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BLAVATSKY PODÍA TRANSMITIR IMÁGENES TELEPÁTICAMENTE



Blavatsky en varias ocasiones produjo fenómenos paranormales donde ella transmitió por medio de su mente una imagen que fue dibujada por un artista.




TESTIMONIO DE UN ESCRITOR

Un escritor que conoció a Blavatsky cuando ella vivió en Nueva York, relató el siguiente fenómeno que ella realizó:

« Un día, un amigo artista de la Sra. Blavatsky estaba sentado con ella en su salón, cuando ella le dijo de repente:

    -   "Hazme un boceto y veré si puedo influenciarte."

Él empezó a dibujar sin saber, según él, exactamente qué dibujar, pero pensando que haría una imagen de una cabeza oriental, dibujó una. Al terminar, ella abrió un cajón y le mostró una copia de lo que había dibujado, salvo que el tocado era ligeramente diferente en ambos dibujos. La pose, los rasgos y la expresión de ambos eran indistinguibles.

El artista declara solemnemente que nunca había visto el dibujo ni había pensado en ese peculiar tipo de rostro.

Tales historias podrían repetirse por docenas, y para cada una se podría presentar un testigo fiable que jurara su veracidad. Sin embargo no fue mediante trucos o milagros, como quiera que el lector los interprete, que la Sra. Blavatsky causó la impresión que sin duda causó en el pensamiento del día. Fue por el poder de su propia personalidad, el vigor de su intelecto, la libertad y amplitud de pensamiento, y la fluidez y claridad de su capacidad de expresión. »
(The New York Times, 2 de enero de 1885, p.3)






TESTIMONIO DE OLCOTT

El Coronel Olcott también relató otro fenómeno donde Blavatsky estuvo involucrada, y en el cual posiblemente ella también transmitió la imagen de manera telepática.

Blavatsky señaló en su diario que este retrato fue realizado el 11 de febrero de 1878 cuando ella vivía en Nueva York (ver CW I, p.407).

Y el coronel Olcott sobre este suceso en su diario narró lo siguiente:


« El Sr. Harrisse, nuestro amigo francés, era medio artista y una noche cuando la conversación giró en torno a la India y a la valentía de los Rajput, Blavatsky me dijo en susurros que ella trataría que él dibujara un retrato del maestro Morya si yo proporcionaba los materiales.

No teniendo esos materiales en la casa, fui a la tienda más cercana a comprar una hoja de papel adecuado y lápices. Entonces el dependiente envolvió el paquete, me lo dio a través del mostrador, tomo la moneda de medio dólar que le di, y me fui de la tienda.

Al llegar al departamento desenrollé el envoltorio y al estar terminando de hacerlo, ¡dos monedas de un cuarto de dólar en plata cayeron al piso!

Al parecer, el Maestro quería darme su retrato sin que me costara a mí.

Luego Blavatsky le pidió a Harrisse que dibujara la cabeza de un jefe hindú tal como él la concebiría. Él dijo que no tenía una idea clara para hacerlo y quería dibujar otra cosa, pero para gratificar mi esfuerzo se puso a dibujar la cabeza de un hindú.

Blavatsky me hizo señas para que me mantuviera callado al otro lado de la habitación y ella misma se sentó cerca del artista fumando tranquilamente.

De tiempo en tiempo, ella caminaba suavemente por detrás de él para ver el avance del trabajo, pero no habló hasta que el trabajo estuvo terminado, digamos como una hora después.

Muy contento y agradecido lo recibí, lo enmarqué y lo colgué en mi pequeña habitación. Pero algo extraño sucedió después de que le dimos una última mirada a la imagen, ya que mientras yo me encontraba frente al artista, y mientras Blavatsky tomaba en sus manos el dibujo y me lo entregaba, de repente apareció en el papel la firma criptográfica de mi Maestro, colocando por así decirlo, su “huella” y mejorando en gran medida el valor de su regalo.

Sin embargo, en ese entonces yo no sabía si el esbozo que había dibujado el señor Harrisse se parecía o no al maestro Morya, ya que yo todavía no lo había visto en persona.

Y cuando lo hice más tarde, me pareció una verdadera semejanza, y además el maestro me regaló el turbante que el artista aficionado había dibujado en la imagen para cubrirse la cabeza.

Aquí hubo un caso genuino de transferencia de pensamiento, la transferencia de la semejanza de una persona ausente a la conciencia cerebral del artista.

¿Fue por medio del pensamiento de H.P. Blavatsky? Yo pienso que si»
(Viejas Hojas de un Diario I, p.370-372)












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