LA FORMA DEL ÁTOMO ENSEÑADA POR ALICE BAILEY

 
 
Para ilustrar la forma que tiene el átomo, Alice Bailey en su libro “Tratado sobre el Fuego Cósmico” puso la siguiente imagen con el siguiente título:
 
 
DIAGRAMA XI
LA FILOSOFÍA ATÓMICA ETÉRICA DE LA FUERZA
 


 
Y abajo de la imagen puso el siguiente texto:
 
Figura 135. Es la representación de la forma general de un átomo incluyendo el influjo y el efluvio de los éteres que pasan a través de las espirillas.
 
La segunda y la tercera espirillas y sus éteres más sutiles no están representados.
 
Imagen extraída del libro “Los Principios de la Luz y del Color” escrito por Edwin D. Babbitt, y publicado en Nueva York en 1878.
 
 
(Esto se encuentra en la segunda parte, en la sección F-1-11 titulada: La ley de las escuelas, p.1182)
 
 
 
 
 
 
OBSERVACIONES
 
Alice Bailey está muy perdida porque si bien es cierto que el físico Edwin D. Babbitt puso esa imagen en su libro donde ilustra la forma que según él podría tener un átomo, pero el detalle es que él no la tituló “La filosofía atómica etérica de la fuerza” sino que la tituló “La filosofía atómica etérea de la fuerza”.
 
Y eso se debe porque el Sr. Babbitt no está hablando de los éteres imaginarios inventados por el embustero Charles Leadbeater (y que Alice Bailey adoptó). Éteres que en realidad no existen como se los he demostrado en este otro capítulo (ver link).
 
Sino que en realidad el Sr. Babbitt se está refiriendo al éter teorizado por los científicos de su época, el cual consideraban que podía ser un fluido invisible que llenaba todo el espacio y que constituía el medio transmisor de las diversas manifestaciones de la energía (calor, luz, magnetismo, etc.).
 
Y el motivo por el que el Sr. Babbitt imaginó al átomo como un remolino es justamente porque varios científicos de su época (como por ejemplo Lord Kelvin en la década de 1860) habían sugerido que el átomo podía ser un vórtice generado dentro de ese éter.
 
Pero el resultado negativo que dio el experimento de Michelson-Morley en 1887, les hizo considerar a los científicos que el éter no existía, y la teoría de la relatividad publicada en 1905 por Albert Einstein terminó por convencer a la comunidad científica de desechar completamente esa teoría del éter.
 
Y esto muestra lo poco que se informaba Alice Bailey porque para cuando ella publicó su libro en 1925, ya habían pasado veinte años desde que los científicos habían rechazado completamente la existencia del éter.
 
Pero es que además los científicos descubrieron la existencia de los electrones en 1897, y la existencia de los protones en 1918. O sea que para cuando Alice Bailey publicó su libro ya habían pasado siete años desde que los científicos sabían que en realidad el átomo tiene la siguiente forma y no la forma que imaginó el Sr. Babbitt, (aunque los neutrones no los descubrieron sino hasta 1932, pero eso no cambia la forma general).
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CONCLUSIÓN
 
Y este es un ejemplo más de la enorme ignorancia y charlatanería de Alice Bailey.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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