Sobre este asunto, en el artículo que
el coronel Henry Olcott escribió en homenaje póstumo hacia Blavatsky, él comentó lo
siguiente:
« Nunca pude averiguar quién realmente
ella era, no como Helena Petrovna, hija de los Hahn y Dolgorouki, cuyo linaje
era fácil de rastrear, sino como HPB, la misteriosa individualidad
que escribía y obraba maravillas. Su familia no tenía idea de dónde sacaba su
inagotable flujo de particular erudición. Escribí y le hice esa pregunta a su
respetada tía poco después de que HPB comenzara a escribir Isis Develada, pero su tía no pudo darme ninguna pista. Madame Fadeyef respondió:
-
"La
última vez que la vi" —unos cinco años antes— "ella no sabía, ni en
sueños, las cosas aprendidas que me dice que ahora está discutiendo."
Ayudé a HPB en
la primera de sus maravillosas obras, Isis
Develada, y vi escritas o editadas todas las páginas del manuscrito y cada
galera de las hojas de prueba. La producción de ese libro con sus innumerables
citas y su extraña erudición, fue lo suficientemente milagrosa como para
convencerme de una vez por todas de que ella poseía dones psíquicos del más
alto nivel.
Pero había
muchas más pruebas que incluso eso, por ejemplo a menudo cuando los dos
trabajábamos solos en nuestros escritorios hasta altas horas de la noche, ella
ilustraba sus descripciones de los poderes ocultos que existen en el hombre y
en la naturaleza mediante fenómenos experimentales improvisados.
Ahora que miro
hacia atrás puedo ver que estos fenómenos aparentemente fueron elegidos con el
propósito específico de educarme en la ciencia psíquica, así como los
experimentos de laboratorio de Tyndall, Faraday o Crookes están planeados para
guiar al alumno sucesivamente a través del plan de estudios de física o de
química.
Entonces no
había difamadores, ni terceros a los que supuestamente engañar, nadie esperando
regalos de joyería, o poderes paranormales, o consejos especiales sobre el
atajo que lleva hacia el Nirvana. Ella simplemente quería mi ayuda literaria en
su libro y para hacerme comprender las leyes ocultas involucradas en la
discusión del momento, me demostraba experimentalmente el terreno misterioso en
el que se encontraba. Y así se me mostraron más cosas de las que nunca se ha
escrito de todas las obras maravillosas que el público ha leído acerca de lo
que ella había hecho en presencia de otros testigos.
¿Es extraño,
entonces, que todos los cuentos e informes farsantes de los críticos
interesados acerca de sus supuestos engaños y charlatanerías, no lograron
sacudir mi conocimiento de sus verdaderos poderes psíquicos?
Y qué maravilla
que yo que he sido favorecido más que todos los demás en la Sociedad Teosófica
con estas pruebas válidas, a quien ella le mostró las realidades de la química
y la física trascendentales, y las maravillosas potencias dinámicas de la
mente, la voluntad y el alma humana, y quien fue conducido por ella en el
delicioso camino de la verdad que desde entonces he pisado con alegría, y quien
fue hecha personalmente para ver, conocer y hablar con los Maestros del Oriente,
qué maravilla que la haya querido como a una amiga, la haya apreciado como a
una maestra y siempre mantenga sagrada su memoria.
Viva, podía
pelearme con ella, pero muerta, solo debo lamentar su pérdida irreparable y
redoblar mis esfuerzos para impulsar nuestro trabajo conjunto.
Este parece el
momento adecuado para responder muchas preguntas sobre lo que pienso acerca de
la conspiración de Patterson, los Coulomb y Hodgson contra mi querida amiga.
Los periódicos hostiles están repasando hasta la saciedad esas carnes al horno
fúnebres. Dondequiera que di una conferencia en Australia, había rastrillos de
estiércol para remover el abono feculento. Digo entonces que no considero
probados esos cargos contra HPB.
Más que eso
nadie puede aceptarlos a menos que tenga el don de leer la conciencia más
íntima de los acusadores y acusados. El mismo día en que los cargos en su
contra se publicaron por primera vez en el Times,
ella —quien en ese momento se encontraba en Londres— escribió a ese periódico
una negación indignada.
No he visto
ninguna prueba desde entonces para apoyar lo contrario. Las supuestas cartas a
la señora Coulomb nunca se nos mostraron ni a ella ni a mí; los Coulomb se
acusan a sí mismos en cuanto a la honestidad de su carácter. El informe del
señor Hodgson evidencia su densa ignorancia sobre las leyes psíquicas y
mediúmnicas y las reglas indispensables de la investigación espiritista,
incluso de las reglas más comunes de evidencia legal.
El “elaborado”
análisis de Nethercliff sobre las cartas de Kuthumi y HPB es una farsa para el
psicólogo experimentado, y además ese análisis quedó completamente anulado por
el análisis contradictorio realizado por el igualmente destacado experto jurado
del Tribunal Superior Imperial de Berlín; y la vida y las obras de HPB
claramente desmienten las suposiciones perjudiciales que se hacen en su contra.
Finalmente,
tenemos el hecho contundente de que HPB exhibió sus poderes psíquicos desde su
niñez, y posteriormente y especialmente mientras ella estuvo en Nueva York
después del otoño de 1874, en presencia de muchos testigos intachables. Por lo
que no dudo ni un momento bajo las circunstancias anteriores, en aceptar su
simple negación en lugar de las conjeturas más elaboradas y los alegatos
especiales más sofísticos de sus detractores.
Puedo haber
sido hipnotizado, como se alega, pero, si es así, eso no lo sé.
. . .
Ella conocía
bastante bien la amargura y la tristeza de la vida física, y a menudo me decía
que su verdadera existencia sólo comenzaba cuando todas las noches ponía su
cuerpo a dormir y salía de él hacia los Maestros.
Yo puedo creer eso por estar
sentado a menudo y observarla desde el otro lado de la mesa, cuando su alma
estaba lejos de su cuerpo, y luego cuando regresaba de su vuelo y reanudaba su
ocupación. Cuando ella estaba fuera, su cuerpo era como una casa a oscuras, y
cuando ella estaba allí era como si las ventanas brillaran con luces en el
interior. Quien no ha visto este cambio no puede entender por qué el místico
llama a su cuerpo físico: una “sombra”. »
(The Theosophist, julio de 1891, p.573-580)
El Diccionario enciclopédico del Cristianismo explica: “Esta concepción de alma deriva de la antigua filosofía griega, según la cual, en el hombre, el cuerpo (sōma) está separado del alma (psychḗ), de la que es instrumento.
ResponderBorrarDisculpe, Cid el párrafo anterior que cité será la verdad¿?
O sea yo interpretó ése párrafo, qué el hombre de carne tiene esa separación y al final el alma es otro sujeto¿? (Bueno es solo 1 ejemplo)