Por Gerald B. Bryan
Guy Ballard afirmó que anteriormente
él había sido George Washington (quien fue el primer presidente de los Estados
Unidos), y por consiguiente Ballard quería volver a habitar en la Casa Blanca.
En su declaración publicada en Nueva
York el 21 de octubre de 1937, ¡el “Poderoso YO SOY” de Guy Ballard aseguraba
que ya anteriormente se había hecho cargo de nuestro gobierno, y posteriormente
él declaró:
-
“Ese
día puse a mis legiones en acción al servicio del gobierno y el jefe de las finanzas
del mundo, para tomar el mando y hacer que todos los seres humanos me
obedezcan". (p.24-25, diciembre de 1937, V.)
Uno esperaría que tales afirmaciones
descabelladas Guy Ballard las hubiera pronunciado de manera privada entre sus
más fervientes seguidores, pero en este caso fueron pronunciadas hacia el
público y aclamadas por un salón lleno de estadounidenses fervientemente
patriotas.
Así que animado por la evidente
aprobación de su audiencia para que él se hiciera cargo de las finanzas del mundo,
Guy Ballard entonces señaló la Corte Suprema de los Estados Unidos y dijo:
-
“YO
SOY la Presencia que actuará en la Corte Suprema. . . ¡La creación humana ya no
dominará a mi pueblo! . . . Le digo a todas las fuerzas destructivas. . .
¡Ahora, me enfrentarán! Un poder con el que no pueden hacer frente, que no
puedes dañar, pero que puede dejarlas indefensas". (p.26)
Por lo que no podemos dejar de preguntarnos
qué dirán los nueve miembros del tribunal más alto de la nación el día en que
el “YO SOY” de Guy Ballard descienda formalmente para hacerse cargo de la Corte
Suprema. Su veredicto seguramente será que tal cosa es inconstitucional,
incluso para los fanáticos de ese culto empeñados en “salvar” a los Estados
Unidos.
Afortunadamente para nuestra
democracia constitucional, Ballard y su flamante “YO SOY” estaban en Nueva York
en ese momento y no en Washington; porque en un estado de ánimo tan determinado
y con “el poder de Saint Germain y la Hueste Ascendida detrás de ellos”,
¡podrían haber querido hacer su deseo realidad! (Estoy siendo cínico)
La Sra. Ballard también profesaba
mucho deliro, por ejemplo una noche en la clase de Los Ángeles lanzó una
diatriba contra los funcionarios "viciosos" de nuestro gobierno, y
levantando su mano derecha en un gesto dramático, gritó: "¡Pero George
Washington todavía vive!" [Haciendo alusión a que su marido era la
reencarnación de George Washington].
Esa declaración fue seguida por un
estruendoso aplauso por parte del público, porque estas personas conocían a su
George Washington (Guy Ballard) quien estaba sentado en la plataforma y su
rostro se encontraba lleno de orgullo.
Y también hace aproximadamente un
año, mientras los Ballards estaban en el este, Guy Ballard, su personal y algunos
de los otros favorecidos viajaron a Valley Forge.
Allí Ballard y su banda patriótica
caminaron por un terreno histórico y él explicó cómo lo que había sucedido allí
en el pasado volvía a su memoria: cómo él rezó por luz, guía y alivio para sus
soldados que estaban siendo afectados por el hambre y las heladas cuando su
ejército continental se encontraba en los cuarteles del invierno en ese lugar.
Y más tarde en el número de febrero
de 1939 de la revista “La Voz del YO SOY”,
apareció un poema insípido titulado “Washington, te amamos”, escrito por la
señora Ballard, y frente a ella había una foto de George Washington en Valley
Forge vestido con una capa de rayas blancas que se parece a la que el mismo
Ballard utilizaba en el escenario de las reuniones YO SOY.
El cumpleaños de Washington se
celebra con observancias adecuadas por este desconcertante culto YO SOY.
Una noche, en la suite de su hotel,
Guy Ballard y los miembros de su personal estaban mirando una imagen de la
conocida pintura "Washington cruzando el Delaware".
Eso supuestamente le trajo de nuevo recuerdos
conmovedores a Guy Ballard quien señaló cómo algunos de los miembros más fieles
de su personal lo ayudaron a realizar el peligroso viaje a través de bloques de
hielo que se derrumbaban y el río embravecido.
Uno de esos miembros del personal
era el hombre con el remo que aparecía en la pintura, y otro era el hombre de
la popa, y así sucesivamente con el resto de su personal. Mientras que por
supuesto el propio Ballard era el general Washington sosteniendo en alto la
bandera en la proa del barco que se balanceaba.
Que esa imagen no fue más que la
concepción del artista que la pintó (y no es muy precisa sobre ese evento) fue
algo que Guy Ballard y su grupo de fanáticos pasaron por alto, y tomaron como
un hecho absoluto lo que aparece en esa pintura.
(Esta es la primera parte del capítulo 33 del libro Dictadura Psíquica en
América, y muestra los delirios de Guy Ballard.)
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