LAS PROEZAS PARANORMALES EXPLICADAS POR BLAVATSKY

 
 
El siguiente texto es una carta que Blavatsky le escribió al editor del periódico The Bombay Gazette:
 
« Señor,
 
En la publicación del día 19 de vuestro periódico anexo "The Times of India" encontré dos columnas dedicadas a mi persona, pero vuestra publicación es abusiva debido a que en ese artículo no solo se me difama sino que también hay una larga carta confidencial que el Coronel Olcott le escribió a un miembro de nuestra Sociedad Teosófica y que alguien obtuvo de manera subrepticia.
 
Al inicio de esa carta se encuentra el adjetivo “privada”, lo cual implica que ese documento no era para el público; y un editorial principalmente lleno de insultos baratos y sugerencias venenosas, aunque triviales. Eso era algo que yo podía esperar, pero me gustaría que me dilucidara los tres puntos siguientes:
 
1) ¿Cómo es que el editor recibió un documento robado del escritorio del Presidente de la Sede de Bombay de la Sociedad Teosófica?
 
2) Y una vez obtenido: ¿qué derecho tiene de publicarlo sin recibir primero el permiso de su autor o del destinatario? Aprobación que además jamás se le hubiera concedido
 
3) ¿Y cómo deberíamos de catalogar una acción de tal género?
 
Si la ley no ofrece ningún remedio para este acto indebido, en lo personal me contentaría al menos de atenerme al veredicto de todo ser humano honrado que leerá esa carta y comentará al respecto.
 
(Observación de Cid: aquí Blavatsky se está refiriendo a una carta que el Coronel Olcott le escribió a Damodar Mavalankar el 4 de octubre de 1880 narrándole los fenómenos que Blavatsky acababa de producir en Simla en donde ella materializó varios objetos.
 
Luego Damodar imprimió un extracto de esa carta en un documento reservado para circulación privada entre los miembros de la Sociedad Teosófica y cuyo texto pueden leer en este link.
 
Pero el periódico The Times of India indebidamente publicó esa carta en un artículo negativo hacia Blavatsky que apareció el 19 de octubre de 1880 con el título “Un día con Madame Blavatsky”.)
 
 
Dejo que esta cuestión particular de la carta privada, de la cual yo no soy la autora, se zanje entre el ofendido y el ofensor. Pero a continuación consideraré la parte que me involucra directamente.
 
He vivido lo suficiente en este mundo de tensión incesante en el cual la “sobrevivencia del más apto” parece significar el triunfo de la persona más deshonesta, y por lo tanto he aprendido que una vez que mi nombre apareciera en la producción de “tazas”, “platillos” y “broches”, no me quedaría más remedio que afrontar la agresividad; especialmente cuando las personas son tan ignorantes que consideran la palabra “magia” en su sentido popular supersticioso como siendo un trabajo del diablo, o en el sentido de efectuar malabarismos.
 
Además siendo yo precisamente como se indica en vuestro artículo: “una señora anciana rusa (naturalizada) americana”, he aprendido a ser fuerte porque América es el país de la libertad ilimitada, especialmente en el abuso que los periódicos hacen contra los individuos.
 
Mi fuerza ha llegado hasta el punto de ya mostrarme indiferente hacia las burlas y los escarnios de los rotativos acerca de cuestiones que ellos no comprenden; pero a condición que sean perspicaces, quedándose en los límites de la decencia y que no lastimen a nadie más excepto a mí misma.
 
Yo no soy una médium profesional, ni una profesional en nada y como efectúo mis experimentos de los “fenómenos ocultos” sólo en presencia de unos pocos amigos, y raramente ante alguien que no sea un miembro de la Sociedad Teosófica, tengo el derecho de pedir que el público me muestre más justicia y educación de las que se conceden a los malabaristas y hasta a los presuntos taumaturgos.
 
Y si la gente insiste en publicar acerca de los “fenómenos ocultos” que he efectuado, deberían empezar sus narrativas con el siguiente aviso:
 
“La Teosofía no cree en ningún milagro, tanto divino como diabólico. No reconoce nada sobrenatural, sólo cree en los hechos y en la ciencia de los adeptos. Los teósofos estudian las leyes de la naturaleza, tanto ocultas como visibles; y prestan particularmente atención a las leyes ocultas debido a que la ciencia de los hombres no quiere actualmente considerar esas leyes.”
 
 
Y esas leyes son las del magnetismo en todas sus ramas, y también las del mesmerismo, y las de la parapsicología, etc.
 
Más de una vez en la historia, la ciencia se ha vuelto víctima de sus ilusiones, de su materialismo y de su profesada infalibilidad. Por lo que ha llegado el momento en que se reconozca el gran adelanto que existe en el ocultismo oriental de los adeptos y su conocimiento de las fuerzas del mundo invisible, así como aconteció en el pasado con la circulación sanguínea, la electricidad y así sucesivamente una vez que las burlas iniciales y los escarnios se diluyeron.
 
Las “tentativas ridículas por engañar a los individuos” serán consideradas como intentos honrados a fin de probar a esta generación de espiritistas y creyentes en los “que se abandonan a los efluvios de los fenómenos” del pasado, de que no hay nada milagroso en este mundo de materia y espíritu, sino que todo es el resultado de causas visibles e invisibles.
 
El aspecto “milagroso” o “diabólico” que se les atribuye a los fenómenos ocultos es únicamente añadido por las personas que son profundamente supersticiosas en una u otra de esas direcciones, es decir que están muy apegadas a sus creencias cada vez que se hace un esfuerzo puramente desinteresado y filantrópico para tratar de abrirles los ojos hacia la verdad.
 
Quiero puntualizar que jamás me he ufanado acerca de los fenómenos que he efectuado y no tengo la intención de ofrecer ninguna explicación de cómo llevo a cabo dichos fenómenos, excepto mi afirmación de que yo NO poseo ningún poder milagroso o sobrenatural o la ejecución de algo valiéndome de malabarismos, o siendo ayudada por artificios y cómplices.
 
Y es cierto que si en la sociedad queda algún sentido de justicia, yo no soy objeto de condena por ninguna ley constitucional ni social, si decido gratificar el interés de los miembros de la Sociedad Teosófica y los deseos de mis amigos personales, mostrándoles en privado varios fenómenos en los cuales creo con más firmeza que cualquiera de ustedes, ya que conozco las leyes que los producen y estoy dispuesta a soportar cualquier cantidad de abuso personal periodístico, cada vez que dichos resultados son comunicados al público.
 
La frase “los círculos oficiales en Simla” que pusieron en vuestro artículo es incorrecta porque jamás he producido nada en los “círculos oficiales”. En cambio en una reunión privada impresioné a algunas personas pertenecientes a estos “círculos oficiales” haciéndoles ver que yo no soy una impostora ni una “engañadora de personajes oficiales”, para los cuales, hasta que acate la ley del país y la respete (especialmente considerando mis sentimientos naturalmente democráticos, fortificados por mi naturalización americana), no estoy obligada a respetarles más de lo que cada uno se merece, personalmente, en su capacidad individual.
 
Debo agregar (lo que seguramente lo complacerá) y esperando que esto amortigüe sus sentimientos airados, que de los cinco testigos oculares que presenciaron la producción de la taza, tres (dos de los cuales son pertenecientes al “círculo oficial”) no creyeron enfáticamente en la autenticidad del fenómeno. Lo cual respeto aunque me gustaría saber cómo, y con todo su escepticismo, podrían explicar esa materialización.
 
Y como no quiero imitar las indiscreciones de vuestro periódico, por ende no mencionaré sus nombres, pero dejo que el público desarrolle sus propias reflexiones.
 
Soy un individuo privado y nadie tiene el derecho de llamarme en causa para que me levante y explique. Por lo tanto cuando vuestro artículo, después de la carta robada del Coronel Olcott, intercala un párrafo diciendo: “La manera con la que tratan los ‘fenómenos ocultos’ en Inglaterra” y que luego relatan el arresto de la señorita Houghton, quien fue una médium que obtuvo dinero bajo falsas pretensiones, y ustedes insinúan que mi caso es parecido al de ella.
 
Ustedes son culpables de insultarme, y una vez más sin que yo lo haya provocado y de forma poco educada; ya que yo no recibo ningún dinero ni favores de ningún tipo por los fenómenos que he efectuado.
 
Y el único beneficio que he obtenido de mis experimentos, cuando se hacen públicos, es el abuso de los periódicos y los comentarios más o menos hostiles de mi desdichada persona en todo el país.
 
Si mis convicciones no fueran muy fuertes, esto equivaldría a recibir el martirio bajo pretensiones falsas y rogar una reputación para la demencia. Pero pienso que participar en ese juego no vale la pena.
 
H.P. Blavatsky
Amritzar, 25 de Octubre de 1880. »
 
(Esta carta se publicó en The Bombay Gazette del 29 octubre 1880, p.3)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Hola estimado Amigo Cid.
    Te queria hacer unas preguntas ajenas a este tema que son las siguientes:
    ¿Que oraciones,o rezos,recomienda el esoterismo?
    ¿Cuantas veces se recomienda repetirlas al dia?
    Infinitas Gracias por tu trabajo admirable y por tu atencion.
    Hasta Luego.
    Firmado Nith Haiah!!!

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    1. No sabría decirte, pero además hay ramas del esoterismo como por ejemplo la teosofía que desaprueban rezar.

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