LOS ENCUENTROS QUE TUVO ARNOLD KRUMM-HELLER CON LOS MAESTROS

El inicio de esos encuentros, Krumm-Heller los experimentó cuando él vivía en Sudamérica, y en su autobiografía él narra lo siguiente:

« En la logia a la que yo iba, una noche la conversación versaba sobre los Mahatmas, unos grandes maestros que vivían en la cima de los Himalayas, pero que desprendiéndose de su cuerpo material, ellos se aparecían en forma vaporosa al llamado del adepto iniciado.

Y después que unos habían negado el hecho, y otros lo habían ridiculizado, el reto había sido dado para probar la existencia de estos seres. Entonces el maestro de la Logia tomó una espada, trazó en el centro de la pieza el Pentaclo de Salmón (de que hace uso Goethe en el Fausto), pronunció una fórmula para nosotros incomprensible, y nos rogó formar una cadena tomándonos de las manos.

Apenas lo habíamos hecho cuando sentimos una detonación en la pieza vecina, como una especie de explosión de aire; la puerta gira sola sobre sus goznes como empujada por manos invisibles, y en el centro de la sala vemos de frente a un fantasma; un ser vaporoso, pero compacto, avanza hasta tocarnos. Los pelos se me erizaron de punta y si no es por el temor de aparecer como miedoso me hubiera desmayado.

Pero a pesar del miedo inusitado, me sentía feliz al palpar por primera vez una materialización perfecta de un maestro de lo invisible. En mi corazón se levantaba un grito de júbilo. Yo había pertenecido a los débiles que creen sin saber; y ahora ya era fuerte, pues creía sabiendo.

No tengo la autorización del maestro para escribir todo lo que vimos esa noche y las innumerables noches de los muchos años siguientes. Pero por ese medio él traía objetos desde gran distancia, que caían en la pieza sin saber de donde. Y las apariciones que pudiesen ser objeto de nuestra ilusión o efecto de hipnotismo o sugestión colectiva, fueron innumerable número de veces fotografiadas sugestionándose la placa fotográfica, lector incrédulo. »

(Conferencias esotéricas)

Posteriormente, cuando Krumm-Heller vivía en Europa, él se juntaba con otros ocultistas, para así poder seguir teniendo encuentros con los Maestros.

Y sobre ese asunto, en su libro “Curso de taumaturgia”, él mencionó lo siguiente:

« Cuando nos reuníamos los iniciados como Reuss, Peithmann y otros, y formábamos así el “Sumum Supremun Santuarium” experimentábamos como a esas reuniones acudían los Gurús [Maestros] que ya conocen mis lectores y de los cuales no conocemos el nombre. Solamente algunos de dichos Gurús se han dado a conocer y son citados por los teósofos. Y nosotros tenemos entre otros, al Maestro Rakoczi. »

(Capítulo 10)

Y Krumm-Heller expresó que él tenía una relación muy estrecha con el Maestro Rakoczi, ya que sobre ese maestro, en ese mismo libro, él escribió:

« La primera aparición suya que yo experimenté fue cuando me encontraba en Francia como discípulo del ocultista Papus. Y desde entonces ese Maestro no me ha abandonado. Se me ha aparecido siempre que le he llamado o cuando me ha visto en peligro. Y estoy seguro de que él protege a todos aquellos para los que yo solicito su protección.

No creo oportuno ni conveniente dar mas detalles sobre esto. En mis libros publicados puede verse como soy instrumento de las fuerzas radiadas por ese espíritu que vive en dos planos. Y cuando el cuerpo astral se separa de su envoltura material aparece en otro lugar de un modo espontáneo por un conjuro.

Además, en todas mis lecciones he enseñado que para lograr la salvación de los enfermos hay que valerse de todo; desde el ejercicio respiratorio y la vocalización hasta el conjuro de los espíritus. Y cuanto mejor preparados estemos, éstos mejor actuarán en nuestro favor. Para los grandes iniciados no hay ni espacio ni tiempo.

Y la “magia ceremonial” que usaban Papus, Eliphas Levi y otros ocultistas que han dado a conocer en sus libros, no son siempre la única manera de hacer dichos conjuros. Muchas veces basta solamente hacer una oración ferviente para que se materialicen dichos seres ante nuestra vista.

Por lo tanto, cuando nuestras fuerzas físicas no basten, necesitamos acudir a estos maestros mayores de lo Invisible, quienes como hemos visto en Rakoczi, pueden vivir como nosotros, es decir en un medio social humano.

Y podemos también llamar a los ángeles, que solamente están en la condición metafísica o astral, o actuar sobre ambas, como lo hace Rakoczi.

Y si se tiene ya contacto con estas entidades y recibimos instrucciones de ellas, nos sorprendemos a veces de que los encargos que nos dan sean inexplicables. Entonces, debemos decirnos a nosotros mismos que ellos saben muy bien porqué lo hacen.

Mis discípulos saben que ocuparse de estas cosas trae consigo persecuciones, incomprensiones y calumnias. Estas molestan en épocas normales; pero después de nuestra muerte, o sea, cuando hayamos abandonado nuestro cuerpo, son aun mucho peores. Me refiero aquí al Maestro Terrino, quien en la época pasada fue calumniado y perseguido, como todos nosotros, por personas incomprensivas para las cosas espirituales.

Lo mismo pasó a Paitman, quien como Patriarca de la Iglesia Gnóstica, fue motejado de “sexologo”, solo porque preconizaba la transmutación de fuerzas sexuales en fuerzas espirituales, que pueden compararse con la de los metales ordinarios en metales finos, o sea la piedra filosofal.

En otras ocasiones he dicho que para lograr la transmutación del plomo en oro, que sin género de dudas verificó Raymundo Lulio y también Rakoczi, se requiere ante todo la presencia de un Ángel. Sin dicho requisito no hay transmutación posible. »

(Capítulo 7)

Y en su libro “La Iglesia Gnóstica” sobre el Maestro Rakoczi, Krumm-Heller añadió:

« Sabemos que en Iglesia Católica Liberal [creada por Wedgwood y Leadbeater] los teósofos han querido mezclar a nuestro Hermano y Maestro Rakoczi. Pero los que lo conocemos personalmente a ese Maestro, sabemos que él cancela esos ímpetus con un encogimiento de hombros... »

OBSERVACIONES

Yo soy muy desconfiado que Krumm-Heller haya tenido encuentros con verdaderos Maestros, porque para comenzar, los Maestros no son sirvientes que puedes llamar cuando a ti se te antoje para que vayan a entretener a tus invitados como sucedía en esa Logia de ocultismo que mencionó Krumm-Heller.

Los Maestros son seres muy avanzados que están muy ocupados, y que por consiguiente no tienen tiempo para frivolidades. Así que para que un Maestro te visite, se requiere que tú ya hayas generado muchos méritos para merecer ese encuentro. Porque no nada más es una visita, sino que también es una conexión energética que se establece entre tú y el Maestro.

Pero además, ese encuentro no se hace de un solo golpe, sino que es muy progresivo. Y esto lo precisó el Maestro Kuthumi quien en una carta dirigida al Sr. William Tournay Brown, le explicó que:

« Lo que Damodar te dijo en la ciudad de Pune es cierto. Nosotros [los Maestros] nos vamos acercamos paulatinamente más y más a una persona a medida que ella misma se va preparando para lo mismo. Primero la persona nos ve en visiones, luego en formas astrales, aunque muy frecuentemente sin reconocerlas, luego en cuerpo fisco pero a cierta distancia. Y finalmente nos presentamos físicamente a esa persona. »

(CW 6, p.29)

Y por lo que mencionó el Maestro Kuthumi en otra carta, los Maestros sienten muy poco interés por los esoteristas en general, debido al egoísmo que impera en esos individuos:

« La más grande al igual que la más prometedora Escuela de magia que hubo en Europa, el último esfuerzo que se hizo en ese sentido fracasó rotundamente hace unos veinte años [en 1861] en Londres.

Era una escuela secreta para la enseñanza práctica de la magia, y esta escuela había sido fundada bajo en nombre de un club por una docena de entusiastas y era dirigida por el padre de Lord Lytton.

Él había reunido con este propósito a los más ardientes y emprendedores, así como a algunos de los eruditos más avanzados en mesmerismo y “magia ceremonial”, tales como Eliphas Lévi, Ragazzoni y el copto Zergvan-Bey. Pero a pesar de ello, en la pestilente atmosfera de Londres, el “Club” tuvo un final prematuro.

Yo lo visité como una media docena de veces, y percibí desde el principio que no había ni podría haber nada allí. Y esta es también la razón del por qué la Sociedad Teosófica Británica no progresa prácticamente un paso. Debido a que son de la Fraternidad Universal, únicamente de nombre, y gravitan en el mejor de los casos solamente hacia el quietismo (que es esa completa parálisis del alma).

Sus miembros dicen querer ayudar a la humanidad, pero en realidad son intensamente egoístas, y por consiguiente solo cosecharán las consecuencias de su egoísmo. »

(CM 28, p.209)

Pero lo que a mí más me demuestra que en realidad Krumm-Heller no tuvo contacto con los verdaderos Maestros, es la incapacidad que él tuvo para saber distinguir a los verdaderos instructores de los embusteros. Y también en la gran cantidad de errores y falsedades que él puso en su enseñanza, comenzando por el propio Maestro Rakoczi, ya que resulta que el “Maestro Rakoczi” es en realidad un personaje ficticio inventado por Leadbeater como lo detallo en este otro capítulo (ver link).

CONCLUSIÓN

Todo esto me hace concluir que lo más probable es que esas apariciones de “Maestros” que presenció Arnold Krumm-Heller, en realidad se trataron de inventos suyos o de apariciones espectrales como sucede también en el espiritismo.