Francesca Arundale fue una teósofa inglesa que hospedó a Blavatsky en su casa cuando Blavatsky estuvo en Londres en 1884, y posteriormente cuando la Sociedad para la Investigación Psíquica de Londres (SPR) la interrogó sobre los fenómenos paranormales que se produjeron durante ese periodo, Francesca Arundale les relató lo siguiente:
Registro de algunos fenómenos que ocurrieron durante la estancia de Madame Blavatsky en 77 Elgin Crescent Notting Hill en los meses de julio y agosto de 1884.
« Una mañana de julio, Madame Blavatsky me llamó a su habitación, donde aún estaba en cama. Me pidió que abriera un cajón y le entregara una carta que estaba cerrada y dirigida.
Así lo hice. Luego me pidió que me fijara en que la carta estaba escrita a mano por una persona que yo conocía, que estaba cerrada y que, al parecer, no había sido abierta.
Entonces tomó una cerilla y tras encenderla, procedió a quemar la carta.
Yo protesté, pero ella respondió:
- "Son órdenes del Maestro."
Y añadió:
- "Será mejor que vayas a tu habitación a meditar."
Subí a mi habitación y cerré la puerta. Permanecí allí un rato reflexionando sobre todo el asunto. La ventana de la habitación que estaba en la planta alta de la casa, estaba abierta de par en par y daba a un jardín.
Frente a la ventana había un tocador con un mantel rosa; no había espejo sobre la mesa, solo uno o dos pequeños artículos de tocador, y el sol brillaba de lleno en la habitación.
Me acerqué a la ventana sin motivo alguno, y al acercarme a la mesa vi en la tapa rosa un gran sobre blanco.
Lo tomé, lo miré y descubrí que estaba cerrado y que evidentemente contenía una carta, pero no tenía ninguna inscripción. Tuve la carta en la mano un rato y luego la volví a mirar.
Para mi gran sorpresa descubrí que donde apenas unos momentos antes había un espacio en blanco, ahora se veían claramente un nombre y una dirección escritos con tinta púrpura, con una letra que reconocí perfectamente como la de uno de los Mahatmas.
El nombre y la dirección eran los del autor de la carta que había visto quemada previamente.
Otro incidente que debo describir ocurrió poco después del hecho narrado.
Una noche escribí una carta a uno de los Mahatmas sobre un asunto de mi interés personal. La metí en un sobre, lo cerré y me la guardé en el bolsillo, sin decirle a nadie que la había escrito. Llevé la carta en el bolsillo durante el día y la noche siguientes.
A la mañana siguiente, mientras conversaba con Madame Blavatsky, ella interrumpió repentinamente lo que estaba diciendo y aparentemente escuchando y repitiendo algo que había oído, dijo:
- "Dígale a la Srta. A. que es una cuestión de karma."
Y Madame Blavatsky procedió a responderme a la pregunta contenida en la carta que yo había escrito, que aún estaba en mi bolsillo y que puedo certificar que nadie había visto.
Francesa Arundale. »
(Este testimonio se encuentra en los Archivos de la SPR, y un fragmento se citó en las Actas de la SPR, Volumen III, 1885, p.387-388)
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