La razón por la que los extraterrestres y los platillos voladores tienen un efecto tan fuerte en ciertas personas es porque ellas proyectan la divinidad en el fenómeno ovni.
Intentemos analizar el impacto del platillo en la psicología del hombre:
El ovni viene del espacio, es un enigma, no se sabe de dónde proviene ni cómo está construido, no se sabe quien lo pilotea, para que viene, ni tampoco a donde irá. Ni siquiera lo hemos visto de cerca, solo hemos entendido otros haberlo visto. No sabemos prácticamente nada de los ovnis.
Lo que corresponde completamente a los criterios que duermen en la consciencia colectiva de la humanidad a propósito de Dios.
Dios viene del Universo, o sea del espacio. No sabemos de qué está hecho. Si es una persona, si es un estado, si es realmente omnipresente o existe en algún lugar en particular, si se le puede uno acercar o es completamente sutil. No sabemos cuándo va a venir o ¿Si vendrá? Y si viene ¿Para qué vendrá? Tampoco sabemos gran cosa de Dios. De lo único que estamos seguros es que contamos con ÉL para que resuelva todos los problemas que hay en nuestra vida y en la Tierra en general.
Dios está rodeado de misterios, al igual que los extraterrestres. Incluso más porque al menos hemos visto unas lucecitas que gente dice ser ovnis, pero Dios nunca lo hemos visto ni de cerca, ni de lejos. Simplemente hemos escuchado qua algunos se han encontrado con ÉL (por ejemplo en la Biblia se menciona a Moisés)
Hemos solamente oído en conversaciones religiosas los "se dice" y no hay nada mejor para construir un mito que la repetición del mismo discurso. El mismo dialogo “se dice” que generación tras generación se repite y se repite y se repite…
Dios se volvió un mito al igual que los extraterrestres por las mismas razones, porque no lo vemos, no sabemos quién es realmente, no sabemos cuándo se aparecerá, como se aparecerá y para que se aparecerá. Lo único que sabemos de Dios es lo que nos dicen los curas y pastores que desde hace siglos solo repiten y repiten lo que está escrito en sus textos sagrados.
Hay entonces en el inconsciente humano superposición inmediata. Aquel que es suficientemente abierto para aceptar la posibilidad que la vida exista en otras partes del Universo, pudiéndose desarrollar en otros planetas, o sea aquel que acepte el concepto extraterrestre como una realidad. Esa persona va inmediatamente y casi inconscientemente interrelacionar la realidad extraterrestre con su búsqueda de la divinidad, porque son los mismos símbolos, es el mismo ambiente, la misma atmosfera que flota alrededor.
Y es por eso que vemos individuos orientarse hacia los extraterrestres de manera excesiva considerando que son la raza divina, o bien que Dios o el Mesías vendrá de esa proveniencia extraterrestre.
Y de la misma manera hay otros individuos que no son religiosos, pero que tienen las mismas fantasías y ellos se van a atemorizar ante la posible presencia extraterrestre porque en el fondo de ellos mismos temen más al mal, al diablo que lo que esperan del buen dios. Y de nuevo hay superposición y es así que el extraterrestre se vuelve el indeseable.
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