Muchas
construcciones incas fueron realizadas con piedras en bruto o semitrabajadas
puestas en mortero, mientras que otras tenían muros de adobe, usualmente con
cimientos líticos, pero algunas de las construcciones atribuidas a dicho pueblo
evidencian un uso tan preciso de los bloques y con un calce tan ajustado y sin
mortero, que ni siquiera se puede insertar la hoja de un cuchillo entre ellas.
A
veces se emplearon bloques más o menos rectangulares (sillar), pero en lugar de
tener caras rectas, son más bien onduladas, y aún así ensamblan perfectamente
con los bloques contiguos.
El
trabajo en piedra más avanzado produjo bloques poligonales de 12 ángulos o más,
perfectamente entrelazados con todos los bloques vecinos; algunas de las piezas
son verdaderamente titánicas y pesan al menos 100 toneladas, todo lo cual deja
sin palabras a los investigadores.
En
lo que concierne a las articulaciones laterales entre los bloques, el ajustado
calce que hay desde el frente de la muralla a veces tiene sólo unos pocos
centímetros de profundidad y el interior de la junta está rellenado con
escombros, pero en muchos casos el calce del ajuste lateral se extiende a
través de todo el grueso del muro, tal y como lo hacen las juntas de cimiento
(horizontales), haciendo que estas murallas resistan terremotos. El hecho de
que los muros “incas” tiendan a inclinarse hacia el interior entre 3 a 5 grados
también contribuye a su estabilidad.
Muro en la calle
Hatunrumiyoc, Cuzco. Las piedras poligonales usualmente tienen caras en forma
de cojinete (convexas) y junturas biseladas y hundidas.
Para
cortar, formar y revestir los bloques de piedra, se piensa que los incas usaron
martillos del mismo material tales como adoquines de río, principalmente hechos
de cuarcita y que pesaban hasta 10 kilos.
Supuestamente,
los constructores lograron un calce perfecto entre las piedras adyacentes
mediante ensayo y error: primero formaban un bloque en el suelo, luego lo
colocaban en la pared para verificar el calce, y entonces lo rebajaban
nuevamente para desprender más roca, y así el proceso se repetía una y otra vez
hasta que se conseguía el ajuste adecuado.
Otros
investigadores opinan que, una vez que el primer bloque había sido esculpido y
encajado en un lugar, de alguna forma los constructores mantenían suspendido el
canto rodado siguiente por andamiaje respecto del anterior, y trazaban la
figura de aquél en el próximo, de tal manera que no sería necesario levantarlo
del lugar y pulirlo tantas veces, una técnica que se conoce como “trazado por
contraste”.
Jean-Pierre
Protzen condujo experimentos que lo convencieron de que probablemente el método
más usado fue el de ensayo y error para dar forma a las piedras [1].
Protzen
tomó un bloque rectangular y tosco de andesita, que medía 25 por 25 por 30 cm
y luego lo machacó para darle una forma más regular. También esculpió una
depresión cóncava en una roca más grande, en cuyo fondo la pequeña piedra que
ya había formado encajó sin problemas. Los martillos que utilizó tenían una
dureza de unos 5.5 en la escala de Mohs, apenas la misma del bloque de
andesita, pero los martillos de piedra eran más ásperos que dicho mineral y que
se fragmentaba fácilmente.
El método de Protzen.
Las
piedras de riolita soldadas que se utilizaron en el sitio “inca” de Ollantaytambo tenían una dureza de entre
6 y 7 en la escala de Mohs. Protzen no menciona haber llevado a cabo
experimentos con ese tipo de roca, y tampoco intentó pulir piedras entrelazadas
y de muchos ángulos, ni experimentó con bloques de tonelaje múltiple.
A.
Hyatt Verrill escribe:
« Ningún
hombre cuerdo puede aceptar que una piedra de 20 toneladas fuera recortada por
aquí y por allá, colocada en su lugar, retirada, ajustada y pulida una y otra
vez, hasta que se obtenía un calce perfecto.
Incluso
si podemos imaginar tal labor hercúlea siendo llevada a cabo interminablemente,
en muchos casos habría sido imposible debido a que las piedras se hallan muy
trabadas entre sí. Y aunque muchos de los bloques son bastante cuadrados o
rectangulares y tienen seis caras, muchas de sus formas son irregulares y algunos
presentan hasta 32 ángulos.
La
única manera en que se podrían haber encajado tales formas complejas con esa
increíble exactitud era cortando cada bloque a medidas extremadamente finas, o
por medios de un patrón predefinido, un proceso que indicaría que estas gentes
prehistóricas poseían un conocimiento más avanzado y profundo de ingeniería y
matemáticas muy elevadas. » [2]
Cuando
se machaca un bloque con un martillo de piedra, quedan marcas o pequeños
orificios, y en el caso de la caliza, se produce una decoloración blanquecina
en o alrededor de la cicatriz. Así, Protzen afirma que las piedras empleadas en
los muros incas que muestran trazas similares es una prueba de que sólo se
había utilizado su propio método, citando a varios escritores del tiempo de la conquista
para apoyar su tesis.
Garcilaso
de la Vega escribió en el año 1609 que los incas no tenían otras herramientas
para trabajar las rocas que algunas “piedras negras”, con las cuales revestían
la piedra al machacar en lugar de cortar.
José
de Acosta, un sacerdote jesuita que viajaba con los conquistadores, escribió en
1589:
« Los edificios y fábricas que los Incas hicieron en fortalezas, en templos,
en caminos, en casas de campo y otras, fueron muchos y de excesivo trabajo
(...) y no usaban de mezcla, ni tenían hierro ni acero para cortar y labrar las
piedras, ni machinas, ni instrumentos para traerlas; y con todo esos están tan
sólidamente labradas, que en muchas partes apenas se ve la juntura de unas con
otras. » [3]
No
hay duda de que tales técnicas fueron usadas durante los tiempos incas, pero,
¿Fue ése su único
método?
Y
más importante aún,
¿Fueron todas las
construcciones de estilo inca realmente edificadas por ellos?
¿O la mampostería
poligonal y ciclópea era la obra de una cultura mucho anterior?
Los bloques están
cubiertos de pequeñas marcas, que son más finas en los bordes que en el centro
de la cara, sugiriendo que se usaron martillos de piedra de diferente tamaño [4].
La
cantera de Kachiqhata está situada a
unos 5 km de Ollantaytambo, en un
barranco del lado opuesto del río Urubamba
y entre 400 y 900 m sobre el suelo del valle. Este sitio proveía la
riolita rosa, también conocida como porfirio o granito rojo, para el Templo del
Sol en Ollantaytambo.
Otra
cantera, la de Rumiqolqa, se localiza
a 35 km al suroeste de Cuzco y de ella se extrajo mucha de la andesita
usada en la capital imperial, y ambas canteras tienen redes de acceso que
llevan a los puntos donde se recuperaron las piedras de construcción.
Al
menos tuvieron que retirarse 40’000 metros cúbicos de tierra y rocas para
construir la elaborada red de caminos, rampas y deslizadores que conectaban las
canteras de Kachiqata con las
principales áreas de construcción, y en ese lugar, las rocas parecen haber sido
seleccionadas de desprendimientos rocosos, mientras que, según Protzen, en Rumiqolqa la piedra se rompió del filón
con barras o palancas de bronce de un metro o con bastones de madera.
Protzen
afirma que el pulido y las estriaciones en algunos de los bloques en Ollantaytambo es evidencia de que fueron
arrastrados por un largo camino desde las canteras a lo largo de rampas y
senderos.
Los
bloques megalíticos en Kachiqhata
tuvieron que ser arrojados de un deslizador con una increíble pendiente de 40°,
terminando en una caída horizontal de 250 m y luego transportarse a través
del río y llevados a la fortaleza.
Protzen
se pregunta cómo se hizo esto para arrastrar bloques que pesaban hasta 140
toneladas, pues en ese caso y en la rampa de Ollantaytambo, que tiene una pendiente de 10°, la tarea requeriría
unos 2’400 hombres, y el investigador afirma que es difícil determinar dónde
podrían haber permanecido ya que las rampas tienen sólo unos 6 a 8 m de
ancho.
Otros
problemas sin resolver, dice él, son las técnicas para amarrar cuerdas a los
bloques y saber los métodos para maniobrar y levantar las grandes piedras en el
lugar. También puntualiza que, distinto al caso de las rocas en Kachiqata, los materiales extraídos en Rumiqolqa fueron finamente revestidos en
el sitio, pero no evidencian ninguna señal de arrastre, y de esta forma el
autor concluye no tener idea de cómo se transportaron dichas piezas.
Garcilaso
de la Vega cuenta acerca de un desastre que ocurrió mientras los incas
transportaban un gran bloque desde una cantera a Ollantaytambo. La piedra es conocida como “sayccusca rumi” (piedra cansada) y mide 6.2 m de
largo, 4.6 m de ancho y 1,1 m de espesor, la que fue llevada a través
del río pero se abandonó a unos 700 m desde el ascenso a las ruinas.
Garcilaso
escribe:
« La verdad historial, como la contaban los Incas amautas, que eran los
sabios filósofos y doctores en toda cosa de su gentilidad, es que traían la
piedra más de veinte mil indios, arrastrándola con grandes maromas. Iban con
gran tiento; el camino por do la llevaban es áspero, con muchas cuestas agras
que subir y bajar; la mitad de la gente tiraba de las maromas por delante; la
otra mitad iba sosteniendo la peña con otras maromas que llevaban asidas atrás,
porque no rodase por las cuestas abajo y fuese a para donde no pudiesen
sacarla.
En una de aquellas cuestas (por descuido que hubo entre
los que iban sosteniendo, que no tiraron todos a la par) venció el peso de la
peña a la fuerza de los que la sostenían, y se soltó por la cuesta abajo, y
mató tres o cuatro mil indios de los que la iban guiando; mas con toda esta
desgracia, la subieron y pusieron en el llano donde ahora está.
La sangre que derramó dicen que es la que lloró, porque
la lloraron ellos y porque no llegó a ser puesta en el edificio. Decían que se
cansó, y que no pudo llegar allá, porque ellos se cansaron de llevarla; de
manera que lo que por ellos pasó atribuyen a la peña. » [5].
Muchos
bloques sin terminar muestran “marcas de trabajo” o “marcas de corte”. Existen
tres patrones diferentes: cavidades toscas, marcas espatuladas similares a un
cuadrado y “canales” paralelos. Y se hallan marcas parecidas en bloques de
Tiwanaku (Bolivia) y también en algunos sectores del obelisco sin terminar
labrado en granito y en rocas circundantes de Asuán (Egipto), que se cree fue moldeado
con bolas de dolerita.
Marcas de trabajo:
cavidades cóncavas, espatuladas y en forma de canales [6].
Obelisco sin terminar
en Asuán. Habría pesado 1’168 toneladas y medido 41.7 m de alto, pero se
dejó sin terminar debido a un defecto en la roca [7].
Muro en la calle
Hatunrumiyoc en la ciudad de Cuzco [8].
Un método antiguo muy
común para partir rocas era practicar una serie de pequeños hoyos y entonces
insertar cuñas de madera saturadas que se expandían y rompían la roca. Izquierda:
cantera de Macchu Picchu. Derecha: cantera de Asuán [9].
Muchas
piedras de murallas “incas” tienen extrañas protuberancias o redondeles de
varias formas y tamaños, que parecen estropear la belleza de la mampostería y
se encuentran generalmente en la parte más baja de los bloques que han sido
calzados. Y comúnmente, se asume que fueron usados para manipular los bloques,
quizá al amarrarles cuerdas o aplicando palancas contra ellos.
Los
bloques de las canteras suelen tener grandes protuberancias, mientras que
aquéllos que han sido calzados, o los que se hallan dispersos en los sitios de
construcción inca, o que fueron abandonados a lo largo de la ruta desde la
cantera, tienen muchas prominencias más pequeñas que no podrían haber tenido
cuerdas amarradas a ellos, porque el posicionamiento de esas convexidades
parece más bien al azar. Puesto que claramente no se necesitaron para el
transporte o manejo de los bloques en los sitios de construcción y no siempre
fueron removidos una vez que los bloques estaban en su lugar, estas singulares
marcas pueden tener alguna función simbólica.
Se
pueden apreciar prominencias similares en los bloques del Templo de Osireion en Abbidos, Egipto, y en algunas de las piedras
de granito revestido usadas en la parte inferior de la tercera pirámide (“Menkaure”) en Giza.
El Osireion, Abbidos [10].
Revestimiento de
granito, pirámide de Menkaure, Giza.
Protzen
presta atención a ciertos bloques de cortes serrados y hoyos taladrados,
puntualizando que aún no se ha encontrado ninguna herramienta inca que sea capaz
de realizarlos.
Un corte serrado de 8 mm
de ancho y 10 mm de profundidad, y un bloque de riolita taladrado con un
hoyo de 4 cm de diámetro y 7 cm de profundidad [11].
Un bloque taladrado
en el Coricancha, Cuzco.
En
Ollantaytambo y otros sitios incas, a
veces los bloques se conectaban con barras o grapas de cobre en forma de I.
Protzen expresa su asombro al ver que los interiores de los huecos en T de los
bloques a ser ensamblados eran modelados tan esmeradamente como las superficies
en que se esculpían.
También
se usaron grapas de metal en Tiwanaku
y Puma Punku (Bolivia), y
generalmente se piensa que una mezcla de cobre fundido fue vertida en las
indentaciones practicadas en los bloques, los que habrían sido depositados en
el suelo con las superficies a ser unidas cara arriba.
Se
dice a menudo que el propósito de los enganches era fortalecer la estructura, y
en este sentido Maurice Cotterell afirma que, si piedras tan grandes que pesan
10 toneladas o más fueran concebidas para ceder, entonces las suaves grapas de
cobre se romperían y propone que los artefactos fueron diseñados para conectar
eléctricamente los bloques líticos a tierra [12].
Estas
barras se usaron frecuentemente en varias culturas del Viejo Mundo. Por
ejemplo, los egipcios las empleaban para acoplar unidades de mampostería en
sillar, a menudo con encajes de madera. Los griegos también enganchaban bloques
de sillar sistemáticamente y otros elementos de construcción; sus grapas
estaban hechas de hierro y recubiertas con plomo [13].
Y
estas piezas metálicas también se utilizaron en India e Irán, y en Angor Wat en Camboya [14].
Piedras con moldes de
grapas en Ollantaytambo, Puma Punku, Dendera (Egipto) y Angor Wat (Camboya).
Moldes en forma de U
en bloques del Coricancha (Cuzco).
EL SUAVIZADO DE LA PIEDRA
Hiram
Bingham recorrió Sudamérica a comienzos de la década de 1900 y es famoso por el
descubrimiento de Macchu Picchu en 1911. Pues bien, Bingham señala que:
« Los
peruanos actuales son muy dados a especular sobre el método que emplearon los
incas para hacer que sus piedras calzaran tan perfectamente. Una de las
historias favoritas es que este pueblo conocía una planta cuya savia hacía tan
suave la superficie de un bloque, ¡que el maravilloso ajuste fue hecho frotando
las piedras por unos pocos momentos con este mágico zumo vegetal! » [1]
Percy
Fawcett, explorador que desapareció con su hijo mayor en 1925 durante una
expedición para hallar una antigua ciudad perdida en las inexploradas junglas
de Brasil, escuchó y registró otros relatos similares sobre esta cuestión:
« Por
todo el territorio peruano y boliviano se puede encontrar un pequeño pájaro
parecido a un martín pescador, y que fabrica su nido en hoyos redondos hechos
con esmero en los escarpados rocosos sobre el río. Estos agujeros pueden ser
vistos con toda claridad, pero usualmente no son accesibles, y, cosa extraña,
se hallan sólo donde habitan esas aves.
Una
vez expresé con asombro que eran lo suficientemente suertudas para encontrar
agujeros convenientemente situados como nidos para ellas, y que estaban tan
minuciosamente trabajados como cuando se usa un taladro.
-
“Hicieron los hoyos ellas mismas.”
(Las
palabras fueron pronunciadas por un hombre que había vivido un cuarto de siglo
en los bosques.)
-
“Yo he
visto muchas veces cómo lo hacen. He observado que los pájaros llegaban al
acantilado con hojas de alguna clase en sus picos, y golpetean la roca como
pájaros carpinteros en un árbol mientras frotan las hojas en un movimiento
circular sobre la superficie. Entonces
volaban de nuevo, y regresaban con más hojas, y continuaban con el frotamiento.
Después de tres o
cuatro repeticiones, arrojaban las hojas y comenzaban a picotear en el lugar, y
aquí está la parte maravillosa ya que pronto abrían un hoyo redondo en la
piedra. Entonces volaban otra vez, y
volvían a frotar con hojas varias veces antes de continuar picoteando.
Les tomó varios días,
pero finalmente las aves abrieron agujeros lo suficientemente profundos para
contener sus nidos. Escalé y les eché un vistazo, y créame, ¡un hombre no
podría taladrar un hoyo tan bien hecho!
Entonces
atónito pregunté:
-
¿Quiere decir que el pico del pájaro puede
penetrar la roca sólida?
Y
él respondió:
-
“El
pico de un pájaro carpintero penetra madera sólida, ¿cierto?... No, no creo que
el pájaro pueda con roca sólida. Yo creo, como todos los que las han visto, que
estas aves conocen una planta cuyo zumo puede suavizar las rocas hasta que se
convierten en algo parecido a la arcilla.”
Lo
escribí pensando que era un cuento chino, y después escuché historias similares
de otros individuos en todo el país, como si se tratara de una tradición
popular. Más tarde, un inglés y de cuya veracidad no puedo dudar, me contó una
historia que podría arrojar más luz sobre el asunto.
-
Mi sobrino cabalgaba un día cerca del río
Perené, en la provincia de Chuncho, y como su animal cojeaba, lo dejó en una
chacra vecina a unas cinco millas de la suya y se marchó a casa y al día
siguiente fue a buscar a su caballo, e hizo un corto viaje por una franja de
bosque que nunca antes había visto.
Mi sobrino usaba
pantalones de montar, botas largas y grandes espuelas, pero no del tipo inglés
más pequeño, sino de las mexicanas grandes de cuatro pulgadas de largo, más
grandes que una media corona y estaban casi nuevas.
Cuando él y su
caballo volvieron a la chacra luego de una caminata calurosa y difícil por
arbustos espesos, se asombró de ver que sus hermosas espuelas habían
desaparecido o se carcomieron de alguna forma, y que ya no eran más que puntas
ennegrecidas de un octavo de pulgada. No podía entender cómo pasó, hasta que el
propietario de la chacra le preguntó si por casualidad había caminado a través
de ciertos arbustos de un pie de altura, con hojas rojo oscuro.
Entonces mi sobrino
recordó que había transitado por una gran área donde el suelo estaba espesamente
cubierto con tal planta.
'¡Ahí está!', dijo el
chacrero. '¡Eso es lo que hizo que se carcomieran sus espuelas! Ese es el
material que los incas usaron para moldear las piedras. La savia suaviza la
roca hasta que se convierte en pasta. Debe mostrarme dónde halló esas plantas'.
Pero cuando fueron al lugar no pudieron encontrarlas porque ¡no es fácil que
recuerdes tus pasos en una jungla donde no hay huellas!.”
» [2]
El
hijo menor de Percy Fawcett, Brian, transcribe la siguiente anécdota referida
por un amigo:
« Hace
algunos años, cuando estaba trabajando en la mina Cerro de Pasco (a unos 4200
metros en los Andes del Perú central), salí un domingo con otros gringos
a visitar algunas tumbas incas o preincas, para ver si podíamos encontrar algo
de interés. Llevamos comida, y, por supuesto, unas botellas de pisco y cerveza;
y nos acompañaba un peón, un cholito, para que nos ayudara a excavar.
Terminamos
de almorzar y fuimos al sitio del entierro, y comenzamos a abrir algunas tumbas
que parecían estar intactas. Trabajamos duro y nos deteníamos de vez en cuando
para tomar un trago. Yo no bebo, pero los otros sí, especialmente un tipo que
tomó demasiado pisco y hablaba ruidosamente. Cuando terminamos, todo lo que
hallamos fue una jarra de loza de un cuarto de capacidad, y con líquido en su
interior.
-
¡Apuesto que es chicha!-, dijo el borracho-.
¡Probémosla y veamos qué gusto tenían los incas!
-
Quizá nos envenene si la bebemos-, observó
otro.
-
Tengo una mejor idea. ¡Hagamos que el cholito
la pruebe!
Rompieron
entonces el sello y el tapón de la jarra, olieron su contenido y llamaron al
peón.
-
¡Toma un trago de esta chicha!- ordenó el
borracho. El peón tomó la jarra, dudó y con una expresión de miedo en su rostro
se la devolvió al ebrio.
-
No, no, señor- murmuró.- Eso... ¡eso no es
chicha!-, y se retiró.
El
borracho puso la jarra en una roca aplanada y fue tras él.
-
¡Vamos, atrapémoslo!- gritó.
Capturaron
entonces al pobre hombre, lo arrastraron a la fuerza y le ordenaron beber el
contenido de la jarra. El peón luchó locamente, y sus ojos estaban
desorbitados. Hubo un breve ajetreo, y la jarra cayó y al romperse, el líquido
formó un charco en la roca. Entonces el peón pudo liberarse y se fue.
Todos
rieron. Fue una buena broma, pero el trabajo los tenía sedientos y fueron al
bolso donde estaban las botellas de cerveza.
Unos
diez minutos más tarde vi la roca y casualmente reparé en el charco del líquido
derramado, y en todo el espacio donde estaba y la roca bajo él, ¡se habían
puesto tan suaves como cemento fresco!... como si la piedra se hubiera
derretido, igual que la cera con el calor. » [3]
Durante
una entrevista en 1983, Jorge A. Lira, sacerdote católico experto en folklor
andino, este afirmó que había redescubierto un antiguo método de suavizado para
rocas. De acuerdo a una leyenda precolombina, los dioses dieron a los indios
dos regalos para permitirles construir obras arquitectónicas colosales como
Sacsayhuamán y Machu Picchu.
Estos
obsequios eran dos plantas con asombrosas propiedades, y una de ellas era la
coca, cuyas hojas permitieron a los trabajadores soportar el tremendo esfuerzo
requerido. La otra era una planta que, cuando se mezclaba con otros
ingredientes, convertía la roca dura en una pasta maleable.
El
padre Lira dijo además que había invertido 14 años estudiando la leyenda y
finalmente consiguió identificar la planta en cuestión, a la que llamó “jotcha”
y con la que llevó a cabo varios experimentos, y aunque logró suavizar roca
sólida, no pudo reendurecerla y de esta forma consideró sus experimentos como
un fracaso [3].
Aukanaw,
un antropólogo argentino de origen mapuche, fallecido en 1994, relataba una
tradición sobre una especie de pájaro carpintero conocido localmente por
nombres tales como “pitiwe”, “pite” y “pitío”, aunque su nombre científico es
probablemente Colaptes pitius, que se encuentra en Chile y Argentina, o Colaptes
rupicola (especie andina), que habita en el sur de Ecuador y Perú, el oeste
de Bolivia y el norte de Argentina y Chile.
Pues
bien, si alguien bloquea la entrada a su nido con una pieza de roca o hierro,
el ave utiliza una planta rara, conocida como “pito” o “pitu” y la frota contra
el obstáculo, causando que se debilite o se disuelva.
En
Perú, sobre los 4’500 m de altura, se dice que hay un vegetal llamado
"kechuca" que convierte la piedra en jalea, y que el pájaro “jakkacllopito” usa para hacer su nido.
Se sabe también de una hierba con propiedades similares que crece incluso a
altitudes más altas, conocida como "punco-punco" y otros nombres, la
cual puede corresponder a la Ephedra andina, considerada por los
mapuches como planta medicinal [5].
Colaptes rupicola.
Ephedra andina.
Existe
una antigua tradición que sostiene que las construcciones del Gran Zimbabue en
África fueron hechas “cuando las piedras estaban suaves”, y esta expresión se
encuentra también en la cultura de los maoríes, por lo que una posible
interpretación es que se refiera a un método para suavizar la piedra
temporalmente.
Los
“expertos” modernos se mofan de las anécdotas y tradiciones como estas, pues su
argumento es que ya se conocían las canteras donde los incas cortaron sus
piedras y que se pueden encontrar ahí en todas las fases de su preparación. Sin
embargo, el hecho de que algunas rocas fuesen formadas con herramientas comunes
no implica necesariamente que todas hayan sido sometidas a igual proceso,
porque se pueden haber empleado otras técnicas diferentes.
La
actitud científica correcta sería poner estas tradiciones a prueba en vez de
desecharlas tontamente. Después de todo, no es ningún secreto que ciertas
plantas (por ejemplo, en los Alpes) secretan ácidos para suavizar la roca y
están ecológicamente adaptadas a la vida en grietas naturales.
En
la década de 1930, mientras estudiaba técnicas de minería y construcción, el
ingeniero J.L.Outwater examinó un templo en Oaxaca, México, ornamentado con
alrededor de 30’000 piezas de piedra delgadas y planas, y este tipo de baldosas
se derivaban de la traquita, una roca densa y durable que no se rompe
fácilmente como la pizarra. Asimismo, Outwater descubrió una gran caldera
lítica cerca de una cantera y se preguntaba si los mayas habían empapado las
piedras en algún químico para suavizarlas antes de elaborar sus azulejos [7].
El
investigador Maurice Cotterell también cree que los constructores incas y
preincas poseyeron la tecnología para suavizar y pulir la roca:
« Hoy
podemos hacer esto pero sólo en un sentido, de suave a duro; lo llamamos “concreto”.
Y al parecer, los incas y tiwanakos podían revertir el proceso, o sea, llevarlo
de duro a suave otra vez, utilizando rocas ígneas.
En
un principio esto parece incomprensible, pero dada la estructura molecular de
la materia es simplemente cuestión de alterar los límites covalentes que unen a
los átomos. Podemos hacerlo con el hielo, cuando lo convertimos en agua, y
nuevamente cuando transformamos el agua en vapor, y esto explica cómo los incas
y tiwanakos ensamblaban las piedras con tal precisión perfecta.
El
examen de los bordes redondeados de los bloques sugiere que el material lítico
fue 'vaciado', como si hubiera estado contenido dentro de “sacos” o “bolsas”
que se deterioraron y desaparecieron hace tiempo. » [8]
Si
el suavizado de la piedra tuvo lugar en “bolsas” que después se descompusieron,
entonces seguramente se habría encontrado algún indicio de ellas.
Parte de una muralla
en Cuzco, cerca de Coricancha [9]. Una de
las piedras tiene 14 ángulos.
Nichos esculpidos en
la roca sólida de Ollantaytambo, como si la montaña estuviera hecha de arcilla.
Frente de una roca
pre-inca cincelada y conocida como la Puerta de Amaru Muru (o Aramu Muru),
Vilca Uta, lago Titicaca.
Muchos
investigadores han comentado sobre las piedras “incas” que lucen como si
hubieran sido cortadas como mantequilla para producir calces perfectos. Puesto
que ciertos bloques calzan en una depresión cóncava con la roca inferior,
algunos especialistas lo interpretan como un indicio de que no tenían la misma
dureza durante la construcción.
Los
frentes o fachadas de varias piedras (y particularmente en Sacsayhuamán) muestran extrañas indentaciones circulares o
rectangulares como “marcas de rasguño” que podrían haber sido practicadas
cuando la roca estaba más suave [10].
Charles
Casale sostuvo que en algunos bloques muy grandes parecen haber trazos de rocas
ocultas de mediano tamaño justo bajo la superficie, que parecen haber sido
"enyesadas" con una capa de piedras [11].
Y
también se ha sugerido que las marcas cóncavas, espatuladas y de canales
mencionados anteriormente fueron realizadas posterior al suavizado de la
superficie.
Muro en Sacsayhuamán.
Con
respecto a las grapas de cobre que unen ciertas piedras, el punto de vista
oficial es que dicho metal fue derretido localmente y vaciado en cavidades ya
practicadas en los bloques. Si las grapas habían sido vaciadas in situ,
sus extremos debieran ser ligeramente convexos debido a la tensión de
superficie experimentada en el proceso de vaciado, y el fondo habría adoptado
los contornos de la fisura al momento de unir dos bloques.
Según
Maurice Cotterell, los enganches encontrados en Ollantaytambo tienen extremos y fondos planos, y sugiere que los
artefactos de cobre hechos previamente fueron insertados en la superficie de
los bloques cuando fueron suavizados [12].
Sin
embargo Protzen opina que no se hallaron grapas de metal en Ollantaytambo, aunque muchas de ellas sí
fueron encontradas en Tiwanaku.
El
trabajo de Joseph Davidovits, experto en geopolímeros, es relevante para la
discusión del suavizado de las piedras. Davidovits ha propuesto que los
antiguos egipcios construyeron algunas de sus grandes pirámides y templos
usando piedra reaglomerada.
La
caliza suave era empapada en agua para convertirla en pasta para mezclarla con
ingredientes como caolín, sal de natrón y caliza común. Luego la mezcla se
vaciaba y compactaba en moldes donde se endurecía en bloques de piedra
sintética, de cuyo peso el 95% consistía en caliza natural.
Sin
embargo, mientras las conchas fósiles encontradas en caliza natural tienden a
permanecer horizontales, en la caliza reconstituida se orientan al azar. Los
bloques de caliza sintética muestran variaciones de densidad y su capa superior
es la menos densa, además de contener en ocasiones burbujas de aire y también
fibras orgánicas.
Las
muestras examinadas de bloques de pirámides bajo un microscopio óptico parecen
ser de roca natural, pero es solamente bajo un microscopio de electrones o
durante análisis de rayos X que aparece la evidencia de constituyentes sintéticos [13].
Michael
Barsoum, ingeniero de materiales, en 2006 y junto a sus colegas elaboraron un
estudio que apoyó la tesis de Davidovits de que algunos bloques usados en las
pirámides fueron hechos a partir de una forma de concreto basada en caliza.
Usando escaneo y microscopía por transmisión de electrones, encontraron que las
muestras tenían tasas minerales que no existían en ninguna fuente conocida de
caliza [14].
Sin
embargo el polémico Ministro de Antigüedades egipcio Zahi Hawass menospreció la
hipótesis calificándola de “francamente estúpida, idiota e insultante”.
Davidovits
también ha argumentado que la descomposición de materiales líticos con ácidos
orgánicos de extractos vegetales fue una técnica universal en la antigüedad.
Plinio
menciona el uso de vinagre (ácido acético) para desagregar rocas de caliza, y
Aníbal (219 a. de C.) usó la técnica de horadar piedras y reventarlas
para obstruir el camino a los Alpes en su intento de conquistar Roma.
Davidovits
y sus colaboradores han demostrado que una solución de ácidos acético, oxálico
y cítrico (obtenidos de plantas) puede disolver rocas que contengan carbonato
de calcio (por ejemplo, calcita y caliza).
El
especialista presta atención a la extraordinaria habilidad de la civilización
de los huancas preincas (o wankas) para fabricar objetos de piedra. Algunos
chamanes contemporáneos pertenecientes a la tradición wanka no usan
herramientas para confeccionar sus pequeños objetos de piedra, sino que usan
extractos de plantas para disolver el material (que contiene calcita) y
entonces vacían la pasta en un molde donde se endurece, y en este sentido
Davidovits piensa que se usó la misma técnica para hacer las estatuas más
antiguas [15].
De
esta manera, el investigador propone un proceso en el que la piedra caliza, la
calcita y otras rocas relacionadas se descomponen y luego se endurecen en un
molde al añadir un “pegamento geológico”, en lugar de pensar en un método en
que sólo se suaviza y reendurece la superficie de rocas naturales.
El
agua y los ácidos vegetales no pueden utilizarse para disolver rocas ígneas más
duras como el granito y el basalto, y por lo tanto, debió haber intervenido
algún otro agente para ese propósito, o debieran encontrarse cantidades
suficientes de granito naturalmente desagregado, o bien la piedra natural era
cortada, moldeada y perforada usando herrramientas manuales o máquinas.
En
ese contexto, existe una fuerte evidencia que puede apuntar al empleo de
máquinas o herramientas avanzadas para la confección de ciertos artefactos del
Egipto antiguo [16].
Bloque de granito
cortado con precisión, cercano al Valle de los Templos de Khefrén, Giza.
Hasta
la fecha, no sabemos exactamente cómo se construyó la totalidad de las
estructuras de “estilo inca”, aunque no puede descartarse el uso de agentes
suavizantes de piedra para trabajar la superficie de los bloques, o para
suavizar o descomponer bloques enteros antes del vaciado o compactado del
material en moldes, ni tampoco el empleo de herramientas avanzadas. El único
aspecto que está más allá de la duda es que las técnicas manuales primitivas y
promovidas por los principales investigadores no pueden explicar todo.
¿INCA O PREINCA?
Los
incas admitían que las extensas ruinas de Tiwanaku,
cercanas a las costas del lago Titicaca, eran anteriores a su ascenso al poder.
Existe
una historia sobre el emperador inca Pachacuti
(1438-1471), quien ordenó a sus constructores usar técnicas de mampostería
ciclópeas y poligonales por todas partes del imperio, luego de ver el asombroso
trabajo megalítico en Tiwanaku.
Sin
embargo, la mampostería de este último difiere significativamente de la “inca”,
y no incluye el uso de piedras poligonales [1].
Dado
el corto periodo del imperio inca, muchos se han preguntado cómo esta
civilización consiguió emprender tal vasto programa de construcción, basándose
en la presunción de que toda la arquitectura de “estilo inca” fue su propio
trabajo, pero es bastante posible que los incas se apoderaran de sitios más
antiguos y sólo repararon, reconstruyeron y agregaron su “sello” a las
estructuras ya existentes y fabricadas por culturas más antiguas.
Percy
Fawcett lo plantea de esta manera:
« Los
incas heredaron fortalezas y ciudades construidas por una raza previa y las
restauraron a partir de sus ruinas sin mucha dificultad. En los lugares donde
ellos mismos construyeron con rocas (las regiones donde la piedra era el
material más conveniente, ya que en el cinturón costero generalmente usaban
adobe), adoptaron las mismas e increíbles juntas sin mortero que son
características de los edificios megalíticos más antiguos, pero no intentaron
usar las grandes masas de piedra atribuidas a sus predecesores. He escuchado
que, según se dice, calzaron sus rocas por medio de un líquido que suavizaba
las superficies a ser unidas que adoptaban la consistencia de la arcilla. » [2]
David
Hatcher Childress escribe:
« Que
los incas en realidad encontraron estas ruinas megalíticas y luego construyeron
sobre ellas, reclamándolas como suyas, no es una teoría particularmente
alarmante (...) Era una práctica común en el antiguo Egipto (...) Hay numerosas
leyendas en los Andes que Sacsayhuamán, Macchu Picchu, Tiahuanaco y otros
restos megalíticos fueron construidos por una raza de gigantes. » [3]
Comentando
sobre los distintos estilos arquitectónicos en y alrededor de Cuzco, Childress
escribe:
« El
estilo más reciente es el español, quizá el más primitivo de todos, y está
caracterizado por su mampostería y techos embaldosados que son tan comunes en
la Sudamérica colonial. La construcción inca de 500 a 1000 años atrás es
evidente en la parte superior de los trabajos más grandes, perfectos y
antiguos. Esta técnica inca es fácilmente reconocible por sus bloques
rectangulares o cuadrados, pesando a menudo de 200 a 1000 libras [90 a 450 kg],
y bajo éstos encontramos la construcción megalítica de bloques de extraños
ángulos que pesan de 20 a 200 toneladas, todos calzados perfectamente. » [4]
Childress
piensa que la última construcción incásica puede datar de entre los años 7000 y
el 3000 a. de C., pero una parte de ella podría ser incluso más
antigua.
Y
refiriéndose al estilo de construcción poligonal y ciclópeo, el arqueólogo A.
Hyatt Verrill comentó:
« Comúnmente
todos estos muros y edificios son atribuidos a los incas, pero en realidad su
verdadera mampostería era de un tipo inferior. Las piedras usadas fueron mucho
más pequeñas que aquéllas manufacturadas por sus antecesores, se ensamblaron de
forma descuidada e inconsistente, y con frecuencia se usó mortero o cemento
entre ellas. En muchos lugares, el trabajo de los últimos incas cubre la
antigua mampostería de sus predecesores, y en los casos donde se ha removido un
sector de la construcción más reciente, el contraste entre los dos tipos
resulta ser muy chocante. » [5]
Un muro inca genuino
cubría la pared de estilo poligonal en el lado oriente del Palacio de
Hatunrumiyoc en Cuzco, ahora convertido en un museo de arte (ver la foto de abajo).
En
la década de 1950, y en un acto irracional de vandalismo, los investigadores
destruyeron sus remanentes. Algunos arqueólogos de Cuzco creían que la muralla
ciclópea era pre-inca, pero en la actualidad es oficialmente atribuida a los “hijos
del sol”.
El
muro inca pudo haber cubierto el palacio completo en algún momento,
probablemente para preservar el anterior para la posteridad, o para protegerlo
de la profanación en una época cuando la ciudad era amenazada por las
invasiones. Y en Ollantaytambo, hubo muros ciclópeos cubiertos en ambos lados
con un "enyesado" de rocas fracturadas y arcilla [6].
Muro inca de estilo celular, 5.4 m de
largo, 3.7 m de alto y 90 cm de espesor, hecho con rocas en su
mayoría hexagonales, toscas y pequeñas, cubriendo una pared antigua de enormes
piedras poligonales [7]. Y en la imagen de abajo pueden ver la apariencia actual de este murallón en la calle
Hatunrumiyoc (cortesía de Enrico Mattievich).
La
mampostería poligonal y ciclópea también puede encontrarse en la antigua región
del Mediterráneo. Helena P. Blavatsky sostiene que las construcciones titánicas
de Perú, claramente las reliquias de una gran civilización, muestran un
parecido abismante con la arquitectura de las naciones europeas arcaicas, tales
como aquélla de los pelasgos en Italia y Grecia (en la actualidad atribuida a
los micénicos [8]. Y Blavatsky también afirma que los grupos que
crearon estas estructuras provenían de “un centro común en el continente
atlántico” [9].
Muro de contención
poligonal en Delfos, Grecia, que se piensa fue construido en el siglo VI a. de C. [10].
Muros poligonales en
el Nekromanteion (“oráculo de la muerte”) en Éfira, Grecia (cortesía de Coen
Vonk). Se cree que ninguna de las ruinas visibles hoy son anteriores al siglo
III d. de C.
Entrada trapezoidal
de una tumba "tholos" micénica en Orchomenos, c. 1250 a .de C.
Compárese con la entrada trapezoidal en Sacsayhuamán [11].
Referencias
1. Jean-Pierre
Protzen, "Inca stonemasonry", Scientific American, v. 254, no.
2, feb. 1986, págs. 80-8; Jean-Pierre Protzen, Inca
Architecture and Construction at Ollantaytambo, New York: Oxford University
Press, 1993; W.R. Corliss (compilación), Ancient Structures: Remarkable
pyramids, forts, towers, stone chambers, cities, complexes, Glen Arm, MD:
Sourcebook Project, 2001, págs. 44-51.
2. A. Hyatt Verrill, Old Civilizations of the New World, New York:
New Home Library, 1942 (1929), pág. 301.
3. Citado en
"Inca stonemasonry", págs. 85-7.
4. Inca Architecture and Construction at Ollantaytambo, pág. 187.
5.
Garcilaso de la Vega, Primera parte de los
Reales Comentarios de los Incas (volumen 2), New York: Burt Franklin, 1869-71,
2:305-6, 315-17.
6. Inca Architecture and Construction at Ollantaytambo, págs. 170-1.
7. http://looklex.com/egypt/aswan10.htm; http://www.ancientworldegypt.com/unfinishedobelisk.html.
8. www.flickr.com/photos/enperu/3716687547.
9. www.opentravelinfo.com/south_america/peru/andean/inca_stone_splitting_technique;
www.theglobaleducationproject.org/egypt/articles/cdunn-1.php; www.ancientwisdom.co.uk/quarrymarks.htm.
10. www.divinelightsanctuary.org/images/Egypt_2008/Osirion_02.jpg.
11. Inca Architecture and Construction at Ollantaytambo, pág. 189.
12. Maurice Cotterell, The Lost Tomb of Viracocha: Unlocking the secrets
of the Peruvian pyramids, London: Headline, 2001, págs. 60-8.
13. Jean-Pierre Protzen y Stella Nair, "Who taught the Inca stonemasons
their skills? A comparison of Tiahuanaco and Inca cut-stone masonry", Journal
of the Society of Architectural Historians, v. 56, no. 2, 1997, págs.
146-67 (págs. 161-2).
14. Graeme R. Kearsley, Inca Origins: Asian influences in early South
America in myth, migration and history, London: Yelsraek Publishing, 2003,
págs. 292, 580.
Suavizado de la piedra
1. Hiram Bingham, Across South America; an account of a journey from Buenos
Aires to Lima by way of Potosí, Boston, NY:
Houghton Mifflin Company, 1911, pág. 277, www.archive.org/details/acrosssouthamer00bing.
2.
P.H. Fawcett, Exploration
Fawcett, London: Century, 1988 (1953), págs. 75-7.
3.
Ibid., pág. 252.
4.
Juanjo Perez, "Los ablandadores de
piedras", 2 septiembre 2006, http://donpelayo.lacoctelera.net/post/2006/09/02/los-ablandadores-piedras.
5.
Aukanaw, "La Ciencia Secreta de los
Mapuche", cap. 12, http://share.ovi.com/download/dewiltz.10003; Carlos
Gamero Esparza, "Las piedras de plastilina", Docencia e
Investigación, no. 46, junio 2003, www2.uah.es/vivatacademia/anteriores/n46/docencia.htm.
6. Graeme R. Kearsley, Asian Origins of African Culture: Asian
migrations through Africa to the Americas, London: Yelsraek Publishing,
2010, pág. 281; Lost civilizations of the Andes, fig. 2.22, http://davidpratt.info.
7. W.R. Corliss (compilación), Archeological Anomalies: Small artifacts
– bone, stone, metal artifacts, prints, high-technology, Glen Arm, MD:
Sourcebook Project, 2003, págs. 245-6; Corliss, Ancient Structures, pág.
51.
8. Maurice Cotterell, The Lost Tomb of Viracocha: Unlocking the secrets
of the Peruvian pyramids, London: Headline, 2001, pág. 67.
9. www.flickr.com/photos/79581021@N00/2280121465.
10. Konstantin Artz, "Ancient stone technology",
http://members.tripod.com/~kon_artz/cultures/stonetec.htm.
11. Ancient Structures, pág. 51.
12. The Lost Tomb of Viracocha, págs. 67-8.
13. Joseph Davidovits, They Built the Pyramids, Saint-Quentin:
Institut Géopolymère, 2008, www.geopolymer.org, www.davidovits.info; Margaret
Morris, The Egyptian Pyramid Mystery Is Solved. Vol. 1: The Mysteries,
Detroit, MI: Scribal Arts, 2004.
14. Bethany Halford, "In search of concrete evidence", 2008,
www.materials.drexel.edu/pyramids/C_EN_Article.pdf.
15. Joseph Davidovits y Francisco Aliaga, "Making cements with plant
extracts", www.geopolymer.org/archaeology/civilization/making-cements-with-plant-extracts.
16. Christopher Dunn, Lost Technologies of Ancient Egypt: Advanced
engineering in the temples of the pharaohs, Rochester, VE: Bear &
Company, 2010; Christopher Dunn, The Giza Power Plant: Technologies of
ancient Egypt, Santa Fe, NM: Bear & Company, 1998, capítulos. 3-5;
Christopher Dunn, "Advanced machining in ancient Egypt", 2004,
www.gizapower.com/Advanced/Advanced%20Machining.html; Christopher Dunn,
"Prehistoric machined artifacts", 2006,
www.gizapower.com/pma/index.htm.
¿Inca o preinca?
1. Protzen y Nair, "Who taught the Inca stonemasons their
skills?"
2. Exploration Fawcett, págs. 251-2.
3. David Hatcher Childress, Lost Cities and Ancient Mysteries of South
America, Kempton, IL: Adventures Unlimited, 1986, pág. 71.
4. Ibid., pág. 77.
5. Hyatt Verrill, Old Civilizations of the New World, pág. 302.
6. Enrico Mattievich, Journey to the Mythological Inferno: America’s
discovery by the ancient Greeks, Denver, CO: Rogem Press, 2010, págs. 140-2;
Luis A. Pardo, Historia y Arqueología del Cuzco, vol. 1, Cuzco: Imprenta
Colegio Militar Leoncio Prado, 1957, págs. 185-208.
7. Old Civilizations of the New World, edición de 1929, pág. 298; Journey to the Mythological Inferno,
pág. 142.
8. Coen Vonk, "Mysteries of ancient Greece", Sunrise,
junio/julio and agosto/septiembre de 2005, www.theosociety.org/pasadena/sunrise/54-04-5/me-vonk.htm.
9.
H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta,
TUP, 1977 (1888), 2:745-6.
10.
www.greek-thesaurus.gr/delphi-polygonal-wall.html.
11.
www.greecetaxi.gr/index/Orchomenos.html.
OBSERVACIONES
Este texto es la traducción del artículo elaborado por el
investigador David Pratt (ver link)
y le agradezco muchísimo a Nicolás por haber traducido un texto tan largo pero
a la vez tan interesante.
Y las otras partes del artículo las pueden ver en:
- La misteriosa civilización inca
- La extraordinaria masonería inca
En esta entrada tengo mis dudas, si existiese una planta capaz de convertir la piedra en una pasta, me extraña que hoy día no se haya descubierto, y que no se use de forma masiva.
ResponderBorrarA menos que esa planta ya estuviera extinta o al borde de la extinción. Y es que hemos destrozado tanto la naturaleza que no me extrañaría que ese fuera el caso.
Borraramigo cid que sabes acerca de estas plantas EL SAN PEDRO O WACHUMA, ayahuasca y la salvia divinorum quiero probarlas pero quiero saber si son plantas curativas tambien aparte de realizar viajes astrales!
ResponderBorrarDesafortunadamente no se nada sobre ellas. Sorry.
BorrarYo las probé soy de Bolivia aquí hay el san pedro que aumenta la percepción a niveles muy profundos no es recomendado empezar con dosis altas yo casi me vuelvo loco porque sientes lo mas profundo e inconsciente sentía algo autocondenativo que estaba en mi pero si ayuda se corta la parte verde ahi se ven puntitos blancos que es la mescalina lo que te hace subir el efecto se puede fumar o comer o hacer mate aconsejo comer porque asi sube leve fumar tambien si se desea fumar se hace secar y se desmenuza si se quiere comer se saca lo verde y se pica se come 5 cucharas al principio pero es aconsejable no estar en una vida con alcohol sexo etc porque sera horrible es bueno dejar todo lo vano por asi decirlo un mes antes leer meditar prepararse y si ayuda tengo nuevas perspectivas de la vida que antes no tenia y me ayudaron esas perspectivas, sirve ayuda mucho yo ultimamente lo probe con mi madre y si funciono nos entendimos mas rompimos algunas barreras sin embargo todo esta en uno si entiendes perspectivas con el san pedro hikuri o también llamado Achuma debes hacer algo con lo que viviste no quedarte sin hacer nada es n empujo pero el cambio y el crecer esta en uno
BorrarHola cid Saludos desde Peru soy Jerson le cuento son las 1am y tuve mi salida astral senti esa sensacion de que mi cuerpo separaba de mi cuerpo astral y dije no no me repetia no y volvia ami superponerse con mi cuerpo pero al rato queria salia decia no no como 3 veces con el intento y volvi ami cuerpo y como evidencia en mi cuarto deje la linterna de mi celular prendido como le tengo miedo ala oscuridad pude ver mi linterna prendida cuando me desprendia un poco de mi cuerpo y lo raro es que cuando queria salirse involuntariamente buscaba flotar pero me repitia no no no y volvia a mi cuerpo de ahi aparte eso otra cosa mas escucha musica de radio voces de todo tipo como si fuera un receptivo como si escuchara radio escuchaba musica personas que hablan .... me podia aconsejar creo que estoy tomando la iniciativa que lei de su blog de no ir al astral porque no tenemos un guia aparte no le veo un beneficio pero mi duda que tuve y queria preguntarle si es que tal vez me podia ayudar que era esa fenomeno en la que yo me encontraba en ese estado y escuchaba toda clase de musica sonidos habladurias como si yo fuera una radio
ResponderBorrarNo sabría decirte a qué se debe exactamente ese fenómeno pero ya son varias personas las que me han comentado que escuchan música o conversaciones y hasta campanas cuando se encuentran desdoblados.
BorrarMe parece que esos sonidos del astral pueden ser peligrosos ilusión flores que debajo tienen enroscadas serpientes
Borrarhola cid. no me que da mas remedio que ver aca, hay un koans en una pagina de zen en facebook y lo tengo que resolver pero no encuentro respuesta, dice asi : como haces para que la espada que todo lo corta, no te corte?
ResponderBorrarIgnoro la respuesta. Sorry.
BorrarTal vez no usando esa espada...
ECLESIASTES 8:1 ¿Quién como el sabio? ¿y quién como el que sabe la declaración de las cosas? La sabiduría del hombre ilumina su rostro, y la tosquedad de su semblante se mudará.
ResponderBorrar8:2 Te aconsejo que guardes el mandamiento del rey y la palabra del juramento de Dios.
8:3 No te apresures a irte de su presencia, ni en cosa mala persistas; porque él hará todo lo que quiere.
8:4 Pues la palabra del rey es con potestad, ¿y quién le dirá: ¿Qué haces?
8:5 El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio.
8:6 Porque para todo lo que quisieres hay tiempo y juicio; porque el mal del hombre es grande sobre él;
8:7 pues no sabe lo que ha de ser; y el cuándo haya de ser, ¿quién se lo enseñará?
8:8 No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee.
8:9 Todo esto he visto, y he puesto mi corazón en todo lo que debajo del sol se hace; hay tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre para mal suyo.
Desigualdades de la vida
8:10 Asimismo he visto a los inicuos sepultados con honra; mas los que frecuentaban el lugar santo fueron luego puestos en olvido en la ciudad donde habían actuado con rectitud. Esto también es vanidad.
8:11 Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal.
8:12 Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia;
8:13 y que no le irá bien al impío, ni le serán prolongados los días, que son como sombra; por cuanto no teme delante de la presencia de Dios.
8:14 Hay vanidad que se hace sobre la tierra: que hay justos a quienes sucede como si hicieran obras de impíos, y hay impíos a quienes acontece como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad.
8:15 Por tanto, alabé yo la alegría; que no tiene el hombre bien debajo del sol, sino que coma y beba y se alegre; y que esto le quede de su trabajo los días de su vida que Dios le concede debajo del sol.
8:16 Yo, pues, dediqué mi corazón a conocer sabiduría, y a ver la faena que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos);
8:17 y he visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará; aunque diga el sabio que la conoce, no por eso podrá alcanzarla.
Muy interesante artículo Cid, soy Boliviano y estuve en esas rocas del Lago Titicaca. Siempre me interesó mucho el tema en general, gracias por compartirlo.
ResponderBorrarQuisiera saber una manera de contactarme con usted Cid un poco mas directa si es que existiera, ya que tengo unas inquietudes acerca del esoterismo en general...
ResponderBorrarDesafortunadamente por falta de tiempo tengo abandonados el facebook y el mail. Sorry.
Borrarhola cid se que no viene al caso pero tengo una duda y posiblemente tu sepas algo, me podrías decir cual es el significado esotérico de lilith la primera mujer de adan, esta que no se llevaba bien con el y por eso fue desterrada
ResponderBorrarDezconozco si Lilith tiene algun significado oculto. Sorry.
BorrarHola Cid. Hace poco que descubrí este apasionante mundo de la teosofía. Tu bloc me está ayudando mucho a organizar un poco este mar de corrientes, autores y libros. Ahora mismo estoy leyendo “Teosofía, curso de estudio introductorio” de John Algeo y “Renovación de sí mismo” de I.k. Taimni. Me gustaría saber si los has leído y que opinión te merecen. Un saludo.
ResponderBorrarNo he leído todavía esos textos por lo que no te puedo opinar sobre su contenido. Lo que sí te puedo decir es que John Algeo e I.K. Taimni fueron líderes de la Sociedad Teosófica de Adyar en el siglo XX. Por lo tanto debes de abordarlos con cierta cautela, porque aunque ellos puedan expresar sabiduría en sus textos, también estuvieron muy influenciados por las falsedades y deformaciones que inventaron Leadbeater y Besant.
BorrarCid, ya has vuelto?
ResponderBorrarCon varios meses de retraso pero ya llegué.
BorrarCid necesito saber tu opinion sobre el kybalión porfa!! y si conviene estudiar a Aleister Crowley perdón si ya te lo habían preguntado antes y debes volver a responder, gracias!
ResponderBorrarEl Kybalion es un buen libro para introducirse en la enseñanza esotérica, en cambio NO recomiendo que estudien a Aleister Crowley porque fue muy embustero.
BorrarMás allá de lo que diga la ciencia occidental ¿fumar es malo?
ResponderBorrarNo lo sé.
BorrarHola, tengo unas fotos de unas rocas que me encontré en la montaña con marcas de cortes..me gustaría que las vieras. Donde te las puedo mandar? Saludos.
ResponderBorrarLas puedes publicar en un sitio y pasarme el link, pero no podría ayudarte a descifrarlas porque sé muy poco al respecto.
BorrarLos incas fueron pioneros. Yo hoy busco depositos en alquiler y no veo algo tan fuerte como este tipo de construcción.
ResponderBorrarLa tecnologia empleada por los incas es demasiado simple, te lo muestro en el siguiente video: https://www.youtube.com/watch?v=OctP54wfYL0
ResponderBorrarEstuve allí y así lo hicimos !!!!!!!
ResponderBorrarhttps://www.youtube.com/watch?v=hDQkdNUGlzg&t=25s