Blavatsky tenía un
carácter muy pesado con el cual era difícil convivir, y también ella solía tener
comportamientos erráticos, y es por eso que cuando los señores Alfred Sinnett y
Alan Hume se quejaron al respecto, el maestro Kuthumi les explicó las razones
ocultas que había detrás de ese comportamiento desconcertante de Madame Blavatsky:
« Estoy plenamente
consciente del hecho de la incoherencia habitual de sus relatos (especialmente
cuando ella está excitada) y de sus extraños modos que la convierten —en vuestra
opinión— en una transmisora bastante indeseable de nuestros mensajes.
Sin
embargo, buenos hermanos, una vez que os hayáis enterado de la razón de ello,
ahora que os la voy a decir; y que esta mente desequilibrada, la aparente
incongruencia de sus discursos e ideas, su excitación nerviosa, en resumidas
cuentas todo aquello que está tan a propósito para trastornar los sentimientos
de la gente de mente sobria cuyas nociones de reserva y modales son
escandalizados por tan extraños arrebatos de lo que ellos consideran su mal temperamento
[de HPB] y que tanto les repugna — una vez que sabréis que nada de esto es su culpa [de
HPB], usted podráis quizás llegar a considerarla bajo una luz diferente.
A
pesar de que aun no es el momento apropiado para dejarlos penetrar por
completo en el secreto, y que aún ustedes
no estáis preparados para comprender el gran Misterio aunque se os revelara, pero
debido a la gran injusticia y a la injuria que ustedes han cometido, he sido
autorizado para permitirlos tener un vislumbre detrás del velo.
Este
estado de ella se encuentra íntimamente relacionado con su entrenamiento oculto
en el Tíbet, y se debe al hecho de que ella fue enviada sola al mundo para
preparar gradualmente el camino para otros. Después de casi un siglo de
búsqueda infructuosa, nuestros jefes tuvieron que aprovechar la única
oportunidad de enviar un cuerpo
europeo en suelo europeo para servir como nexo de unión entre ese continente
y el nuestro.
¿Usted
no lo entienden? Desde luego que no. Entonces por favor recuerden lo que ella intentó
explicarles, y que ustedes comprendieron bastante bien, a saber el hecho de los
siete principios
en el ser humano completo.
Ahora
bien, ningún hombre o mujer, a menos que sea un iniciado del "quinto
círculo", puede abandonar los recintos de Bod-Las* y regresar al mundo en su totalidad
integral, si se me permite usar esa expresión.
Al
menos uno de sus
siete satélites tiene que permanecer ahí por dos razones:
- la primera para
formar el necesario eslabón de conexión, el alambre de transmisión;
- y la segunda como la
garantía más segura de que ciertas cosas nunca serán divulgadas.
Ella
no es una excepción a la regla, y ustedes han visto otro ejemplo de ello: un
hombre de gran intelectualidad que tuvo que dejar atrás una de sus envolturas,
y de ahí que se le considere altamente excéntrico.
El
comportamiento y posición relativa de los seis restantes depende de
las cualidades inherentes y las peculiaridades psicofisiológicas de la persona,
especialmente de las idiosincrasias transmitidas por lo que la ciencia moderna
llama "atavismo".
(Nota
de Cid: o sea que la persona se comporta como lo hacía en el pasado, y tal vez
aquí el maestro Kuthumi se refiera a la infancia o incluso a la reencarnación
anterior.)
Actuando
de acuerdo con mis deseos, mi hermano Morya, si lo recuerdan, les hizo cierto
ofrecimiento a través de ella. Ustedes no tenían más que haberlo aceptado y en
cualquier momento que lo desearan ustedes hubieran podido tener durante una
hora o más a la verdadera y erudita Blavatsky para conversar con ella, en vez
de la psicológicamente lisiada con la que generalmente tienen que lidiar actualmente.
Lo
de ayer fue su error [de Alan Hume]. No debió haberla enviado a entregar el
mensaje al señor Sinnett en el estado en que ella se encontraba. Pero
responsabilizarla por su excitación puramente fisiológica y dejarla ver vuestras
sonrisas desdeñosas, eso fue absolutamente pecaminoso.
Perdónenme
mi franqueza, hermanos míos y buenos señores, solamente actúo de acuerdo con lo
que ustedes mismos me pidieron en su carta. Me tomé la molestia de "investigar
el espíritu y el significado" con que se decía y hacía todo en la
habitación del señor Sinnett; y aunque no tengo el derecho a "condenarlos"
(ya que ustedes desconocías el verdadero estado de las cosas) no puedo sino
desaprobar enérgicamente lo que, por muy pulido que fuera, hubiera sido incluso
en circunstancias muy ordinarias: crueldad de
vuestra parte. »
(CM 26, p.203-4)
Observación
*
Esta palabra Bod-Las, tal como
se encuentra escrita en la carta no existe. Si la tomamos como Bod-Lhas (bod:
Tíbet, lhas: dioses) debería traducirse como "dioses del Tíbet". Y si
la tomamos como Bod-pas, significaría "tibetanos". Posiblemente el
maestro Kuthumi se refiera con esta palabra al centro ocultista ubicado en el
Tíbet donde Blavatsky fue entrenada.
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