LISTA DE CAPÍTULOS

DIFERENCIAS ENTRE LAS SKANDHAS Y LOS ÁTOMOS PERMANENTES





1) Los átomos permanentes se mencionaron por primera vez en el siglo XX, mientras que las skandhas se han mencionado desde hace muchos siglos atrás, ya que estas se encuentran inscritas en los antiguos textos sagrados del Oriente.



2) Los átomos permanentes fueron inventados por Annie Besant y Charles Leadbeater, dos individuos que resultaron ser profundamente embusteros; y luego ese falso concepto fue retomado por Max Heindel, y posteriormente por Alice Bailey; otros individuos que resultaron también ser muy charlatanes.

Y de hecho no conozco ningún instructor serio que hable sobre los "átomos permanentes". Todos los que tienen conocimientos sobre este tema hablan de las skandhas, porque estás han sido enseñadas por disciplinas muy respetadas como son el Budismo y la Teosofía.



3) Annie Besant y Charles Leadbeater aseguraron que dentro del cuerpo físico de cada ser humano existe un átomo al cual ellos lo llaman “el átomo permanente físico”, porque según ellos, ese humano siempre va a tener ese átomo consigo durante toda su existencia a lo largo de sus encarnaciones.

Pero esto se contradice con lo que enseñaron los Maestros, ya que el maestro Kuthumi precisó que:

« Los átomos del cuerpo cambian cada siete años»
(CM15, p.93)

Y esto también lo señaló William Judge quien fue un verdadero discípulo de los Maestros, puesto que en su libro “El Océano de la Teosofía”, él escribió:

« El cuerpo sufre un cambio completo cada siete años»
(p.36)


Y de hecho eso también lo indicó Annie Besant, ya que en su libro “El Hombre y sus Cuerpos”, ella escribió:

« El cuerpo del hombre cambia completamente cada siete años»
(p.16)

Pero como de costumbre Annie Besant no prestaba atención a lo que ella escribía y por eso ella seguido se contradice en sus escritos.



4) Y Annie Besant y Charles Leadbeater también aseguraron que el cuerpo astral también tiene un “átomo permanente astral” y el cuerpo mental también tiene un “átomo permanente mental”, los cuales cada humano siempre los va a tener consigo durante toda su existencia.

Y aunque sobre este punto, los instructores teosóficos no especificaron al respecto. Pero en base a la ley esotérica de Correspondencia que dice que “como es abajo, es arriba”, y también en base a la doctrina hinduista de Nitya Pralaya que enseña que todo en el Universo cambia constantemente y continuamente.

Todo esto nos indica que muy seguramente tampoco existen el átomo permanente astral” y “el átomo permanente mental”.



5) Y como ustedes lo acaban de constatar, Annie Besant y Charles Leadbeater relacionan un átomo permanente con cada uno de los cuerpos inferiores del hombre. Pero en cambio las skandhas se encuentran asociadas con los diferentes aspectos del hombre, lo cual es diferente.

El budismo explica que existen cinco diferentes tipos de skandhas, y estas son:

  • las skandhas que se ocupan de la forma (lo cual se relaciona con el cuerpo físico y el cuerpo astral)
  • las skandhas que se ocupan de los sentidos (lo cual también se asocia con el cuerpo físico y el cuerpo astral)
  • las skandhas que se ocupan de las ideas (lo cual se relaciona con la mente)
  • las skandhas que se ocupan de las tendencias (lo cual se relaciona con todos los cuerpos)
  • las skandhas que se ocupan de las predisposiciones mentales y morales (lo cual se relaciona con la mente)



6) Por otra parte, Annie Besant y Charles Leadbeater pretenden que esos tres átomos permanentes siguen existiendo después de que la persona muere. Pero Blavatsky explicó que las skandhas inferiores también fallecen:

« Las skandhas se juntan al nacimiento de un humano y constituyen su personalidad. Y después de la madurez de tales atributos, estos empiezan a separarse y a debilitarse, lo cual va seguido del Jarâmarana, o sea de la decrepitud y la muerte

¿Son las skandhas inferiores aniquiladas por completo?

Lo son y no lo son. Son destruidas como recursos que la personalidad tenía para poder actuar. Pero permanecen como efectos kármicos, como gérmenes flotando en la atmósfera del plano terrestre, listas para volver a la vida, adhiriéndose a la nueva personalidad cuando el ego se reencarna»
(GT p.301 y Clave p.154)



7) Annie Besant y Charles Leadbeater aseguran que después de la muerte, esos tres átomos permanentes ascienden con el ego hasta cuerpo causal. Pero esto es opuesto a lo que enseñó el maestro Kuthumi, ya que él explicó que:

« Cuando el ego asciende al Devachan, todo aquello que pertenece a los atributos materio-psicológicos y sensaciones de las cinco skandhas inferiores será arrojado como un desecho, por ser indigno y no estar lo suficientemente relacionado con las percepciones, emociones y sentimientos puramente buenos del sexto principio (Buddhi) y cementados por el quinto principio (Manas). Y este desecho progresivamente desaparece como la llama abandona el pabilo cuando la vela se apaga»
(CM23B, p.171)



8) Y Annie Besant y Charles Leadbeater también afirman que los átomos permanentes se crean cuando los átomos ordinarios se adhieren a las Mónadas. Mientras que el maestro Kuthumi explicó que las skandhas se forman por la generación de vibraciones:

« Un buen pensamiento continúa funcionando como un poder activo benéfico, mientras que un mal pensamiento lo hace como un poder maléfico. Y es así como el hombre está poblando continuamente su corriente en el espacio con un mundo propio de vibraciones, repleto de la progenie de sus imaginaciones, deseos, impulsos y pasiones; una corriente que reacciona sobre cualquier sensitivo u organización nerviosa que se ponga en contacto con ella, en proporción a su intensidad dinámica.

Los budistas denominan todo esto como “Skandhas”, y los hinduistas le dan el nombre de “Karma”. Y el Adepto desarrolla estas fuerzas conscientemente, mientras que los otros humanos las generan inconscientemente»
(CM a Hume, p.497-498)



9) Y de hecho, las skandhas no son átomos, ya que las skandhas son mucho más trascendentales que eso puesto que ellas son los “programas de base” que sirven para crear todo lo que existe en el Universo: desde una partícula hasta el cosmos entero.



10) Annie Besant y Charles Leadbeater aseguraron que los átomos permanentes se encuentran mucho más evolucionados que los demás átomos, encontrándose en el mismo estado de desarrollo completo que los de la séptima ronda en los individuos que están a punto de alcanzar el grado de Adepto.

Pero esto es completamente falso porque el maestro Kuthumi precisó que:

« Nuestro Señor Buddha (como un ser de la sexta ronda) no hubiese aparecido en nuestra época, por grandes que fuesen sus meritos acumulados en renacimientos anteriores, de no haber sido por un misterio, ya que los individuos no pueden aventajar a la humanidad de su ronda por más de un intervalo, porque eso es matemáticamente imposible. Y solamente Buddha forma una excepción a esa regla en virtud de ese misterio. »
(CM15, p.96)



11) Y Annie Besant y Charles Leadbeater afirmaron que:

« El Nirmanakaya parece conservar su augoeides, es decir su cuerpo causal y todos sus átomos permanentes, y por lo tanto tiene el poder de manifestarse en cualquier nivel que le plazca. Se dice de los Nirmanakayas en "La Voz del Silencio" que forman una Muralla de Guardia, que preserva al mundo de otras y peores miserias y sufrimientos. »

Pero lo primero que Besan y Leadbeater dicen es falso, y si ellos se hubieran leído con más atención "La Voz del Silencio", entonces ellos se percatarían que lo que están afirmando es incorrecto porque ahí Blavatsky precisó que:

« El Nirmanakâya es esa forma etérea que el Iniciado puede asumir cuando al dejar su cuerpo físico, aparecería en su cuerpo astral, teniendo adicionalmente todo el conocimiento de un Adepto. »
(Parte III, nota 34 del glosario)






CONCLUSIÓN

Estos son solamente algunas de las grandes diferencias que existen entre las skandhas enseñadas por el Budismo y la Teosofía, y los átomos permanentes enseñados por Leadbeater y Annie Besant. Pero hay todavía más. Y como ustedes mismos lo pueden constatar, aunque algunos individuos quieren hacerle creer a la gente que son conceptos similares, en realidad son conceptos muy diferentes.









LOS ÁTOMOS PERMANENTES EN LA REENCARNACIÓN





Annie Besant y Charles Ledbeater explicaron que dentro de cada uno de los cuerpos de la personalidad existe un "átomo permanente".

·        dentro del cuerpo físico existe un "átomo permanente físico"
·        dentro del cuerpo astral existe un "átomo permanente astral"
·        dentro del cuerpo mental existe un "átomo permanente mental" (al cual no lo denominan átomo sino “la molécula permanente mental” o “unidad mental”).

Y a estos átomos se les llama “permanentes” porque siempre son los mismos en todas las existencias que va a tener cada ser humano, desde su primera encarnación hasta su última encarnación.

Y la labor de estos átomos permanentes es de registrar, archivar y asimilar todas las impresiones y experiencias que tienen lugar en sus cuerpos respectivos. Para que de esta manera esos cuerpos se vayan perfeccionando cada vez más.







¿QUÉ SUCEDE AL MORIR?

Cuando el cuerpo físico fallece, todos los átomos que componían al cuerpo físico se esparcen y vuelven a formar parte integral de la naturaleza, con excepción del átomo permanente físico, el cual se encuentra situado en el corazón.

En el momento de la muerte física, el tejido de vida, junto con el prana, se retiran al corazón rodeando al átomo permanente físico. Y juntos ascienden por el nadi Sushumna al tercer ventrículo del cerebro.

Y de ahí ellos ascienden lentamente al punto de unión de las suturas parietal y occipital; y finalmente junto con el ego, abandonan el cuerpo físico y se instalan ahora en el cuerpo astral.


Luego cuando el cuerpo astral a su vez fallece, este se desintegra y su substancia vuelve a formar parte integrante del plano astral, con excepción del átomo permanente astral, el cual junto con el átomo permanente físico y el ego ascienden al cuerpo mental.

Y luego cuando el cuerpo mental a su vez fallece, este se desintegra y su substancia vuelve a formar parte integrante del plano mental, con excepción de la unidad mental, la cual junto con el átomo permanente físico, el átomo permanente astral y el ego ascienden al cuerpo causal.

Entonces el ego queda únicamente revestido por su envoltura causal, y esos tres átomos son lo único que le queda al ego de sus cuerpos inferiores de su última encarnación.

Y cuando los átomos permanentes quitan sus cuerpos respectivos, ellos pasan a una condición estática. Y dentro del cuerpo causal esos tres átomos permanentes son envueltos en la tela de vida búdica y son mantenidos en un estado latente. Ellos tienen el aspecto de una partícula brillante.






¿QUÉ SUCEDE AL REENCARNAR?

Cuando el ego termina su estancia en el Devachan, el deseo por más experiencias terrenales vuelve nuevamente a manifestarse y el ego dirige la atención hacia el exterior.

Entonces el ego envía un estremecimiento de vida que activa la unidad mental. La corriente de vida comienza a desplegarse de nuevo, y la vibrante unidad mental desciende al plano mental inferior, y actuando como un imán, atrae hacia ella la substancia mental que va a necesitar para construir un nuevo cuerpo mental.

Nada más que esta substancia mental será con niveles vibratorios semejantes a los propios o que concuerdan con ella.

Y cuando el cuerpo mental está formado en parte, el estremecimiento de la vida del ego vitaliza el átomo permanente astral, y se efectúa un proceso análogo al anterior, una nube de materia astral es atraída alrededor del átomo astral permanente, formando así el nuevo cuerpo astral que servirá para la nueva reencarnación.

Y un proceso similar se efectúa también con el átomo permanente físico, el cual se instala en el vientre de la madre y va a formar al nuevo cuerpo físico.

Vemos pues, que en su descenso hacia la tierra el ego no recibe cuerpos ya creados; sino que a partir de sus átomos permanentes, él reconstruirá nuevos cuerpos que le servirán para su nueva reencarnación. Y por consiguiente esos nuevos cuerpos tendrán el mismo nivel de desarrollo que alcanzaron los átomos permanentes al final de la reencarnación anterior.







OBSERVACIONES

Desafortunadamente esto que enseñaron Leadbeater y Annie Besant es una versión muy tergiversada de lo que en realidad enseñaron los Maestros transhimaláyicos. Y para empeorar todavía más el asunto, ellos le añadieron enormes falsedades por las razones que les explico en estos otros dos capítulos:










LOS ÁTOMOS PERMANENTES EXPLICADOS POR CHARLES LEADBEATER




Quien escribió principalmente sobre los átomos permanentes, fue Annie Besant, pero Leadbeater también los mencionó en varias ocasiones.



En su libro “La Vida Interna” (volumen 1), él escribió:

« El hombre, para estar seguro de recordar su propósito evolutivo de vida en vida, debe elevar su conciencia al ego; pero durante las etapas en que él todavía es incapaz de hacer esto, no obstante él imprimirá ese propósito en sus átomos permanentes, y así ese propósito se lo llevará consigo de vida en vida.

Si él puede alcanzar el ego, el hombre nacerá con ese conocimiento inherente en él mismo; pero si solo puede impresionar a los átomos permanentes, entonces ese conocimiento no nacerá como parte de sus ideas innatas, sin embargo en cuanto se le presente en una u otra forma externa, él reconocerá inmediatamente su verdad y obrará de acuerdo con ella»
(p.59)



« El resultado del mal que hace el hombre se almacena en los átomos mentales y astrales permanentes, por lo que el hombre tiene que enfrentarlo una y otra vez, pero eso es muy diferente de llevarlo al ego y hacerlo realmente parte de sí mismo»
(p.170)



« Creo que nuestra Presidente Annie Besant ha dicho que cuando Blavatsky habló sobre el huevo áurico sagrado, ella se refería a los cuatro átomos permanentes dentro de una envoltura de materia del plano nirvánico»
(p.226)



« Los bajos pensamientos solo afectan a los átomos permanentes, pero no al ego; y en correspondencia con ellos no hay en el cuerpo causal colores siniestros, sino solamente lagunas o vacíos.

El egoísmo aparece en el cuerpo causal como carencia de afecto o simpatía, y cuando se desarrollen las buenas cualidades se llenará ese vacío. Por lo tanto en el cuerpo causal se puede ver de qué cualidades carece un hombre, y si procuramos desarrollar las cualidades que el ego necesita, este vendrá a ayudarnos en la tarea»
(p.252)





Y en su libro “La Vida Interna” (volumen 2), Leadbeater escribió:

« Ya sea que el hombre esté durmiendo o despierto, vivo o muerto, su acorde sigue siendo el mismo, y siempre se le puede distinguir por él.

¿Cómo es esto posible cuando él está descansando en el mundo celeste y no tiene cuerpo astral ni doble etérico que emitan la tónica correspondiente?

A esa pregunta responderemos que mientras el cuerpo causal subsiste tiene adheridos en él a los átomos permanentes de los cuerpos físico y astral, los cuales bastan para dar la tónica distintiva, y por lo tanto, dondequiera que vaya el hombre con su cuerpo causal, él llevará consigo el acorde de sus principios inferiores»
(p.140)



« Por lo tanto, el mecanismo del método ordinario para investigar las vidas pasadas consiste en que el investigador utilice las facultades de su cuerpo causal, y por su mediación, psicometrice el cuerpo causal del sujeto.

Y esto también podría realizarse en planos inferiores por medio de la psicometrización de los átomos permanentes; pero como ese procedimiento sería mucho más difícil que el desarrollo de los sentidos del cuerpo causal, el éxito sería dudoso»
(p.148)



« El miedo es otro procedimiento anormal por el que se individualizaron los animales cruelmente tratados por el hombre, y cuya astucia fue desarrollada por los violentos esfuerzos para comprender y evitar la crueldad, lo que determinó su desprendimiento del alma grupal formando un ego de muy poca intelectualidad, que al descender a los planos inferiores se ha de revestir inevitablemente de vehículos mental y astral capaces tan sólo de expresar las más bajas pasiones, a causa de la naturaleza de sus átomos permanentes»
(p.260)



« Consideremos el caso de un ego que está a punto de reencarnar. Supongámoslo situado en el plano mental superior, sin otro vehículo inferior al cuerpo causal. Desde la muerte de su último cuerpo físico se fue retrayendo interiormente, primero en su vehículo astral y después en el mental, que también desechó al terminar su vida celeste.

Entonces permanece en su propio plano durante cierto período que, según su estado de adelanto, varía de dos a tres días de inconsciencia, si es un hombre vulgar, hasta largos años de vida consciente y gloriosa, si está extraordinariamente adelantado.

Después, vuelve a dirigir su atención hacia lo externo e inferior. Y como quiera que en el transcurso de su movimiento ascendente, él desvió la atención de los planos físico y astral, los átomos permanentes quedaron adormecidos y cesaron en la vigorosa vibración que los caracteriza.

Y lo mismo ocurre con la molécula mental al final de la vida celeste, y durante su permanencia en su propio plano, o sea en el causal, el ego tiene los dos átomos permanentes y la molécula mental en absoluto reposo»
(p.293)



« El aura del pequeñuelo es relativamente incolora, y hasta que se desarrollan las cualidades, no empiezan a manifestarse los colores.

Para modelar su vehículo astral, se le proporciona al ego la materia a la que se hizo acreedor por los deseos y emociones a los que cedió en su vida anterior; pero no está obligado a utilizar esta materia en absoluto al elaborar su nuevo vehículo.

Si se le dejara enteramente a sus inclinaciones, la acción automática del átomo permanente tendería a formarle con la materia dada un cuerpo astral análogo al que tuvo en su última vida; pero no hay razón para utilizar toda la materia dada»
(p.295)



« En la formación del cuerpo físico hay tres fuerzas principales en el trabajo: primero, la influencia del ego que tiene la intención de tomar la nueva forma; segundo, el trabajo del edificio elemental formado por los Señores del Karma; y tercero, el pensamiento de la madre.

Ahora supongamos que un cuerpo etérico está a punto de formarse para un ego en el proceso de su descenso a la encarnación. Él mismo es un ego de cierto tipo y subtipo, y estas características suyas están impresas en su átomo físico permanente, y esto a su vez determina cuál de las divisiones perpendiculares de materia etérica entrará en la composición de ese cuerpo etérico y en qué proporción se utilizarán»
(p.296)



« El germen que se expandirá al cuerpo físico del hombre tiene dentro de sí mismo dos componentes, con dos conjuntos de potencialidades. Y el alumno debe tener cuidado de no confundir este germen físico que proviene de los padres con el átomo físico permanente que el ego trae consigo»
(p.299)


(Nota: la paginación corresponde a la publicación americana de 1922)






OBSERVACIÓN

Desafortunadamente esto que enseña Leadbeater está lleno de falsedades porque en realidad los átomos permanentes no existen debido a las razones que explico en este otro capítulo.
(Link)








LOS ÁTOMOS PERMANENTES EXPLICADOS POR ANNIE BESANT




En donde Annie Besant explicó más acerca de los átomos permanentes, fue en su libro “Estudio sobre la Conciencia”, y lo que ella escribió fue lo siguiente:


« 

1. LA ADHERENCIA DE LOS ÁTOMOS

Consideremos ahora la Tríada espiritual, el triatómico Atma-Buddhi-Manas, el Jivâtmâ, la semilla de la conciencia dentro de la cual el calor de la corriente de la vida del Logos que la rodea, está provocando débiles sensaciones de vida receptiva.

Estas son emociones internas, preparatorias para actividades externas. Y tras una larga preparación aparece un tenue hilo semejante a una pequeña raicilla procedente de la triatómica molécula que envuelve la conciencia. Es un áureo hilo de vida revestido de materia búddhica.

Innumerables hilos aparecen en los innumerables jivâtmâs, que al principio flotan vagamente en las siete copiosas corrientes de vida y luego quedan anclados (si se permite la expresión) mediante la adherencia a una molécula del cuarto sub-plano mental.

Esta adherencia, como la primitiva a los tres átomos superiores y las subsiguientes a los átomos astral y físico, la llevan a cabo los seres brillantes.

Y alrededor de esta molécula adherida se condensan temporáneamente agregaciones de esencia elemental del segundo reino, que se dispersan y vuelven a condensarse una vez y otra, siempre con la adherida molécula como estable centro de la interminable sucesión de complejas y cambiantes formas cuyas vibraciones la despiertan gradualmente hasta suscitar débiles respuestas que a su vez levantan vagos y tenues movimientos en la semilla de la conciencia.

Ahora bien, no debe entenderse que cada centro esté siempre rodeado de una forma peculiar, pues un mismo agregado de esencia elemental puede tener muchos, o solo algunos, o ninguno de estos centros.

Por lo tanto, con lentitud inconcebible llegan las moléculas adheridas a poseer determinadas cualidades, o sea que adquieren el poder de vibrar en ciertos tonos armonizados con las vibraciones mentales, de suerte que de allí en adelante sean posibles los pensamientos.

Y los seres brillantes del segundo reino elemental actúan también en esta operación dirigiendo hacia las moléculas centrales las vibraciones a que ya puedan responder y rodeándolas de la esencia elemental entresacada de sus propios cuerpos.

Además, cada uno de los siete grupos típicos está separado de los otros por un tenue tabique de esencia monádica que más tarde será la pared medianera del alma-grupo.


Todo este proceso se repite luego de haberse formado el tercer reino elemental. El delgado hilo de vida revestido de materia búddhica, con su adherida molécula mental se dirige hacia el plano emocional y se adhiere a un átomo astral que le sirve de centro en cuyo alrededor se condensan temporáneamente agregaciones de esencia elemental del tercer reino, dispersándose y reintegrándose como en el caso anterior.

Y de aquí se siguen análogos resultados y la interminable sucesión de formas que van envolviendo al estable centro suscitan en él débiles respuestas que a su vez despiertan vagos y suaves movimientos en el interior de la semilla de conciencia.

Asimismo los adheridos átomos astrales llegan lentamente a poseer determinadas cualidades, o sea que adquieren el poder de vibrar en ciertos tonos armonizados con la sensación, de suerte que de allí en adelante sean posibles las sensaciones.

Y también aquí cooperan en la obra los seres brillantes del tercer reino elemental y emplean sus mayores poderes vibratorios para producir simpáticamente en aquellos indesenvueltos átomos el poder responsivo y asimismo le proporcionan substancia de sus propios cuerpos.

El tabique de separación de cada uno de los siete grupos recibe una nueva capa formada de la esencia monádica del plano emocional con lo que se acerca de un grado más a la pared medianera de la futura alma grupal.


Y nuevamente se repite el proceso al llegar la gran oleada al plano físico. El delgado hilo de vida revestido de la materia búddhica con sus adheridos átomos mental y emocional se dirige hacia el plano físico en donde se adhiere un átomo físico como estable centro en cuyo alrededor se agrupan moléculas etéreas; pero como la materia física, por lo densa, es más coherente que la sutil materia de los planos superiores, dura más la vida.

Luego de formados los tipos etéreos de los proto-metales y más tarde los proto-metales, metales, metaloides y minerales, los seres brillantes del reino físico etéreo sumergen los átomos adheridos a sus envolturas de éter en uno de los siete tipos etéreos a que respectivamente pertenecen y entonces comienzan su larga evolución física.

Pero antes, de seguirlos en ella hemos de considerar las almas grupales que en el sub-plano físico atómico reciben su tercera vestidura.

Examinemos primero algún tanto la naturaleza y función de estos átomos permanentes, las tríadas en los planos inferiores reflejan las espirituales Tríadas de los superiores, cada cual adherida a su respectiva Tríada o Jivâtmâ, es decir, que cada tríada atómica consta de un átomo físico, otro astral y otro mental permanentemente adheridos por un hilo de materia búddhica a la Tríada espiritual.

A este se le ha dado el nombre de Sútrâtmâ o Hilo-Yo, porque los átomos permanentes están engarzados en él como cuentas en sarta.

Y el siguiente diagrama dará una clara idea de esta relación:







2. LA TELA DE LA VIDA

Hemos dicho que el nexo con la Tríada espiritual es de materia búddhica y así lo indica en el diagrama, la línea puntillada que enlaza los átomos derivados del plano búddhico y no del átomo manásico.

De materia búddhica está tejida la maravillosa tela de vida que mantiene y vivifica todos nuestros cuerpos; y si nos fuera posible mirarlos con visión búddhica desaparecerían para ver en su lugar una áurea tela de materia búddhica de inconcebible finura y delicada belleza entretejida en todas sus partes con una randa de diminutas mallas en donde están prendidos los átomos densos.

Y un más atento examen reveía que la randa o redecilla está formada de un solo hilo, prolongación del Sûtrâtmâ.

Durante la vida prenatal del infante este hilo brota del átomo físico permanente y se ramifica en diversas direcciones, continuando el crecimiento hasta la completa formación del cuerpo físico.

Durante la vida terrestre, el prana o aliento vital planea constantemente sobre dicho hilo, siguiéndole en todas sus ramificaciones y mallas, y al ocurrir la muerte se retrae, dejando que se disgreguen las partículas del cuerpo físico. Y es posible observar cómo se va desprendiendo lentamente de la densa materia física, acompañado del aliento vital con el que se refugia en el corazón alrededor del átomo permanente.

Según va retirándose, se enfrían los abandonados miembros con el "escalofrío de la muerte". La violáceo-dorada llama del aliento de vida brilla en torno del corazón, y en compañía de la áurea tela de vida y del átomo permanente se deslizan a lo largo del secundario sushumna hasta el tercer ventrículo cerebral.

Los ojos brillan mientras la tela de vida se retrae en el tercer ventrículo alrededor del átomo permanente, y luego todo el conjunto se eleva poco a poco hasta el punto de sutura del parietal con el occipital, por donde deja el cuerpo físico, y sobreviene la muerte.

La tela de vida envuelve el átomo permanente como dorado capullo análogo al del gusano de seda, y así queda recogida hasta que la construcción de un nuevo cuerpo físico demanda su desenvolvimiento.

El mismo proceso ocurre en los átomos astral y mental, de suerte que al desintegrarse estos dos cuerpos, la tríada inferior ofrece el aspecto de un titilante y refulgente núcleo en el interior del cuerpo causal, según habían notado los clarividentes mucho tiempo antes de que la observación atenta revelara su naturaleza.





3. ELECCIÓN DE LOS ÁTOMOS PERMANENTES

Retrocedamos al punto en que la Mónada se asimila los átomos permanentes de los tres planos superiores, y tratemos de comprender algo del objeto y utilidad de esta asimilación, teniendo en cuenta que rigen los mismos principios para los átomos permanentes de cada plano.

Ante todo, conviene recordar que la materia de cada plano ofrece siete tipos primordiales que varían según el predominio de uno u otro de los tres capitales atributos de la materia: inercia, movilidad y ritmo.

De aquí que los átomos permanentes pueden escogerse de cualesquiera de dichos tipos, aunque parece que la Mónada los escoge de un mismo tipo; y si bien la operación de adherirlo al hilo de vida en los tres planos superiores la efectúan las Jerarquías de que oportunamente hablamos, la elección es peculiar de la misma Mónada que de por sí pertenece a uno u otro de los siete grupos de Vida ya referidos, a cuyo respectivo frente se halla un Logos planetario que colora el conjunto de suerte que las Mónadas se agrupan por estos colores y cada cual está coloreada por su Estrella paterna.

Tal es la primera y capital característica determinante de cada uno de nosotros, nuestro color fundamental, clave o temperamento. La Mónada puede utilizar su nueva peregrinación para fortalecer y acrecentar esta especial característica, por lo que las Jerarquías adherirán a su hilo de vida átomos del tipo de materia correspondiente a su rayo.

De esta adherencia resulta el secundario color, clave o temperamento que vigoriza o intensifica el primero, y en el transcurso de la evolución se mostrarán definidamente las potencias y flaquezas de este duple temperamento.

Pero también la Mónada puede escoger su nueva peregrinación para desarrollar otro aspecto de su naturaleza; y entonces. las Jerarquías ensartarán en su hilo de vida átomos del tipo de materia correspondiente a otro rayo en que predomine el aspecto que se proponga desenvolver.

De esta adherencia resultará el secundario color, clave o temperamento que modifique el primero, con los consiguientes resultados en el transcurso de la evolución. Este último caso es el más frecuente y determina mayor complejidad de carácter, especialmente en las postreras etapas de la evolución humana, cuando es más vigorosa la influencia de la Mónada.

Según queda expuesto, parece que todos los átomos permanentes se toman del mismo tipo de materia, de suerte que los de la tríada inferior correspondan con los de la superior; pero en los planos inferiores la influencia de estos átomos en la determinación del tipo de materia empleado en los cuerpos de que son centros generadores (punto a que debemos atender ahora) está muy limitada e intervenida por otras causas.

En los planos superiores los cuerpos son relativamente permanentes y reproducen definidamente la clave de sus átomos permanentes por muy enriquecida que esté dicha clave con sobretonos de siempre creciente sutilidad armónica; pero en los planos inferiores, aunque la clave o nota fundamental de los átomos permanentes sea siempre la misma, influyen varias otras causas en la elección de materiales para los cuerpos, según vamos a ver.





4. UTILIDAD DE LOS ÁTOMOS PERMANENTES

Los átomos permanentes sirven para conservar en su interior, como potencias vibratorias, los resultados de las experiencias por las que han pasado. Y para mayor claridad tomaremos como ejemplo el átomo físico, que se presta a más fácil explicación que los átomos de los planos superiores.

Un contacto físico de cualquier clase levantará vibraciones de su propia índole, locales o generales, según la clase de intensidad del contacto. Pero sean locales o generales, estas vibraciones llegarán en todo caso al átomo físico transmitidas por la tela de vida, o también en violentos choques por meros impulsos.

Esta vibración, excitada en el átomo desde el exterior, se transmuta en cualidad vibratoria del átomo con tendencia interna a reiterar la vibración. Y durante la vida el cuerpo físico recibe innumerables choques y ni uno solo deja de repercutir en el átomo permanente y dotarlo de una nueva posibilidad de vibración.

Todos los resultados de las experiencias físicas se almacenan en este átomo permanente convertidas en potencias vibratorias, que son innumerables al término de la vida física; es decir que el átomo ha aprendido a responder de infinidad de maneras al mundo externo y a reproducir en sí mismo las vibraciones impulsivas de los objetos circundantes.

El cuerpo físico se desintegra a la muerte y sus partículas se disgregan llevando consigo el resultado de todas las experiencias por las que pasaron; pero el átomo permanente físico perdura y es el único que pasa por todas las experiencias de los siempre cambiantes conglomerados a que llamamos nuestros cuerpos, y el único que adquiere los resultados de todas las experiencias.

Envuelto en su áureo capullo, dormita durante los largos años en que el Jivâtmâ a que pertenece está en otros mundos recibiendo distintas experiencias que en nada afectan a su átomo físico, incapaz de responder a ellas, y así duerme en imperturbable reposo su larga noche.

Al llegar el momento de una reencarnación, la presencia del átomo permanente permite la fecundación del óvulo de que ha de formarse el nuevo cuerpo, porque entonces resuena su nota al constructor etéreo, al elemental encargado de construir el cuerpo físico, para escoger los materiales mejor adecuados a su obra, pues no debe emplear ninguna que no esté más o menos armonizado con el átomo permanente. Sin embargo, la nota fundamental no es tan sólo una de las fuerzas.

El karma mental y emocional y el relacionado con otras entidades requieren materiales capaces de variadísimas expresiones. Y de este karma, los Señores del Karma escogen todo lo congruente, es decir, cuanto puede expresarse por medio de un cuerpo formado de un particular tipo de materia.

Esta congruente masa de karma determina el grupo material de que se ha de revestir el átomo permanente, y de dicho grupo escoge el elemental, los materiales capaces de vibrar en armonía con el átomo permanente, o en discordancia que no llegue al extremo de disruptiva violencia.

Por lo tanto, el átomo permanente es, según queda dicho, una sola de las fuerzas determinantes del tercer color, nota o temperamento, que caracteriza a cada uno de nosotros.

La época del nacimiento del cuerpo estará subordinada a este temperamento, es decir, que ha de nacer en el mundo cuando las influencias físicas planetarias convengan a su tercer temperamento, y así nace "bajo su astrológica estrella".

Inútil es advertir que la estrella no determina el temperamento, sino que por el contrario el temperamento fija la época del nacimiento bajo la estrella. Pero aquí está la explicación de la correspondencia entre los ángeles estelares y los caracteres, así como de la necesidad de sacar un cuidadoso y exacto horóscopo que sirva de guía para conocer el temperamento del niño cuando se le haya de educar.

Por inconcebible que parezca, es lo cierto que tan complejos resultados se acumulan en un diminuto átomo capaz de comunicar sus peculiaridades a la materia circundante; porque conviene advertir que la ciencia profana admite análoga idea al suponer que los infinitesimales bióforos de la célula germinal de Weismann transmiten al niño las características de su estirpe de progenitores.

Así como el bióforo da al cuerpo las físicas peculiaridades derivadas de los ascendientes, el átomo permanente proporciona las adquiridas por el evolucionante nombre en el transcurso de su evolución.

Muy claramente expone Blavatsky estas ideas en el siguiente pasaje:

« El embriólogo y filósofo alemán, apoyado en las enseñanzas de Hipócrates y Aristóteles, acaba por coincidir con las doctrinas de los antiguos arios al mostrarnos una célula infinitesimal que entre millones de otras cooperantes a la formación de un organismo, por sí sola y sin ayuda, determina, mediante su constante fraccionamiento y multiplicación, la correcta imagen del futuro hombre con su« características tísicas, psíquicas y mentales.

Completad el plasma físico o "célula germinal" del hombre, dotado de potencialidades materiales, con el "plasma espiritual" o fluido que contiene los cinco principios inferiores de los seis del Dhyani, y tendréis el secreto si sois lo bastante espirituales para comprenderlo. »
(DS I, p.243)


Si estudiamos la herencia física a la luz de las enseñanzas de Weismann, nos convenceremos de la posibilidad del átomo permanente. Un hombre reproduce los rasgos fisonómicos de un muy lejano antepasado, y manifiesta una peculiaridad tísica que caracterizó siglos atrás a un ascendiente.

Es posible trazar la nariz de los Estuardos a través de una larga serie de retratos, e innumerables casos sería fácil citar de tales semejanzas, ¿qué de imposible tiene que un átomo acopie no ya bióforos, como en la célula germinal, sino la propensión a reproducir innumerables vibraciones precedentemente experimentadas?

En cuanto a dificultades de espacio, no las hay mayores que en el caso de una cuerda que, doblada en diferentes puntos, emite diversas notas con numerosos sobretonos. No hemos de pensar que el diminuto espacio de un átomo esté repleto de innumerables cuerpos vibrantes, sino que contiene un limitado número de cuerpos capaces cada uno de ellos de emitir innumerables vibraciones.

Pero en realidad, aun la misma dificultad de espacio es ilusoria, porque lo mínimo es tan ilimitado como lo máximo. La ciencia moderna considera los átomos como un sistema de mundos volteantes en sus respectivas órbitas, en conjunto parecido a un sistema solar.

Ni el espacio ni el tiempo, gemelos de la ilusión, pueden aquí intimidarnos, pues así como no hay límites para la división del pensamiento, tampoco los hay para la materia, que es manifestación del pensamiento.

En la cuarta ronda son normalmente cuatro las espirillas en actividad de los átomos permanentes, lo mismo que ocurre generalmente en los ordinarios átomos no adheridos, en esta etapa de evolución.

Pero examinemos el átomo permanente en el cuerpo de un hombre muy evolucionado y en mucha más adelantada situación que sus prójimos. En este caso vemos cinco espirillas activas en el átomo permanente y los materiales de su cuerpo nos declaran el por qué.

En la vida prenatal, la presencia de estas cinco espirillas del átomo permanente determinarían que el elemental constructor escogiese de entre sus materiales algunos átomos similares que le fueran convenientes, y entre ellos ningunos tan a propósito como los que hubiesen estado en temporánea conexión con algún cuerpo cuyo centro fuese un átomo permanente de cinco espirillas, pues por esta circunstancia tendrán la propensión a despertar en ellos la correspondiente actividad, y sobre todo si hubiesen formado parte de los nervios o del cerebro del muy evolucionado posesor del cuerpo.

La quinta espirilla pudo ser más o menos activa en ellos, y aunque al dejar dicho cuerpo cayeran en inactividad, la actividad que tuvieron les predispuso a responder mas fácilmente en el futuro u la corriente de vida monádica; y por lo tanto, el elemental procurará en cuanto pueda, aprovecharlos para su obra.

También podría entresacar, ocasionalmente, del cuerpo del padre o de la madre, si éstos fuesen de orden superior, los átomos que mejor le convinieran y ponerlos a su cuidado después del nacimiento y en el transcurso de la vida, un cuerpo así construido atraería cuantos átomos similares cayeran dentro de su campo magnético, y su posesor obtendría incalculables ventajas del trato con personas altamente evolucionadas, al apropiarse, gracias a la vecindad, algunos átomos de cinco espirillas que flotasen entre la multitud de partículas desprendidas de sus cuerpos, con lo que le fuera de mucha ganancia física mental y moral su compañía.

El átomo astral permanente está respecto de] cuerpo astral en la misma relación que el átomo físico permanente con el cuerpo físico. Al término de la vida kamalókica o purgatorial, la áurea tela de vida se retira del cuerpo astral dejándolo desintegrar, como antes se desintegrara su compañero el cuerpo físico, y entonces vuelve al átomo astral permanente para adormecerlo en prolongado sueño. Análoga relación se establece entre el átomo mental permanente y el cuerpo mental durante las vidas física, astral y mental.

En el transcurso de las primeras etapas de la evolución humana, la brevedad de las vidas devachánicas y lo débil de las formas mentales engendradas por la incipiente inteligencia influyen apenas en el átomo mental permanente y no le permiten mucho progreso; pero cuando se vigoriza la potencia mental, la vida devachánica es un período de gran adelanto, pues se almacenan innumerables energías vibratorias que manifiestan su valor al llegar el tiempo de construir un nuevo cuerpo mental para el inmediato ciclo de reencarnación.

Al finalizar la vida devachánica, la áurea tela se retira del cuerpo mental, dejándolo desintegrar, y envuelve el átomo mental permanente, con lo que tan sólo queda la tríada de átomos permanentes en representación de los tres cuerpos inferiores.

Según ya dijimos, la tríada atómica semeja entonces un radiante núcleo en el interior del cuerpo causal, y es todo cuanto, terminado el ciclo de experiencias, le resta al Ego de los cuerpos que lo revistieron en los mundos inferiores y le sirvieron de medios de comunicación con los planos inferiores durante la vida en ellos.

Al llegar la época del renacimiento, una conmoción de la vida del Ego despierta al átomo mental, se despliega la tela de vida, y el vibrante átomo actúa como un imán que atrae materia de potencia vibratoria análoga o acorde con la suya.

Los Seres brillantes del segundo reino elemental allegan dicha materia, y en las primeras etapas de la evolución, la plasman en una vaga nube alrededor del átomo mental permanente; pero según adelanta la evolución, el Ego ejerce cada vez mayor influencia en la plasmación de la materia que ha de formar su nuevo cuerpo mental, y cuando ya está medio formado, otra conmoción del Ego despierta al átomo astral y se repite el mismo procedimiento.

Finalmente, el toque de vida alcanza al átomo físico que actúa según ya dejamos expuesto.


Alguien pondrá el reparo de cómo los átomos permanentes pueden almacenarse en el interior del cuerpo causal sin perder sus respectivas naturalezas física, astral y mental, ya que el plano causal es incompatible con lo materialmente físico; pero quien tal repare ha de tener en cuenta que, como todos los planos se ínterpenetran, es igualmente fácil para el cuerpo causal envolver la tríada de los planos inferiores para cohesionar los centenares de miles de átomos constitutivos de sus cuerpo» mental, astral y físico durante el período de la vida terrena.

La tríada es una diminuta partícula en el interior del cuerpo causal, y cada elemento de ella permanece en su respectiva plano; pero como los planos tienen por doquiera puntos de contacto, nada se opone a la necesaria yuxtaposición. Estamos en todos los planos a la vez.





5. ACCIÓN DE LA MÓNADA EN LOS ÁTOMOS PERMANENTES

Ante todo hemos de preguntar si hay algo que propiamente pueda llamarse acción monádica (acción de la mónada en el plano anupâdakico) en el átomo permanente. No hay acción directa ni puede haberla hasta que la germinante Tríada espiritual alcance mayor grado de evolución; pero sí hay continua acción indirecta en la Tríada espiritual, que a su vez actúa en la inferior.

Pero en nuestro estudio podemos considerar esta acción como dimanante de la Tríada espiritual que, según hemos visto, es la mónada velada en materia más densa que la de su nativo plano.

La Tríada espiritual extrae la mayor parte de su energía, y toda la directiva capacidad de esta energía, del segundo Logos, cuya corriente de vida la baña; pero la que pudiéramos llamar su peculiar actividad no interviene en la actividad plasmante de la segunda oleada de vida, sino que se aplica a la evolución del átomo, en referencia al tercer Logos.

Esta energía de la Tríada espiritual se contrae a los planos subatómicos, y hasta la cuarta ronda parece principalmente concentrada en los átomos permanentes.

Primero se aplica a formar y después a vivificar las espirillas que constituyen las paredes del átomo cuyo vórtice es la vida del tercer Logos; pero la pared de espirillas se va formando gradualmente en la superficie externa del vórtice, durante el descenso del segundo Logos, aunque no vivificada por El, sino débilmente trazada sobre la superficie del vértice de vida.

Las espirillas quedan con relación al segundo Logos como tenues canales vacíos; pero en cuanto fluye la vida de la mónada penetra en el primero de dichos canales, lo vivifica y convierte en una porción activa del átomo. Esta operación prosigue a lo largo de las sucesivas rondas, y al llegar a la cuarta dimanan de cada mónada cuatro distintas comentes de vida, que circulan por otros tantos juegos de espirillas en sus átomos permanentes.

Según actúa la mónada en el átomo permanente y éste se convierte en núcleo de un cuerpo, principia aquélla a actuar de manera análoga en los átomos congregados en torno del permanente, y vivifica al propio tiempo las espirillas, aunque esta vivificación es temporánea y no continua como en el átomo permanente.

De esta suerte pone la mónada en actividad las tenues espirillas formadas por la segunda oleada de vida, y cuando el cuerpo fenece, los átomos así estimulados vuelven a la gran masa de materia atómica, elaborados y mejorados por la vivificación recibida mientras estuvieron unidos al átomo permanente.

Desarrollados así los canales, son más capaces de recibir otra análoga corriente de vida al entrar en otro cuerpo y relacionarse con un átomo permanente de dicha mónada.

Así prosigue esta obra en los planos mental, astral y físico por mejorar los materiales con que permanente o temporalmente se han de relacionar las monadas bajo cuya influencia prosigue sin cesar la evolución de los átomos.

Los permanentes evolucionan con mayor rapidez gracias a su continuidad de conexión con la mónada, mientras los demás átomos evolucionan a favor de su reiterada asociación temporal con los permanentes.

Durante la primera ronda de la cadena terrestre, la vida de la mónada, fluyente por la Tríada espiritual, vivifica el primer juego de espirillas de los átomos del plano físico, utilizado por el aliento de vida o prana, cuya corriente afecta la parte densa del cuerpo físico.

Análogamente, en la segunda ronda se pone en actividad el segundo juego de espirillas por donde Huyen las corrientes pránicas relacionadas con el doble etéreo. Durante estas dos rondas no se advierte en las formas sensación alguna de placer o dolor.

Durante la tercera ronda se vivifica el tercer juego de espirillas y entonces aparece la sensibilidad, porque por estas espirillas Huye la energía cárnica para afectar el cuerpo físico y ponerlo en directa comunicación con el astral.

Durante la cuarta ronda queda vivificado el cuarto juego de espirillas por donde fluye el prana-kama-manásico y las capacita para servir a la formación de un cerebro que ha de funcionar como órgano del pensamiento.

Cuando alguien transciende el estado normal y asume la anormal evolución humana, consistente en disponerse a entrar en el sendero que se abre más allá de la normal, se le ofrece entonces una tarea de suma dificultad con referencia a sus átomos permanentes, pues ha de vivificar más juegos de espirillas de los necesarios para la humanidad de su época.

Cuatro juegos tiene a su servicio el hombre de la cuarta ronda, y el que a ella se adelanta empieza a vivificar el quinto, de modo que pueda manifestarlo mientras actúa todavía en un cuerpo de cuarta ronda. A esto aludían los primitivos libros teosóficos al decir que en nuestra actual humanidad aparecían hombres de la quinta y de la sexta rondas.

Los así designados han desenvuelto el quinto y sexto juego de espirillas en sus permanentes átomos, obteniendo con ello un mejor instrumento para el uso de su mayormente acrecentada conciencia. Este progreso se logra mediante ciertas prácticas yóguicas que requieren exquisita precaución a fin de no lesionar el cerebro por cuyo instrumento se lleva a cabo la obra, pues entonces se interrumpiría todo progreso durante la actual encarnación. »






OBSERVACIONES

Aquí les transcribí solamente el capítulo cuatro que es donde más Annie Besant explicó acerca de los átomos permanentes, pero en todo su libro ella los menciona continuamente. Desafortunadamente todo esto que ella enseña es falso porque en realidad los átomos permanentes no existen debido a las razones que detallo en el capítulo anterior a este.