En este artículo Blavatsky detalla las cualidades y defectos que tienen sus libros, y más específicamente su primera obra literaria "Isis Develada".
MIS LIBROS
Hace algún tiempo, un teósofo, el
Sr. R______, viajaba en tren con un caballero estadounidense, quien le dijo lo impresionado
que había estado durante su visita a nuestra sede en Londres, y también le mencionó
que él le había preguntado a Madame Blavatsky, ¿cuáles eran las mejores obras
teosóficas para que él las leyera? Y había declarado su intención de conseguir Isis
Develada, cuando para su asombro, ella le respondió: "No lea esa
obra, solo es basura".
Ahora bien, yo no dije
"basura" que yo recuerde, pero lo que sí dije fue en esencia:
- "No le
recomiendo Isis porque no lo va a satisfacer,
y es que de todos los libros a los que he puesto mi nombre, este en particular,
en evaluación literaria, es el peor y el más confuso".
Y podría haber agregado con tanta
veracidad que Isis Develada siendo analizada cuidadosamente desde un
punto de vista estrictamente crítico y literario está llena de errores de
imprenta y citas erróneas, contiene repeticiones inútiles y digresiones
sumamente irritantes, y que para el lector casual que no está familiarizado con
los diversos aspectos de las ideas y símbolos metafísicos, puede parecerle
tener tantas aparentes contradicciones que gran parte del material en esa obra
no debería estar allí en absoluto, y también que tenía algunos errores muy
graves debido a las muchas alteraciones en la corrección de pruebas en general,
y las correcciones de palabras en particular.
Finalmente, que ese trabajo por
razones que se explicarán a continuación, no tiene un sistema; y que parece en
verdad, como lo comentó un amigo, como si una masa de párrafos independientes
sin conexión entre sí hubieran sido bien sacudidos en una papelera, y luego
sacados al azar y publicados.
Esa es también ahora mi sincera
opinión, y la plena conciencia de esta triste verdad se me vino a la mente por
primera vez después de su publicación en 1877. Leí la obra desde la primera
hasta la última página cuando estaba en India en 1881, y desde esa fecha hasta
el presente, nunca he dejado de decir lo que pensaba de esa obra y de dar mi
sincera opinión de Isis Develada cada vez que tuve la oportunidad de
hacerlo.
Esto fue hecho para gran disgusto de
algunos quienes me advirtieron que estaba estropeando su venta, pero como mi
objetivo principal al escribir no era ni la fama personal ni las ganancias,
sino algo mucho más elevado, me importó poco tales advertencias.
Durante más de diez años esta
desafortunada "obra maestra", esta "obra monumental" como
la han llamado algunas críticas, con sus horribles metamorfosis de una palabra
en otra, transformando así por completo el significado.
Por ejemplo: la palabra
"planeta" para "ciclo" como se escribió originalmente,
corregido por alguna mano desconocida, (Vol. I., p. 347, segundo párrafo), una
"corrección" que muestra a Buda enseñando que no hay renacimiento
en este planeta (!!) cuando se afirma lo contrario en la p. 346 y se dice
que el Señor Buda enseña cómo "evitar" la reencarnación; o
también el uso de la palabra "planeta" para plano, de "Monas"
para Manas, y el sentido de ideas completas sacrificadas a la forma gramatical,
y cambiadas por la sustitución de palabras incorrectas y puntuación errónea,
etc., etc., etc.
Esto con sus errores de imprenta y
comillas incorrectas me ha dado más ansiedad y problemas que cualquier otra
cosa durante una larga vida que haya estado más llena de espinas que de rosas.
Pero a pesar de estas fallas quizás
demasiado grandes, sostengo que Isis Develada contiene una gran cantidad
de información original y nunca divulgada hasta entonces sobre temas ocultos.
Y que esto es así lo prueba el hecho
de que el trabajo ha sido plenamente apreciado por todos aquellos que han sido
lo suficientemente inteligentes como para discernir el núcleo, y prestan poca
atención a la cáscara para dar preferencia a la idea y no a la forma
independientemente de sus pequeñas deficiencias.
Dispuesta a tomar sobre mi misma (indirectamente como lo mostraré) los
pecados de todos los defectos externos y puramente literarios de la obra,
defiendo las ideas y enseñanzas que hay en ella, sin temor a ser acusada de
presunción ya que ni las ideas ni la
enseñanza son mías (como siempre lo he declarado) y sostengo que ambos volúmenes
son de un gran valor para los místicos y estudiantes de Teosofía.
Tan cierto es esto que cuando se
publicó Isis por primera vez, algunos de los mejores periódicos
estadounidenses fueron generosos en sus elogios, incluso hasta exageraron como
lo demuestran las citas que a continuación les transcribo:
"Esta monumental obra ... sobre
todo lo relacionado con la magia, el misterio, la brujería, la religión, el
espiritismo; sería valioso en una enciclopedia."
(North
American Review)
"Hay que reconocer que Madame
Blavatsky es una mujer notable que ha leído más, visto más y pensado más que la
mayoría de los sabios. Su obra abunda en citas de una docena de idiomas
diferentes, no con el propósito de una vana exhibición de erudición, sino para
fundamentar sus puntos de vista peculiares ... sus páginas están adornadas con
notas a pie de página que establecen como sus autoridades son algunos de los
escritores más profundos del pasado. Y para una gran clase de lectores, esta notable
obra resultará de un interés absorbente. ... Exige la atención seria de los
pensadores y merece una lectura analítica."
(Boston
Evening Transcript)
"La apariencia de la erudición
es estupenda. Abundan las referencias y citas de los escritores más
desconocidos y oscuros en todos los idiomas, intercaladas con alusiones a
escritores de la más alta reputación, que evidentemente han sido más que hojeadas."
(New York
Independent)
"Un ensayo extremadamente
legible y exhaustivo sobre la importancia primordial de restablecer la
Filosofía Hermética en un mundo que cree ciegamente que la ha superado."
(New York World)
"El libro más notable de la
temporada."
(Com.
Advertiser)
"Para los lectores que nunca se
hayan familiarizado con la literatura del misticismo y la alquimia, el volumen
proporcionará los materiales para un estudio interesante, una mina de
información curiosa sobre esos temas."
(Evening Post)
“Da evidencia de mucha y variada
investigación por parte del autor, y contienen una gran cantidad de historias
interesantes. Las personas amantes de lo maravilloso encontrarán en ellas una
gran cantidad de entretenimiento."
(New York
Sun)
"Un libro maravilloso tanto en
materia como en forma de tratamiento. Puede formarse alguna idea de la rareza y
extensión de su contenido cuando el índice comprende cincuenta páginas, y no
nos atrevemos a decir que tal índice de temas nunca antes había sido compilado
por cualquier ser humano ... Pero el libro es curioso y sin duda llegará a las
bibliotecas debido a la materia única que contiene ... ciertamente resultará
atractivo para todos los que estén interesados en la historia, la teología y la
misterios del mundo antiguo."
(Daily
Graphic)
"El presente trabajo es el
fruto de su notable curso de educación y confirma ampliamente sus afirmaciones
sobre el carácter de una experta en la ciencia secreta, e incluso el rango de
un hierofante en la exposición de la tradición mística."
(Nueva York Tribune)
"Quien lee el libro
detenidamente debe saber todo lo maravilloso y místico, excepto quizás las
contraseñas. Isis Develada complementará la Anacalypsis. Quien
quiera leer a Godfrey Higgins estará encantado con Madame Blavatsky. Hay un
gran parecido entre sus obras. Ambos se han esforzado por contar todo lo
apócrifo y apocalíptico. Es fácil pronosticar la recepción de este libro. Con
sus llamativas peculiaridades, su audacia, su versatilidad y la prodigiosa
variedad de temas que advierte y maneja, es una de las producciones notables del
siglo."
(New York
Herald)
Los primeros enemigos que trajo mi
trabajo al frente fueron los espiritistas, cuyas teorías fundamentales en
cuanto a los espíritus de los muertos comunicándose con los vivos yo derrumbé.
Y durante los últimos quince años, desde esa primera publicación, se ha
derramado sobre mí una incesante lluvia de horribles acusaciones.
Cada cargo difamatorio, desde la
inmoralidad y la teoría de que yo era una espía rusa, hasta mi actuación con
falsos pretextos, o de ser un fraude crónico y una mentira viviente, una
borracha habitual, un emisario del Papa pagada para destruir el espiritismo y
Satanás encarnado. Todas las calumnias que se puedan imaginar se han aplicado a
mi vida privada y pública.
Y a pesar del hecho de que ni uno solo de estos cargos ha sido
probado y que desde el primer día de enero hasta el último de diciembre,
año tras año, he vivido rodeada de amigos y enemigos como en una casa de
cristal, nada podría detener esas lenguas malvadas, venenosas y completamente
inescrupulosas.
Mis siempre activos oponentes han
dicho en varias ocasiones que (1) Isis Develada simplemente fue un
refrito de Eliphas Lévi y algunos viejos alquimistas; (2) que fue escrito por
mí bajo el dictado de los poderes malignos y los espíritus difuntos de
los jesuitas (sic); y finalmente (3) que mis dos volúmenes habían sido
compilados de MSS (nunca antes escuchado), y que el barón de Palm —quien se
volvió famoso por ser el primero en
haber sido cremado en los Estados Unidos y el doble entierro— había dejado manuscritos
que yo había encontrado en su baúl.
Pero la realidad es que ese noble
austríaco se encontraba en completa indigencia en Nueva York, por lo que el
coronel Olcott le había dado refugio y alimento, cuidándolo durante las últimas
semanas de su vida, y no dejó nada en su baúl después de que murió más que facturas.
Y el único objeto del barón fue una vieja valija en la que sus
"albaceas" encontraron un Cupido de bronce maltrecho, unas órdenes
extranjeras, y unas camisetas del coronel Olcott que el antiguo diplomático le había
tomado sin su permiso.
Por otro lado, los amigos, tan
insensatos como amables, difundieron en el extranjero lo que realmente era la
verdad, pero con demasiado entusiasmo acerca de la conexión de mi Maestro Oriental
y otros Ocultistas con esta obra; y eso fue aprovechado por mis enemigos y
exagerado fuera de todos los límites.
Por ejemplo se decía que la
totalidad de Isis Develada me
había sido dictada de cabo a rabo
y palabra por palabra por estos Adeptos invisibles.
Y como las imperfecciones de mi trabajo eran demasiado evidentes, la
consecuencia de toda esta charla ociosa y maliciosa fue que mis enemigos y
críticos infirieron, como bien pudieron, que estos inspiradores invisibles no
existían y eran parte de mi "fraude", o que carecían de la astucia de
un buen escritor medio.
Ahora bien, nadie tiene derecho a
responsabilizarme por lo que los demás puedan decir, sino solo por lo que yo
mismo declaro oralmente o en forma impresa sobre mi autoría. Y lo que digo y
mantengo es esto:
Las citas directas y los muchos
errores de imprenta, errores y citas erróneas antes especificados y
mencionados, y la composición general de Isis Develada, de todo eso yo no
soy responsable de ninguna manera, (a) cada palabra de la información que se
encuentra en este trabajo o en mis escritos posteriores proviene de las
enseñanzas de nuestros Maestros Orientales; y (b) que muchos pasajes de estas
obras han sido escritos por mí bajo su
dictado.
Y al afirmar esto no se insta a
ninguna explicación sobrenatural
ya que tal dictado no es ningún milagro,
y cualquier persona moderadamente inteligente y convencida en este momento de
las muchas posibilidades que ofrece el hipnotismo (ahora aceptado por la
ciencia y bajo investigación científica completa) y de los fenómenos de la transferencia de pensamientos.
Esa persona admitirá fácilmente que
si incluso un sujeto hipnotizado, un mero médium irresponsable, escucha el pensamiento no expresado
de su hipnotizador, quien así puede transferir su pensamiento hacia él, e incluso repetir mentalmente las palabras
leídas por el hipnotizador de un libro, entonces es también posible que los Maestros
Orientales me transmitan sus pensamientos y por consiguiente mi afirmación no
tiene nada de imposible.
El espacio y la distancia no existen
para el pensamiento, y si dos personas están en una perfecta conexión psico-magnética
de mutua relación, y de estos dos, uno es un gran adepto en las ciencias
ocultas; entonces la transmisión del pensamiento y el dictado de páginas
enteras llegar a ser tan fácil y tan comprensible a una distancia de diez mil
millas como la transferencia de dos palabras a través de una habitación.
Hasta ahora me he abstenido, salvo
en muy raras ocasiones, de responder a cualquier crítica sobre mis obras, e
incluso he dejado sin refutar las calumnias directas y las mentiras, porque en
el caso de Isis Develada encontré casi todo tipo de críticas
justificables, y en eso de "calumnias y mentiras" mi desprecio por
los calumniadores era demasiado grande para permitirme notarlos. Especialmente
fue el caso con respecto al asunto difamatorio que emana de América.
Todo ha venido de la misma fuente
bien conocida por todos los teósofos, una persona sumamente infatigable en atacarme personalmente durante
los últimos doce años. No diré su nombre porque hay nombres que tienen un hedor
moral no apto para ninguna revista o publicación decente. Así que sus palabras
y hechos emanan de la cloaca más grande del
universo de la materia y tienen que volver a ella sin tocarme. Y aunque nunca
he visto ni conocido a ese individuo, tampoco tengo la intención de responderle
ahora.
Pero como Isis Develada está
actualmente siendo atacada por lo menos por décima vez, ha llegado el día en
que mis amigos perplejos y esa parte del público que puede simpatizar con la
Teosofía, tienen derecho a conocer toda la verdad, y nada más que la verdad.
No es que busque excusarme en nada
incluso ante ellos o "explicar las cosas". No es nada por el estilo.
Lo que en cambio si estoy decidida a hacer es dar hechos innegables, y no contrarias, simplemente indicando las
circunstancias peculiares y bien conocidas por muchos pero ahora casi olvidadas
bajo las cuales escribí mi primera obra en inglés.
1) Cuando llegué a los Estados
Unidos en 1873, yo casi no hablaba inglés, el cual había aprendido
coloquialmente en mi infancia y durante más de treinta años. Podía entenderlo
cuando lo leía, pero apenas podía hablar el idioma.
2) Nunca había estado en ninguna
universidad y lo que sabía lo había aprendido por mi misma. Nunca he pretendido
haber obtenido una beca en el sentido de la investigación moderna, y en ese entonces
no había leído ninguna obra científica moderna, sabía poco de filosofía y de las
ciencias occidentales, y lo poco que había estudiado y aprendido al respecto me
disgustaba por su materialismo, sus limitaciones, su estrecho espíritu de
dogmatismo y su aire de superioridad sobre las filosofías y ciencias de la
antigüedad.
3) Hasta 1874 nunca había escrito
una palabra en inglés, ni había publicado ningún trabajo en ningún idioma.
4) Por lo tanto no tenía la menor
idea de las reglas literarias. El arte de escribir libros, de prepararlos para
imprimirlos y publicarlos, leer y corregir pruebas; todo eso era para mí desconocido.
5) Cuando comencé a escribir lo que
más tarde se convirtió en Isis Develada, no tenía idea de como se
concretaría. No tenía ningún plan, no sabía si sería un ensayo, un folleto, un
libro o un artículo. Sabía que tenía
que escribirlo, eso era todo. Y comencé el trabajo antes de conocer al
coronel Olcott y algunos meses antes de la formación de la Sociedad Teosófica.
Así que como todo el mundo lo verá,
las condiciones para convertirme en un autor de una obra teosófica y científica
inglesa no eran esperanzadoras. Sin embargo había escrito lo suficiente para
llenar cuatro volúmenes como Isis antes de enviar mi trabajo al coronel
Olcott, y por supuesto él comentó que todo, excepto las páginas que me habían
sido dictadas, tenía que ser reescrito.
Luego comenzamos con nuestras labores
literarias y trabajamos juntos todas las noches. Algunas páginas cuyo inglés él
había corregido, las copié; mientras que otras que no cederían a ninguna
corrección mortal, solía leerlas en voz alta y él las escribía verbalmente en
inglés a medida que avanzaba, diciéndome desde mi casi indescifrable
manuscrito.
Es a él [al coronel Olcott] con
quien estoy en deuda por la buena redacción del inglés en Isis. Y es él
nuevamente quien sugirió que la obra se dividiera en capítulos y el primer
volumen fuera dedicado a la ciencia y el segundo a la teología. Pero para hacer
eso, el asunto tuvo que ser reorientado y muchos de los capítulos también;
había que borrar las repeticiones y atender la conexión literaria de los temas.
Cuando el trabajo estuvo listo, se
lo enviamos al profesor Alexander Wilder, el conocido erudito y platónico de
Nueva York, quien luego de leer el texto lo recomendó al Sr. Bouton para su
publicación.
Junto al coronel Olcott, es el
profesor Wilder quien más hizo por mí para mejorar esta obra. Fue él quien hizo
el excelente índice y quien
corrigió las palabras griegas, latinas y hebreas, y sugirió citas y escribió la
mayor parte de la introducción
"Antes del Velo". Y si esto no se reconoció en el trabajo, la culpa
no es mía, sino porque fue el deseo expreso del Dr. Wilder que su nombre no
apareciera excepto en algunas notas al pie de las páginas. Pero esto yo nunca
lo he ocultado y todos mis numerosos conocidos en Nueva York lo sabían.
Después de todas estas
modificaciones, el trabajo pasó a la imprenta y fue a partir de ese momento que
comenzó la verdadera dificultad. Yo no tenía idea de corregir las galeradas; El
coronel Olcott tuvo poco tiempo para hacerlo; y el resultado fue que lo arruiné
desde el principio. Antes de que termináramos con los tres primeros capítulos,
había una factura de seiscientos dólares por correcciones y alteraciones, y
tuve que renunciar a la corrección de pruebas.
Presionada por el editor, el coronel
Olcott haciendo todo lo posible pero solo teniendo tiempo que por las noches, y
el Dr. Wilder lejos en Jersey City, el resultado fue que las pruebas y las
páginas de Isis pasaron por varias manos no muy cuidadosas y finalmente
quedaron a la tierna merced del corrector de pruebas del editor.
¿Puede uno preguntarse después de
esto si "Vaivaswata" (Manu) se transformó en los volúmenes publicados
en "Viswamitra", y que treinta y seis páginas del índice se perdieron
irremediablemente, y las comillas se colocaron donde no se necesitaban como por
ejemplo en algunas de mis propias oraciones y fueron omitidas por completo en
muchos pasajes citados de varios autores?
Si me preguntan por qué estos
errores fatales no se han corregido en una edición posterior, mi respuesta es
simple: las planchas fueron estereotipadas y a pesar de todo mi deseo de hacerlo,
no pude ponerlo en práctica ya que las planchas eran propiedad del editor. Yo
no tenía dinero para pagar los gastos y finalmente la editorial se mostró
bastante satisfecha de que las cosas fueran como están, porque a pesar de todos
sus flagrantes defectos, la obra –que ya ha llegado a su séptima u octava
edición– todavía se sigue vendiendo.
Y ahora, y tal vez como consecuencia
de todo esto, llega una nueva acusación:
¡Me acusan de
plagio en masa en el capítulo
introductorio "Antes del Velo"!
Bueno, si hubiera cometido plagio,
no debería sentir la menor vacilación en admitir el "préstamo", pero como
no lo he hecho, no veo por qué debo confesarlo; a pesar de que la
"transferencia de pensamiento" como la llama ingeniosamente la Pall
Mall Gazette está de moda y es un bien escaso en este momento.
Desde el día en que la prensa
estadounidense lanzó un aullido contra Longfellow, quien tomando prestada una
(entonces) desconocida traducción alemana de la epopeya finlandesa, el Kalevala,
la publicó como su propio magnífico poema, Hiawatha y olvidó reconocer
la fuente de su inspiración, la prensa continental ha sacado a la luz en
repetidas ocasiones otras acusaciones similares.
El presente año es especialmente
fructífero en este tipo de "transferencias de pensamiento". Aquí
tenemos al alcalde de la ciudad de Londres repitiendo palabra por palabra un
viejo sermón olvidado del Sr. Spurgeon, y jurando que nunca había leído ni oído
hablar de él.
El reverendo Robert Bradlaugh escribió
un libro e inmediatamente la Pall Mall Gazette lo denuncia como una copia verbal del trabajo de otra persona.
Harry de Windt, el viajero oriental, y un F.R.G.S. para arrancar encuentra
varias páginas de su recién publicado “Un
Viaje a la India a través de Persia y Beluchistan” en la London
Academy, y en paralelo con extractos de “El
País de Belochistan” de A.W. Hughes, que son idénticos palabra por
palabra y letra por letra.
La señora Parr niega en el Semanario
Británico que su novela “Sally”
haya sido tomada consciente o inconscientemente del Sally de Miss
Wilkins, y ella afirma que nunca había leído dicha historia, ni siquiera escuchado
el nombre del autor, etc.
Finalmente, todo aquel que haya
leído “La Vida de Jesús” de Renan,
encontrará que ha plagiado por anticipado algunos pasajes descriptivos
traducidos en verso fluido de “La Luz
del Mundo”, sin embargo incluso Sir Edwin Arnold cuyo genio versátil y
reconocido no necesita imágenes prestadas, no ha agradecido al académico
francés sus cuadros del monte Tabor y Galilea en prosa que tan elegantemente ha
versificado en su último poema.
De hecho, en esta etapa de nuestra
civilización a finales de siglo, uno debería sentirse muy honrado de estar en compañía
tan buena y numerosa, incluso como un plagiario. Pero no puedo reclamar tal
privilegio y simplemente por la razón ya mencionada, de todo el capítulo
introductorio "Antes del Velo" puedo reclamar como míos solo ciertos
pasajes del Glosario adjunto, mientras que la parte platónica del texto, lo que
ahora se denuncia como "un plagio descarado" fue escrito por el
profesor A. Wilder.
Este caballero todavía vive en o
cerca de Nueva York y se le puede preguntar si mi declaración es cierta o no.
Él es demasiado honorable y demasiado erudito para negar o temer nada. Él insistió
en una especie de glosario
donde se explicara los nombres y palabras griegas y sánscritas con los que
abunda la obra, y al que se le adjuntó una Introducción y él mismo proporcionó
algunos datos.
Le rogué que me diera un breve
resumen de los filósofos platónicos, lo que él hizo amablemente. Así de la página
11 hasta la 22 el texto es suyo, salvo algunos pasajes intercalados que rompen
la narrativa platónica, para mostrar la identidad de esas ideas en las
escrituras hindúes.
Ahora bien,
¿Quién de los que conocen al Dr. A. Wilder personalmente, o
por su nombre, que conocen la gran erudición de ese eminente platónico, editor
de tantas obras eruditas, sería lo suficientemente loco como para acusarlo de
"plagio" de la obra de cualquier autor?
A continuación menciono los nombres
de algunas de las obras platónicas y otras que él ha editado:
A. Wilder, MD, ha sido el editor de
los libros: “El Culto a la Serpiente y Shiva” de Hyde Clarke y C. Staniland Wake;
“Arte y Mitología antiguos” de Richard
Payne Knight, al que el editor ha adjuntado una introducción, notas traducidas
al inglés y un índice nuevo y completo; “Adoración de los Símbolos
Antiguos” de Hodder M. Westropp y C. Staniland
Wake, con una introducción, notas adicionales y un apéndice del editor; y
finalmente “Los Misterios Eleusinos y Báquicos” de Thomas Taylor,
traductor de Platón, Plotino, Porfirio, Jamblichus, Proclo, Aristóteles, etc.,
etc., etc., editado con introducción, notas, enmiendas y glosario de Alexander
Wilder, MD; y autor de diversas obras, folletos y artículos doctos para los que
no tenemos espacio aquí. Y también él ha sido el editor de la Older Academy, una revista trimestral de
Nueva York y el traductor de “Misterios” de Jamblichus.
¡Vemos por lo tanto que tal acusación sería simplemente
absurda!
El hecho es que el Dr. Wilder debe
haber olvidado colocar en su resumen las referencias de los pasajes que
él copió de varios autores; o bien, debido a su letra muy difícil, no los ha
marcado con suficiente claridad. Es imposible después de transcurridos casi
quince años recordar o verificar los hechos.
Hasta el día de hoy me había
imaginado que esta disquisición sobre los platónicos era suya, y nunca volví a
pensar en ella. Pero ahora los enemigos han descubierto pasajes no citados y
proclaman más fuerte que nunca que "Isis Develada es un plagio y un
fraude". Y es muy probable que se encuentren más citas no referenciadas
debido a que esta obra es una mina inagotable de citas erróneas, errores y
desatinos de los que me es imposible declararme "culpable" en el
sentido corriente.
Que sigan entonces los calumniadores
sólo para descubrir en otros quince años, como han descubierto en el período
anterior. Pero sin importar lo que hagan ellos no pueden arruinar la
Teosofía, ni siquiera lastimarme. Yo no tengo vanidad de autor y años de
injusta persecución y abuso me han vuelto completamente insensible a lo que el
público pueda pensar de mí personalmente.
Pero en vista de los hechos
expuestos anteriormente, se tiene que considerar lo siguiente:
A) El idioma de Isis Develada no es mío; pero con la
excepción de la parte del trabajo que como afirmo me fue dictada, puede
llamarse sólo una especie de traducción de mis hechos e ideas al inglés.
B) No fue escrito para el público –este último siempre ha
sido solo una consideración secundaria para mí– sino para el uso de Teósofos y
miembros de la Sociedad Teosófica a la que Isis está dedicada.
C) Y aunque desde entonces he aprendido suficiente inglés al
punto de haber podido editar dos revistas, The
Theosophist y Lucifer, hasta
el momento nunca escribo un artículo, un editorial o incluso un simple párrafo,
sin que colaboradores de habla inglesa revisen el idioma inglés para cerrar el
escrutinio y la corrección.
Considerando todo esto y mucho más,
le pregunto ahora a todo hombre y mujer imparcial y honesto si es justo o
incluso injusto criticar mis obras, Isis, por encima de todas las demás,
como se haría con los escritos de un autor estadounidense o inglés que se crió
en la lengua de Shakespeare.
Lo que reclamo en mis obras como
propio es solo el fruto de mi aprendizaje y estudios en un aspecto hasta ahora
no investigado por la ciencia, y casi desconocido por el mundo europeo. Estoy
perfectamente dispuesta a dejar en ellas el honor de la gramática inglesa, la
gloria de las citas de trabajos científicos que puse ocasionalmente para ser
usados como pasajes para compararlos o refutarlos con la ciencia antigua, y
finalmente con la composición general de los volúmenes, a cada uno de los que
me han ayudado.
Incluso para La Doctrina Secreta
hay alrededor de media docena de teósofos que han estado ocupados en editarla y
que me han ayudado a arreglar el texto, corregir el inglés imperfecto y
prepararla para imprimirla. Pero lo que ninguno de ellos afirmará jamás, desde
el principio hasta el final, es ser los autores de la doctrina fundamental, las
conclusiones y las enseñanzas esotéricas que hay en ella.
Yo no he inventado nada de todo eso,
sino que simplemente lo he dado como me lo han enseñado o dictado; o como lo
cito de Montaigne en la Doctrina Secreta (Vol. I, p. 46 [xlvi]):
- "He hecho aquí sólo un ramillete de flores desechadas
(orientales), y no he traído nada más que la cuerda que los ata".
¿Alguno de mis ayudantes estará
dispuesto a decir que no he pagado el precio total de esa cuerda?
27 de abril de 1891.
H.P. BLAVATSKY
(Debajo
de ese artículo varios alumnos de Blavatsky añadieron el siguiente texto)
UNA DECLARACIÓN
Nosotros, los miembros
abajo firmantes de la Sociedad Teosófica (y miembros del Grupo Interno de la Sección
Esotérica) poniendo en juego nuestro honor y reputación personal, declaramos
por medio de la presente carta que hemos investigado a fondo todas las
acusaciones y ataques que se han realizado en contra del carácter personal y la
buena fe de H.P. Blavatsky, y los hemos encontrado en la gran mayoría de los
casos como completamente falsos, y en los pocos casos restantes, las
distorsiones más burdas posibles de los simples hechos.
Sabiendo además que
ahora se están haciendo acusaciones de plagio, falta de método e inexactitud, y
que en el futuro se presentarán más acusaciones contra su obra literaria,
hacemos la siguiente declaración en beneficio de todos los miembros de la
Sociedad Teosófica y para información de otros:
Los escritos de H.P.
Blavatsky, debido a su conocimiento imperfecto del inglés y los métodos
literarios, sus manuscritos han sido invariablemente revisados, copiados y
ordenados antes de ser imprimidos, y las pruebas han sido corregidas por los
amigos más cercanos disponibles en el momento (algunos de los cuales
ocasionalmente le han proporcionado referencias, citas y consejos).
En consecuencia se han
infiltrado en ellos muchos errores, omisiones, inexactitudes, etc. Estas obras,
sin embargo, se han presentado con la mera intención de dar a conocer ciertas
ideas al mundo occidental y sin ninguna pretensión por su parte de erudición o
acabado literario. Y para sustentar estos puntos de vista se tuvieron que hacer
innumerables citas y referencias (en muchos casos sin posibilidad de
verificación por parte de ella), y por estas citaciones H.P. Blavatsky nunca ha
pretendido originalidad o propiedad.
Después de una larga e
íntima relación con H.P. Blavatsky, invariablemente la hemos encontrado
trabajando para el beneficio y la instrucción de la Sociedad Teosófica y el
publico, y no para ella misma; y que ella es la primera en hacer poco de lo que
otros pueden considerar su "aprendizaje". Sin embargo, gracias a las
instrucciones adicionales que hemos recibido sabemos con certeza que H.P. Blavatsky
posee un conocimiento mucho más profundo que incluso el que ella ha podido dar
a conocer en sus escritos públicos.
De todas estas
consideraciones se sigue lógicamente que ninguna acusación puede debilitar
nuestra confianza en el carácter personal de H.P. Blavatsky y su buena fe como instructora.
Por lo tanto no tenemos la intención de perder el tiempo en refutaciones
inútiles en el futuro, ni de permitir que ningún ataque nos distraiga de
nuestro trabajo, más allá de repetir nuestra declaración actual. Sin embargo
nos reservamos el derecho de apelar a la ley cuando sea necesario.
G.R.S. Mead, W.R. Old,
Laura M. Cooper, Emily Kislingbury, E.T. Robusto, H.A.W. Coryn, Constance
Watchtmeister, Alice Leighton Cleather, Claude F. Wright, Archibald Keightley,
Isabel Cooper-Oakley, Annie Besant.
(Lucifer, mayo
de 1891, p.241-247)
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