EL CORPUS HERMETICUM EXAMINADO POR BLAVATSKY


 
Sobre esta compilación de antiguo textos, Blavatsky explicó lo siguiente:
 
 
« Champollion encontró textos enteros de las obras “apócrifas” del Poimandres y del Asclepio [que forman parte del Corpus Hermeticum] inscritos en los monumentos más antiguos de Egipto.
 
Y después de haber dedicado toda su vida al estudio de los registros de la antigua sabiduría egipcia, tanto Champollion-Figeac como Champollion hijo declararon públicamente, a pesar de muchos juicios sesgados, arriesgados por ciertos críticos apresurados e imprudentes, que los Libros de Hermes:
 
“Contienen verdaderamente una masa de tradiciones egipcias que son constantemente corroboradas por los registros y monumentos más auténticos de Egipto de la más remota antigüedad.” (Égypte Ancienne, p.139, París, Didot Frères, ed. de 1847).
 
Nadie cuestionará el mérito de Champollion como egiptólogo, y si declara que todo demuestra la exactitud de los escritos del misterioso Hermes Trismegisto, y que su antigüedad se remonta a la noche de los tiempos y que están corroborados hasta en sus más mínimos detalles, entonces, en efecto, la crítica debería quedar plenamente satisfecha.
 
“Estas expresiones”, dice Champollion, “son sólo el eco fiel y la expresión de las verdades más antiguas”.
»
(CW 13, p.231-3)
 
 
 
« Pero lastimosamente de los verdaderos libros herméticos sólo existe actualmente el fragmento conocido como La Tabla Esmeralda. Todos los demás escritos recopilados sobre los libros de Thot [Hermes] fueron destruidos y quemados, en Egipto, por orden del emperador romano Diocleciano, en el siglo III de nuestra era.
 
Todos los libros hermetistas, incluido El Poimandres no son en su forma actual más que reminiscencias más o menos vagas y erróneas, elaboradas por diversos autores griegos e incluso latinos, que a menudo no dudaron en transmitir sus propias interpretaciones como verdaderos textos herméticos»
(CW 11, p.549)
 
 
 
« Con todas estas variaciones de términos y sistemas, todas estas enseñanzas contradictorias no pueden contener la verdadera Verdad, y por consiguiente no veo cómo los señores ocultistas pueden pretender tener un verdadero conocimiento de las ciencias ocultas.
 
Ellos tienen la Cabalá de Moisés de León compilada por ese señor en el siglo XIII; pero su Zohar, comparado con El Libro de los Números de los caldeos, representa tanto la obra del rabino Simeón ben Jochai, como El Poimandres de los griegos cristianos representa el verdadero Libro de Thoth de los egipcios [o sea muy poco]»
(CW 11, p.280)
 
 
 
« Si los textos estuvieran menos adulterados, se encontraría que contienen palabra por palabra el mismo relato que se da en los registros arcaicos, al menos en lo que respecta a los hechos fundamentales, si no en lo que respecta a los detalles minuciosos; porque el Hermes está bastante desfigurado por las malas traducciones»
(DS II, p.3)
 
 
 
« Por ejemplo los cabalistas y simbologistas cristianos desfiguraron [el Corpus Hermeticum, también llamado] el Pymander (y entre ellos está el obispo de Ayre, Francois de Tours, en el siglo XVI)»
(DS II, p.114)
 
 
 
« Sin embargo El Poimandres Divino, no obstante lo mucho que haya sido distorcionado en algunos pasajes por el “alisamiento” cristiano, fue escrito por un filósofo. Mientras que la mayor parte de los asi llamados “textos herméticos” son el producto de paganos sectarios con una tendencia hacia un Ser Supremo antropomórfico. Sin embargo ambos son el eco de la filosofía esotérica y de las Puranas Indias»
(DS I, p.285)
 
 
 
« De los “libros de Hermes”, los manuscritos que han llegado hasta nosotros, la mayoría son tan solo las traducciones latinas de traducciones griegas, hechas principalmente por Neo-platónicos a partir de los libros originales preservados por algunos adeptos [pero distorcionándolos con sus propias interpretaciones].
 
Marsiglio Ficino (1433-1499) fue el primero en publicarlos en Treviso, en 1471, pero solo nos dio meros extractos, y parece haber pasado por alto o haber omitido a propósito las partes más importantes por estas ser demasiado peligrosas para publicarse en esos años ya que contradecían la fe cristiana. »
(Isis I, p.407)
 
 
 
« Por ejemplo, algunos escritores inteligentes e interesados los representan como enseñanzas del monoteísmo puro, sin embargo los libros herméticos o trimegistas son puramente panteístas. La Deidad a la que se hace referencia en ellos Pablo la define como aquello en lo que "vivimos, nos movemos y existimos", a pesar de utilizar las palabras "en Él" de los traductores»
(GT, Hermetismo)
 
 
 
« Aunque en su mayoría son considerados como espurios, los escritos herméticos fueron muy apreciados por San Agustín, Lactancio, Cirilo y otros.
 
En palabras del Sr. J. Bonwick: "Son más o menos retocados por los filósofos platónicos entre los primeros cristianos (como Orígenes y Clemens Alexandrinus) que buscaron fundamentar sus argumentos cristianos apelando a estos escritos paganos y venerados, aunque no pudieron resistir la tentación de hacerlos decir un poco demasiado". »
(Ibid)
 
 
 
« Sin embargo, como las enseñanzas profundas de la doctrina oriental siempre se han mantenido en secreto, y como el lector difícilmente puede esperar que se le muestren los textos originales a menos que se convierta en un discípulo aceptado, dejemos que el erudito griego y latino recurra a los textos originales de la literatura hermética. Que, por un lado lea atentamente las primeras páginas del Pymander de Hermes Trismegisto; y entonces verá nuestras doctrinas [teosóficas] corroboradas en él, por muy velado que sea su texto»
(DS II, p.236)
 
 
(Observación: yo he comprobado que efectivamente en los textos herméticos se encuentra la enseñanza aportada por los Maestros Transhimaláyicos, pero bastante distorcionada, seguramente por todas las modificaciones que hicieron los antiguos occidentales a dichos textos.)
 
 
 
 
 
 
ANEXO
 
Blavatsky detalló mucho sobre El Corpus Hermeticum (también conocido como El Poimandres Divino) en su obra La Doctrina Secreta, pero es muy largo transcribir todo lo que ella dijo al respecto; así es que para los que estén interesados, a continuación les pongo la compilación del índice temático (el volumen y la página corresponden a la edición original en inglés):
 
 
Divino Pymander. Véase también Hermética
 
·       Bohme, el pensamiento egipcio & II 630
·       encubre sus principios II 455
·       creador ni bueno ni malo II 25
·       Ha sido desfigurado I 285; II 3, 114, 115n
·       se hace eco de la filosofía esotérica I 285; II 236
·       Manu y Pensamiento Divino I 63
·       monstruos generados en II 53
·       logoi más antiguos en Occidente I 74
·       origen de la obra II 267-8n, 506
·       fraseología de I 674-5
·       San Juan Bautista & II 115n
·       siete recurrentes en II 4, 109
·       manera de La Biblia se cita hasta II 38
·       animales, hombres bisexuales II 96
·       nacimiento de pitris, hombres II 267
·       poderes constructores de I 601
·       doble fecundidad de Dios II 134
·       ángeles caídos I 417; II 103, 283
·       Dios, no mente; espíritu, luz I 285
·       Hombre celestial II 236, 270, 493
·       Soy Pensamiento, tu Dios II 107
·       el conocimiento difiere del sentido I 279
·       texto latino de Apuleyo II 491n
·       el hombre emanó de siete ángeles I 230
·       matrimonio del cielo con la Tierra I 417; II 231
·       mente, gobernadores, constructores I 480; II 236-7n
·       principio húmedo de II 236, 591n
·       la naturaleza desciende cíclicamente I 291n
·       punto y circunferencia I 426
·       realidad y apariencias I 287
·       rectores, regentes, supervisores II 23, 97, 488
·       serpiente, dragón en I 74-5
·       siete círculos de fuego II 103, 232, 275n
·       siete anfitriones construyen el mundo I 436; II 489
·       siete hombres, de sexos opuestos II 2n, 267, 491-2
·       siete hombres primordiales II 2n, 97, 213
·       siete trabajadores II 97
·       hablar de Dios imposible I 286
·       el espíritu envuelve el universo I 286
·       diez es la madre del alma I 90n
·       cuestiones de pensamiento como luz II 486
·       Palabra (Hermes), Palabra de Dios II 542
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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