LISTA DE CAPÍTULOS

LA ENTREVISTA QUE JORGE ANGEL LIVRAGA LE HIZO A BLAVATSKY



Jorge Ángel Livraga cofundó la organización Nueva Acrópolis junto con su antigua esposa, y él menciona que en las primeras semanas de 1991 él fue a Londres para entrevistarse con los dirigentes de Nueva Acrópolis en Inglaterra e Irlanda, quienes viajaron a esa ciudad con ese propósito.

Y Livraga aprovecho para visitar la penúltima casa donde vivió Blavatsky situada en el numero 17 de Lansdowne Road, en Holland Park, Notting Hill, Londres.

Pueden ver la foto que Livraga se tomó en frente de esa casa en este link.

Y estando ahí, Livraga dice que tuvo una visión donde él visitaba ese lugar para entrevistar a Blavatsky cuando ella vivió ahí.

Esa entrevista se publicó en la revista de Nueva Acrópolis España de mayo de 1991 y la pueden leer en este link.

O escucharla en este video:

 
 
 


ANÁLISIS DE ESA ENTREVISTA

La entrevista es banal, basada en lo que Livraga estudió sobre Blavatsky, pero él comete muchas equivocaciones. Y la mayoría de las preguntas que Livraga hizo fueron triviales; él estando en frente de la más grande ocultista que ha habido en los últimos siglos, en vez de hacerle preguntas profundas, Livraga le hizo preguntas que parecían para una revista de socialité.


1) Por ejemplo Livraga comenzó preguntándole a Blavatsky por qué ella tenía una gran inclinación hacia las personas pertenecientes a las muy altas clases de la sociedad, lo cual además no es cierto ya que el señor Alfred Sinnett precisó que cuando Blavatsky vivió en la India, ella evitó la mayor parte del tiempo juntarse con los occidentales y prefería vivir con los indios:

« La Sra. Blavatsky al inicio vivió casi exclusivamente en la sociedad nativa. . . . Es posible que su distanciamiento de la población inglesa de la India en primer lugar se debió a los prejuicios irrazonables que la dominaban al llegar. »
(Incidentes en la vida de Madame Blavatsky, cap. 9)




2) Livraga dice que en esa casa Blavatsky escribió gran parte de su obra "La Doctrina Secreta", pero eso es falso.

Bertram Keightley, quien fue uno de los principales alumnos de Blavatsky, sobre este asunto comentó:

« Uno o dos días después de nuestra llegada a Londres, en Maycot [que fue la antepenúltima casa donde vivió Blavatsky], ella colocó en frente del Dr. Keightley y de mí todo el manuscrito de La Doctrina Secreta que hasta ahora ya había completado, y nos pidió que lo leyéramos y corrigiéramos la puntuación y la redacción en inglés, y modificáramos lo que quisiéramos como si se tratara de nuestro propio escrito, lo que naturalmente no hicimos teniendo una opinión muy elevada de su conocimiento en Ocultismo para tomarnos tales libertades con una obra tan importante.

Lo que hicimos en cambio fue leer con mucha atención y cuidado todo el manuscrito (el cual formaba un montón de papales de más de 90 centímetros de alto) y corregimos la puntuación y el inglés sólo en donde era absolutamente indispensable. »
(“Reminiscencias de H.P. Blavatsky y la Doctrina Secreta” por la Condesa Constance Wachtmeister, apéndice I-1, p.89-95)


El Doctor Archibald Keightley, quien también fue uno de los principales alumnos de Blavatsky, señaló que en Maycot lo que hizo Blavatsky sobre todo fue corregir y añadir información:

« Gran parte del manuscrito fue mecanografiado durante ese período [en Maycot], y esto fue aprovechado por Blavatsky debido a que los espacios eran grandes y se podía insertar más información y corrección entre ellos. Y no hace falta decir que así lo hizo ella. »
(“Reminiscencias de H.P. Blavatsky y la Doctrina Secreta” por la Condesa Constance Wachtmeister, apéndice I-2, p.96-100)


Mientras que en la casa de Lansdowne Road Blavatsky se ocupó de su nueva revista:

« La convergencia de múltiples hilos que condujo a la visita de Madame Blavatsky en Maycot de personas interesadas en el espiritismo, la tradición masónica, la cábala, la astrología y muchos temas afines, demostró que esa casa estaba demasiado lejos del centro de Londres y que también era demasiado pequeña. Así pues, se decidió mudarse, y con el regreso de la condesa Wachtmeister, se trasladó a Blavatsky al número 17 de Lansdowne Road. Ahí siguió una época de trabajo aún más arduo. La edición de la revista Lucifer. »
(The Theosophical Quarterly, octubre de 1910, p.109-122)


Y Blavatsky perfeccionó el segundo volumen de "La Doctrina Secreta":

« Durante la mayor parte del período en Londres, Blavatsky contó con la asistencia de E.D. Fawcett, y especialmente en aquellas partes del segundo volumen que trataban acerca de las hipótesis evolutivas. Él sugirió, corrigió y escribió varias páginas de su manuscrito sobre ese tema, las cuales fueron incorporadas por Blavatsky en su trabajo. »
(“Reminiscencias de H.P. Blavatsky y la Doctrina Secreta” por la Condesa Constance Wachtmeister, apéndice I-2, p.96-100)




3) Otra mentira que dijo Livraga es cuando él afirmó que Blavatsky le aseveró:

"Mis Maestros directos son príncipes, pues allá [en la India], aún la raza física, el abolengo tiene que ver con el desarrollo espiritual. Por ejemplo si usted se encuentra con un porteador que pueda leer sánscrito, tenga por seguro que es un discípulo, un 'Lanu' a prueba, y lo más probable es que hasta hace poco haya vivido en un palacio."


Estas afirmaciones están llenas de mentiras, para comenzar Blavatsky jamás dijo que sus maestros directos era príncipes, y aunque no sabemos al respecto, lo más probable es que ni Morya ni Kuthumi hayan pertenecido a la realeza.

Y es bien sabido que en la India muchas personas humildes estudian y saben hablar sánscrito, ya que contrario a lo que afirma Livraga, en ese país el abolengo para nada tiene que ver con el desarrollo espiritual, incluso lo más seguido sucede lo contrario.

El maestro Kuthumi sobre este tema comentó:

« Nuestros mejores y más instruidos y más santos adeptos pertenecen a las razas de los “grasientos tibetanos” (como ustedes los denominan); pero tú sabes que el león es un animal proverbialmente sucio y maloliente, no obstante su fuerza y valor.
 
Tú dices: “que felices seríamos si quien nos guiara fuera usted”, refiriéndote a tu humilde corresponsal. Pero mi buen Hermano, ¿estás seguro de que la agradable impresión que puedas tener ahora de mi, a través de nuestra correspondencia, no quedaría destruida instantáneamente al verme?
 
¿Y cuál de nuestros santos sabios orientales ha tenido siquiera el beneficio de la poca educación universitaria y alguna que otra noción de modales europeos que yo tuve la oportunidad de adquirir?
 
Te daré un ejemplo: le pedí a la señora Blavatsky que entre dos o tres Punjabis aryos que estudian el Yoga Vidyâ y que son nuestros místicos naturales, que eligiera a uno quien pudiera ser el intermediario entre tú y nosotros.
 
Pues bien, la señora Blavatsky eligió a uno pero le pidió en términos muy diplomáticos que cambiara su vestimenta y su turbante antes de acompañarla porque éstos estaban muy sucios y desaliñados.
 
Este sabio que ya había dado su consentimiento, escribió después esta curiosa carta:
 
“Señora, usted que predica las más altas normas de moralidad, de veracidad, etc., quiere hacerme representar el papel de un impostor. Usted me pide que cambie mis vestimentas por el riesgo de dar una idea falsa de mi personalidad, y por lo tanto de engañar al caballero hacia el que me manda.”
 
Entonces, como lo puedes constatar, el prejuicio de la raza es intenso, incluso en la libre Inglaterra donde se nos considera como una “raza inferior”. Y este mismo tono vibra en tu propia observación cuando te referiste a este sabio como “un hombre del pueblo, no acostumbrado a modales refinados”.
 
Por consiguiente, repito una vez más que para la mayoría de los occidentales — entre los cuales el término de “hindú” o “asiático” está generalmente unido a la noción de alguien que usa sus dedos para comer, y que renuncia al jabón — preferiría mucho más a un americano como guía que a un “grasiento tibetano”.
 
Pero no necesitas temblar por mí, ya que cada vez que me presentaré astral o físicamente, no olvidaré de vestirme con seda china de lo más fina y crear una atmósfera de sándalo o de rosas de cachemira para que te sientas cómodo con mi presencia. »
(CM 4, p.15 y CM 5, p.18)
 



4) Y Livraga deja entender que fue el maestro Kuthumi con quien Blavatsky se encontró en Londres cuando ella tenía veinte años, pero eso es incorrecto y en realidad fue con el maestro Morya, quien es su maestro directo, mientras que Kuthumi es el gran amigo de Morya.




5) Y Livraga también habla de "la gran colección de objetos que tenía Blavatsky", pero eso es poco probable porque ella dejó en Nueva York gran parte de los objetos que ella poseía, luego cuando fue expulsada de la India por el coronel Olcott y la junta directiva de Adyar, Blavatsky se encontraba muy enferma y no se llevó mucho.

Y en las fotos que se han tomado de esa casa aparecen pocos objetos:


 






 







William Judge, quien la visitó, dice que lo que Blavatsky tenía sobre todo eran fotos:

« Por todas partes había fotografías de admiradores y discípulos de todas partes del mundo. Ella se deleitaba con las fotos de sus amigos y siempre las tenía cerca, en las paredes, en los soportes, cubriendo los paneles de las puertas, por todas partes. Era una vieja costumbre. »
(The Path, mayo de 1892, p.36-39)


Y desconcierta que Livraga no haya mencionado el retrato que Blavatsky tenía de su maestro y que pueden ver en las imágenes de arriba.


 


6) Además Livraga dice que el sillón de Blavatsky era giratorio, pero las fotos de arriba indican que eso no es cierto.




7) Y Livraga dice que Blavatsky usaba un lápiz azul, pero William Judge señaló que Blavatsky utilizaba principalmente una pluma:

« La pluma que Blavatsky sostiene [en el retrato de arriba] es una pluma de oro estadounidense que le regaló un teósofo de Nueva York y que fue fabricada por John Foley, cuyo nombre es conocido por miles de escritores. »
(The Path, mayo de 1892, p.36-39)






LOS COMENTARIOS

En la web de Nueva Acrópolis, abajo de ese artículo aparecen las usuales alabanzas de los seguidores de Livraga, exclamando que es "!Una asombrosa entrevista!", pero por todo lo que les mencioné arriba, yo considero que esta entrevista es mediocre.


Karl dice: "¿Esto es verdad o ficción? Debería ser 1891 en lugar de 1991."

Pero yo le remarcaré a Karl que Blavatsky se mudó de esa casa el 3 de julio de 1890, así que si hubiera sido 1891 Livraga ya no la habría encontrado ahí.

Y el propio Livraga sugirió que no fue una simple ficción y que si pudo haber sido un encuentro en otra dimensión, ya que él afirmó:

"Lo que sigue es entonces, una ficción... o no, por lo menos en parte. Ni yo mismo lo sé... pues he aprendido que la ficción y la realidad no están tan separados como lo imaginamos."

Pero por todos los fallos que Livraga cometió, yo estoy convencido que su entrevista fue completamente imaginada por él, e incluso no pudo ocultar su narcisismo ya que le hizo decir a Blavatsky: "yo también he leído algo de lo que usted ha escrito".

Pero si eso fuera cierto, les puedo asegurar que Blavatsky se enfurecería por todos los errores y mentiras que Livraga enseña en su pseudo-teosofía.






CONCLUSIÓN

Esta entrevista fue una simple fantasía de Livraga pero él no investigó con profundidad y dijo muchas falsedades.












No hay comentarios.:

Publicar un comentario