José Rubio Sánchez es un miembro relevante del Grupo de Estudios
Teosóficos de Valencia y él publicó el siguiente video donde aborda la obra
magna de Blavatsky:
OBSERVACIONES
José Rubio Sánchez dio una gran
conferencia y concuerdo
con lo que él dijo en su video excepto en tres puntos:
1. En el minuto 2:25, él puso una
lista de personas a las que denominó “Expertos de La Doctrina Secreta”:
Yo
no los he estudiado a todos, pero hay varios de ellos que no son expertos de
esa obra:
Cuando
Max Heindel perteneció a la Sociedad Teosófica, él elaboró una conferencia
titulada “H.P. Blavatsky y La Doctrina Secreta” la cual posteriormente el
esoterista Manly Palmer Hall publicó en forma de libro.
Pero
fuera de eso Max Heindel no estudió con seriedad La Doctrina Secreta porque si
lo hubiera hecho, entonces él se habría dado cuenta que Charles Leabeater era
un embustero y entonces Max Heindel no habría plagiado la Pseudo-teosofía que inventó
Leadbeater.
Por
ejemplo en La Doctrina Secreta se precisa que ni Urano ni Neptuno son planetas
sagrados, cuando Leadbeater dijo lo contrario; en La Doctrina Secreta se señala
que ni Marte ni Mercurio pertenecen a la cadena planetaria terrestre, cuando
Leadbeater dijo que si pertenecen, etc.
Franz
Hartmann fue un gran esoterista que recomiendo mucho estudiar, pero ya me leí
la mayoría de sus libros y artículos y no percibo que él haya estudiado La
Doctrina Secreta.
Torkom
Saraydarian fue un escritor que publicó un libro titulado “Comprendiendo La
Doctrina Secreta” que no está mal, pero tampoco él estudió con profundidad La
Doctrina Secreta porque si lo hubiera hecho entonces él se habría dado cuenta
que Alice Bailey fue una charlatana ya que ella plagió por completo la
Pseudo-teosofía que inventó Leadbeater.
Gottfried de Purucker fue Presidente
de la Sociedad Teosófica de Pasadena y él si estudió profundamente La Doctrina Secreta,
pero hay que ser cuidadoso con las explicaciones que él da porque a veces le
dio por inventar cosas.
2. Luego en el minuto 25:02, José
Rubio dice que Blavatsky estudió sanscrito, pero eso no es cierto porque la
propia Blavatsky precisó que ella no estudió
sanscrito:
« Nunca me he jactado de ningún conocimiento del
sánscrito, y cuando vine a la India por última vez, en 1879, conocía muy
superficialmente las filosofías de las seis escuelas del brahmanismo. Nunca
pretendí enseñar sánscrito o explicar ocultismo en ese idioma. Lo que afirmé conocer
fue la filosofía esotérica de los ocultistas transhimaláyicos y nada más. »
(The Theosophist, agosto de 1887, p.651-55; CW VII, p.347-48)
3. Y en el minuto 57:05, José
Rubio puso una lista de personas a las que denominó “Participantes
exotéricos de La Doctrina Secreta”:
Pero
a William Judge, Subba Row y el coronel Olcott yo no los llamaría participantes
exotéricos debido a que los tres fueron discípulos del maestro Morya y los tres
tenían conocimientos de esoterismo; aunque me da la impresión que el coronel
Olcott tenía pocos, mientras que William Judge y Subba Row si tenían muchos.
Pero la participación de esas tres personas fue minúscula.
La
condesa de Wachtmeister cuidó a Blavatsky pero ella no participó en la elaboración
de La Doctrina Secreta.
Archibald
Keightley y su tío Bertram Keightley si participaron, pero no en la elaboración
de su contenido sino en la corrección de la ortografía y en el orden de los
capítulos.
Al
respecto Bertram Keightley escribió:
« Uno o dos días después de nuestra llegada a Maycot,
Blavatsky colocó en frente del Dr. Keightley y de mí todo el manuscrito de La
Doctrina Secreta que hasta ahora ya había completado, y nos pidió que lo
leyéramos y corrigiéramos la puntuación y la redacción en inglés, y
modificáramos lo que quisiéramos como si se tratara de nuestro propio escrito,
lo que naturalmente no hicimos teniendo una opinión muy elevada de su
conocimiento en Ocultismo para tomarnos tales libertades con una obra tan
importante.
Lo que hicimos
en cambio fue leer con mucha atención y cuidado todo el manuscrito (el cual
formaba un montón de papales de más de 90 centímetros de alto) y corregimos la
puntuación y el inglés sólo en donde era absolutamente indispensable.
Y luego, después de una consulta
prolongada, enfrenté a Blavatsky con respecto a la estructura que debía de
tener su obra y con la solemne opinión de que todo el asunto debía ser
arreglado de acuerdo con un plan definido, ya que tal como en ese momento se
encontraba el manuscrito, su nuevo libro sería parecido a lo que sucedió con su
anterior obra “Isis Develada” o
incluso peor en lo que respecta a la ausencia de plan y secuencia de los
temas. »
(“Reminiscencias de
H.P. Blavatsky y la Doctrina Secreta” por la Condesa Constance Wachtmeister,
apéndice I-1, p.89)
En
cuanto a George Robert Stowe Mead, aunque él fue el secretario privado de
Blavatsky, no he encontrado documentación que indique que él haya participado en
la elaboración de La Doctrina Secreta.
Yo
pensaba que él había editado el tercer volumen que posteriormente Annie Besant
publicó, pero George Mead en un artículo indicó que él no tuvo nada que ver con
la elaboración de ese tercer volumen y que fue Annie Besant quien se hizo cargo
de editarlo.
ACLARACIONES
Añado
unas aclaraciones sobre dos detalles:
1. En el minuto 1:07:20, José
Rubio comentó: “creo que fue el médico que fue a verla y quien pensaba que ella
se estaba muriendo pero que al día siguiente ella se encontraba más sana que
una perdiz, quien vio encima de la mesa un paquete de folios con la escritura
azul del maestro K.H.”
No sé si el doctor que fue a tratar
de salvar a Blavatsky cuando ella se encontraba muy enferma también atestiguó
eso, pero la persona que lo puso por escrito fue Wilhelm
Hübbe-Schleiden (quien también era Doctor pero por su Doctorado) y quien al
respecto escribió:
« Cuando visité a Madame Blavatsky en octubre de 1885,
ella acababa de comenzar a escribir La Doctrina Secreta, y cuando la volví a
visitar en enero de 1886, ella ya había terminado una docena de capítulos.
. . .
Vi seguido la conocida escritura
azul del Maestro Kuthumi en correcciones y anotaciones de sus manuscritos, así
como en libros que ocasionalmente estaban sobre su escritorio. Y noté esto
principalmente en la mañana antes de que ella comenzara a trabajar.
Yo dormía en el sofá de su estudio
después de que ella se retiraba por la noche, y el sofá se encontraba a pocos
pies de su escritorio. Y recuerdo muy bien la gran sorpresa que tuve una mañana
cuando me levanté y encontré una gran cantidad de páginas de su manuscrito
cubiertas con ese lápiz azul escrito a mano.
Y no sé cómo llegaron esas páginas,
pero no las vi antes de irme a dormir y ninguna persona pudo haber entrado
físicamente en la habitación durante la noche sin que yo me hubiera dado cuenta
porque yo tengo un sueño muy ligero. »
(Reminiscencias de
H.P. Blavatsky y la Doctrina Secreta, por la Condesa Constance Wachtmeister,
apéndice 6, p.112-114)
2. En el minuto 1:36:35, José
Rubio comentó: “creo que asistió el abuelo a las clases de HPB y tomó las notas
donde hay unos principios fundamentales que se parecen al Kybalión”.
No fue el abuelo sino el padre del Capitán Bowen, y
posteriormente el Capitán Bowen sacó a la luz esas notas que se publicaron por
primera vez en el número de enero-marzo de 1932 de la revista Theosophy in
Ireland.
Y el Kybalión hay que tomarlo con
pinzas porque aunque es un libro muy inspirador, desafortunadamente también
contiene grandes errores y falsedades (ver link).
CONSTATACIÓN
Y
es muy ilustrativo ver el plan de estudio dado en 1919 por la Sección Española
de la Sociedad Teosófica de Adyar (en el minuto 1:23.06) y que corresponde más o menos al
plan de estudios que he visto en otros países hasta nuestros días:
Ahí
vemos como esencialmente la Sociedad Teosófica de Adyar recomienda primero leer
los numerosos libros escritos por Charles Leadbeater y Annie Besant, y solo al
final estudiar los libros escritos por Blavatsky.
Pero
para entonces pocos estudiantes estarán dispuestos a leer también a Blavatsky,
y los pocos persistentes que queden habrán absorbido tanto los errores y las
falsedades que dijeron Leadbeater y Besant, que ellos ya no podrán comprender
los libros de Blavatsky.
Y
esta es una de las formas que tiene la Sociedad Teosófica de Adyar para seguir
promoviendo el charlatanismo de Leadbeater y Besant, y de botar a un lado la
verdadera enseñanza que aportaron los Maestros de Sabiduría y sus verdaderos
discípulos.
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