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EL MOVIMIENTO DE LOS PLANETAS DERRUMBA EL TERRAPLANISMO

 
 
En el pasado se creía que los planetas giraban alrededor de la Tierra porque esa impresión ellos daban al mirarlos pasar por el cielo, pero había detalles que no terminaban de cuadrar como por ejemplo el movimiento retrogrado que por momentos los planetas hacen.
 
Este es un movimiento raro en donde los planetas disminuyen su velocidad hasta pararse, luego retroceden un tramo para de nuevo otra vez pararse, y finalmente reemprenden su movimiento habitual después de haber efectuado un pequeño rodeo en su recorrido.


Este movimiento retrógrado no se puede explicar con el sistema geocéntrico y es por eso que se buscó otros modelos que pudiesen solucionar estas extrañezas. Sin embargo había muchísima resistencia para quitar a la Tierra del centro como lo demuestra el sistema de Tolomeo elaborado en el siglo II d.C. en donde los planetas ya no giran directamente alrededor de la Tierra sino que giran alrededor de pequeños círculos, los cuales siguen girando alrededor de la Tierra. Pero desafortunadamente este modelo tampoco responde a lo que se observa en el cielo.

 
 
 
Fue solo hasta el siglo XVI que los geocentristas tuvieron que claudicar y entró en vigor la teoría heliocéntrica de Copérnico en donde los planetas giran alrededor del Sol, y desde entonces todo funciona a la perfección.

 
 
 
El movimiento retrógrado de los planetas ahora se comprende que se debe por un efecto óptico debido a las diferentes orbitas de los planetas.
 



 
En el modelo heliocentrista todo se puede explicar de forma consistente: el movimiento retrogrado, pero también la manera como se encuentran iluminados los planetas, la sombra que proyectan sus satélites sobre ellos, etc.
 
Es tan exacto el modelo heliocéntrista que utilizamos actualmente, que los astrónomos pueden prever con muchos años de antelación cuándo y dónde los planetas se van a alinear en el cielo.
 
Y esta perfecta correspondencia que tiene el sistema heliocentrista con la realidad es la principal prueba de su veracidad. Pero para infortunio de los terraplanistas esto también derrumba su teoría debido a que los defensores de la tierra plana aseguran que la Tierra no gira alrededor del Sol, sino que el Sol es una pequeña bola luminosa que junto con la Luna dan vueltas por encima de la tierra plana.
 
 
Pero si aceptáramos eso, entonces los movimientos retrógrados de los planetas otra vez no volverían a tener una explicación válida, ni tampoco la iluminación de los planetas, ni la sombra que proyectan sus satélites, etc., a causa que en la teoría terraplanista todo lo relacionado con los planetas vuelve a no tener consistencia.
 
 
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Y esta es una razón más que demuestra que la teoría terraplanista es falsa.
 
 
 
 
 
 
 
 
 


LA CARTOGRAFÍA REFUTA EL TERRAPLANISMO


 
La cartografía es la ciencia que se ocupa de reunir y analizar las medidas y los datos de las diferentes regiones de la Tierra para representarlos gráficamente en una escala reducida. Y si le preguntan a los cartógrafos, estos les dirán que la Tierra es redonda, lo cual por cierto les genera grandes complicaciones debido a que una superficie esférica no se puede plasmar en una superficie plana sin generar distorsiones. Y es por eso que cuando los cartógrafos representan a la Tierra, ellos utilizan diferentes tipos de proyecciones.
 
Esto se explica muy bien en este video:
 

 

 
 
Existen tres principales tipos de proyecciones:
 
 

 
Los terraplanistas adoptaron como mapa de su tierra plana la última imagen, la cual se denomina “proyección acimutal equidistante centrada en el Ártico”.
 
En esta proyección, el polo norte mantiene sus proporciones y las regiones de la Tierra se van distorsionando cada vez más a medida que se van alejando del centro hasta que finalmente el otro polo del planeta se invierte, lo que provoca que la Antártida en vez de verse como una isla, se vea como un aro.
 

 
Esto nos muestra que los defensores de la tierra plana son habitantes del hemisferio norte, quienes en su ingenuidad al ver la proyección ártica se imaginaron que la Antártida es un muro de hielo que rodea al mundo. Pero si ustedes hacen la proyección inversa, entonces van a obtener el resultado opuesto, o sea que la Antártida se va a ver como una gran isla en el centro y el polo norte se va a ver como un aro alrededor de los continentes.
 
 
Los terraplanistas en su ignorancia adoptaron como mapa de su tierra plana la proyección en dos dimensiones de la Tierra esférica, y esto se constata por la desproporciones que hay en las distancias.
 
 
1. Por ejemplo, en el mapa terraplanista el ancho de Australia parece ser el doble del ancho de los Estados Unidos.
 

Pero esto es falso ya que en el mundo real el ancho de Australia mide 4000 km, mientras que el ancho de los Estados Unidos mide 4200 km.
 
 
2. Otro ejemplo, en el mapa terraplanista el trópico de cáncer parece mucho más pequeño que el trópico de capricornio.

 
Estos trópicos son los principales paralelos que se ubican entre el ecuador y los círculos polares. Pero en el mundo verdadero estos trópicos tienen la misma longitud (36'768 km). Y esto se explica muy fácilmente si se considera que la Tierra es esférica.
 

 
 
Ahora bien, sabiendo como responden los terraplanistas, seguramente ellos van a declarar que “los cartógrafos están coludidos con los poderosos para ocultarnos los verdaderos datos”. Pero el detalle es que cualquiera puede verificar los datos que utilizan los cartógrafos.
 
Hay miles de barcos, miles de aviones y millones de vehículos que circulan por todo el mundo todo el tiempo y nadie pone en duda los datos que mencionan los cartógrafos debido a que estos son comprobados diariamente por cientos de millones de personas.
 
 
 
 
CONCLUSIÓN
 
Las medidas que hay en la Tierra solo encajan correctamente en un mapa esférico y esta es una prueba más que el terraplanismo está errado.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

LOS ELEMENTARIOS EXPLICADOS POR LA CÁBALA

 
Esta es una carta que Blavatsky le escribió al editor de la revista espiritista “Religio-Philosophical Journal” explicando el significado cabalístico de la palabra elementario y los errores que cometen los espiritistas; y esta carta se publicó en esa revista en la edición del 17 de noviembre de 1877, con el título:
 
"ELEMENTARIOS"
 
Carta de la Secretaria corresponsal de la Sociedad Teosófica
 
(Nota: para una mejor comprensión del texto, les recomiendo que primero lean lo que son los elementarios en este otro capitulo link.)
 
 
Estimado señor,
 
Percibo que recientemente el tema desterrado de los “elementarios” cabalísticos está empezando a aparecer a menudo en los periódicos espiritistas ortodoxos.
 
Esto no debería sorprendernos ya que el espiritismo y su filosofía están progresando y adelantarán a pesar de la oposición de algunos ignorantes “muy eruditos” inclinados a imaginar que el Cosmos gira dentro del cerebro académico.
 
Pero si se admite en la discusión un nuevo término, lo menos que podemos hacer es averiguar primero su significado. Nosotros los teósofos, los estudiantes de la Filosofía Oriental, consideramos como un claro beneficio el hecho de que las revistas espiritistas de Europa y de América estén empezando a discutir el tópico de los seres sub-humanos y vinculados a la tierra, no obstante que ridiculicen esa idea.
 
¿Pero los escarnecedores acaso saben de lo que están hablando dado que jamás ellos han estudiado a los escritores cabalísticos?
 
 
Es evidente para mí que estos individuos están confundiendo los “elementarios” que son los espíritus humanos desencarnados, viciosos y vinculados a la tierra, con los “elementales” o sea los espíritus de la naturaleza.
 
Con su permiso contestaré un artículo del doctor Woldrich que apareció en su revista el 27 del mes corriente y que el autor titula “Elementarios”. Admito cándidamente que debido a mi conocimiento imperfecto del inglés, cuando por primera vez escribí sobre los elementarios, pude haber contribuido a la confusión actual, precipitando así sobre mi cabeza la ira condenada de los espiritistas, los médiums y sus “espíritus guías”. Pero ahora trataré de aclarar lo que quise decir.
 
Eliphas Levi usa el término “elementario” tanto en el caso de los espíritus humanos vinculados a la tierra como en el de las criaturas de los elementos (que son los espíritus de la naturaleza). Esta negligencia de su parte se debe al hecho de que según los cabalistas, los elementarios humanos han perdido irreversiblemente toda oportunidad para la inmortalidad, entonces después de un cierto lapso se convierten en nada mejor que “elementales”, los cuales nunca tuvieron un alma.
 
(Nota de Cid: esta idea de los cabalistas es incorrecta porque los elementarios están destinados a la desintegración, mientras que los elementales —al igual que los demás reinos de la naturaleza— se encuentran en un proceso de evolución, aunque todavía no tengan un alma bien definida como es el caso de los humanos.)
 
Para desenmarañar este tema, en mi libro “Isis Develada” en el preámbulo titulado “Ante el Velo” mostré que sólo los espíritus humanos vinculados a la tierra deberían denominarse “elementarios”; mientras que las criaturas de los elementos deberían denominarse “elementales.
 
 
 
Los errores que comete el doctor Woldrich
 
El doctor Woldrich, emulando a Herbert Spencer, trata de explicar la creencia popular que acepta la existencia de los espíritus de la naturaleza, los demonios y las deidades mitológicas, como un producto de una imaginación no educada por la ciencia y afectada por los fenómenos naturales incomprendidos.
 
Él tribuye al efecto de la imaginación a las sílfides, las ondinas, las salamandras y los gnomos, los cuales en realidad son cuatro grandes familias que engloban innumerables subdivisiones de seres sutiles.
 
Y el doctor Woldrich llega al extremo de decir que “por medio de una larga práctica, uno puede adquirir el poder que tienen los espíritus desencarnados para materializar las apariciones mediante la voluntad.”
 
Es cierto que los “espíritus desencarnados” a veces, tienen ese poder.
 
¿Pero si lo tienen los desencarnados, por qué no lo tendrían también los espíritus que están encarnados?
 
Es decir una persona aun viva que ha llegado a ser un Adepto en el Ocultismo a través del estudio.
 
Pues bien, según la teoría del doctor Woldrich, un Mago encarnado puede sólo crear subjetivamente, citando sus palabras:
 
-      "Tiene la costumbre de evocar o suscitar en su imaginación, sus espíritus familiares, los cuales, al haber contestado a su voluntad, él los considera como existencias reales."
 
No me detendré para investigar las pruebas de su afirmación debido a que esto sólo nos conduciría a una interminable discusión. Solo señalaré que si una pléyade de espiritistas europeos y americanos han visto formas objetivas materializadas que les aseguran que eran los espíritus de personas anteriormente vivas. Del otro lado del mundo millones de orientales en las eras pasadas han visto a los Hierofantes de los Templos y aun los ven en la India, los cuales, sin ser en lo más mínimo médiums, también evocan las formas objetivas y tangibles que no ostentan ninguna pretensión de ser las almas de los seres humanos desencarnados.
 
Sólo añadiré que estas formas a pesar de que sean subjetivas e invisibles a los demás, como nos dice el doctor Woldrich, son palpables y por ende objetivas para el clarividente.
 
Hasta la fecha ningún científico ha dominado suficientemente aun los misterios de las ciencias físicas para permitirle contradecir con algo de pruebas plausibles o incontrovertibles, la suposición según la cual si un verdadero clarividente ve una forma que queda subjetiva para los demás, dicha forma no es una “alucinación” ni el fruto de la imaginación.
 
Porque si las personas presentes tuviesen la misma facultad clarividente, ellas verían también esa criatura, lo cual administraría una prueba suficiente de que a pesar de ser sutil si tiene una existencia real.
 
Y es así como se conducen los experimentos en ciertas escuelas de entrenamiento psicológico, término que uso para designar a estas instituciones en el Oriente.
 
Jamás se confía en un solo clarividente porque aunque este puede ser sincero, honrado y tener el más intenso deseo por captar sólo lo que es real en el mundo sutil. Pero a pesar de ello puede mezclar la verdad inconscientemente, aceptando a un elemental por un espíritu desencarnado y viceversa.
 
Por ejemplo,
 
¿Qué aval puede darnos el doctor Woldrich de que “Hoki” y “Thalla” que son los guías de la señorita May Shaw, no eran más que simples criaturas producidas por el poder de la imaginación?
 
 
Woldrich tendrá la palabra de su clarividente como prueba, y puede ser que confíe implícita y muy merecidamente en su honradez cuando está en su estado normal. Pero el simple hecho de que un médium es un instrumento pasivo y dócil en las manos de algunos poderes invisibles y misteriosos, debería hacer a la señorita Shaw irresponsable a los ojos de todo investigador concienzudo. Por lo tanto el doctor Woldrich debería examinar principalmente a estos espíritus o poderes invisibles y no al clarividente.
 
¿Qué prueba tiene él de que dichos poderes son fidedignos, al punto de inducirle a pensar que es necesario constituirse en el adversario de una Filosofía basada en millares de años de experiencia práctica, convirtiéndose así en el iconoclasta de los experimentos llevados a cabo por generaciones enteras de egipcios, hierofantes, gurús, brahmanes, adeptos de los santuarios expertos y una constelación más o menos erudita de cabalistas que eran, todos, videntes entrenados?
 
Además tal acusación es un terreno peligroso para los mismos espiritistas porque si admitimos, aunque sea una vez, que un mago crea sus formas sólo en la imaginación y como resultado de la alucinación, entonces ¿qué acontece con todos los espíritus guías, los espíritus amigos y los que están en la Tierra de Verano revoloteando sobre los médiums y los videntes en trance?
 
El por qué estas presuntas entidades desencarnadas deben considerarse más identificadas con la humanidad que los elementales del Mago o “elementarios”, según la definición de Woldrich, es algo que no vale la pena investigar.
 
 
 
El concepto budista
 
Desde el punto de vista de ciertas escuelas budistas, su corresponsal puede tener razón, ya que según la enseñanza de la filosofía de estas últimas, hasta nuestro universo visible asumió una forma objetiva como resultado de la imaginación, seguida por la volición o la voluntad del Adepto Supremo Desconocido (“Dios”).
 
Pero hasta ahí llega la similitud con la teología cristiana, porque según las enseñanzas de dichas escuelas budistas, el mencionado Adepto en lugar de llamar el Universo a la existencia de la nada, ejerció su voluntad sobre la Materia preexistente, eterna e indestructible como Sustancia invisible, aunque temporal y siempre cambiante en lo que concierne a las formas.
 
Algunas Escuelas del Nepal, más elevadas y aun más sutilmente metafísicas, llegan al punto de afirmar, y sobre bases muy razonables, que esta Sustancia o Materia (Svabhâvat) preexistente y autoexistente, no tiene ningún otro creador ni gobernador.
 
Cuando se encuentra en un estado de actividad es Pravritti (que es el principio universal creador); y cuando se halla en estado pasivo, el nombre de esta fuerza es Nirvritti (que es el principio universal latente).
 
Es algo eterno e infinito ya que en eso que no tiene principio ni fin, no puede haber pasado ni futuro, sino que es todo lo que ha sido y será. Por lo tanto nunca hubo una acción ni un pensamiento, por simple que fuese, que no se imprimiera en los anales imperecederos de esta Sustancia que los budistas llaman Svabhavat y los cabalistas denominan La Luz Astral.
 
Al igual que un espejo fiel, esta Luz refleja toda imagen y ninguna imaginación humana podía ver nada fuera de eso que exista impreso, en algún lugar en la Sustancia eterna.
 
Pensar que un cerebro humano pueda concebir algo que el “cerebro universal” nunca concibió antes, es una falacia y una presunción altiva. En los mejores de los casos, el cerebro humano puede columbrar de vez en cuando, las vislumbres vagantes del “Pensamiento Eterno”, después de que éste ha asumido alguna forma objetiva tanto en el mundo del Universo invisible como del visible.
 
 
 
Las equivocaciones que cometen los espiritistas
 
Entonces el testimonio unánime de los Videntes entrenados demuestra que hay criaturas como los elementales, y que si bien los elementarios han sido en algún momento espíritus humanos, pero que al haber perdido toda conexión con el mundo inmortal más puro (o sea que se han separado de su triada superior), los elementarios deben identificarse por medio de algún término particular capaz de trazar una línea distinta de demarcación entre ellos y las almas desencarnadas verdaderas que prosiguen en su camino hacia la inmortalidad.
 
Para los cabalistas y los adeptos, especialmente en la India, la diferencia entre los dos es extremadamente importante y sus mentes instruidas jamás les permitirán confundir el uno con el otro; mientras que para la mente ignorante del médium, todos son la misma cosa.
 
Los espiritistas nunca aceptaron la sugerencia y el buen consejo de algunos de sus videntes y médiums. Ellos han considerado los “Gadarenes” del doctor Peebles con indiferencia; han encogido sus hombros al oír las “fantasías rosacrucianas” de P.B. Randolph y su “Ravalette” no ha hecho a nadie más cuerdo. Han acogido el “Diakka” de Jackson Davis con enojo y protesta, y al final han declarado una guerra mortal contra los teósofos y los cabalistas.
 
¿Y cuáles han sido los resultados de tanto desdén?
 
Las consecuencias han sido una serie de descubrimientos de médiums fraudulentos que han humillado a los que los apoyan y deshonrado a su causa. Y la identificación por parte de videntes y médiums genuinos de las pretendidas formas del espíritu que enseguida se descubrieron ser simples personificaciones de engañadores mentirosos, dejan constancia de que al menos en estos casos (excepto ejemplos claros de alianza) las identificaciones derivaron de la ilusión por parte de los videntes homólogos.
 
Por ejemplo se descubrió que los “espíritus de niños” eran máscaras consumidas y un acopio de trapos, ya que a los médiums obsesionados, sus guías los llevaron a la ebriedad y a la conducta inmoral. Los presuntos espíritus inmortales apoyaban y a veces inducían a las prácticas del amor libre. Hombres libertinos se separaron de sus esposas en busca de otras afinidades femeninas. Incubos y sucubos delectaban a las personas, a guisa de maridos o mujeres ángeles que retornaban.
 
Los creyentes sensitivos fueron obligados a cometer homicidios, suicidios, falsificaciones, fraudes y otros crímenes. Las personas excesivamente crédulas desperdiciaron su capital en inversiones insensatas y en la búsqueda de tesoros escondidos. Los médiums fomentaban especulaciones desastrosas en la bolsa de valores. Dos continentes se inundaron con las calumnias más viles expresadas y a veces publicadas por los médiums contra otros médiums.
 
Charlatanes y malabaristas, protegidos por los científicos y el clero, reúnen mucho público para que se presencie las imitaciones de los fenómenos de las alacenas (de donde se supone salían los espíritus materializados) y cuya realidad los mismos médiums genuinos y los espíritus no pueden reivindicar, pasándola por el tamiz de las condiciones necesarias de la examinación.
 
Reuniones espiritistas, aun en una oscuridad lóbrega donde hasta los fenómenos genuinos pueden confundirse con los falsos y los falsos con los reales.
 
Los ángeles guías han dejado a sus médiums desamparados, los cuales han sido llevados a la corte, condenados y encarcelados; mientras aquellos que si son espíritus tienen el poder de controlar los asuntos mortales, pero no han hecho nada para ayudarles. Deberían haber solicitado la simpatía de las huestes celestiales a fin de auxiliar a sus médiums ante una injusticia tan patente.
 
Otros conferenciantes espiritistas y médiums tuvieron muchos problemas de salud y los que se definían sus sustentadores y protectores los dejaron completamente desamparados.
 
Estos son algunos de los aspectos de la situación actual, las manchas negras de lo que debería convertirse en la más grande y más noble de todas las Filosofías religiosas, que los escépticos y los materialistas arrojan sin reservas en los dientes de todo espiritista. Y ninguna persona inteligente entre los espiritistas necesita irse más allá de su experiencia personal para encontrar ejemplos como los mencionados.
 
El espiritismo no ha progresado, no está progresando y no progresará, hasta que sus hechos se consideren a la luz de la Filosofía Oriental.
 
Por lo tanto le digo a usted señor Editor (del “Religio-Philosophical Journal”) que su corresponsal, el doctor Woldrich, puede considerarse culpable de una proposición errónea ya que en la frase conclusiva de su artículo él dice:
 
-      "No sé si he logrado probar el mito de los elementarios, sin embargo espero haber irradiado más luz sobre el tema para algunos lectores de la revista."
 
A lo cual yo le contesto que él no ha probado para nada “el mito de los elementarios” pues ellos (aparte de pocas excepciones) son los guías vinculados a la tierra y los espíritus en que Woldrich cree, junto a cada otro espiritista.
 
En lugar de irradiar luz sobre el tema, el doctor lo ha vuelto aun más obscuro. Y tales explicaciones y revelaciones descuidadas son muy dañinas para el futuro del espiritismo y contribuyen a retrasar su progreso.
 
Esperando sinceramente no haber cometido una intrusión excesiva en las columnas de su estimada revista, le envío mis respetos.
 
H.P. Blavatsky
Secretaria corresponsal de la Sociedad Teosófica
New York.
 
 
 
 
 
 
OBSERVACIONES
 
Los espiritistas son muy negativos para aceptar la afirmación que hacen los teósofos y los cabalistas de que la inmensa mayoría de contactos que ellos tienen no son con los “espíritus de los muertos” sino con los elementarios, que son cascarones astrales que se hacen pasar por familiares o personajes célebres fallecidos para atraer el interés y así poder vampirizar energéticamente a las personas que asisten a las sesiones espiritistas. Y ante los ataques que Blavatsky recibió a causa de esta carta, ella envió otra carta a esta revista en donde respondió a dichas acusaciones y la cual pueden leer en el capítulo anterior a este.