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TÉCNICA DE JACOB BOEHME PARA ALCANZAR LA ILUMINACIÓN


(El siguiente texto es la parte tres del libro 4 de la obra "El Camino a Cristo" escrito por Jacob Boehme en 1623.)



El camino de la oscuridad a la verdadera iluminación

Pero ya que deseas que te diga cómo abandonar tu propia perversa voluntad de criatura para que las criaturas [oscuras] en ti puedan morir, y cómo aún así puedas vivir junto con ellas en el mundo, debo asegurarte que solo hay un camino para hacerlo, que es estrecho y recto, y será muy duro y molesto para ti al inicio, pero después caminarás en él alegremente.

Debes considerar seriamente que en el curso de esta vida mundana, caminas en la ira de Dios y en los cimientos del infierno; y que esta no es tu verdadera patria; pero que un verdadero cristiano debe vivir en Cristo y seguirlo fielmente en su caminar; y que no puede ser un verdadero cristiano a menos que el Espíritu y el poder de Cristo vivan en él de tal manera que se someta completamente a ello.

Ahora bien, dado que el Reino de Cristo no es de este mundo, sino del cielo, por lo tanto debes estar siempre en continua ascensión hacia el cielo, si quieres seguir a Cristo; aunque tu cuerpo deba morar entre las criaturas y servirse de ellas.

El camino angosto hacia la ascensión perpetua al Cielo y la imitación de Cristo es este: debes desesperar de todo tu propio poder y fuerza, pues con tu propio poder y fuerza no puedes alcanzar las puertas de Dios; y propóntete y resuelve firmemente entregarte por completo a la misericordia de Dios y sumergirte con toda tu mente y razón en la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, deseando siempre perseverar en ella y morir en ella por todas tus criaturas.

También debes resolver vigilar y proteger tu mente, pensamientos e inclinaciones para que no admitan mal alguno, ni permitir que te atrapen los honores o las ganancias temporales. 

Debes resolver, asimismo, alejar de ti toda injusticia y cualquier otra cosa que obstaculice la libertad de tu movimiento y progreso. Tu voluntad debe ser completamente pura y estar firme en la resolución de no volver jamás a sus antiguos ídolos, sino que los abandonarás en el instante en que los conozcas, apartarás tu mente de ellos y entrarás en el sincero Camino de la Verdad y la Rectitud, según la clara y completa Doctrina de Cristo.

Y así como te propones abandonar a los enemigos de tu propia naturaleza interior, también debes perdonar a todos tus enemigos externos y resolver enfrentarlos con tu amor; para que no quede ninguna criatura, persona o cosa capaz de apoderarse de tu voluntad y cautivarla; sino que sea sincera y esté purificada de toda criatura.

Es más, si fuera necesario, debes estar dispuesto a renunciar a todo tu honor y beneficio temporal por amor a Cristo, y no considerar nada terrenal como para depositar en ello tu corazón y tus afectos; sino considérate, en cualquier estado, grado o condición que tengas, en cuanto a rango o riquezas mundanas, solo un siervo de Dios y de tus hermanos cristianos; o un administrador en el oficio que tu Señor te ha encomendado.

Toda arrogancia y auto-exaltación deben ser humilladas, rebajadas y aniquiladas de tal manera que nada, propio ni de ninguna otra criatura, pueda permanecer en tu voluntad para que tus pensamientos o imaginación se fijen en ello.

Debes también grabar firmemente en tu mente que ciertamente participarás de la Gracia prometida en el Mérito de Jesucristo, es decir de su Amor efusivo que ya está en ti y que te liberará de tus criaturas, iluminará tu voluntad y la encenderá con la Llama del Amor, por la cual obtendrás la Victoria sobre el Diablo.

Pero no como si pudieras querer o hacer algo con tus propias Fuerzas, sino solo entrar en el Sufrimiento y la Resurrección de Jesucristo, y tomarlos para ti, y con ellos asaltar y destruir el Reino del Diablo en ti, y mortificar a tus criaturas.

Debes resolver entrar en este Camino ahora mismo, y nunca apartarte de él, sino someterte voluntariamente a Dios en todos tus esfuerzos y acciones, para que Él haga contigo lo que le plazca.

Cuando tu voluntad esté así preparada y resuelta, habrá trascendido sus propias criaturas, será sincera en la presencia de Dios y estará revestida de los méritos de Jesucristo. Podrá entonces acudir libremente al Padre con el Hijo Pródigo, postrarse en su presencia y elevar sus oraciones; y dedicando toda su fuerza a esta obra divina, confesar sus pecados y desobediencia y cuánto se ha apartado de Dios.

Esto debe hacerse no con simples palabras, sino con toda su fuerza, lo cual en realidad solo equivale a un firme propósito y resolución, pues el alma por sí sola no tiene fuerza ni poder para realizar ninguna buena obra.

Ahora, cuando estés así preparado y tu Padre Celestial te vea venir y regresar a él con tal arrepentimiento y humildad, te hablará interiormente y te dirá: « Mira, este es mi Hijo, el que perdí; estaba muerto y ha vuelto a la vida».

Y él vendrá a tu encuentro con la Gracia y el Amor de Jesucristo, te abrazará con los Rayos de su Amor y te besará con su Espíritu y Fuerza; y entonces recibirás la Gracia para confesarte ante él y orar con fervor. Este es sin duda el lugar correcto donde debes luchar en la Luz de su Rostro.

Y si te mantienes firme aquí y no te acobardas, verás y sentirás grandes maravillas porque encontrarás a Cristo en ti asaltando el Infierno y destrozando a tus bestias, y un gran tumulto y miseria surgirá en ti. También tus pecados secretos no descubiertos se despertarán entonces y trabajarán para separarte de Dios y mantenerte alejado. 

Así descubrirás y sentirás verdaderamente cómo la muerte y la vida luchan entre sí, y comprenderás por lo que ocurre en tu interior, qué son el Cielo y el Infierno. En ese momento no te conmuevas, mantente firme y no te acobardes; pues con el tiempo todas tus criaturas se debilitarán y estarán a punto de morir; y entonces tu Voluntad se fortalecerá y podrá dominar y reprimir las malas inclinaciones.

Así, tu Voluntad y tu Mente ascenderán al Cielo cada día, y tus criaturas morirán gradualmente. Recibirás una Mente completamente nueva, y comenzarás a ser una nueva persona, y al deshacerte de la deformidad bestial, recuperarás la Imagen Divina. Así te liberarás de tu actual angustia y regresarás a tu Reposo Original. 





OBSERVACIÓN

Jacob Boehme preconiza el tradicional método cristiano de llevar una vida muy pura, casta y entregarte completamente a Cristo para alcanzar la iluminación divina.










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