Alice
Bailey afirmó que la mayoría de los libros que ella publicó le fueron dictados
telepáticamente por un elevado lama que vivía en el Tíbet al que ella denominó
El Tibetano.
Y
posteriormente Alice Bailey afirmó que El Tibetano era Dwjal Khul, quien fue un
antiguo discípulo del maestro Kuthumi.
¿Pero qué tan cierto es esto?
En
este otro capítulo les he demostrado que la descripción que hace Alice Bailey de
Dwjal Khul es tremendamente errónea, lo que la descalifica por completo de que
ella lo haya realmente conocido (ver link).
Pero
la simple lógica también nos lleva a esa conclusión.
En
el siglo XIX los maestros transhimaláyicos transmitieron al mundo una porción
de su conocimiento por medio de sus discípulos: Helena Blavatsky y William
Judge; y a esa enseñanza se la conoce como Teosofía original.
Pero
desafortunadamente entre finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, un
embustero llamado Charles Leadbeater elaboró una versión toda tergiversada que
se la conoce como Neo-teosofía y que está llena de errores y falsedades.
Pues
bien, los libros de Alice Bailey tienen muy poco de la Teosofía original y en
cambio si están llenos de la Neo-teosofía de Leadbeater.
Y
esa es la mayor prueba de que Dwjal Khul no le dictó esos libros a Alice Bailey
porque no tiene ningún sentido que un antiguo discípulo del maestro Kuthumi,
quien fue instruido en la enseñanza de los maestros transhimaláyicos, se
olvidara por completo de esa enseñanza para ponerse a copiar todas las mentiras
que había inventado el embustero de Leadbeater.
Como
tampoco tiene sentido que un elevado lama que vivía en el Tíbet se pusiera a
copiar las mentiras que acababa de inventar ese embustero al otro lado del
mundo.
Y
en cambio si tiene mucho más sentido considerar que como a Alice Bailey se le
dificultó estudiar la Teosofía original, ella prefirió plagiar lo que escribió
Leadbeater pensando que se trataba de la misma enseñanza y sin saber que ese
tipo era un charlatán.
Y
para impresionar al público ella inventó que se lo había dictado un Maestro
tibetano, y para impresionar aún más a los teósofos ella inventó que ese
Maestro tibetano era Dwjal Khul (pero resulta que Dwjal Khul no era tibetano
sino indio).
~ * ~
Y todas estas
falsedades son una prueba más del inmenso charlatanismo de Alice Bailey.
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