El siguiente texto fue elaborado por Geoffrey Farthing y él explica que H.P.
Blavatsky no fue la única que escribió la obra Isis Develada, sino que
en realidad también participaron varios adeptos
quienes escribieron a través de ella.
LOS COLABORADORES “INVISIBLES”
Aproximadamente un año después de la
fundación de la Sociedad Teosófica en Nueva York, Madame Blavatsky comenzó a
escribir su primera obra importante, y es muy difícil describir a cualquiera
que no haya leído esa obra, la gran cantidad y diversidad de conocimientos que
contiene.
Esto va mucho más allá de lo que
incluso el hombre más erudito podría haber conocido en su totalidad, y es
importante señalar esto porque plantea la cuestión sobre la autoría de esos dos
libros.
¿Podría haber sido Isis
Develada únicamente la obra de Blavatsky?
Blavatsky no había tenido educación
formal y no hablaba inglés con fluidez, y todavía le costaba trabajo escribirlo.
Pues bien, la respuesta a esta
pregunta se encuentra en declaraciones hechas por el coronel Olcott en sus
recuerdos y también en algunas cartas y artículos que Blavatsky escribió, y en
donde se muestra que varios adeptos participaron en la redacción de Isis Develada de la manera más
extraordinaria.
Para comenzar, el manuscrito que
escribió Blavatsky muestra una serie de variaciones en el estilo y en su letra.
Y al respecto el coronel Olcott comentó lo siguiente:
« La
“copia” desactivada por HPB presentó las disimulaciones más marcadas en
diferentes momentos. Si bien la escritura tenía un carácter peculiar en todo
momento de modo que alguien familiarizado con la escritura de HPB siempre sería
capaz de detectar cualquier página escrita por ella, sin embargo cuando se
examinaba cuidadosamente uno descubría al menos tres o cuatro variaciones en el
estilo y en la caligrafía, y cada una de estas variaciones era persistente por
páginas juntas, para después dar lugar a otra de esas variaciones.
Una de estas variaciones era muy
pequeña pero sencilla; otra era atrevida y libre; otra era lisa de tamaño
mediano y muy legible; y otra era áspera y difícil de leer con las letras a, x
y e escritas de manera muy extraña. »
(Observación de Cid: ese fenómeno en
donde un ser escribe por medio de otro ser se le conoce como psicografía, y el
maestro Kuthumi explicó que en ese momento los dos espíritus se encuentran
unidos y la preponderancia del uno sobre el otro determina las características
exhibidas en la caligrafía.
Y eso explica la razón por la que aunque
la escritura de Blavatsky seguía teniendo rasgos característicos de ella,
también se impregnaba de las características de la caligrafía del adepto que
escribía a través de ella.
Y abajo les pongo varias cartas en
donde se puede ver la caligrafía de Blavatsky y de varios adeptos.)
Escritura de
Blavatsky
Escritura de Morya
Escritura de Kuthumi
Escritura de Serapis
Escritura de Hilarión
Escritura de Djwal Khul
Y el coronel Olcott prosiguió diciendo:
« Y
también hubo la mayor diferencia posible en el inglés que se utilizó en estos
varios estilos. Al grado que a veces yo tenía que hacer varias correcciones en
cada línea, mientras que en otras ocasiones podían pasar muchas páginas sin
apenas detectar una falta de ortografía o una falla en la redacción del idioma
para corregir.
Pero lo más sorprendente es que los manuscritos
más perfectos fueron los que fueron escritos mientras que Blavatsky dormía, y el
comienzo del capítulo sobre la civilización del Antiguo Egipto es una buena
ilustración de lo que les estoy diciendo.
Esa noche nos detuvimos alrededor de
las dos de la mañana (como de costumbre) y ambos estábamos tan cansados que en
vez de fumar y charlar un rato, preferimos ir directamente a dormir. Pero a la
mañana siguiente, cuando me puse a desayunar, ella me mostró un montón de al
menos treinta a cuarenta páginas de un manuscrito bellamente escrito, que según
me dijo, había sido escrito para ella por un Maestro cuyo nombre nunca ha sido
degradado como si ha sucedido con otros. Y ese manuscrito fue tan perfecto en
todos los aspectos que se envió directamente a la imprenta sin necesidad de
corregirlo. »
(Observación: esto me recuerda lo
que mencionó el
Doctor Wilhelm Hübbe-Schleiden cuando años
después fue a visitar a Blavatsky y ella se encontraba escribiendo la Doctrina Secreta:
“Yo dormía en el sofá de su estudio
después de que ella se retiraba por la noche, y el sofá se encontraba a pocos
pies de su escritorio. Y recuerdo muy bien la gran sorpresa que tuve una mañana
cuando me levanté y encontré una gran cantidad de páginas de su manuscrito
cubiertas con un lápiz azul escrito a mano.
Y no sé cómo llegaron esas páginas,
pero no las vi antes de irme a dormir y ninguna persona pudo haber entrado
físicamente en la habitación durante la noche sin que yo me hubiera dado cuenta
porque yo tengo un sueño muy ligero.”
El lápiz azul hace pensar que fue el
maestro Kuthumi quien escribió y materializó esas páginas en esa ocasión, pero
en el caso mencionado por el coronel Olcott yo sospecho que fue el Chohan
Serapis, ya que muy probablemente en una de sus vidas pasadas él vivió en el
Antiguo Egipto, y por lo tanto él conocía muy bien sobre ese tema, y su nombre
todavía era mantenido en secreto en ese entonces.)
El coronel Olcott describe la manera
cómo estos colaboradores tomaban posesión del cuerpo de Blavatsky, pero aunque
ella era consciente de haber sido en ese momento ocupada por otro ser, también ella
seguía permaneciendo despierta y se encontraba completamente consciente de lo
que estaba sucediendo.
Y las siguientes referencias al
respecto son interesantes:
« Uno
de aquellos que escribió a través de Blavatsky era alguien a quien le
disgustaba tanto el inglés que nunca me hablaba de buena gana en nada que no
fuera francés; él tenía un gran talento artístico y una afición apasionada por
la invención mecánica.
Otro, de vez en cuando se sentaba
allí, garabateaba algo con un lápiz y me devanaba docenas de estrofas poéticas
que encarnaban ideas por momento sublimes y por momentos humorísticas.
De modo que cada uno de los varios colaboradores
tenía sus peculiaridades, tan reconocibles como las de cualquiera de nuestros
conocidos o amigos habituales. Uno era jovial, aficionado a las buenas
historias y hasta cierto punto ingenioso; otro estaba lleno de dignidad,
reserva y erudición; otro era tranquilo, paciente, benévolo y servicial; otro era
irritable y a veces exasperante; otro estaba siempre dispuesto a enfatizar su
explicación filosófica o científica de los temas sobre los que iba a escribir,
haciendo fenómenos para mi edificación; mientras que otro ni siquiera se
atrevía a mencionarlos.
Ahora bien, cuando cualquiera de
estos colaboradores se encontraba activo, el manuscrito de HPB presentaba las
mismas peculiaridades que tenía la última vez que ese colaborador había tomado
su turno en la obra literaria.
Y preferiblemente cada uno de ellos
escribía sobre la clase de materias que eran de su agrado; y en lugar de que
HPB hiciera el papel de amanuense, ella se había convertido durante ese momento
en esa otra persona.
En aquellos días si me hubieran
designado al azar alguna página del manuscrito de Isis Develada, casi con certeza podría haberles dicho cual de los
colaboradores la había escrito. »
Seis o siete de los colaboradores
pueden identificarse por sus características y cuando se considera que
últimamente todos estos “corresponsales” llegaron a ser conocidos como Maestros
de Sabiduría, entonces el vasto conocimiento que hay en la obra Isis Develada se explica fácilmente.
Como se ha señalado a menudo, en esa
obra se citan más de 1300 libros que abarcan desde la más remota antigüedad
hasta la más moderna, pasando por las épocas intermedias. Y sería bastante
seguro decir que no hay ningún otro trabajo en el idioma inglés que se pueda
comparar con Isis Develada.
Sin embargo, como sugiere la forma en
que fue redactado, se trata de una serie de un gran número de artículos sin
narrativa progresiva conectiva, por lo que esta obra ha recibido críticas
literarias adversas en ese aspecto. Pero obviamente, la intención de esta obra fue
de ser informativa y no una historia con un principio y un fin.
Acerca de los colaboradores que
participaron, el coronel Olcott señaló a uno que no estaba encarnado y que no
era un Maestro de Sabiduría, y al respecto él escribió:
« Trabajamos
en colaboración con al menos una entidad desencarnada quien era el alma pura de
uno de los filósofos más sabios que había vivido en los tiempos modernos.
Durante su vida física había sido un
gran platónico y me dijeron que estaba tan absorto en el estudio que se había
vuelto atado a la tierra, es decir que no podía romper los lazos que lo
sujetaban con la tierra, sino que estaba sentado en una biblioteca astral de su
propia creación mental, sumergido en sus reflexiones filosóficas.
Allí estaba él, dispuesto y ansioso
por trabajar con HPB en esta obra que marcó una época, y en cuyas partes
filosóficas él contribuyó mucho. Pero en su caso no se materializó ni se sentó
con nosotros, ni poseyó temporalmente el cuerpo de HPB como lo hicieron los
otros; simplemente hablaba con ella psíquicamente por horas, dictando una
copia, diciéndole qué referencias buscar y respondiendo a mis preguntas sobre
los detalles, y también instruyéndome sobre los principios y haciendo el papel
de una tercera persona en nuestro simposio literario. »
(Observación de Cid: vemos por lo
tanto que se utilizaron esencialmente tres métodos:
- Los adeptos más poderosos escribieron sus artículos y los
materializaron.
- Los que tenían menos poder poseyeron temporalmente el cuerpo
de Blavatsky para escribir a través de ella.
- Y el quien estaba desencarnado, se comunicó de manera
telepática.)
ENCUENTRO DE OLCOTT CON EL MAESTRO MORYA
Otro incidente que relató el coronel
Olcott, aunque no fue relevante para la elaboración de Isis Develada, fue
el siguiente:
« Una
noche en Nueva York, después de darle las buenas noches a Blavatsky, me senté
en mi habitación para fumar un rato y pensar. Cuando de repente mi Gurú apareció
a mi lado.
La puerta no había hecho ruido al
abrirse, si es que se había
abierto, pero de todos modos él estaba allí. Se sentó y conversó conmigo
durante algún tiempo, y como parecía de excelente humor, le pedí un favor. Le
dije que quería alguna prueba tangible de que él había estado allí y que yo no
había estado viendo una mera ilusión provocada por Blavatsky.
Él se rió, desenrolló el turban de
algodón indio bordado que cubría su cabeza y me lo dio, y poco después desapareció.
Esa tela todavía la poseo y lleva bordada en una extremidad la inicial M. »
(Nota: ese encuentro y ese
turbante los detallo en este otro capítulo link.)
LOS ARTÍCULOS QUE ESCRIBIÓ BLAVATSKY
No toda Isis Develada fue escrita
por los adeptos ya que el coronel Olcott señaló que la propia Blavatsky también
era una gran escritora (aunque su conocimiento parcial del ingles y de los
temas que abordaba le dificultó esa labor), y al respecto el coronel mencionó:
« Ahora
les voy a hablar de la parte de Isis Develada
que fue escrita por HPB y que era un poco inferior a la que hicieron los colaboradores
para ella. Pero esto era perfectamente comprensible, porque ¿cómo podría HPB,
que no tenía conocimientos previos de este tipo, escribir correctamente sobre
los múltiples temas tratados en su libro?
En su estado (aparentemente) normal,
ella leía un libro, marcaba las partes que le llamaban la atención, escribía
sobre esas partes, cometía errores, los corregía, los discutía conmigo, me
ponía a escribir también y ayudaba a mis intuiciones, conseguía amigos que le proporcionaran
materiales, y así continuó lo mejor que pudo; siempre que no hubiera ninguno de
los maestros al alcance de sus apelaciones psíquicas. Y no siempre estuvieron
con nosotros, de ninguna manera.
Ella escribió una gran cantidad de
espléndidos escritos, pues estaba dotada de una maravillosa capacidad literaria
natural; ella nunca fue aburrida o carente de interés; y era igualmente
brillante en tres idiomas, cuando todo el poder estaba sobre ella.
Ella le escribió a su tía que cuando
su Maestro estaba ocupado en otra parte, él dejaba a su sustituto con ella, y
luego fue su “Yo Luminoso”, su Augoeides,
quien pensaba y escribía para ella. Pero sobre esto no puedo aventurar una
opinión, porque nunca la observé en ese estado. »
Refiriéndose sobre esa asistencia
que Blavatsky recibió mientras ella
escribía Isis Develada, ella comentó
lo siguiente:
« Cuando
escribí Isis Develada, lo escribí con tanta facilidad que en realidad no
fue un trabajo sino un verdadero placer. ¿Por qué debería ser elogiada por
ello? Siempre que [mis jefes] me dicen
que escriba, me siento y obedezco, y luego puedo escribir fácilmente sobre casi
cualquier tema: metafísica, psicología, filosofía, religiones antiguas,
zoología, ciencias naturales o lo que sea.
Nunca me planteé la pregunta: ¿Puedo
escribir sobre este tema? o ¿Estoy a la altura de la tarea? Simplemente me
siento y escribo.
¿Por qué?
Porque alguien que sabe todo me dicta. Mi Maestro y ocasionalmente
otros a quienes conocí en mis viajes hace años. Pero por favor, al decirle esto
no se imagine que haya perdido los sentidos.
Le he insinuado antes acerca de ellos y le digo con franqueza que
cada vez que escribo sobre un tema del que sé poco o nada, me dirijo a ellos, y uno de ellos me ayuda, y yo
simplemente copio lo que me dicta, o también copio lo que está escrito en
manuscritos, e incluso del material impreso que pasa ante mis ojos en el aire,
proceso durante el cual nunca he estado inconsciente
un solo instante.
Y es ese conocimiento en su
protección y mi fe en su poder, lo que me ha capacitado para volverme mental y
espiritualmente tan fuerte… e incluso él (mi Maestro) no siempre es requerido
porque durante su ausencia en alguna otra ocupación, él despierta en mí su
sustituto en el conocimiento, y en esos momentos ya no soy yo quien escribe,
sino mi Ego interior, mi “yo luminoso”, quien piensa y escribe
para mí. »
Y en otra
carta Blavatsky añadió:
« Me
creas o no, me está sucediendo algo milagroso. No puedes imaginar en qué mundo
encantador de imágenes y visiones vivo. Estoy escribiendo Isis Develada, pero no realmente escribiendo,
sino más bien copiando y dibujando lo que Isis personalmente me muestra.
Y es que a veces me parece que la
antigua diosa Isis me guía por todos los países de los siglos pasados que tengo
que describir. Yo simplemente me siento con los ojos abiertos y al mismo tiempo
que veo y escucho todo lo físico que me rodea, al mismo tiempo veo y escucho lo
que escribo.
Me falta el aliento y en ese momento
tengo miedo de hacer el menor movimiento por miedo a que se rompa el hechizo. Lentamente,
siglo tras siglo, imagen tras imagen, flotan en la distancia y pasan ante mí,
como en un panorama mágico; y mientras tanto las pongo juntas en mi mente,
encajando las épocas y fechas, y estoy seguro de que no puede haber ningún
error.
Razas y naciones, países y ciudades,
que durante mucho tiempo han desaparecido en la oscuridad del pasado
prehistórico, emergen y luego se desvanecen, dando lugar a otros, y luego me mencionan
las fechas consecutivas.
La vieja Antigüedad deja paso a
períodos históricos; y también se me explican los mitos con hechos y personas
que realmente han existido; y cada acontecimiento que es notable, cada nueva
página de este libro multicolor de la vida, se imprime en mi cerebro con
exactitud fotográfica.
Mis propios cálculos me aparecen más
adelante como piezas de colores separadas de diferentes formas en el juego que se
llama casse-tête (rompecabezas). Los reúno y trato de emparejarlos uno
tras otro. Y estoy segura que no soy yo quien lo hace todo, sino mi Ego, el
principio supremo que vive en mí. Y hago esto con la ayuda de mi Gurú y Maestro
que me ayuda en todo.
Si me olvido de algo, sólo tengo que
dirigirme a él o a otro del mismo tipo en mi pensamiento, y lo que he olvidado
surge una vez más ante mis ojos. A veces tablas enteras de números que pasan
ante mí, otras veces largos inventarios de eventos.
Ellos recuerdan todo. Ellos lo saben
todo. Sin Ellos, ¿de dónde podría yo reunir mis conocimientos? »
(Observación: aquí da la impresión
que Blavatsky para escribir sus artículos estuvo percibiendo los archivos
akáshicos.)
Un pasaje que nos revela más sobre
la extraordinaria personalidad de Blavatsky proviene de un Charles Lazenby que
nos cuenta la impresión que le causó Isis
Develada al profesor Corson de la Universidad de Cornell:
« En
relación con esta obra puedo
citar una entrevista que tuve con el profesor Hiram Corson, ahora profesor
Regius de inglés en la Universidad de Cornell, estado de Nueva York, y una
autoridad reconocida en Browning.
Al hablarle de los grandes hombres y
mujeres del siglo XIX a quienes él había conocido personalmente, le pregunté a
quién de todos ellos consideraba el más llamativo y notable. Y él me respondió de inmediato que sin duda había
sido Madame Blavatsky, la fundadora de la Sociedad Teosófica, y después de
ella, Walt Whitman.
Esta fue una línea de conversación
interesante que poco esperaba, por lo que lo insté a que me contara más sobre
esta destacada mujer, y él me dijo:
“Ella escribió una parte
considerable de Isis Develada en mi casa en Ítaca, y viviendo
constantemente con ella durante esas semanas, continuamente me llenaba de
asombro cómo lo hacía y tenía curiosidad sobre lo que vendría después.
Parecía tener un conocimiento
profundo de todo y su método de trabajo era de lo más inusual. Escribía en la
cama, desde las nueve de la mañana hasta las dos de la mañana siguiente,
fumando innumerables cigarrillos, citando largos párrafos textuales de docenas
de libros de los que estoy perfectamente seguro de que no había copias en ese
momento en América, y también traduciendo fácilmente de varios idiomas, y
ocasionalmente llamándome a mi estudio para saber cómo convertir algún idioma
del viejo mundo en inglés literario, porque en ese momento ella todavía no
había alcanzado la fluidez de dicción que posteriormente si se distinguió
cuando escribió la Doctrina Secreta."
Le pregunté cómo explicaba sus citas
completas de estos volúmenes tan raros, y él sonrió con reminiscencias y me
respondió:
“Ella misma me dijo que las escribió
tal como aparecían ante sus ojos en otro plano de existencia [el astral] y que
veía claramente la página del libro y la cita que necesitaba, y simplemente esa
cita la traducía al inglés."
Le pregunté al profesor si él creía
eso y él me contestó:
“Esa mujer era tan sorprendente y
tenía tan misteriosos conocimientos que me resulta mucho más fácil creer en su
afirmación que considerar que ella haya puesto esas citas mediante un logro de
memorización, ya que los cientos de libros que citó ciertamente no estaban en
mi biblioteca, y muchos de ellos tampoco estaban en los Estados Unidos, incluso
algunos de ellos eran muy raros y difíciles de conseguir en Occidente.
Y si sus citas eran de memoria,
entonces fue una hazaña aún más sorprendente que escribirlas desde el éter. Los
hechos que menciono son extraordinarios y la explicación debe necesariamente
desconcertar a aquellos cuya conciencia está aferrada a las explicaciones
materialistas." »
(Path, julio de 1910)
Y sobre la manera como Blavatsky
estructuraba su investigación, el coronel Olcott comentó lo siguiente:
« En
toda su vida ella no había hecho ni un diezmo de trabajo literario, pero sin
embargo nunca conocí a un periodista que pudiera ser comparado con ella por su
tenacidad, resistencia e incansable capacidad de trabajo, ya que desde la
mañana hasta la noche ella estaba trabajando en su escritorio, y rara vez uno
de nosotros se iba a la cama antes de las dos de la madrugada.
Ella no trabajaba en un plan fijo, sino
que las ideas fluían por su mente como un manantial perenne que desbordaba. En
un momento estaba escribiendo sobre Brahma y un momento después sobre el “meteorito”
eléctrico de Babinet. En un momento citaba reverencialmente al filósofo
Porfirio, y al momento siguiente citaba un periódico o en algún panfleto moderno
que acababa de traer a casa.
Su propio manuscrito era a menudo un
espectáculo digno de contemplar ya que cortaba y pegaba porciones de texto, y
luego volvía a cortar y volvía a pegar, al grado que si uno sostenía una página
podía notar que constaba de seis u ocho o diez pedazos de hojas cortadas de
otras páginas, pegadas juntas, y el texto unido por palabras u oraciones
interlineadas.
Uno podría imaginar al ver las
numerosas citas en Isis Unveiled, que ella lo había escrito en una
alcoba del Museo Británico o de la Biblioteca Astor de Nueva York, pero la
realidad es que toda nuestra biblioteca de trabajo solo comprendía unos cien
libros de referencia.
De vez en cuando el señor Sotheran,
el señor Marble u otros amigos le traían volúmenes sueltos, y más tarde le pidió
prestados algunos libros al señor Bouton. Y de algunos libros hizo un gran uso
pero no sobrepasan los cien, diría yo.
Entonces,
¿Cómo consultó tantos libros y a qué biblioteca tuvo acceso?
Verla trabajar era una experiencia
rara e inolvidable. Normalmente nos sentábamos en los extremos opuestos de una gran
mesa de donde yo podía ver cada movimiento que ella hacia.
Su bolígrafo estaba trabajando sobre
una página, cuando de repente se detenía, miraba hacia el aire con el ojo
ausente de un vidente clarividente, acortaba su visión como si mirara algo que
se mantenía ante ella aunque yo no lo podía ver, y comenzaba a copiar en su
papel lo que acababa de leer. Y una vez terminada la cita, sus ojos recobraban
su expresión natural, y seguía escribiendo hasta que se detenía de nuevo para
volver a efectuar un proceso similar. »
(Viejas Hojas de un
Diario I, p.203-9)
(Observación de Cid: el profesor Corson
y el coronel Olcott señalaron que Blavatsky disponía de muy pocos libros
físicos para consultar y que ella lo que hacía era consultar los libros que
necesitaba de manera astral. Y esto posteriormente también lo señalaron otros
testigos cuando ella escribió la Doctrina
Secreta.
Por ejemplo el Dr. Hübbe-Schleiden
mencionó que: “algo que me impresionó mucho es que ella casi no tenía libros,
ni siquiera media docena”.
Y
Bertram Keightley señaló que: “numerosas citas que aparecieron completas en la Doctrina Secreta fueron de libros que
nunca estuvieron en la casa. Citas que posteriormente verifiqué su autenticidad
después de horas de búsqueda en el Museo Británico, a veces con dificultad para
encontrar un libro raro. Y al verificar las citas, encontré ocasionalmente el
curioso hecho de que las referencias numéricas se encontraban invertidas, por
ejemplo Blavatsky había escrito p.321 en vez de p.123, lo que ilustra la
inversión de los objetos cuando se ve por medio de la luz astral.”)
~ * ~
Así fue la extraordinaria historia detrás de Isis
Develada, y los anteriores relatos son solamente algunos ejemplos de la
maravillosa manera como se elaboró esa magnífica obra que buscó sacudir a la
humanidad de los dogmas en los que se encentraba en ese entonces.
(Este
artículo apareció por primera vez en la revista The Theosophist de octubre de 1998 y también forma parte del
folleto de Geoffrey Farthing "Teosofía Moderna Orígenes e Intenciones -
Una Trilogía" publicado en 1999.)
Muy interesante
ResponderBorrarHola Cid siendo mas estricto para alguien que busca llevar una vida espiritual desde esa vision..
ResponderBorrarMasturbarse es magia negra en este caso ??
Usar la fuerza creativas o la energía sexual para el placer de uno mismo??
La masturbación no es magia, en cambio la energía sexual que generas durante la actividad sexual puedes utilizarla para la magia (ya sea positiva, egoísta o negativa). Y si bien la castidad no es requerida para tu desarrollo, si se vuelve necesaria cuando quieres evolucionar espiritualmente muy rápido.
BorrarHola cid que opinion tienes del libro Muchas vidas, Muchos maestros de Brian Weiss. En lo personal me pareció bastante interesante ..
ResponderBorrarTodavía no lo he leido
BorrarHola Cid. Gracias por el artículo. ¿Recomiendas el libro "Pasajes sobre el porvenir. Profecías de H. P. Blavatsky"?
ResponderBorrarTodavía no lo he leido pero su autor, José Rubio Sánchez, ha mostrado ser un muy buen biógrafo de Blavatsky.
BorrarOk, gracias Cid.
BorrarPodríamos decir que los 4 tomos de isis no están manipulados como si lo están algunos tomos de doctrina secreta.
ResponderBorrarUna muestra más a que libros darle más importancia en el estudio que a otros.
Es poca la alteración que se le hizo a La Doctrina Secreta y fue una obra más ambiciosa que Isis Develada.
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