LISTA DE CAPÍTULOS

ALABANZA HACIA LOS MAESTROS EFECTUADA POR NICOLÁS ROERICH


 
(Este es el capítulo 27 y último del libro Shambala de Nicolás Roerich.)
 
 
 
GURÚ – EL MAESTRO
 
En una ocasión estando en Finlandia me senté en la orilla del lago Ladoga con un muchacho de granja. Entonces un hombre de mediana edad pasó enfrente de nosotros y mi pequeño compañero se levantó y con gran reverencia se quitó la gorra.
 
Le pregunté después:
 
-        "¿Quién era ese hombre?"
 
Y con especial gravedad el muchacho me respondió:
 
-        "Él es un maestro."
 
Le pregunté:
 
-        "¿Es tu maestro?"
 
-        "No", me respondió el muchacho, "él es el profesor de la escuela vecina."
 
-        Entonces lo conoces personalmente", comenté.
 
-        "No", contestó el muchacho.
 
-        "¿Entonces por qué lo saludas con tal reverencia?", le pregunté
 
A lo que con mucha seriedad el muchacho me respondió:
 
-        "Porque es un maestro."
 
 
Casi un incidente similar me sucedió a orillas del Rin, cerca de Colonia [en Alemania] en donde también vi con asombroso gozo como un joven hombre recibió a un maestro de escuela.
 
 
 
 
El maestro de pintura que tuvo Nicolás Roerich
 
Esto me hizo recordar los recuerdos más edificantes de mi maestro, el profesor Kuinjy, el famoso artista ruso.
 
Su historia de vida podría llenar las páginas más inspiradoras de una biografía para la generación joven. Él era inicialmente un sencillo pastorcillo en Crimea, y sólo mediante el incesante esfuerzo ardiente hacia el arte él fue capaz de vencer todos los obstáculos y finalmente convertirse no solamente en un artista muy apreciado y en un hombre de grandes medios, sino también un verdadero Gurú para sus alumnos en la alta concepción hindú que se tiene de esa palabra.
 
Tres veces intentó entrar en la Academia Imperial de las Artes y las tres veces fue rechazado. La tercera vez, veintinueve competidores fueron admitidos y ni uno de ellos dejó su nombre en la historia del arte. Pero sólo uno, Kuinjy, fue rechazado.
 
El consejo de la Academia no era de los Gurús, y ciertamente era miope. Pero el joven era persistente y en vez de intentar inútilmente, pintó un paisaje y lo presentó a la Academia de Exposiciones. Y recibió dos honores sin pasar el examen.
 
Desde temprano en la mañana trabajaba, pero al mediodía se subía a la terraza que se encontraba en la azotea de su casa en Petrogrado, donde con la misma exactitud marcando cada mediodía, miles de pájaros lo rodeaban por completo. Y él les daba de comer, hablaba con ellos y los estudiaba como un padre amoroso.
 
A veces, muy pocas veces, nos invitó a sus alumnos, a este famoso techo. Y escuchamos historias notables sobre las características de los pájaros, sobre sus hábitos individuales y las maneras de acercarse a ellos. En ese momento, este hombre bajo y fornido con la cabeza leonina, llegó a ser tan suave como San Francisco.
 
Una vez lo vi muy abatido durante todo el día debido a que una de sus amadas mariposas se habían roto su ala y él había inventado algunos medios muy hábiles para repararla, pero su invento era demasiado pesado y ese noble esfuerzo que no tuvo éxito.
 
 
Sin embargo, con los alumnos y artistas él sabía ser firme. Muy a menudo repetía:
 
-        "Si eres un artista, incluso en la cárcel te convertirás en uno."
 
Una vez un hombre fue a su estudio con unos bocetos muy bien elaborados. Kuinjy los elogió, pero el hombre le dijo:
 
-        "Gracias pero yo soy desafortunado porque no puedo darme el lujo de seguir pintando."
 
-        "¿Por qué?", preguntó compasivamente Kuinjy.
 
Y el hombre le respondió que él tenía una familia que mantener y que para eso tenía que trabajar de diez de la mañana a seis de la tarde.
 
Entonces Kuinjy le preguntó de manera perspicaz:
 
-        "Y de cuatro a diez de la mañana, ¿qué haces?"
 
-        "A esas horas duermo", respondió el hombre.
 
Entonces Kuinjy alzó la voz y le contestó con solemnidad:
 
-        "Bueno, usted deberá dejar de dormir a esas horas. ¿No sabe que de cuatro a nueve es el mejor momento creativo? Y no es necesario trabajar en su arte más de cinco horas al día."
 
Y luego Kuinjy agregó:
 
-        "Cuando yo trabajaba como retocador en un estudio de fotografía, también tuve que laborar de diez a seis. Pero de cuatro a nueve tuve tiempo más que suficiente para convertirme en un artista."
 
 
En algún momento, cuando el alumno soñaba con algunas condiciones especiales para su trabajo, Kuinjy rió y le dijo:
 
-        "Si usted es tan delicado que tiene que ser puesto en una caja de cristal, entonces es mejor perecer tan pronto como sea posible porque nuestra vida no necesita este tipo de planta exótica."
 
Pero cuando vio que su discípulo conquistó las circunstancias y se fue victorioso a través del océano de las tormentas terrestres, sus ojos brillaron y con voz plena exclamó:
 
-        "Ni el sol ni las heladas pueden destruirle. Esta es la forma. Si usted tiene algo que decir, usted será capaz de manifestar su mensaje, a pesar de todas las condiciones en el mundo."
 
 
Recuerdo que una vez vino a mi estudio que se encontraba en el sexto piso y que en aquel entonces era sin ascensor. Criticó severamente mi pintura y por consiguiente dejó prácticamente nada de mi concepción original, y en gran alboroto se fue.
 
Pero en menos de media hora escuché de nuevo sus pasos pesados, y tocó a la puerta. Volvió a subir los largos escalones con su abrigo de piel pesada, y jadeando me dijo:
 
-        "Bueno, espero que no hayas tomado todo lo que dije en serio. Cada uno puede tener su punto de vista. Me sentí mal cuando me di cuenta de que tal vez habías tomado demasiado en serio toda nuestra discusión. Todo puede ser abordado de diferentes maneras, y en realidad, la verdad es infinita."
 
 
Y en algún momento en el mayor de los secretos, le confió a sus discípulos a llevar algo de dinero anónimo de él a algunos de los estudiantes más pobres. Y confió esto sólo cuando estaba completamente seguro de que este secreto no iba a ser revelado.
 
 
Sucedió una vez que en la academia la rebelión contra el vicepresidente conde Tolstoy se levantó, y como nadie podía calmar la ira de los estudiantes, la situación se puso muy seria. Entonces, finalmente, en la asamblea general llegó Kuinjy y cada uno se convirtió en silencio.
 
Entonces él dijo:
 
-        "Bueno, yo no soy juez. No sé si su causa sea justa o no, pero yo personalmente pido que sigan con sus trabajos porque han venido a convertirse en artistas."
 
La reunión se terminó y cada uno regresó a las aulas porque el propio Kuinjy lo había pedido. Tal era la autoridad del Gurú.
 
¿De dónde surgió la idea del Gurú real, en el entendimiento refinado del este?
 
No lo sé.
 
Ciertamente en lo que fue una sincera expresión propia, sin ninguna intención superficial. Este era su estilo y en la sinceridad de este estilo, conquistó no sólo como artista sino también como un tipo fundamental de gran alcance, que dio a sus discípulos el mismo amplio poder inflexible para alcanzar su objetivo.
 
 
 
 
El concepto de Gurú en el Oriente
 
Mucho tiempo después, en la India vi esas figuras de Gurús y he visto a los discípulos fieles que sin obediencia servil, sino que con gran entusiasmo del espíritu, veneran a sus Gurús con esa sensibilidad llena de pensamiento, que es tan característico de la India.
 
He oído una historia preciosa sobre un pequeño hindú que encontró a su Maestro. Se le preguntó:
 
-        “¿Es posible que el sol se te oscurezca si lo ves sin tu Maestro?”
 
A lo que el chico sonrió y respondió:
 
-        "El sol se mantendría como el sol, pero en presencia del Maestro doce soles brillarían para mí."
 
El Sol de la sabiduría de la India brillará porque en las orillas de un río hay un chico que conoce al Maestro.
 
 
 
En las mismas enseñanzas de la India se dice:
 
¡Bendita seas, India! Porque solo tú has guardado el concepto de Maestro y discípulo. El Gurú puede disipar el ataque del sueño. El Gurú puede levantar el espíritu caído. ¡Ay de aquel que se ha atrevido a reclamar falsamente a alguien como su Maestro y que pronuncia a la ligera la palabra Maestro, mientras se honra a sí mismo! Verdaderamente florece aquel espíritu que comprendió el camino de la ascensión; y fracasa quien se hundió en la duplicidad de pensamiento.
 
Uno puede preguntarle a un niño hindú si desea tener un Gurú. No se necesita ninguna palabra en respuesta porque los ojos del niño expresarán deseo, esfuerzo y devoción. El fuego de Aryavarta brillará en sus ojos. La corriente de los Rig-Vedas resplandecerá en las laderas de las montañas.
 
¿Quién puede describir con palabras toda la procesión de los Maestros?
 
O existe la realización de ella, como serpiente del conocimiento; o faltando ésta hay oscuridad, sueño, obsesión. No hay necesidad de aterrorizar pero uno debe decirle a todos los que se han acercado al Yoga: “Tu apoyo es el Maestro. Tu escudo es la devoción al Maestro. Tu destrucción es la indiferencia y la duplicidad”.
 
Aquel que sonríe por igual a los amigos y enemigos del Maestro es indigno. Quien no traicione al Maestro, incluso por reticencia cuando se necesita hablar, puede entrar en el peldaño del umbral.
 
 
Así habla el Agni Yoga que prevé el espléndido futuro de la humanidad, si la humanidad domina sus posesiones. No sólo en India sino en todo Oriente tenemos la misma concepción del Maestro.
 
Ciertamente en muchos países del Este ahora ruge la tormenta de la civilización venidera. Puedes imaginarte cuántas concepciones mal entendidas pueden dañar este sentimiento supremo de la jerarquía del conocimiento. Tantos símbolos y hermosos signos son barridos por tan superficial mecanización de la vida. Y aún así, incluso en los lugares más remotos se puede distinguir esta comprensión instintiva del Gurú.
 
 
 
 
Reflexiones de Nicolás Roerich
 
¿Cómo se puede expresar en las palabras acostumbradas: la dignidad y la noble comprensión de aceptar el cáliz del conocimiento?
 
El sentido de convicción es la cualidad más oculta de la alta creación en el arte. La crítica más hábil no puede explicar por qué valoramos a muchos de los antiguos [artistas] italianos y holandeses, por qué tanto del modernismo no puede explicarse y aun así convencer.
 
Esta cualidad de ritmo interno, de contactos internos de color y línea, esta ley oculta de proporciones dinámicas no puede expresarse plenamente mediante las frases convencionales; las cuales todavía existen y gobiernan nuestras creaciones.
 
Ciertamente existen algunas concepciones inexpresables. Recuerdo cómo en una sociedad filosófica uno de los poetas-filósofos contemporáneos más importantes dejó de asistir a las reuniones. Y cuando le preguntaron el motivo, él se encogió de hombros y contestó:
 
-        “Porque hablan de lo inefable”.
 
Y aún todo lo indecible y poco convincente en la conversación común, se vuelve claro y convincente bajo el toque benévolo del maestro.
 
Toda creación artística es como una dínamo, cargada de infinita energía edificante, un verdadero generador de entusiasmo. Ciertamente esto es comparativo. Algunas de las creaciones están cargadas con esta energía primaria durante una hora y otras por la eternidad. Esto es relatividad.
 
Pero el momento más edificante es cuando el Maestro y los discípulos, en algún momento, aunque sea en silencio, tocan esta fuente de lo Bello. Todos saben cuántas veces, sin una palabra, un gesto rítmico cubre el abismo de la incomprensión. ¿Y no es el malentendido lo que tenemos que vencer?
 
En verdad ¿dónde puede haber maldad, especialmente en el vasto campo de la Belleza?
 
Ciertamente puede haber ignorancia y fealdad nacidas de la ignorancia; puede haber descendencia de la ignorancia y de la incomprensión.
 
En nuestros días de tanta confusión y corrupción, cuando el espíritu está atado con las pesadas cadenas de convencionalismo, cómo debemos vigilar cada comienzo de incomprensión, y cómo debemos extinguir estos feos parásitos que crecen tan rápidamente y pervierten el jardín más hermoso en una jungla de basura.
 
¿Y quién puede curar esta enfermedad de la fealdad?
 
Solo el Maestro.
 
¿En qué aspecto puede actuar?
 
Como Gurú.
 
¿Es tan difícil y tan inaplicable para nuestros días?
 
 
Estoy feliz de hablar con los maestros. Todos ustedes conocen mejor que nadie el significado interno de la concepción sagrada de Gurú y Maestro. Si todos lo sabemos. Cabe preguntarse entonces, ¿por qué hablar de ello?
 
Pero también conocemos la fuerza de la oración; conocemos el significado del encantamiento, conocemos el encanto de los cánticos; entonces, sepamos cuál es el significado del Gurú, cuál es el significado del Maestro de vida. Y aún en los mejores momentos de nuestra vida repetiremos esta alta concepción porque al repetirlo estamos cimentando el espacio con las mejores piedras del futuro.
 
Evolución, generación joven, futuros héroes de un país, futuros mártires de la sabiduría y la belleza, ¡sabemos nuestra responsabilidad ante ustedes! Con cada afirmación de lo Bello y de lo más alto, estamos creando la calidad de la vida futura.
 
¿Es posible crear esta vida futura y alguna felicidad para las generaciones venideras, sin alegría ni entusiasmo? ¿Y de dónde viene esta llama de entusiasmo, de incesante éxtasis creativo?
 
Ciertamente viene de las flores del campo de la belleza. Si quitamos de la vida todas las expresiones de belleza, cambiaremos toda la historia de la humanidad.
 
Los maestros de arte ¿no son los maestros de síntesis?
 
En las antiguas enseñanzas, el arte y la belleza se concebían como los conceptos más elevados. Recuerdan la historia de los Upanishads, cuando durante la búsqueda de Brahma, Brahma se encontró en la sonrisa de la bella Ima.
 
Lakshmi, la Diosa de la Felicidad, es la diosa más hermosa. La fealdad realmente no tiene nada que ver con la felicidad. En nuestro servicio al arte y a la belleza ¿no es el sentimiento más gratificante y edificante saber que servimos a la síntesis real de la evolución venidera?
 
Y al esparcir las semillas de la belleza estamos creando la vida hermosa. ¿Dónde y cómo podemos amalgamar todas las extrañas formaciones del conglomerado de la vida contemporánea?
 
En verdad, en verdad, sólo el velo de la belleza puede cubrir y transformar mágicamente la mueca de la incomprensión en la bienaventuranza iluminada del conocimiento real. No solo para los maestros sino también para los alumnos, la vida es muy complicada.
 
¿Cómo encontrar el equilibrio entre el cuerpo sano y la fealdad de los deportes exagerados? ¿Cómo comprometer la más alta gracia de la danza con la monotonía y la convencionalidad de algunas de las danzas modernas extremas? ¿Cómo apaciguar el noble afán por la música con algo del inquietante jazz de hoy?
 
(Observación de Cid: aquí Nicolás Roerich está siendo muy superficial porque la verdadera belleza es interna, no externa. Y que a él no le gusten los deportes, bailes y música no convencionales de su época, eso no significan que esas actividades sean “feas”.)
 
¿Cómo conectar el factor espiritual más alto con el estado más bajo de la materia? ¿Son estas antítesis totalmente inabordables, o se puede encontrar una verdadera base unificadora, no solo en los sueños y el pensamiento, sino también aquí en la tierra?
 
El pensamiento moderno exige hechos. El positivismo más calculador quiere atraer el cielo a la tierra. Recordemos lo que dice uno de los filósofos contemporáneos más positivos, el Profesor Nicholas Lossky, en sus notables estudios, “Materia y Vida”, él dice:
 
Después de todo lo dicho, no es difícil dar una concepción de lo más característicos rasgos de la enseñanza de la materia en el sistema de percepción del mundo orgánico.
 
Si la materia se origina en la existencia más elevada, la existencia, que también es capaz de crear formas de realidad distintas de la materia, entonces las leyes de la naturaleza material están condicionadas en un grado mucho mayor de lo que admiten los físicos.
 
Naturalmente, uno duda de que la fórmula de cada ley permita una amplia gama de condiciones, la mayoría de las cuales aún no están cristalizadas; por lo tanto la ley no siempre es exacta, es decir, suele ser demasiado amplia.
 
Por ejemplo, esperar que bajo todas las condiciones el agua hierva a cien grados es tomar muy poco en cuenta la complejidad de la naturaleza, ya que además de la temperatura necesaria, se necesita la presión atmosférica usual, la pureza química del agua, etc.
 
El físico reconoce estas incalculables condiciones adicionales, pero como se ocupa sólo de la materia, se ha acostumbrado a pensar en todas estas condiciones como algo puramente físico.
 
Por consiguiente al establecer las leyes más comunes, como por ejemplo la ley de la indestructibilidad de la materia, cuando la pregunta se refiere a la naturaleza general de la materia, el físico supone que no hay necesidad de incluir los detalles adicionales en la fórmula de la ley.
 
Más aún, para la mente de tal físico, que tiende hacia el materialismo, cualquier limitación de esta ley parece inconcebible. Y verdaderamente, mientras permanezcamos en el dominio de los procesos materiales, la aniquilación de la materia por medios físicos, presión o ímpetu, parece inadmisible e incluso inconcebible.
 
Pero supongamos que la materia no es la única forma de existencia en la naturaleza, y además, supongamos que la materia es algo que se encuentra en evolución, sujeto a la acción de los principios más elevados de los elementos. Entonces el lugar de la materia en la naturaleza se vuelve lejano y menos duradero de lo que considera la mente de un materialista.
 
En esas condiciones no es difícil concebir también condiciones en las que también sea posible la aniquilación de una partícula de materia.
 
 
Así vemos que incluso en la concepción del científico más positivista se expresa claramente la relatividad de la materia. Y en esta relatividad hay una ventana abierta para las más altas concepciones.
 
¡Que se acerquen a nuestra tierra! Que saturen la evolución venidera no sólo como transfiguración exterior sino también como evolución del ser interior.
 
Los hechos son necesarios, pero la comprensión de estos hechos debe ser sin hipocresía ni superstición. Y en el campo de la enseñanza es un gozo especial expulsar no sólo la ignorancia sino también ese feo retoño de la ignorancia que es la superstición. Y la libertad de disciplina entra donde se destruye la fea superstición.
 
El estudio abnegado de los hechos nos abre el más alto grado de materia. El rayo cósmico ya no es un cuento de hadas sino que ha entrado en el laboratorio del científico, y la mente científica sabe cuántos rayos y formas de energía más pueden entrar en nuestra vida y pueden aplicarse para la elevación de cada hogar. La transfiguración benevolente de la vida está en el umbral; más aún, llama a nuestros portales porque se pueden distribuir tantas cosas a la vez sin demora.
 
Cuántos problemas sociales se pueden resolver sin hostilidad, pero con una sola condición: que se resuelvan de una manera hermosa. Bueno, podemos evocar las energías del espacio; podemos iluminar nuestra vida con poderosos rayos, pero estos rayos serán hermosos, tan hermosos como lo es la concepción de la evolución. ¡Nuestra responsabilidad ante La Bella es grande!
 
Si lo sentimos, podemos exigir la misma responsabilidad a este principio supremo de nuestros alumnos. Si sabemos que esto es una necesidad, como durante una tormenta oceánica podemos exigir de nuestros acompañantes la misma atención a la demanda más aguda del momento.
 
Estamos introduciendo, por todos los medios, el arte en todas las manifestaciones de la vida. Nos esforzamos por mostrar la cualidad del trabajo creativo, pero esta cualidad sólo puede reconocerse cuando sabemos qué es el éxtasis ante lo bello; y este éxtasis no es el de una imagen paralizada, sino que es movimiento, es Nirvana que todo vibra, no el Nirvana falsamente concebido de la inmovilidad, sino el Nirvana de la actividad más noble e intensa.
 
En todas las enseñanzas antiguas hemos oído hablar de la nobleza de la acción. ¿Cómo pueden ser nobles, si no son hermosos?
 
Vosotros sois los maestros del arte; sois los emisarios de la belleza; conocéis la responsabilidad ante la generación venidera, y en esto se manifiesta vuestra alegría y vuestro poder invencible. Vuestras acciones son las acciones nobles. Y a ustedes, mis jóvenes amigos invisibles, les enviamos nuestro llamado.
 
Sabemos lo difícil que es para ustedes comenzar la lucha por la luz y el logro. Pero los obstáculos son solo nuevas posibilidades para crear energía benéfica. Sin batalla, no hay victoria.
 
¿Y cómo pueden evitar las flechas venenosas de la enemistad oscura?
 
Acercándose a vuestro enemigo tan de cerca que le faltará espacio incluso para lanzar una flecha. Y después de todo, nada ilustrado puede lograrse sin esfuerzo. Entonces, ¡bendito sea el trabajo! ¡Y benditos sean ustedes, jóvenes amigos, que caminan en victoria! Los Gurús del pasado y del futuro están con ustedes.
 
¡Gurús, a ustedes, mi invocación y mi reverencia!
 
(Constatación de Cid: estas reflexiones que hizo Nicolás Roerich no corresponden a la temática principal y yo las sentí que fue mucha palabrería vacía.)
 
 
 
 
 
 
 
OBSERVACIONES
 
Aquí Nicolás Roerich hace asociaciones que no son correctas porque no es lo mismo un profesor de escuela o de pintura, que un Gurú (que en la India es un maestro espiritual), que los Maestros de Sabiduría (puesto que su libro se titula: Shambala).
 
Todos ellos enseñan, pero no se les puede catalogar de la misma manera debido a que hay grandes diferencias en el desarrollo evolutivo que ellos han alcanzado, y por lo tanto también en el trabajo que esos humanos desempeñan hacia la humanidad.
 
 
Y también es incorrecta la veneración que promueve Nicolás Roerich hacia los instructores porque si bien es cierto que hay que respetarlos, pero en cambio no hay que reverenciarlos.
 
Ya que como lo precisó el maestro Kuthumi:
 
Nosotros no pedimos que se nos adore. El discípulo no debe estar encadenado de ninguna manera. Deja que la devoción y el servicio sean solamente para ese Espíritu Supremo del que todos somos una parte. (Carta a Annie Besant)
 
 
Y el maestro Pastor añadió:
 
A un verdadero maestro no le interesa el amor que los demás le expresen, de la escucha que le den o de la fidelidad hacia su enseñanza. Todo lo que le interesa es que los humanos evolucionen, incluso si para ello lo desprecian. (Conferencia del 11.06.90)
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

1 comentario:

  1. Cito esté artículo tuyo (La manera en cómo los padres vivan el acto sexual acondiciona al niño)

    Y yo tengo está cuestión, ¿Y acaso el Maestro Pastor, no realizó alguna opinión sobre el uso del anticonceptivo?(el condón,por decir un ejemplo)

    Yo pienso que tal vez genera problemas, espero tu opinión

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