
 
« Con respecto a los "fenómenos" de los que tanto se han hablado en la prensa pública, yo he experimentado varios "fenómenos" cuando Madame Blavatsky estaba a mil millas de distancia.
 
Por ejemplo, el 19 de noviembre de 1883, yo percibí en la ciudad de Lahore a un hombre que me pareció ser el maestro Kuthumi, y en la mañana siguiente me despertó la presencia de alguien en mi tienda. Una voz me habló y encontré una carta y un pañuelo de seda en mi mano.
 
Estoy consciente de que la carta y el pañuelo de seda no se colocaron en mi mano de la manera habitual, sino que se crearon "de la nada". Sentí una corriente de "magnetismo" y de repente esos dos objetos se habían materializado.
 
Me levanté para leer la carta y examinar el pañuelo. Mi visitante ya se había ido. El pañuelo es blanco de la seda más fina, con las iníciales K.H. marcadas en azul. Y la letra también está en azul y el texto es el siguiente:
 
“Lo que Damodar (un brahmán) te dijo en Poona es cierto. Nosotros nos acercamos cada vez más a una persona mientras ésta se prepara para lo mismo. Primero tú nos viste en visiones, luego en formas astrales, aunque muy a menudo no nos reconocisteis, luego en cuerpo a una corta distancia de ti. Y ahora me percibes en mi propio cuerpo físico tan cerca de ti que te permitirá afirmar a tus compatriotas la certeza de que estás seguro de nuestra existencia. Y sin importar lo que suceda, recuerda que serás observado y recompensado en proporción a tu esfuerzo y trabajo por la causa de la humanidad, causa que los fundadores de la Sociedad Teosófica han asumido desde hace tiempo. El pañuelo te lo dejo como muestra de esta visita. Y Damodar es lo suficientemente competente para contarte sobre el miembro de Rawal Pindi.  K.H.”
 
 
 
¿Quién fue el escritor de esta nota?
 
¿Fue el coronel Olcott?
 
No el coronel Olcott es incapaz de imponer, además que él no puede producir la escritura de K.H., que es conocida por al menos un centenar de personas.
 
 
¿Fue Damodar?
 
Damodar no sabía que el día anterior yo había visto a alguien a poca distancia de mí, ya que esto no se lo había comunicado a nadie, y además Damodar tampoco es capaz de producir la escritura de Kuthumi.
 
 
 
Nuevamente, en la tarde del 20 de noviembre, apareció en la llanura abierta la misma persona que yo había visto el día 19, y en esta ocasión Damodar y el coronel Olcott estaban a mi lado.
 
Damodar (que es un chela o discípulo) frente a nuestros ojos se acercó al maestro, conversó con él, y luego regresó informándonos de que efectivamente era Kuthumi y que había recibido instrucciones por parte de él.
 
 
¿Había alguien en Lahore lo suficientemente interesado en el movimiento teosófico y en el coronel Olcott, Damodar y yo para tratar de confundirnos?
 
No que lo supiéramos.
 
 
¿Dónde estaba Madame Blavatsky en ese momento?
 
En Madrás.
 
 
¿Dónde estaban los Coulomb que fueron los creadores de ese escándalo absurdo conocido como "El colapso de Koot Hoomi"?
 
También en Madrás.
 
 
Y estas circunstancias tuvieron lugar entre la mañana del 19 y la noche del 21 de noviembre.
 
 
(Nota de Cid: el 21 de noviembre la comitiva se había desplazado a la ciudad de Jammu, y ahí William Brown afirmó que en la tarde tuvo un encuentro cara a cara con el maestro Kuthumi:
 
En la ciudad de Jammu tuve otra oportunidad de ver al Mahatma Kuthumi en persona. Una tarde estaba caminando y me dirigí al final de un recinto privado, y allí encontré al Maestro esperando mi llegada. Lo saludé esta vez a la manera europea y me acerqué, sombrero en mano, a unos pocos metros del lugar en el que el Maestro se encontraba de pie. Después de un minuto más o menos, él se retiró y constaté que el sonido de sus pasos sobre la grava era notablemente audible.”
Extracto del folleto: Some Experiences in India, London Lodge of the Theosophical Society)
 
 
 
 
También experimenté "fenómenos" cuando Madame Blavatsky estaba cerca. Por ejemplo, al regresar a Madrás, a mediados de diciembre, le escribí una carta a Kuthumi pidiéndole el favor de otra entrevista personal con él. Y esta carta Damodar la colocó en mi presencia dentro del "relicario", que era un armario que servía como una especie de oficina de correos astral y que se encontraba en la sede de la Sociedad Teosófica en Madrás.
 
Damodar cerró la puerta del relicario y en menos de medio minuto la volvió a abrir y la carta había desaparecido. No había ningún rastro de ella.
 
¿Había alguien oculto en la pared detrás y quién abrió una puerta oculta desde atrás y extrajo mi carta?
 
 
Eso dicen los detractores, pero de ser así, esa persona debe haberse contentado con pasar su vida encerrada allí, porque las cartas a menudo e inesperadamente (como la mía) eran puestas en el relicario a todas horas, en la mañana, a mediodía y en la noche.
 
Damodar escuchó, o pretendió escuchar una voz de manera clariaudiente, y me informó que su maestro Kuthumi me pedía que fuera paciente.
 
La noche siguiente (el 17 de diciembre) estaba en presencia de Blavatsky y amigos, incluido un general del ejército, un abogado y un médico, y al dar la vuelta en mi asiento, me encontré detrás en una repisa, la carta que había escrito, y al parecer el sobre no se había abierto y solo el nombre del destinatario había sido cambiado, ya que en vez de estar escrito para "Koot Hoomi Lal Singh" ahora estaba escrito para "W. Brown FTS", o sea mi nombre.
 
Y al abrir el sobre, encontré mi propia carta, y además una carta de ocho páginas que parecía provenir del maestro Kuthumi.
 
 
¿Cómo se compara esta carta con la carta que se materializó en mi mano en Lahore, cuando Blavatsky estaba en el otro extremo de la India?
 
La escritura es la misma y esto prueba que su autor, pero también el autor de la carta de Lahore, no es ni el coronel Olcott, ni Damodar, ni los Coulomb, ni Madame Blavatsky, no es otro más que el verdadero K.H., el Iniciado Brahmán.
 
Y en esta carta él me escribió:
 
 
« Te dije a través de Damodar que tengas paciencia para cumplir tu deseo. Debes de entender que esto no se puede cumplir por el momento por varias razones. En primer lugar, sería una gran injusticia para el Sr. Sinnett, quien después de tres años de trabajo dedicado para la Sociedad Teosófica, su lealtad a mí mismo y a la causa teosófica, y quien ha suplicaron por una entrevista personal, ésta le ha sido hasta ahora rechazada por mi superior.
 
Además hace una semana que me fui de Mysore y actualmente no nos podemos ver porque estoy efectuando varios viajes y al final de mis trayectos iré a China y de allí a casa.
 
(Es interesante constatar que esta revelación, el maestro Kuthumi también se la informó al Sr. Sinnett, ver link.)
 
En esta última gira que hiciste con el coronel Olcott, se pudo realizar este encuentro por una serie de afortunadas coincidencias. Pero nosotros pocas veces hacemos estos encuentros, ni siquiera con nuestros propios discípulos, hasta que ellos lleguen a un cierto grado de desarrollo que ya no requiera más el uso y el abuso del poder para comunicarse con ellos.
 
Y te aseguro que son tan raros estos encuentros que si un oriental, y especialmente un hindú, hubiese tenido un encuentro como el que tu tuviste, él se habría considerado bendecido para toda su vida.
 
Pero además, tu presente solicitud para un nuevo encuentro se basa más en el miedo que sientes en tener que afirmar con todo tu corazón, aunque tú estés perfectamente convencido por ti mismo, que tuviste un encuentro con los Adeptos del Oriente, y quieres tener más anécdotas para contra, para de esta manera no dejar lugar a dudas en tus compatriotas.
 
 
¿Pero puedes proponer alguna prueba que sea una prueba completa y definitiva para todos?
 
Y la respuesta es no.
 
 
¿Y sabes qué resultados se obtendrían si recibieras el permiso para verme de la manera como tú lo sugieres en tu carta, y las consecuencias que tendrían tu informe de ese evento en la prensa inglesa?
 
 
Créeme, las consecuencias serían desastrosas para ti, porque todos los malos sentimientos que eso provocaría y sus efectos perversos caerían sobre ti, y eso te retrasaría enormemente en tu propio progreso durante un tiempo considerable, y no se producirá ningún bien.
 
Si todo lo que viste fue imperfecto en sí mismo, se debió a las causas anteriores. Me viste y me reconociste dos veces aunque fuera a una cierta distancia. Supiste que era yo y no otro. ¿Qué más puedes desear?. . .
 
 
Si eres sincero en tus aspiraciones, si tiene la menor chispa de intuición, si tu educación de abogado es lo suficientemente completa como para permitirte poner los hechos en su secuencia adecuada y presentar el caso con tanta fuerza como tu corazón lo cree, entonces tienes suficiente material para apelar a cualquier intelecto capaz de percibir el hilo continuo debajo de la serie de los eventos.
 
Y solo para el beneficio de tales personas tienes que escribir; no para aquellos que no están dispuestos a separarse de sus prejuicios y preconceptos, para el logro de acceder a la verdad, sin importar de cualquier fuente que pueda venir.
 
No es nuestro deseo convencer a estos últimos porque ningún hecho o explicación pueden hacer que un ciego vea. Además nuestra existencia se volvería extremadamente dificultosa sino es que imposible, si todas las personas fueran convencidas indiscriminadamente de nuestra existencia.
 
Puedes decir sinceramente y como un hombre de honor: "He visto y reconocido a un Adepto, y me acerqué a él e incluso lo toqué".
 
Algo más por el momento es imposible. Así es que joven amigo, estudia y prepárate. . . . Se paciente, conténtate con lo poco que ya has recibido y nunca pida más si esperas obtener ese más alguna vez. . . .
 
K.H. »
 
 
 
 
El 2 de agosto de 1884 se recibieron dos cartas con la letra bien conocida de Kuthumi, la primera era para el Dr. Hartmann y el Sr. Lane Fox conjuntamente, y la segunda era solo para el Sr. Lane Fox. Y copias de estas cartas efectuadas por mí en ese momento están en mis manos.
 
La carta para el Dr. Hartmann y el Sr. Lane Fox se refiere a una disputa que había surgido entre Damodar y yo, y lo que escribió el maestro fue lo siguiente:
 
« Damodar tiene indudablemente muchos defectos y debilidades como los demás. Pero él está desinteresadamente dedicado a nosotros y a la causa y se ha vuelto extremadamente útil para Upasika (Blavatsky).
 
Su presencia y asistencia son indispensablemente necesarias en el Cuartel General. Su yo interior no tiene el deseo de dominar, aunque el exterior actúa de vez en cuando por ese exceso de celo que ejerce indiscriminadamente sobre todo su entorno, ya sea pequeño o grande.
 
Sin embargo, debe recordarse que por inadecuados que sean nuestros "instrumentos" para nuestro propósito total, aún así son los mejores disponibles ya que no son más que las evoluciones de sus tiempos. Y aunque sería más deseable tener mejores "medios" para que actuemos, pero eso solo depende de los simpatizantes por la causa teosófica y de qué tan lejos estén dispuestos a trabajar desinteresadamente para ayudarla en su trabajo superior, y así acelerar el enfoque hacía un día lleno de acontecimientos.
 
Bendiciones a todos los trabajadores fieles en la Sede.
 
K.H. »
 
 
 
Y el siguiente pasaje es de la carta al Sr. Lane Fox:
 
« Sí, tienes razón en tu suposición. Dejamos que cada humano ejerza su propio juicio y gestione sus asuntos como lo considere conveniente. Cada humano es el creador de su propio karma y el maestro de su propio destino. Cada humano tiene que superar sus propias pruebas y sus propias dificultades en este mundo; y estas mismas pruebas y dificultades ayudan a su autodesarrollo al llamar sus energías hacia la acción, y finalmente es él mismo quien determina el curso de su evolución superior. »
 
 
 
Ahora bien, es interesante preguntar:
 
 
¿Dónde estaba Madame Blavatsky cuando se recibieron estas cartas?
 
Y la respuesta es que ella estaba en Europa.
 
 
¿Y dónde estaba el coronel Olcott?
 
Él también estaba en Europa.
 
 
¿Y dónde estaban los Coulomb?
 
Los Coulomb ya habían sido expulsados.
 
 
¿Pudo Damodar haberlas escrito?
 
Damodar no es capaz de admitir que él tiene "fallas y debilidades".
 
 
Así es que todas esas acusaciones que se han hecho de que ellos escribieron las cartas de los maestros son falsas.
 
_ _ _
 
 
Permanecí en la India hasta enero de 1885, y junto con otros investigadores recibí la mayor satisfacción. Y de la existencia del Adepto Kuthumi obtuve todas las pruebas deseables, y estoy convencido de la solidez de la enseñanza teosófica.
 
Solo resta agregar que me fui de la India casi al mismo tiempo que el Sr. Hodgson, el investigador de la English Psychical Research Society. Pienso que el Sr. Hodgson cree sinceramente en el informe que él preparó sobre los fenómenos de la Sociedad Teosófica, pero debido a su incompetencia para tratar sobre temas ocultos y psíquicos (probablemente derivado de un entrenamiento materialista), me temo que va engañar a un muy importante grupo de pensadores. »
 
(Extractos de un artículo publicado en The Religio-Philosophical Journal del 29 de enero de 1887, p.2, con el título “Ocultismo en la India”)
 
 
 
 
 
 
 

 
 
OBSERVACIONES
 
A menos que William Brown haya mentido, su testimonio es una prueba más que los Maestros transhimaláyicos si existen y que ellos si escribieron esas cartas que se les atribuyen.
 
Y yo pienso que es muy poco probable que el señor Brown haya mentido debido a que el encuentro que él afirmo haber tenido con el maestro Kuthumi y la primera carta que él recibió de ese maestro también fueron atestiguados por Damodar y el coronel Olcott:
 
 
 
Y si bien Franz Hartmann no mencionó la carta que William Brown dice que recibió el 2 de agosto de 1884, Hartmann si mencionó muchas otras cartas que él recibió por parte de los maestros Kuthumi y Morya:
 
 
Además que el texto de todas las cartas que transcribió el Sr. Brown en su artículo concuerdan con la manera que tenía el maestro Kuthumi de escribir.
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 

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