El
siguiente texto es una carta que William Judge le escribió al periódico Index de Boston en donde él detalla lo
pésima que fue la investigación que efectuó Richard Hodgson para elaborar el
informe que presentó en contra Blavatsky:
« A
los editores del Index,
¿Me
concederían un poco de espacio en su estimado periódico para decir algunas
palabras sobre la supuesta revelación en contra de H.P. Blavatsky dada por el
informe de la Sociedad para la Investigación Psíquica de Londres con respecto a
los fenómenos que ella produjo?
Dicho
informe consta de centenas de páginas y se le define como muy científico, pero
no olvidemos en primer lugar que esa investigación fue auto-constituida, sin
solicitación alguna por parte de la Sociedad Teosófica, y en segundo lugar que
se relaciona con una porción de la historia de la teosofía que no es muy
importante ni de gran interés para sus miembros.
Nosotros
somos una organización dedicada a la Hermandad Universal y a la Filosofía, y
aunque es cierto que el Presidente, el Coronel Olcott, relató a Hodgson casi
todos los fenómenos que él había presenciado, pero eso fue una actitud
imprudente en cuanto a que esos fenómenos no se llevaron a cabo públicamente ni
se dirigían a una audiencia.
Yo
fui la tercera persona involucrada en la fundación de la Sociedad Teosófica aquí
en Nueva York, en 1875, y desde entonces he sido muy activo. En 1884 fui a la
India pasando por Londres, pero a pesar de ello Hodgson no me interrogó, ni tampoco
obtuvo los hechos mencionados en su informe por una fuente directa.
Entre
muchas cosas él dice: “William Judge, un americano, estuvo en Adyar, pero no
tenía permiso de ver el santuario o su cuarto”. Sin embargo eso es falso ya que
yo fui expresamente a la India para averiguar de qué se trataba la supuesta
revelación que iban a hacer los Coulombs, y en cuanto llegué tomé cartas en el
asunto: hice una inspección exhaustiva y al final quité el santuario,
colocándolo en un cuarto adyacente, del cual esa noche desapareció. Y estoy
hablando de meses antes de la llegada de Hodgson a la India.
Si
él vio eso que pensaba ser una parte del santuario, es porque se trató de una
broma que el doctor Hartmann organizó para atrapar a un investigador tan
descabellado. Pero Hartmann no se quedó con nada del santuario.
Hodgson
describe un agujero en la pared tras el santuario. Pero en realidad no había ninguno
ya que él recibió su información de fuentes secundarias. En la segunda pared
detrás del santuario se encontraba una abertura no terminada y rodeada de
fragmentos de moldura, tal como el señor Coulomb lo había dejado cuando lo
detuvimos.
El
armario no acabado que se interpuso y su falsa puerta podían abrirse con un mazo
y una palanca. Y todo eso fue maquinado por los Coulomb, preparando todo para
que el misionero Patterson lo abriera en el momento oportuno. Sin embargo estos
nunca pudieron concretar su complot y les diré la razón.
En
abril de 1884 yo me encontraba en París donde recibí un mensaje exactamente de
la misma manera en que Hodgson piensa que son patrañas, y en ese mensaje se nos
informaba que los Coulombs habían comenzado sus operaciones, entonces a no ser
que alguien fuera a la India para detenerlos, ellos terminarían sus trampas
aplicando la justa apariencia de un mueble antiguo y usado para llevar a cabo su
conspiración.
Por
eso zarpé rumbo a Adyar con plena autoridad. Pero en el trayecto las personas
en Adyar también habían recibido una sugerencia análoga y por ende cuando
llegué los Coulombs ya habían sido expulsados. Abrimos de inmediato un registro
y más de 300 personas examinaron el lugar y firmaron con sus nombres una
declaración de las condiciones y apariencias de las cosas, y luego se pasó una
resolución que prohibía cualquier ulterior escrutinio por parte de los
curiosos.
Al
día siguiente el misionero Patterson, el experto Gribble y otros más vinieron a
examinar el cuarto, pero ya era demasiado tarde porque ya no los dejamos pasar.
Gribble
participando como “experto imparcial” ya tenía en su bolsillo un informe
completo en contra de nosotros, pero tuvo que retirarse y terminar de llenarlo
basándose en su imaginación para describir los hechos perjudiciales que quería imputarnos y esa fue
la fuente sobre la cual se abrevó posteriormente Hodgson.
Señor
editor, afirmo que el informe de Hodgson es un trabajo muy mal hecho, ya que él
no considera para nada las numerosas cartas que yo y otros recibimos entre 1874
y 1884 de varios adeptos en circunstancias totalmente exentas de Madame Blavatsky.
Además
Hodgson no consideró la evidencia referente a los asuntos de Adyar que yo reuní
y que llevé a cabo conservando la calma mientras que los demás se agitaban. Y
es que una experiencia de diez años ya me ha vuelto impermeable a las
trampas pueriles de los misioneros o a las aparentes cartas de adeptos con la
caligrafía de Blavatsky.
Por
eso lo que le puedo decir, caballero, es lo siguiente: si un adepto quisiera
escribirle, surgiría la curiosa circunstancia en que la caligrafía se parecería
a la suya. Por ejemplo, una vez vi un mensaje sobre la página de un libro con
la caligrafía de quien lo tenía en sus manos, el cual quedó estupefacto como
cualquier otro.
Y
unos argumentos más. Hodgson interrogó por separado a Damodar y a Mohini. El
primero le dijo que la figura del adepto “se dirigió hacia un árbol y
desapareció”; mientras que el segundo le dijo: “la figura pareció disolverse”.
Y
sobre esa pequeña diferencia en sus recuerdos, Hodgson aseguró que hubo discrepancias
en sus testimonios y por consiguiente él afirmó que los muchachos mintieron. Lo
cual es pura mala intencionalidad.
Luego
en su informe él repasó lo que ocurrió en París cuando yo estaba presente, y
ahí Hodgson le preguntó a Mohini y a Keightly si tal vez un hombre habría
podido haber entrado por la ventana, pero ellos ya se habían olvidado de la
ventana. En cambio yo si me acuerdo y puedo asegurarle que la ventana se encontraba en mi
cuarto, y entre la ventana y el suelo había una altura que
superaba los seis metros y la cual era imposible de recorrer escalando la
pared.
Finalmente,
en París recibí varias cartas de amigos americanos que nada sabían de los
adeptos, sin embargo dentro de las mismas había notas escritas con lápiz en la
caligrafía familiar de los adeptos, pero Hodgson desacreditó esas cartas simplemente porque
así él lo decidió, y probando según él, de esa manera la “fraudulencia” de las cartas
de los adeptos.
_ _ _
El
informe que ese individuo escribió no es neutral y solo sirve como un recordatorio de lo que es una mala
investigación, porque cuando Hodgson se familiarice con los adeptos
involucrados con la sociedad (y que por el momento él piensa que no existen),
entonces tanto él como sus lectores tendrán que revisar sus conclusiones como a
menudo ocurre con la ciencia cuando nuevos descubrimientos derrumban sus antiguas
teorías.
Atentamente.
William
Q. Judge
Nueva
York, febrero de 1886. »
(Esta
carta se publicó en el periódico Index de Boston del 11 de marzo de 1886)
SEGUNDA CARTA DE WILLIAM JUDGE
Blavatsky estaba destrozada por ese informe calumniador
que había destruido profundamente su reputación, y para apoyarla William Judge
le escribió la siguiente carta en donde puso varios comentarios irónicos sobre
las acusaciones de Richard Hodgson.
« New York, 5 de Febrero de 1886
Mi querida H.P.B.,
Por lo que me han informado sobre ti. Ahora eres un
cadáver. Tú estás aplastada, eres una mera fabricación de un Mahatma. Pero
ellos también te alaban, porque debes seguir siendo siempre la jefa, la más
interesante, la más grande, la más maravillosa y la impostora más capaz y organizadora
de grandes movimientos que ha aparecido en cualquier época, ya sea para bendecirlos
o maldecirlos.
¡Ni Cagliostro tuvo tal honor como este! Bueno, te mereces
el honor, yo sólo desearía que este no estuviera acompañado por las viles
mentiras y la basura que ponen sobre ti. Vuelve
a visitar estos destellos de la luna, y estos locos te asaltan de inmediato, y
aunque admiten que no tienes ningún motivo, lo harán si eso puede ayudarles a permitir realizar la gran obra que, sin
ti, podría haber esperado más aún para su comienzo.
Antes de que recibas esta carta
habré escrito una carta al periódico Index de Boston el cual reimprimió
el informe. Debes haber observado que Hodgson me dejó fuera del asunto. Y sin
embargo yo soy un testigo importante ya que yo estuve ahí, yo examiné todo, yo tuve
todo a mi cargo, y yo aseguro que no
había abertura detrás del relicario.
En cuanto a las cartas de ⁂, sabes que
tengo muchas que me llegaron y que se parecen
a mi escritura. ¿Cómo explicarán eso? ¿Me engañé a mí mismo? Pero
dejemos de hablar sobre ese asunto.
(Observación: los tres puntos en forma de triángulo son
una referencia a un maestro.)
Puede confiar
en mí en este momento para toda la ayuda que consideres necesaria. Recordarás que yo estuve en Enghien contigo el día de uno
de los fenómenos. Ellos [los detractores de Blavatsky] no estuvieron en los
tiempos en donde recibí cartas de amistades con mensajes de los maestros en su
interior. Tengo aquí algunas cartas antiguas y una de ellas se refiere a la
cremación de Palme.
(Nota: el Baron Joseph Henry Louis de Palme fue el
primero en la historia de los Estados Unidos en ser incinerado en 1876.)
Los teósofos de aquí no están
angustiados por ese informe. Ellos ven que la verdad atraviesa todo nuestro
movimiento y ellos no están tan afectados por los informes y la autoridad como
en otros lugares.
¡Gebhard es mi alumno! Él y yo hemos estado atendiendo a los
dolientes, y en Boston y Cincinnati está creciendo un gran interés. Ellos me encontraron a mi vuelta de la India todavía siendo un creyente y
siguen viendo desde lejos este asunto, lo que ellos llaman “tus imposturas”.
El Sr. y la Sra. E. Forbes Waters de
Boston han regresado al trabajo. Los reinicié la otra noche. Ellos influyen a
mucha gente intelectual y esperamos hacer algo genial en Boston. Tuvimos
reuniones allí noche tras noche y puedes imaginarlos haciendo preguntas al
pobre Gebhard que se refería a mí cuando deseaban conocer todas las leyes del
Ocultismo, las residencias de los Mahatmas, cómo aparecen, todas las finas
"ramificaciones" del Karma, etc. Pero como no saben nada, lo poco que
yo sé les pareció mucho. Y para cuando se encuentren con la misma cantidad de
conocimientos, tal vez yo haya adquirido más.
En cuanto a mí, como seguramente
preguntarás si hay algo que decir, te respondo que trabajo todo el tiempo. ¿Cómo
explica el significado de su mensaje a través de ti de que "mostré intuición
al salir de la India"? Si no te importa molestarte con [eso], no habrá
ninguna diferencia. Si 10 años no han aportado ningún cambio, ciertamente esto
tampoco lo hará.
Como siempre tuyo.
William Q. Judge. »
No hay comentarios.:
Publicar un comentario