LISTA DE CAPÍTULOS

LAS RONDAS EXTERNAS EXPLICADAS POR GEOFFREY BARBORKA



Aquí les voy a poner la explicación que dio el teósofo Geoffrey Barborka sobre las rondas externas en su libro "El Plan Divino":


Se admite que el tema de las Rondas Externas es un tema desconocido para muchos, y esto es especialmente así si no se ha hecho una distinción entre las Rondas Internas y las Rondas Externas.

Sin embargo hay un significado preciso aplicable a cada término, y el hecho que se requería una distinción lo dejaron claro los Maestros quienes primero presentaron la Filosofía Esotérica, como lo indica este pasaje:

« Usted [Sinnett] puede estar seguro de que ni M. [Morya] ni yo nos hemos contradicho mutuamente en nuestras respectivas exposiciones. Solo que él habla de la Ronda interna, y yo de la Ronda externa. »
(CM 82, p.392-393)


¿En dónde se halla la diferencia?

Se ha dado una definición para las Rondas Internas, y es el paso de las Huestes Monádicas de globo en globo dentro del circuito de los siete globos de una cadena planetaria.

Mientras que las Rondas Externas pueden definirse como el paso de las Mónadas desde una cadena planetaria a otra cadena planetaria… y más allá… indicando así que el circuito está fuera de la cadena planetaria “Hogar”.

Y puesto que en la Doctrina de las Esferas (que detallo el capítulo siete) se ha mostrado que existe la relación entre las Mónadas [las chispas divinas] y los Siete Planetas Sagrados, entonces el paso de la Mónada y de los miembros de este sistema sería un medio de cumplir las obligaciones de la relación (usando la analogía de una familia para aclarar este punto) conservando al mismo tiempo el lazo de unión. Esta jornada cíclica continúa durante la vida del Logos Solar, o durante el periodo de un Manvantara [periodo de actividad] Solar.


En la Doctrina de las Esferas bajo la sección titulada "La Doctrina de las Jornada Cíclicas" se presentó la enseñanza respecto a la transferencia de la energía vital, llamada la Fuerza de la Vida Una, desde el corazón palpitante del sistema hacia sus miembros. El sol representa el corazón y el cerebro del sistema solar, mientras los planetas son sus arterias y sus venas.

No hay necesidad de repetir aquí toda esa doctrina pero a causa de su importancia y conexión con el tema de las Rondas Externas, una parte si la repetiré.

En "La Doctrina Secreta I" se indica que:

« xxi. La real esencia del Oculto (Sol) es un núcleo de la Substancia Madre. Es el Corazón y la Matriz de todas las Fuerzas vivientes y existentes en nuestro Universo Solar. Es la Pepita desde la cual comienzan a desplegarse en sus jornadas cíclicas todos los Poderes que ponen en acción a los Átomos, en sus deberes funcionales, y el Foco dentro del cual se reúnen de nuevo en su Séptima Esencia cada undécimo año. »
(p.290)

Esto muestra que hay una pulsación rítmica regular entre los planetas y el sol: un flujo hacia el sol de la energía vital para que pueda ser revitalizado, como también una corriente desde el sol de esta esencia de vida.

Esto representa una continua circulación de las fuerzas de vida representativas de las jornadas cíclicas de las Rondas Externas, tan básico y fundamental como es el circuito de las Rondas Internas en el Ciclo de Necesidad.



La siguiente fase de la Doctrina de las Rondas Externas trata sobre el paso de las mismas Mónadas.

Al Igual que es necesario para la Fuerza de La Vida Una del sistema para ser revivificada en su fuente por medio del circuito efectuado en las Rondas Externas, así es igualmente necesario para las Mónadas como chispas de la Llama Vital (por usar una analogía) “recargarse” de su Fuente original.

Como presenté en la sección titulada "La Relación de Rondas y los Estados Después de la Muerte", bajo la doctrina de Gilgūlīm (la Rotación de las Mónadas), la Mónada “tenía que regresar a su punto de partida original”, es decir regresar a su Fuente de origen “antes que pasara por otra evolución” antes de volver a renacer en la Tierra nuevamente.

También se mostró que la jornada cíclica requerida necesitó un paso a través de las “Siete Cámaras Planetarias”, es decir las Siete Esferas, o los Siete Planetas Sagrados.



Se dará ahora un pasaje indicando las jornadas cíclicas de las Rondas Externas. Se presenta por medio de esta frase en "La Doctrina Secreta I":

« El origen planetario de la Mónada o Alma y de sus facultades fue enseñado por los gnósticos. »
(p.577)

Este aspecto de la enseñanza fue totalmente cubierto en la sección titulada "La Doctrina de la Relación de las Mónadas con el Sistema" (en el capítulo 7).

La palabra “facultades" puede también traducirse como “principios”, que también se consideraron. Continuando la cita:

« Tanto en su camino hacia la Tierra como en el de la vuelta de la misma, cada alma, nacida de la “Luz Ilimitada”, tenía que pasar a través de las siete regiones planetarias en ambas vías. »
(p.577)

El término gnóstico “Luz Ilimitada” es verdaderamente una forma excelente de expresar la Fuente originadora de la Mónada. ¡Qué podría ser más magnífico que el esplendor de esa Llama que es inextinguible y que abarca la infinidad!

Observemos la importancia de las palabras "ambas vías" que significa la jornada cíclica de la Mónada a través de los Siete Planetas Sagrados en su salida de la Tierra, cuando se libera la Mónada de sus lazos por medio de eso que se llama “muerte”.

Entonces cuando se realiza el retorno de la jornada cíclica desde la Luz Ilimitada, la Mónada nuevamente pasa a través de los Siete Planetas Sagrados en su camino a tomar otra vestidura en la Tierra, nace de nuevo, para emprender el interrumpido Ciclo de Necesidad ocasionado por su partida de las Rondas Externas.

Antes de dar los nombres de los Siete Planetas Sagrados como fueron conocidos por los gnósticos, y como fue registrado por el Padre Cristiano Orígenes (en su obra "Contra Celsum", Libro VI, xxiv, xxxviii) llama la atención una frase al hecho de que el concepto original respecto a los Regentes Planetarios, o Dhyanis, han sido modificados en algunas religiones.

Por qué se hizo esto, se explica en un párrafo posterior, pero bien puede leerse primero:

« Como de costumbre, aquello que es, y era desde su principio, divino, puro y espiritual en su unidad primitiva, se convirtió –a causa de su diferenciación a través del prisma desfigurado de los conceptos del hombre– en humano e impuro, reflejando la naturaleza pecadora propia del hombre. »
(p.577)

¿Es que no se describe esto en las extrañas historias acerca de las fechorías de dioses y diosas encontradas en las religiones?

Pero regresemos a la cita:

« Dhyāni y Devas puros de las más antiguas religiones se convirtieron con el tiempo entre los mazdeístas, en los Siete Devas, los ministros de Ahriman, “cada uno encadenado a su planeta”; para los brahmanes, los Asuras y algunos de los Rishis – buenos, malos e indiferentes; entre los gnósticos egipcios Thoth o Hermes era el jefe de los Siete, cuyos nombres son dados por Orígenes como: Adonai, genio del Sol; Tao, (Iao) de la Luna; Eloi, de Júpiter; Sabaoth, de Marte; Orai, de Venus; Astaphai, de Mercurio; e Ildabaoth (Jeohovah), de Saturno. »
(p.577)

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La interacción de las Rondas Externas y las Rondas Internas, cuando  la Mónada hace sus jornadas cíclicas, es un estudio fascinante y demuestra el trabajo armonioso de las Leyes Divinas en conformidad con el Plan Divino.

Y cuando el humano de la Quinta Ronda aprenda como efectuar las Rondas Externas conscientemente, estará bien en su camino hacia la acción en la capacidad de volverse un Ser de la Sexta Ronda.

(Capítulo 9)





OBSERVACIONES

En resumen Geoffrey Barborka explica que las rondas externas son el viaje que las mónadas efectúan en algún momento cuando se encuentran en el Devachan (entre dos reencarnaciones terrestres) hacia las cadenas planetarias de los siete planetas sagrados del sistema solar, y que son:

   -   El Sol
   -   La Luna
   -   Mercurio
   -   Venus
   -   Marte
   -   Jupiter
   -   Saturno

(El Sol, La Luna y Marte siendo astros sustitutos que representan a tres planetas sagrados que aun se mantienen ocultos.)

Sin embargo deben de saber que esa explicación es una teoría que fue formulada por el teósofo Gottfried de Purucker, pero no sabemos qué tan válida es, debido a que los instructores teosóficos iniciales y más conocedores (Kuthumi, Morya, Blavatsky y William Judge) no revelaron públicamente información acerca de las rondas externas.










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