EL LIBRO EGIPCIO DE LOS MUERTOS



(Para una mejor comprensión leer primero la muerte según la mitología egipcia)

Es el nombre moderno que se le da al texto funerario que se ponía en el Antiguo Egipto en las tumbas para que ayudara y guiara al fallecido en su peligroso viaje en el Más Allá para alcanzar la vida eterna en el Aaru (el paraíso en la mitología egipcia).

Su nombre original es Peri Em Heru que significa Los Vocablos para Salir a través de la Luz”. No existe una única versión. Los papiros supervivientes contienen una variada selección de textos religiosos y mágicos y difieren notablemente en sus ilustraciones. Los arqueólogos han descubierto más de 25 mil pergaminos, de 1 a 40 metros de largo y de 15 a 45 cm de ancho. El más antiguo data de 1500 a.C. y el más moderno del IV siglo d.C. Para comprender su significado tienen que conocer la historia.


EVOLUCIÓN DE LOS DOCUMENTOS MORTUORIOS

Los textos tratando sobre el Más Allá fueron variando en forma y contenido en el transcurso de la antigua civilización egipcia.

Originalmente durante el Imperio Antiguo (2700-2200 a.C.), la lucha por la inmortalidad le competía solamente al faraón que representaba al dios solar Ra en la Tierra. Sin embargo, esa lucha involucraba a todos porque si fallaba, el sol dejaría de salir, la noche no tendría fin y todo moriría. Para ayudarlo se grababan un repertorio de conjuros, fórmulas sagradas y rituales en su tumba (en su cámara sepulcral, las antecámaras y los pasajes) conocidos como “Los Textos de las Pirámides”.


Posteriormente, durante el Imperio Medio (2200-1550 a.C.) la inmortalidad dejó de ser un privilegio exclusivo de la realeza, volviéndose también posible para las clases más altas. Dando lugar a los “Textos de los Sarcófagos” que eran pintados o grabados en los sarcófagos.


Solo a partir del imperio nuevo (1550-1100 a.C.) la inmortalidad en el Más Allá se democratizó y el pueblo pudo acceder a las fórmulas sagradas, alcanzando gran difusión. Es a partir de entonces que las empezaron a escribir en papiros que se depositaban dentro del sarcófago o en la cámara sepulcral del fallecido. Los que podían pagarlo, continuaban con la tradición, pintándolas también en las paredes de las tumbas y los sarcófagos.

Con el tiempo se volvió un negocio muy lucrativo para los sacerdotes, que hacían creer a la gente que la posesión del manuscrito al momento de morir era lo único que podía garantizarles éxito en su viaje en el Más Allá.

En la actualidad se conocen 192 conjuros, aunque ningún manuscrito individual los contiene todos, debido a que costaban una fortuna. Para darles una idea, el Papiro de Ani es el manuscrito más famoso, porque es uno de los ejemplares más completos e impresionantes por su alta calidad, con 65 conjuros y más de 150 ilustraciones coloreadas. Mide casi 24 metros.


Pueden verlo completo aquí. ¡Es impresionante!

Ani disfrutaba de una de las posiciones más altas en la Jerarquía social del Antiguo Egipto. Era escriba real administrador de las ofrendas divinas para los dioses y su esposa era sacerdotisa de Amón. Es decir que pocos ganaban tanto como él. Pues bien, su pergamino le costó ¡la mitad de su remuneración anual!

Para los que podían costearlo, les elaboraban por encargo pergaminos personalizados con los conjuros que más le importaban a la persona. Para los otros se hacían pergaminos más genéricos con lo básico, donde se dejaban espacios en blanco para después poner el nombre del comprador. Ya se imaginarán que la mayoría de las personas sólo podían pagar y ser enterrados con un capítulo, a veces sin decorar. Por ello, los robos del pergamino en otras tumbas eran frecuentes.

Se pensaba que los hechizos y las figuras se volverían reales en el Más Allá, sirviendo a una gran cantidad de propósitos:
  • guiar al difunto a través de los obstáculos del inframundo, 
  • otorgarle el control sobre el mundo que le rodea, 
  • métodos para poder alimentarse en la otra vida, 
  • darle conocimientos místicos en el más allá, 
  • protegerlo de las fuerzas hostiles, 
  • tener domésticos que lo asistan, 
  • identificarlo con los dioses, 
  • garantizar que las diferentes partes del fallecido sean preservadas y al final reunidas, 
  • ayudarle a superar el juicio de Osiris. Así, si la persona temía que sus malas acciones le hicieran fallar la prueba del pesado del corazón, por medio del sortilegio 30B podía hacer que su corazón solo revelara los buenos actos y callara los malos…
¡Como si se pudiera escapar del karma con un simple hechizo!

(Miren Señores del Karma, con este amuletito de escarabajo y este papiro que compré en el templo, los voy a engañar y ya no van a poder ver las malas acciones que hice durante mi vida, ¡ji, ji, ji, que astuto soy!  El sacerdote me juró que era ¡100% efectivo!  Y si no quedaba satisfecho, prometió rembolsarme...)


El Libro de los Muertos es el más famoso, pero también existen otros documentos como:
  • El Libro del Amduat 
  • El Libro de las Cavernas 
  • El Libro de las Puertas 
  • El Libros de las Respiraciones
Tenían la misma finalidad, aunque explicada de otra forma, ya que la doctrina fue cambiando y creándose variantes con el tiempo.

Los textos y las imágenes de esos libros eran tanto mágicos como religiosos. De hecho, para los antiguos egipcios hay poca diferencia entre las prácticas mágicas y religiosas. El concepto de magia, estaba íntimamente ligado a la palabra hablada, por lo que el acto de pronunciar un ritual era una acción de creación; la acción y la pronunciación se consideraban lo mismo.

Los egipcios también creían que conocer el nombre de algo les daba poder sobre ello, por lo que el Libro de los Muertos dotaba a su propietario de los nombres místicos de muchas de las entidades que se encontraría en el más allá y de poder sobre ellas.

El poder mágico de la palabra hablada se extendió a la palabra escrita. Los egipcios creían que los jeroglíficos eran un invento del dios Tot y gozaban de poder, pues también transmitían toda la fuerza de un sortilegio. De ahí, el éxito y la importancia que tuvieron esos pergaminos.


EXPLICACIÓN ESOTÉRICA

Al respecto Blavatsky dice:

« Toda la Cosmología de la Doctrina Secreta se encuentra esparcida … en el “Libro de los Muertos”. Allí se insiste tanto en el número siete y se hace tanto énfasis en él como en el Libro de Dzyan “La Gran Agua (el Abismo o Caos) se dice que tiene siete codos de profundidad”. Aquí desde luego, los codos representan divisiones, zonas y principios. »
(Doctrina Secreta I, pg 674)

Esta declaración tiene consistencia, ya que los conjuros del Libro de los Muertos reflejan las creencias religiosas y cosmológicas de los antiguos egipcios. Creencias que provienen de enseñanzas muy antiguas, cuando el pueblo Egipcio era guiado por auténticos maestros espirituales.

El problema es que esa enseñanza esotérica está escondida por toda una simbología y alegoría egipcia que dificulta mucho su interpretación para los ocultistas occidentales. Para complicarlo más, con el tiempo los sacerdotes fueron inventando y añadiendo doctrinas profanas, deformando la enseñanza original.

Por lo tanto, no recomiendo en un principio su estudio en una búsqueda esotérica, porque va a confundir mucho al estudiante. Aunque posteriormente, para los que ya tengan un conocimiento afianzado, puede ser interesante para comparar enseñanzas.

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