Mohini Chatterjee
fue un discípulo
en probación del Maestro Kuthumi y también fue uno de los miembros hindúes más
brillantes de la Sociedad Teosófica en sus inicios. Y en 1882, él escribió un
artículo, el cual se publicó
en 1883 en la revista Theosophist (que es la revista oficial de la Sociedad Teosófica de Adyar) en donde narraba
la historia que escuchó del encuentro de un Brahmachari (un joven sacerdote hindú)
con el Maestro Kuthumi.
(Ese
artículo lo pueden leer aquí)
Y
posteriormente ese mismo Brahmachari, al conocer que su relato había sido publicado en esa revista, envió una carta a la Sociedad Teosófica en donde describía personalmente esa experiencia que él había tenido, y ese relato se publicó en la
edición de agosto de 1884 con el título:
ENTREVISTA CON UN
MAHATMA
« Tuve el gusto de descubrir que en la revista Theosophist, ustedes describen la conversación que tuve con un Maestro
del Himalaya, pero algunas descripciones sobre este evento son incorrectas, y
también lamento descubrir que el escritor de ese artículo ha cometido algunos
errores al informarles de este asunto.
Y
para aclarar esos detalles, es por eso que les envío esta carta y que confío en
que esta tendrá su aprobación para que la publiquen en su revista.
~ * ~
Cuando salí de mi hogar, rumbo hacia el Himalaya en busca
del “Ser Supremo”, ya que había adoptado la condición de Brahmacharyashrama (que es
un asceta mendicante), yo ignoraba por completo que existía una organización
filosófica tal como la de la Sociedad Teosófica en donde creen en la existencia
de los Mahatmas o “Humanos superiores”.
Este y otros hechos relacionados con mi viaje ya les han
sido perfectamente informados y por lo tanto no se necesita repetirlos en esta
carta. Y ahora les menciono lo que realmente sucedió con mi entrevista con los Maestros
transhimaláyicos.
Cuando me dirigía hacia la ciudad de Almora en la India, desde
la región del lago Manasarovar y el monte Kailas en el Tíbet, un día descubrí que no tenía nada para comer, y estaba realmente indeciso sobre cómo proseguir mi viaje,
ya que me encontraba en una zona deshabitada de la presencia humana y no podía esperar otra ayuda más que orar a Dios y seguir mi
camino con paciencia.
Entre Manasarovar y Taklakhal (Burang), a la orilla de un
camino, observé una gran tienda de campaña instalada y a varios Sadhus (hombres
santos) llamados Chohanes*, sentados fuera
de ella en un número total aproximado de diecisiete.
(*
Aquí el Brahmachari cometió un error ya que los 17 Sadhus han de haber sido en realidad “Chutuktus” o sea discípulos, debido a
que los Chohanes son los Jefes de los
Maestros.)
Con respecto a sus vestimentas y lo demás, lo que Babu M.M. Chatterjee dijo es absolutamente correcto.
Cuando llegué hasta ellos me recibieron muy amablemente,
y me saludaron diciendo: “Ram, Ram”. Les
regresé sus saludos y me senté con ellos, y comenzaron a conversar conmigo sobre
diferentes temas, preguntándome primero el lugar de donde venía y hacia dónde
iba.
El jefe de ellos estaba sentado dentro de la tienda y se
encontraba ocupado leyendo un libro. Pregunté a uno de sus discípulos cuál era
el nombre de su superior y cual era el libro que estaba leyendo, y el discípulo
me contestó con un tono más bien serio que su nombre era el Maestro Kouthumpa y
que el libro que estaba leyendo era el Rig
Veda.
Mucho tiempo antes, me habían dicho algunos Pandits del
Bengala que los Lamas Tibetanos conocían muy bien el Rig Veda, y este hecho me comprobaba la veracidad de lo que me
habían dicho.
Después de un breve lapso, cuando terminó su lectura, el
maestro me llamó por medio de uno de sus discípulos, y fui a verlo.
Él también me saludó con el “Ram, Ram” y me recibió muy gentil y cortésmente, y comenzó a hablar
tranquilamente conmigo en un perfecto Hindi muy puro.
Él se dirigió a mí con las palabras siguientes:
-
"Deberías quedarte aquí por un tiempo y
ver la feria en Mansarowar, que pronto se va a festejar. Aquí dispondrás del tiempo
suficiente y del retiro conveniente para poder meditar. Te ayudaré en
todo lo que se pueda."
Así habló durante algún tiempo, y le respondí que lo que
él dijo estaba muy bien, y que me hubiera encanado quedarme, pero que tenía
motivos que me impedían detenerme allí por más tiempo.
De inmediato él comprendió mi propósito, y luego de haberme
dado unos consejos secretos sobre mi futuro desarrollo espiritual, él se despidió. Pero antes de eso, él se percató que yo estaba hambriento y me preguntó
si quería alimentarme antes de proseguir con mi viaje.
Yo le dije que sí, y entonces le indicó a uno de sus discípulos
que me proporcionara comida, lo que el discípulo hizo de inmediato. Y
para que yo tuviera preparada agua caliente para mis abluciones, él hizo fuego soplando
sobre una porción de boñiga de vaca que enseguida se prendió en llamas.
Ésta es una práctica común entre los Lamas del Himalaya,
y M.M. Chatterjee también la explica por completo, por lo que no es necesario
repetir ese suceso.
Mientras que estuve allí con el mencionado Lama, nunca él trató
de persuadirme de aceptar el Budismo o cualquier otra religión, pero sólo dijo:
-
"El hinduismo es una muy buena religión, debes creer en el Señor Mahadewa, él te hará bien. Todavía eres
un hombre muy joven. No te dejes seducir por la nigromancia de nadie."
Y habiendo tenido una conversación con el Mahatma (como la
describí arriba) durante unas tres horas, al despedirme reanudé mi viaje.
No soy ni un teósofo, ni un sectario, pero soy un devoto del
único "OM". Y respecto al Maestro que personalmente vi, me atrevo a
decir que él es un gran Mahatma.
Y por haberse cumplido algunas de sus profecías, estoy
realmente convencido de su excelencia. Y de todos los Mahatmas del Himalaya con
quiénes he tenido una conversación, nunca encontré alguno que hablara el Hindi
mejor que él.
Sobre su lugar de nacimiento y el lugar de su residencia,
no le hice ninguna pregunta, y tampoco puedo decir si él es el Mahatma de los
Teósofos. En cuanto a la edad del Maestro Kouthumpa, como le dije a Babu M.M.
Chatterjee y a otros, él era un hombre de aspecto mayor.
_ _ _
En resumen, le pido a los líderes del Movimiento
Teosófico: al Coronel Olcott y a Madame Blavatsky, que ¿por qué albergan dudas sobre
su personalidad? ¿Por qué no remiten el asunto directamente con los Maestros,
con quienes pueden fácilmente comunicarse?
Cuando dicen que reciben instrucciones de ellos en
asuntos menores, ¿por qué no los consultan en un asunto que se ha convertido en
un enigma para ellos?
¿Por qué les molesta que el Maestro Kouthumpa tuviera el aspecto de un hombre anciano? ¿A caso no pueden
los Mahatmas transformarse en cualquier edad que les guste?
Que yo sepa, sí pueden y las afirmaciones de Babu Damodar no pueden
admitirse como verdaderas cuando él dice que su Maestro no es viejo.
Si ni siquiera se puede decir exactamente la edad de
un hombre común, entonces menos es posible ser preciso acerca de la edad de un
Mahatma, y especialmente cuando uno cree que los Mahatmas tienen el poder
sobrenatural de cambiar su apariencia.
Debe admitirse que nuestros conocimientos sobre ellos están
lejos de ser completos, y hay varias cosas que aún no conocemos de los Mahatmas.
Se dice que:
RAJANI KANT
BRAHMACHARI.
Almora, 3 de junio de 1884. »
(Observación: aquí el termino "Mahatma" se utiliza para designar a esos humanos muy evolucionados que disponen de increíbles poderes, y no como posteriormente se utilizó para designar a grande personajes de la India siendo el más famoso: el Mahatma Gandhi.)
(Y abajo
de este artículo, Damodar K. Mavalankar, quien era discípulo del Maestro
Kuthumi y el editor de la revista The Theosophist,
escribió una nota en donde respondió a las preguntas que hizo el Brahmachari.)
« NOTA: Aunque el corresponsal comienza diciendo que ciertas nociones
"incorrectas" se han deslizado en la narrativa de su entrevista con el
Mahatma, no veo una sola declaración de Babu Mohini M. Chatterjee que difiera con
lo que narró el Brahmachari.
Como actualmente el Sr. Chatterjee se encuentra en
Europa, él no puede dar una respuesta a esta carta, pero el lector puede comparar
lo que está escrito en esta carta con el artículo que el Sr. Chatterjee escribió,
y el cual se encuentra publicado en las pp. 83-86 del vol. V de la revista Theosophist, y todo lo que el
corresponsal hace ahora, es solamente mencionar algunos detalles adicionales.
En cuanto a la observación que hace el Brahmachari sobre
mi declaración acerca de la edad de mi Maestro, el lector percibirá que el
corresponsal solo repite, nada más que con otras palabras y en cierta medida,
lo que ya he dicho que es la respuesta de mi Maestro (Vide página 62, Vol. V. Theosophist,
columna 1, párrafo 1).*
Sin embargo, puedo agregar que en efecto "el intelecto
moldea las características", y muchas de las personas comparativamente
jóvenes (si se tiene en cuenta la edad física) se ven “mayores” ante la majestuosidad
de su apariencia.
Esta pregunta ya ha sido discutida extensamente en el
artículo "Mahatmas and Chelas" (link) que fue publicado en el Theosophist de julio de 1884 y en varios
otros escritos.
Y las preguntas hechas por el corresponsal hacia el Coronel
Olcott y hacia Madame Blavatsky, así como el consejo que les ofrece, son bastante
confusos, pero cada lector del Theosophist
sabe muy bien que los Fundadores colectan y publican testimonios independientes
de ellos sobre la existencia de los Maestros, no porque duden al respecto, sino porque
desean exponer más testimonios de la manera más clara y contundente posible, a
un público inquisitivo.
Y no hay nada más que decir al respecto, ya que cada
buscador de la verdad debe evaluar el peso y la validez de las pruebas que se han dado, y especialmente
en relación con hechos que están fuera del alcance (en la actualidad) del
funcionamiento ordinario de la humanidad, aunque estos hechos pueden durante el
proceso de una mayor evolución venir cada vez más al alcance de una humanidad
más desarrollada. - D.K.M. »
(Theosophist, agosto de 1884, volumen V, p.270)
OBSERVACIONES
La
referencia a la que hace alusión Damodar (*) es a un articulo que él escribió y
que se publicó en la revista The
Theosophist de la edición de diciembre-enero de 1883-1884, con el título “Un Gran Acertijo Resuelto” (p.61-62), en donde narra la
experiencia que él tuvo al haber visitado el Ashram de su Maestro.
Y
cuando le preguntó al Maestro Kuthumi: ¿Por qué la gente pensaba que era un
hombre viejo?
El Maestro le
respondió que se debía porque el año pasado su grupo de discípulos se habían
encontrado en el Tíbet con un Brahmachari quien lo confundió con un Lama
anciano, el cual era el jefe de otro grupo espiritual, quien lo acompañaba en
esa ocasión.
Pero como todavía había gente que seguía
discutiendo al respecto, Damodar publicó una segunda nota editorial en donde
escribió lo siguiente:
« Nosotros solo conocemos a un otro Mahatma que también lleva
el nombre de mi venerado Maestro, y que se encuentra bajo las órdenes del Teshu
Lama. Y por eso sabemos que puede haber otro Adepto que tenga el mismo nombre.
Pero de todos modos, él no nos conoce, ni ninguno de aquellos que conocemos en Tíbet,
ha oído hablar de él.
Y mi querido Maestro es, como lo he
descrito, parecido al retrato que tiene en posesión el Sr. Sinnett, y no parece viejo.
¿Tal vez los clarividentes
que pretenden haberlo visto están confundiendo al grupo espiritual de los Kauthumpas
con los Khadampas?
Los Khadampas, aunque no son
los habituales Dougpas [magos con tendencia a practicar la magia negra] son
también grandes magos que se entregan a prácticas con las que un Adepto de la
buena ley se sentiría disgustado, como el conocido fenómeno de abrir el
abdomen, de exponer los intestinos y luego de restaurarlos a su lugar normal,
etc.
Mientras que los Kauthumpas son los discípulos de mi
Maestro.
Y los lectores no deben perder de
vista el hecho de que mientras otros afirman haber visto a mi Maestro por medio
de la clarividencia, yo afirmo que lo vi personalmente en el Norte de la India,
personalmente en su cuerpo físico y no en su cuerpo astral.
Y el Coronel Olcott y el Sr. Brown
también fueron tan afortunados como yo en ese sentido, y corresponde ahora al
lector imparcial juzgar si el testimonio de tres testigos oculares irrefutables
es más confiable o no que el de uno o dos clarividentes.
A quienes además podemos agregar que
seguramente ellos no están bien capacitados para discernir en asuntos
relacionados con la apariencia s
de un individuo, ya que la imaginación y las expectativas son (más varias otras
cosas) son capaces de engañar a los principiantes en la disciplina de la
Clarividencia. - DKM. »
(Theosophist,
abril de 1884, p.171)
Gracias por el articulo Cid .
ResponderBorrarMuchas gracias.
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