LISTA DE CAPÍTULOS

LOS CENTROS DE FUERZA Y EL FUEGO SERPENTINO por Charles Leadbeater



Antes de que Leadbeater publicara su famoso libro “Los Chakras” en 1927, él  ya había previamente escrito sobre este tema en una sección de su libro “La Vida Interna” Vol. I, publicado en 1910. Y a continuación les trascribo ese texto añadiendo en morado mis comentarios:


«

Los Centros de Fuerza

En cada uno de nuestros vehículos hay ciertos centros dinámicos, llamados en sánscrito chakrams, que significa rueda o disco giratorio. Son los puntos de conexión por los cuales se transmite la fuerza de uno a otro vehículo.

(No estoy seguro que cada cuerpo sutil tenga sus propios chakras.)


Se ven fácilmente en el doble etéreo, donde aparecen como depresiones o vórtices en forma de salvilla, y suele decirse que corresponden a ciertos órganos físicos; pero conviene advertir que el centro dinámico etéreo no está en el interior del cuerpo, sino en la superficie del doble etéreo, que sobresale unos seis milímetros del contorno de la materia densa.

Siete son los centros dinámicos que generalmente se emplean en el ocultismo y están situados en las siguientes partes del cuerpo:

    1º en la base del espinazo
    2º en el ombligo;
    3º en el bazo
    4º en el corazón
    5º en la garganta
    6º entre ceja y ceja
    7º en la coronilla.

Además de éstos hay en el cuerpo otros centros dinámicos que no emplean los estudiantes de magia blanca.

(Esto es incorrecto porque los magos blancos también utilizan otros chakras que el público en general no conoce.)


Conviene recordar que Blavatsky alude a otros tres y los denomina centros inferiores. Algunas escuelas ocultistas se valen de ellos, pero son tan sumamente peligrosos que debemos considerar su excitación como la mayor desgracia.

(Blavatsky no habla de chakras sino de órganos físicos, y lo que ella escribió lo pueden leer en el primer diagrama de sus Instrucciones Esotéricas No 1, las cuales se encuentran recopiladas en los Collected Writings XII, p.526.)


Estos siete centros dinámicos se corresponden con los siete colores y las siete notas, y los tratados hindúes los relacionan con ciertas letras del alfabeto y determinadas modalidades de vitalidad.

(Nada más que cada tratado da una asociación diferente.)

Y también se les da una poética semejanza con las flores, asignándoles a cada uno de ellos cierto número de pétalos.

Sin embargo preciso es recordar que son vórtices de materia etérea y están todos en rápida rotación. En cada uno de estos abiertos vórtices se precipita, en ángulo recto con el plano del disco giratorio, una fuerza del mundo astral, que podemos llamar primaria y procede del Logos. Y esta fuerza es de naturaleza septenaria y todas sus variedades actúan en todos los centros, aunque sólo una predomina en cada uno de ellos.

El influjo de fuerza infunde la vida divina en el cuerpo físico que sin ella no podría subsistir, y por lo tanto, los centros dinámicos en que se precipita dicha fuerza son indispensables a la existencia del vehículo y actúan en todos, aunque giran a muy distintas velocidades.

Sus partículas pueden estar en relativamente lento movimiento, de modo que sólo formen el necesario vórtice para la fuerza, o bien pueden resplandecer y palpitar con vívida luz hasta el punto de dar entrada a una enorme cantidad de fuerza, de suerte que se le abran al ego nuevas posibilidades y se le añadan nuevas dotes cuando funcione en el respectivo plano.

Vienen después las fuerzas secundarias de movimiento ondulante, que se precipitan en el vórtice formando ángulos rectos consigo mismas, o sea en la superficie del doble etéreo, de la propia suerte que una barra imanada atravesada en una bobina de inducción, engendra una corriente eléctrica que fluye al rededor de la bobina en ángulo recto con el eje director del imán.

Y una vez dentro del vórtice, la fuerza primaria irradia de él en ángulos rectos, pero en dirección rectilínea, como si el centro del vórtice fuese el cubo de una rueda y las radiaciones de la fuerza primaria sus radios, y cuyo número difiere según el centro dinámico y determina el número de "pétalos" cuando se comparan con una flor.

Cada una de estas fuerzas secundarias que ondulan alrededor de la depresión del disco tiene su característica longitud de onda y luz de cierto color; pero en vez de moverse en línea recta como la luz, se mueve en ondas relativamente amplias de varios tamaños, cada una de las cuales es múltiplo de las cortas ondulaciones de su interior, aunque todavía no se ha calculado su exacta proporción.

(No sabría decirles si esto es cierto.)


El número de ondulaciones se determina por el de radios de la rueda, y la fuerza secundaria ondula debajo y encima de las irradiaciones de la primaria, de tal manera que se puede entrelazar un tejido de mimbres alrededor de los rayos de la rueda de un carruaje.

Las oleadas son infinitesimales, y probablemente cada ondulación comprende algunos miles de ellas. Cuando las fuerzas se precipitan en el vórtice, estas ondulaciones de diversos tamaños se entrecruzan en la plantilla cestal, produciendo en apariencia lo que los tratados hindúes comparan con los pétalos de una flor y que todavía mejor pueden compararse con las salvillas de cristal irisado y ondulante que se fabrican en Venecia. Todas las ondulaciones o pétalos tienen reflejos nacarados, aunque cada uno con su predominante color.

En el hombre ordinario, cuyos centros dinámicos no tienen más actividad que la necesaria para mantener su cuerpo vivo, los colores son pálidos, mientras que son muy refulgentes en los hombres que tienen los centros dinámicos en plena actividad y cuyo diámetro ha aumentado desde unos cinco centímetros al de una ordinaria salvilla de mesa. Brillan como soles en miniatura.





Descripción de los Centros de fuerza

1) El primer centro dinámico, situado en la base del espinazo, tiene una fuerza primaria que emite cuatro rayos y ordena sus ondulaciones como si estuviera dividido en cuadrantes con huecos entre ellos, es decir, parecidamente al signo de la cruz. Y por esta razón se ha simbolizado este centro con la cruz, y a veces una cruz ígnea representa la serpiente de fuego que en él reside.

En plena actividad tiene este centro color rojo anaranjado de tonalidad ígnea, en íntima correspondencia con la modalidad vital que se le transmite desde el centro básico. Y en cada centro se echa de ver análoga correspondencia con el color de su vitalidad.

2) El segundo centro, situado en el ombligo, se llama plexo solar y recibe una fuerza primaria con diez radiaciones, de modo que vibra como si se dividiera en diez ondulaciones o pétalos. Está íntimamente relacionado con diversos sentimientos y emociones y su color predominante es una extraña entremezcla de varios matices del rojo, aunque también hay gran parte de verde.

(Aquí Leadbeater se equivocó porque ese chakra que menciona se le llama el chakra umbilical, mientras que el plexo solar se encuentra a la altura del diafragma.)

3) El tercer centro se encuentra situado en el bazo y está destinado a especializar, subdividir y dispersar la vitalidad que nos llega del sol, pues del bazo vuelve a irradiar en seis rayos horizontales, quedando la séptima modalidad inclusa en el cubo de la rueda. Por lo tanto, este centro tiene seis pétalos de ondulaciones y es muy refulgente, brillante y parecido a un sol.

4) El cuarto centro está en el corazón y es de brillante color dorado. Cada uno de sus cuadrantes se divide en tres partes y tiene en conjunto doce radiaciones de la fuerza primaria.

5) El quinto centro, colocado en la garganta, tiene dieciséis radios, y por lo tanto dieciséis aparentes divisiones. Hay en él mucho azul, pero en general es de color argentino brillante como el de la luna cuando se refleja en las aguas.

6) El sexto centro se encuentra entre ambas cejas y parece dividido en dos mitades, predominando en una el color rosa bordeado de amarillo y en la otra una especie de azulado purpúreo, ambos íntimamente armonizados con el color respectivo de las modalidades de vitalidad que reciben.

Por tal razón dicen  los autores hindúes que este centro sólo tiene dos pétalos, aunque si contamos las ondulaciones del mismo carácter que las de los centros anteriores, veremos que cada mitad se subdivide en cuarenta y ocho rayos o sean noventa y seis irradiaciones de su primaria fuerza.

7) El séptimo centro se encuentra en la coronilla y cuando está en plena actividad es acaso el más brillante de todos por sus indescriptibles efectos cromáticos y sus vibraciones de inconcebible rapidez.

Los autores hindúes le asignan mil pétalos, y no exageran mucho en ello, pues su fuerza primaria emite 960 radiaciones. Además, su configuración difiere de la de los otros centros en que tiene una especie de subsidiario vórtice de color blanco brillante con el centro dorado. Aunque este vórtice subalterno no es tan veloz y posee de por sí doce ondulaciones.

(Me da la impresión que esta lista Leadbeater la copió de algún tratado que encontró en la India cuando él estuvo allá.)


He oído decir que cada pétalo de estos centros dinámicos representa una cualidad moral cuyo desarrollo pone el centro en actividad. No he podido comprobar experimentalmente esta afirmación ni atino a comprenderla, porque el aspecto de los pétalos está producido por fuerzas definidas y fácilmente reconocibles; y además los pétalos de cada centro están o no activos según se hayan despertado o no dichas fuerzas, por lo que el desarrollo de los pétalos no tiene a mi modo de ver más relación con la moralidad que el desarrollo del bíceps.

En cambio, he tratado a personas de no muy elevada moralidad, cuyos centros estaban plenamente activos, mientras que otras muy espirituales y de nobilísima conducta moral no los tenían vitalizados del todo. Por lo tanto, no me parece que haya relación entre ambos desarrollos.

(De que se pueden activar los chakras sin una elevada espiritualidad, claro que se puede hacer, pero generalmente esas personas terminan muy mal.)





Los Centros Astrales

Aparte de mantener vivo el cuerpo físico, los centros dinámicos tienen otra función que sólo desempeñan en plena actividad. Cada centro etéreo se corresponde con otro astral, aunque éste, por ser de cuatro dimensiones, tiene una extensión en sentido de todo punto distinta de las tres del etéreo, y en consecuencia no es exactamente homologo, aunque en parte coincidan.

(No estoy seguro que esto y lo que sigue sea cierto.)

El vórtice etéreo está siempre en la superficie del cuerpo etéreo; pero el centro astral está con frecuencia en el interior del vehículo astral. Ahora bien; la función de los centros etéreos, cuando están plenamente activos, es transferir a la conciencia física la peculiar cualidad del correspondiente centro astral; y así, antes de recopilar los resultados que cabe conseguir de poner los centros etéreos en actividad, conviene considerar la función de cada centro astral, que ya están plenamente activos en todas las personas cultas de las razas superiores.

Por lo tanto,

¿Qué efecto produce en el cuerpo astral la excitación de los centros astrales?


El primero de estos centros, el de la base del espinazo, es la morada de la misteriosa fuerza que simboliza la serpiente ígnea y en La Voz del Silencio se llama la Madre del Mundo. Más adelante trataremos con mayor detención de esta fuerza. Por ahora limitémonos a considerar sus efectos en los centros astrales.

Esta fuerza existe en todos los planos y su actividad excita los centros. Hemos de tener en cuenta que primitivamente fue el cuerpo astral una masa casi inerte, con muy vaga conciencia, sin poder de acción ni claro conocimiento del mundo circundante.

Por lo tanto, lo primero que ocurrió fue la elevación de esta fuerza en el hombre hasta el nivel astral. Y una vez levantada o puesta en acción, sé transfirió al segundo centro, correspondiente al ombligo, y lo vivificó, despertando así en el cuerpo astral la aptitud de sentir todo linaje de influencias, aunque todavía sin nada parecido a la definida percepción de ver y oír.

Después se transfirió la fuerza al tercer centro astral, que corresponde al bazo físico, y por su medio vitalizó todo el cuerpo astral, capacitando al individuo para utilizarlo conscientemente como vehículo de locomoción, aunque tan sólo con muy vaga idea de lo que pudiese encontrar en sus viajes.

Y al despertarse el cuarto centro, el hombre adquirió la facultad de recibir y simpatizar con las vibraciones de otras entidades astrales, de modo que pudo comprender instintivamente sus sentimientos.

La actividad del quinto centro, que corresponde a la garganta, facultó al hombre para oír en el plano astral, o sea que desarrolló el sentido que en el mundo astral produce en la conciencia el mismo efecto a que llamamos audición en el plano físico.

El desarrollo del sexto centro corresponde al etéreo entre cejas y produjo análogamente la vista  astral, o sea la definida percepción de la naturaleza y forma de los objetos astrales, en vez de percibir vagamente su presencia.

Y el despertar del séptimo, o sea el de la coronilla, complementó acabadamente la vida astral del hombre y perfeccionó sus facultades.

Ahora bien, respecto del séptimo centro parece que hay alguna diferencia según la índole del hombre, y en muchos de nosotros los vórtices astrales del sexto y séptimo de estos centros convergen en el cuerpo pituitario, que en este caso es el único enlace directo entre el plano físico y los planos superiores.

Sin embargo hay otros hombres en quienes el sexto centro está todavía adherido al cuerpo pituitario, pero el séptimo se dobla o diverge hasta coincidir su vórtice con la atrofiada glándula pineal, que en este caso se vivifica y constituye una comunicación directa con el mental inferior sin pasar por el ordinario intermedio del astral. Y a este tipo de hombres se refería Blavatsky al insistir en la reavivación de la glándula pineal.

(Eso es falso, porque lo que dijo Blavatsky fue lo siguiente:

« Nosotros comenzamos con el dominio de ese órgano que está situado en la base del cerebro, y que es llamado por los anatomistas occidentales: el cuerpo pituitario.

Y en la serie de los órganos craneales objetivos a desarrollar y que corresponden con los principios subjetivos de los Tattvas, se encuentra al "Tercer Ojo" (la Glándula Pineal) como Manas a Buddhi [o sea que el dominio del cuerpo pituitario va activando al Tercer Ojo].

Así es, el despertar y la activación del Tercer Ojo debe ser realizado por ese órgano vascular, ese pequeño cuerpo insignificante del cual, una vez más, la fisiología no sabe nada en absoluto. Sin embargo el cuerpo pituitario es el energizador de la Voluntad, y la glándula pineal es el energizador de la Percepción Clarividente. »
(CW XII, p.616-617)






Los Sentidos Astrales

Así vemos que estos centros astrales desempeñan en cierto modo funciones de sentidos de percepción astral, aunque resultaría inadecuado el nombre de sentidos pues conviene recordar que si bien para la mejor comprensión del asunto hablamos de vista y oído astrales, queremos expresar con ello la facultad de responder a las vibraciones adaptadas a la conciencia astral del hombre, del mismo carácter que las correspondientes a sus ojos y oídos mientras actúa en el plano físico.

(Yo no estoy seguro que existan chakras astrales y que su activación permita despertar los sentidos astrales.)

Pero en las del todo distintas condiciones del mundo astral no se necesitan órganos especiales de percepción para obtener este resultado. En todas las partes del cuerpo astral hay materia capaz de responder vibratoriamente; y por lo tanto, el que actúa en dicho vehículo ve por delante, por detrás, encima, debajo y a los lados sin necesidad de voltear la cabeza.

Así es que los centros no se pueden llamar órganos en la ordinaria acepción de la palabra, pues no percibe por ellos el hombre el mundo exterior, como sucede con los ojos y oídos físicos. Sin embargo, de la vivificación de los centros depende la sensoria facultad astral, pues al desarrollarse cada uno de esos centros, estos le comunican al cuerpo astral la aptitud de responder a un nuevo orden de vibraciones.

Como quiera que todas las partículas del cuerpo astral están en continuo movimiento de traslación, como las de una masa de agua hirviente, todas van pasando sucesivamente por cada uno de los centros dinámicos, de suerte que éstos despiertan a su vez en cada partícula astral que por ellos pasa la facultad de responder a nuevas vibraciones, con lo que el cuerpo astral es en conjunto un órgano de percepción que al fin resume todos los sentidos.

Y de todos modos, aunque los sentidos astrales estén completamente despiertos, no por ello el hombre es capaz de transferir a su cuerpo físico la conciencia de su funcionamiento.





La Vivificación de los Centros Etéreos

Los centros dinámicos del cuerpo astral se van despertando uno tras otro sin que el hombre físico lo advierta, y el único medio de advertirlo es despertar asimismo los centros etéreos. Y esto se logra por el mismo procedimiento seguido para despertar los centros astrales, o sea por la actualización de la ígnea serpiente que revestida en el plano físico de materia etérea, dormita en el centro dinámico de la base del espinazo.

(No creo que la kundalini se encuentre revestida de materia etérea.)

Y la kundalini se la despierta o actualiza por el deliberado y perseverante esfuerzo de la voluntad en poner del todo activo este primer centro dinámico, cuya tremenda fuerza vivificará los demás centros, de suerte que cada uno de ellos transfiera a la conciencia física las facultades inducidas por el desarrollo de sus correspondientes centros astrales.

Y cuando el centro dinámico etéreo del ombligo está en actividad, empieza el hombre a ser consciente en el plano físico de toda clase de influencias astrales, y presiente sin conocer el motivo, qué unas son amistosas, otras hostiles o que unos lugares son agradables y otros repulsivos.

Y al despertar activamente el centro etéreo del bazo, el hombre recuerda, siquiera en parte, sus vagabundeos astrales, y un ligero y accidental estímulo de este centro semeja vagamente la deleitosa sensación de volar por los aires.

(Yo lo que he leido es que eso se logra por medio del plexo solar y no por medio del chakra del bazo.)

En cuanto a la actividad del cuarto centro, que está en el corazón, esta capacita al hombre para sentir instintivamente las alegrías y tristezas de los demás, y a veces puede reproducir en sí mismo, por simpatía, los dolores y tormentos físicos del prójimo.

(No creo que se necesite activar el chakra del corazón para sentir empatía y pienso que esta cualidad nace más a través de la comprensión.)

Y cuando despierta el centro etéreo de la garganta, oye el hombre voces que suelen hacerle toda clase de insinuaciones y también a veces oye deleitables músicas o placenteros sonidos. Al estar el centro en plena actividad es el hombre clariaudiente en el plano astral.

(Yo lo que he leído es que el chakra de la garganta está asociado con el poder de la voz, mientras que el oído físico y el oído interno están asociados con otro chakra que Leadbeater no mencionó. Y sospecho que mucho de estas explicaciones Leadbeater las está inventando.)

La vivificación del sexto centro, o sea el de entre cejas, despierta la visión astral, y en estado de vigilia puede ver el hombre lugares lejanos o personas ausentes. Al principio sólo permite una medio visión de paisajes y nubes de color; pero una vez en plena actividad despierta la clarividencia.

Y también está relacionado este centro con otro modo oculto de observar, pues por su mediación se adquiere la facultad de agrandar los diminutos objetos físicos. Y del punto medio de dicho centro sale un tenue y flexible tubo de materia etérea, parecido a una microscópica sierpe con un ojo por cabeza, que puede contraerse o dilatarse para agrandar el tamaño de los objetos diminutos y disminuir el de los colosales, de modo que se adapte a este órgano de clarividencia.

Los tratados antiguos aludían a ello al hablar de la facultad de hacerse un hombre más grande o más chico a su voluntad. Así es que para examinar un átomo, el clarividente dispone de un ojo cuya potencia visual se acomoda al tamaño del átomo de suerte que éste parece agrandado.

(Esto que acaba de decir Leadbeater acerca del “Tercer ojo” es completamente falso como lo detallo en este otro capítulo: link.)


Y al despertar el séptimo centro, el hombre es capaz el hombre de salir y entrar conscientemente de su cuerpo físico sin romper el enlace, de modo que su conciencia no se interrumpirá ni de noche ni de día.

Y cuando la ígnea serpiente ha pasado por todos estos centros, siguiendo un orden variable según el tipo del individuo, no se interrumpe la conciencia hasta que el hombre entra en el mundo celeste al terminar la vida astral. Hasta entonces no hay diferencia para él entre el sueño y la muerte.

Sin embargo, antes de que esto suceda, puede tener el hombre algunos vislumbres del mundo astral, porque las vibraciones muy violentas pueden activar temporalmente uno u otro de los centros sin que despierte del todo la serpiente ígnea, aunque también cabe actualizarla en parte y producir entretanto una clarividencia parcial.

Porque este fuego dinámico consta de siete capas o grados de energía, y puede ocurrir que cuando un hombre se esfuerza con toda su voluntad en actualizarlo, sólo consiga levantar una capa, y creído de haber realizado ya la tarea la juzgue ineficaz.

Entonces ha de repetirla una y otra vez, excavando gradualmente más y más hondo, hasta que no sólo se conmueva la superficie sino que el núcleo de fuego se ponga en plena actividad.

(No sabría decirles si esto es verdad.)





El Fuego Serpentino

Ya sabemos que esta ígnea serpiente, llamada en sánscrito kundalini, es la manifestación física de una de las grandes fuerzas del universo, una de las energías del Logos. Y también sabemos que la electricidad es otra energía del Logos, en sus diversas modalidades de calor, luz y movimiento.

(Aquí Leadbeater lo está explicando de manera incorrecta porque lo que se conoce en el esoterismo como “el Fuego eléctrico” es una energía que no se transforma en otras energías: en calor, luz, etc., sino que siempre permanece siendo ella misma y solo cambia en su grado de intensidad, y la manifestación del Fuego eléctrico a un grado mucho más pequeño, y más precisamente a un grado humano, es justamente kundalini.

Y es falso que kundalini sea una manifestación física porque kundalini no se manifiesta a nivel físico, en cambio lo que más se acerca a la manifestación del Fuego eléctrico y que sí se manifiesta a nivel físico —y obviamente en una intensidad muchísimo más pequeña— es el flujo eléctrico que fluye por el sistema nervioso.

Y todo esto lo detalló el Maestro Pastor en este otro capítulo: link.)


Otra energía del Logos es la vitalidad llamada prana que no puede transmutarse en ninguna de las antes mencionadas modalidades energéticas. Por lo tanto, cabe decir que la vitalidad y la electricidad son los extremos inferiores de dos corrientes de energía del Logos.

(Esto no es del todo correcto porque en realidad el Principio Cósmico de Vida se le llama en sanscrito Jina y no prana, y prana es justamente la manifestación de Jina en un nivel de intensidad mucho más pequeño —así como el flujo nervioso lo es del Fuego eléctrico —. Y aquí yo percibo que Leadbeater no estudió con seriedad este asunto y hace mucho revoltijo.)


La serpiente ígnea o kundalini puede considerarse como el extremo también inferior de otra corriente del Logos, como la manifestación en el plano físico de otro de los múltiples aspectos de su poder.

Al igual que el prana o vitalidad, la kundalini existe en todos los planos conocidos; pero sólo trataremos de su expresión en la materia etérea. No puede transmutarse en vitalidad ni en electricidad, y ni una ni otra de ambas parecen afectarla.

Yo he visto un cuerpo humano cargado con nada menos que con 1.250.000 voltios, de suerte que al extender el brazo hacia la pared brotaban llamas de sus dedos sin ninguna molestia, y a pesar de ser tan enorme el potencial eléctrico, no produjo efecto alguno en la serpiente ígnea.

(Aquí Leadbeater está revolviendo las cosas, porque la razón por la que esa persona no fue electrocutada es porque ella se encontraba completamente aislada, pero si hubiera hecho el más leve contacto con algún objeto conductor entonces ella inmediatamente hubiera muerto.

Y Blavatsky y el Maestro Pastor advirtieron que eso es lo que les pasaría también a los humanos que quisieran manipular el Fuego eléctrico sin estar todavía preparados para ello.)


La Voz del Silencio llama a la kundalini "fuerza ígnea" y "madre del mundo". Y por extraños que parezcan estos nombres están justificados, porque en verdad es como fuego líquido que fluye por el cuerpo en dirección espiral a modo de movimiento serpentino. En cuanto al nombre de "madre del mundo" se le da porque activa nuestros diversos vehículos, de suerte que se nos abren uno tras otro los mundos superiores.

En el cuerpo del hombre, está localizada la serpiente ígnea en la base del espinazo, según ya dijimos; pero en el hombre vulgar permanece latente y dormida durante toda la existencia terrena; y en verdad vale más dejarla dormir hasta que la moralidad del hombre llegue a suficiente nivel y su voluntad sea lo bastante recia para gobernarla y sus pensamientos de sobra puros para arrostrar sin peligro su actualización.

Nadie ose jugar con esta ígnea fuerza sin concretas instrucciones de un maestro experto en su manejo, porque entraña gravísimos peligros, algunos de ellos de índole física, y su desgobernada actuación produce íntimos dolores, desgarra los tejidos y aun puede ocasionar la muerte. Sin embargo, este es el menor mal resultante de su imprudente operación, pues también puede estropear los vehículos superiores.

(Puede estropear los vehículos del cuaternario inferior, pero no los vehículos de la triada superior.)


Uno de los más frecuentes efectos de la prematura actualización de la serpiente ígnea es que entonces fluye cuerpo abajo en vez de cuerpo arriba, excitando con ello las bajas pasiones, con tal intensidad que no le cabe al hombre resistirlas porque se ha puesto en acción una fuerza contra la cual está tan perdido como el nadador ante las fauces de un tiburón.

(No sabría decirles si la kundalini una vez que se despierta puede fluir hacia abajo en vez de ir hacia arriba como normalmente lo hace, pero lo que si he leído es que cuando kundalini se despierta, ella intensifica todos los aspectos de la personalidad, tanto sus cualidades como sus defectos.)


Tales son los sátiros y monstruos de depravación que se hallan entre las garras de una fuerza incomparablemente superior a toda humana resistencia. Acaso adquieran algunos poderes súper normales; pero les pondrán en contacto con un bajo orden de evolución incompatible con la humana, y para emanciparse de tan horrible esclavitud necesitarán más de una encarnación. Y en verdad que no exagero el horror de semejante estado, como acaso hiciera quien de oídas lo contara sin testimonio personal.

Yo mismo he tratado a individuos sujetos a tan espantosa suerte, y con mis propios ojos vi lo que les sucedía. Hay una escuela de magia negra que adrede emplea siniestramente la kundalini con objeto de vivificar los bajos centros dinámicos que jamás emplean los discípulos de la Buena Ley.

Y a parte de este peligro capital, entraña otros muchos de siniestra índole la prematura actualización de la serpiente ígnea, porque intensifica en general la naturaleza del hombre y estimula las malas y bajas cualidades mucho más fácilmente que las buenas. Por ejemplo, en el cuerpo mental se despierta la ambición y no tarda en hincharse extraordinariamente el ego.

Cabe en lo posible que también despierte poderoso talento, pero irá acompañado de un orgullo satánico como no se concibe en el hombre vulgar. No presuma el hombre de poder habérselas con toda fuerza que en su cuerpo se levante, porque la serpiente ígnea no es una fuerza ordinaria, sino algo irresistible.

Desde luego que ningún inexperto debe intentar siquiera despertarla, y si por acaso la despertara por accidente, ha de consultar enseguida con un experto en la cuestión.


Echará de ver el lector que de propósito he omitido la explicación del modo de actualizar la serpiente ígnea ni tampoco señalé el orden en que una vez actualizada pasa por los diversos centros dinámicos, pues no puede intentarse en modo alguno sin expreso mandato del Maestro, quien cuidará de su discípulo durante las diversas etapas del experimento.

Solemnemente prevengo a todos los estudiantes contra cualquier conato en el sentido de despertar esta tremendísima fuerza sin adecuada tutela, porque yo mismo he presenciado muchos casos de las terribles consecuencias de una ignorante y mal aconsejada intromisión en estas gravísimas materias. La fuerza ígnea es una tremenda realidad, uno de los fenómenos capitales de la naturaleza, y no es cosa de juego ni que se pueda manejar a la ligera, sino tan peligrosa en manos inexpertas como en las de un niño la dinamita.

Verdaderamente se ha dicho de ella:

"Libera, a los yoguis y esclaviza a los insensatos."
(Hathayogapradipika, III, 107)


En cuestiones como ésta, se figuran algunos estudiantes que habrá para ellos particular excepción de las leyes naturales o que la especial intervención de la Providencia les librará de los efectos de su locura. Pero seguramente que no sucederá nada de esto, y quien insensatamente provoque una explosión es muy fácil que resulte su primera víctima.

Muchas tribulaciones y desengaños se ahorrarían los estudiantes si comprendieran que en todo cuanto con el ocultismo se relaciona significamos exacta y literalmente lo que decimos, y que es aplicable a todos los casos sin excepción. Las leyes capitales del universo no conocen el favoritismo.

Muchos desean ensayar el mayor número posible de experimentos porque se creen aptos para recibir las más elevadas enseñanzas y adelantar cuanto quieran en su desarrollo; pero pocos se resignan a ir mejorando pacientemente su carácter y a dedicar tiempo y trabajo a una labor útil a la sociedad, y esperar a que un Maestro le advierta que ya está en disposición de recibir cuanto otros anhelan.

No pierde su perpetua oportunidad el viejo aforismo:

"Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura."



Hay casos en que el fuego brota espontáneamente y se nota un pesado ardor; y otros casos, aunque raros, en que se actualiza por sí mismo. Y en este último caso arriesga ocasionar mucho dolor porque los centros dinámicos no están dispuestos a su paso y habría que abrírselo quemando gran parte de tegumento etéreo con el consiguiente dolor.

Cuando la serpiente ígnea despierta de por sí o accidentalmente, suele precipitarse por el interior de la columna vertebral en vez de seguir la dirección serpentina en que el ocultista está acostumbrado a guiarla. Y si es posible, ha de ponerse en obra la voluntad para detener el flujo ígneo; pero si no es posible (como suele ocurrir) tampoco hay que alarmarse porque probablemente se escapará por la cabeza difundiéndose en el ambiente sin producir otro daño que una ligera debilidad.

Lo peor que puede ocurrir es una temporánea pérdida de conciencia. En cambio el verdadero y más terrible peligro no está en que el fuego se precipite hacia arriba, sino que fluya hacia abajo e interiormente.

(No sé si esto sea verdad.)


Respecto al desarrollo oculto, la principal función de la serpiente ígnea es que al pasar por los centros dinámicos, según dijimos, los vivifica y constituye un puerta de tránsito entre los cuerpos físico y astral.

(Esto es falso, lo que dice Blavatsky es que el despertar de kundalini va despertando tus poderes:

« El conocimiento es la última palabra de la magia, y esta se encuentra conectada con kundalini, la cual puede tan fácilmente crear como destruir, por lo que el novicio ignorante puede matarse al no saber utilizar correctamente ese poder. »
(DS III, p.537)


Dice La Voz del Silencio que cuando la serpiente ígnea llega al centro dinámico de entre cejas lo vivifica todo y confiere al hombre la facultad de oír la voz del Maestro, que en este caso significa la voz del ego o Yo superior. Y el motivo de esta afirmación es que el cuerpo pituitario, en ordenada actividad, forma un perfecto enlace con el vehículo astral, de modo que por él puede recibirse toda comunicación interna.

(Esto último es falso, porque como Blavatsky lo precisó en otro artículo:

« La glándula pineal se relaciona con Manas hasta que es tocada por la luz vibrante de Kundalini —cuando esta procede de Buddhi— y entonces se convierte en Buddhi-Manas. »
(CW XII, p.697)

O sea que el enlace es el cuerpo mental, no el cuerpo astral.)



De todas maneras todos los centros dinámicos superiores se han de despertar de suerte que respondan a cualesquiera influencias de los sub-planos astrales; pero este desarrollo lo adquirirá cada individuo a su debido tiempo, aunque no en la presente encarnación si es la primera vez que estudia atentamente el asunto. Algunos hindúes podrán lograrlo porque sus cuerpos son más adaptables por herencia que otros; pero la mayoría habrán de esperar toda otra ronda.

(Leadbeater tiene una verdadera obsesión con el astral, cuando en cambio los maestros precisaron que nosotros ya no debemos enfocarnos en el plano astral sino en el plano mental.)


El dominio de la serpiente de fuego se ha de intentar repetidamente en cada encarnación, puesto que se renuevan los vehículos; pero lograda enteramente una vez, no cuesta gran cosa la reiteración del intento.

(Esto es incorrecto debido a que los maestros explicaron que lo mejor es que nos olvidemos de querer activar los chakras y la kundalini, y mejor nos concentremos en evolucionar, porque de esta forma los chakras y la kundalini se irán activando de manera natural y sin correr peligros.)


Conviene recordar que la serpiente ígnea actúa de distinto modo según el tipo del individuo, y así algunos verán al ego sin oír su voz. Además, la relación con el ego abarca varios grados, pues para la personalidad significa la influencia del ego y para el ego significa el poder de la mónada, mientras que para la mónada significa la consciente expresión del Logos.

(Por eso no me gusta emplear la palabra “ego” porque confunde mucho.)





Mi Experiencia Personal

No caerá fuera de propósito que exponga aquí mi experiencia individual en el asunto. Hace veinticinco años, la primera vez que residí en la India, no me esforcé en despertar el fuego ni en verdad sabía mucho acerca de él, pues opinaba que para ello era necesario haber nacido con un cuerpo físico especial que yo no poseía.

Pero cierto día me insinuó un Maestro determinada clase de meditación para evocar la fuerza ígnea. Y desde luego obedecí la insinuación y al cabo de un tiempo obtuve éxito. Sin embargo, no me cabe duda de que el Maestro vigiló el experimento y me hubiera auxiliado en caso de peligro.

Me han dicho que algunos ascetas hindúes enseñan esta práctica a sus discípulos manteniéndolos sin cesar bajo su cuidadosa vigilancia. Pero yo no conozco personalmente a ninguno ni debo tener confianza en ellos mientras no me los recomiende alguien de cuyo verdadero conocimiento esté yo convencido.

(Dudo mucho que Leadbeater haya despertado su kundalini porque él nunca mostró disponer de poderes ocultos. Pretendió tener muy desarrollada su clarividencia, pero esto también es una mentira porque sus investigaciones sobre los átomos resultaron ser profundamente equivocadas, y sus viajes a Mercurio y a Marte resultaron ser una completa farsa.)


Me preguntan muchos lo que la gente debe de hacer para despertar esta fuerza y yo les aconsejo que hagan lo mismo que yo hice. Les recomiendo que se entreguen a la obra teosófica y esperen a recibir expreso mandato del Maestro, que se encargará de su desarrollo psíquico, prosiguiendo entretanto los acostumbrados ejercicios de meditación.

(Leadbeater pretendía que él era un discípulo aceptado del Maestro Kuthumi, pero los hechos demuestran que eso fue solo otra mentira, ver link.)


No han de preocuparse en lo más mínimo de si lograrán dicho desarrollo en la presente o en la próxima encarnación, sino que deben considerar la materia desde el punto de vista del ego y no de la personalidad, con la absoluta certeza de que los Maestros están siempre a la mira de a quien ellos pueden ayudar, de modo que es de todo punto imposible que nadie escape de su observación, y que indudablemente ellos darán sus instrucciones cuando las consideren oportunas.

Nunca he oído decir que la edad del individuo ponga límite a su desarrollo psíquico mientras goce de perfecta salud, porque esta condición es necesaria a fin de que el cuerpo pueda soportar el esfuerzo, que es mucho más violento de cuanto les cupiera imaginar a quienes nunca lo intentaron.

Y una vez levantada la fuerza debe gobernarse rigurosamente y pasar por los centros dinámicos en sucesión distinta para cada tipo de individuos. Y también es preciso que si la fuerza ha de tener eficacia se mueva de cierto modo que el Maestro explicará oportunamente.





El Velo que separa los Planos

Ya dijimos que los centros etéreos y astrales están en muy íntima correspondencia; pero entre ellos e interpenetrándolos de una forma no fácilmente descriptible hay una tupida tela compuesta de una capa de átomos físicos muy comprimidos y empapados en una peculiar modalidad de la fuerza vital.

(Esto es falso y corresponde a las deformaciones que hizo Leadbeater de los planos sutiles. Y con esto quiero decir que si existe una frontera entre cada plano de existencia pero Leadbeater inventó muchas cosas al respecto.)

La vida divina que desciende normalmente del plano astral al físico está tonalizada de modo que pasa sin dificultad a través de esta tela, la cual no obstante opone infranqueable obstáculo al paso de cuantas fuerzas no pueden servirse de la materia atómica de los planos físico y astral.

Y esta tela es la protección proporcionada por la naturaleza para impedir la prematura comunicación entre los planos dichos, que sería seguramente perjudicial.

Esta tela o membrana no consiente que en condiciones normales recordemos con toda claridad lo que nos ha sucedido durante el sueño y también ocasiona la momentánea inconsciencia que siempre acompaña a la muerte.

Sin esta misericordiosa protección, el hombre vulgar que nada sabe de la fuerza ígnea y está desprevenido para habérselas con ella, podría ser víctima de alguna entidad astral que en cualquier momento le pusiera frente a fuerzas superiores a la suya, y estaría expuesto a su constante obsesión si tratara dicha entidad de apoderarse de sus vehículos.

Desde luego se comprende que todo daño sufrido por esta membrana es realmente desastroso, y de varios modos puede sobrevenir el daño, lo que nos induce a prevenirlo por cuantos medios dispongamos.

Puede sobrevenir el daño por accidente o por continuada torpeza en la práctica. Una violenta conmoción en el plano astral, como por ejemplo, un repentino y terrible espanto puede desgarrar este delicado organismo y producir la locura. Y el mismo efecto causará un violentísimo acceso de cólera, así como toda intensa emoción de índole siniestra que determine una especie de estallido en el cuerpo astral.

Los nocivos hábitos que mayor daño hacen a esta membrana protectora son: el alcohol, los narcóticos y el deliberado empeño en abrir por medio de comunicaciones espiritistas las puertas que la naturaleza mantiene cerradas. Algunos alcaloides y bebidas, sobre todo el alcohol y todos los narcóticos, incluso el tabaco, contienen ciertas materias volátiles que se transfieren del plano físico al astral.

Estas volatilizadas substancias atraviesan en contra dirección los centros dinámicos, y si mucho se repite este paso dañan gravemente y acaban por destruir la delicada membrana.

Esta destrucción puede efectuarse de dos diferentes modos según el tipo del individuo y la proporción de los constituyentes de sus cuerpos etéreo y astral.

En primer lugar, el roce de las substancias volatilizadas endurecen los átomos de la membrana de suerte que estropean grandemente  su pulsación y los incapacitan para seguir vitalizados por la modalidad de energía que los cohesiona en la membrana, resultando de ello que ésta se osifica e impide la transmisión entre ambos planos físico y astral.

En los beodos habituales se observan los efectos de ambos modos de deterioro. Los afectados por el roce abrasador de las substancias volatilizadas caen en el delirium tremens, en la obsesión o en la locura. Sin embargo, son casos relativamente raros.

Más frecuente es el segundo modo de deterioro cuyos resultados son la debilitación general de las facultades que se sumen en el grosero materialismo y la brutalidad, con pérdida de todo noble sentimiento y del propio dominio.

Y el hombre así degradado carece de dignidad, olvida todos sus deberes, no tiene concepto de sus responsabilidades, hasta el punto de que si cuando sobrio amaba a su esposa e hijos, una vez beodo no reparará en disipar en la satisfacción de su apetito, el dinero que debiera invertir en el sostén de su familia. El afecto y la dignidad se desvanecieron por completo.

La segunda clase de efectos se echan de ver en los esclavos del tabaco, quienes persisten en el vicio aunque saben perfectamente bien que molesta y repugna a sus convivientes.

El deterioro de la membrana se nota asimismo en que es el único hábito vicioso de que un caballero no se abstiene, aunque comprenda que ofende a los demás, demostrando con ello grave mella en la delicadeza de sentimientos.


Según dijimos, todas las impresiones que pasan del plano astral al físico o viceversa se  transfieren directamente por los sub-planos atómicos; pero cuando el alcohol o los narcóticos debilitan o deterioran la membrana, no sólo inficionan todas las materias atómicas sino también la materia astral de los segundo y tercero sub-planos, inutilizándolas como medio transmisor, de suerte que la única comunicación remanente entre el astral y el físico es la producida por alguna fuerza del séptimo sub-plano astral cuya violenta vibración halla respuesta en el físico.

Y sabido es que en el séptimo sub-plano astral sólo hay repulsivas y malignas influencias.

Pero aunque la naturaleza tome tales precauciones para proteger los centros dinámicos, no pretende en modo alguno que siempre estén vigorosamente cerrados.

Hay un medio a propósito para abrirlos. Acaso fuera más exacto decir que la intención de la naturaleza no es que las puertas se abran más de lo que están en su actual posición, sino que el hombre debe perfeccionarse hasta el punto de aumentar el flujo que pasa por la puerta según ya está.

Sin embargo, la conciencia del hombre ordinario no puede utilizar materia atómica pura en el cuerpo físico ni el astral; y por lo tanto, en condiciones normales es incapaz de establecer a voluntad comunicación consciente entre ambos planos.

El procedimiento adecuado para lograrlo es purificar los vehículos astral y físico hasta que se vivifique por completo su materia atómica, de modo que sirvan de medio transmisor a las comunicaciones entre ambos.

Entonces la membrana mantiene en el más alto grado su posición y actividad, y ya no es un obstáculo para la perfecta comunicación, al propio tiempo que continúa impidiendo el contacto entre los sub-planos inferiores que darían paso a todo linaje de siniestras influencias.

Por estas razones aconsejamos siempre al estudiante que no provoque sino que espere el desarrollo de las facultades psíquicas hasta que en el natural curso de los acontecimientos las reciba en consecuencia del desarrollo de su carácter, como seguramente las recibirá según se infiere del estudio de los centros de fuerza.

Esta es la evolución natural; este es el único medio positivamente seguro para obtener todos los beneficios y evitar todos los peligros. Este es el Sendero que nuestros Maestros hollaron en el pasado, y por lo tanto es hoy nuestro sendero. »

(Este texto se encuentra en la quinta sección titulada “El Ego y sus Vehículos”)







OBSERVACIONES

Lo que yo constato es que mucho de lo que Leadbeater escribió en este texto, él lo ha de haber tomado de las informaciones que recibió por parte de los yoguis indios, pero el problema es que los antiguos tratados sánscritos dan muchas versiones diferentes.

Y también Leadbeater leyó algunos escritos de Blavatsky, pero como ustedes mismos lo pueden constatar, los interpretó muy mal, e incluso yo sospecho que solo mencionaba a Blavatsky para darse más prestigio, pero realmente no la comprendió ni le interesó comprenderla.

Y también dijo varias cosas que no he encontrado en otras partes, pero desafortunadamente la gran charlatanería que mostró Leadbeater hace que yo sea muy desconfiado de sus afirmaciones cuando estas no están respaldadas por otros instructores.

Y es relevante constatar que para escribir su libro “Los Chakras”, Leadbeater simplemente recopió este texto y le añadió más detalles al respecto. Lo cual muestra que en los 17 años que pasaron, en ningún momento le interesó cuestionarse si lo que él había escrito era realmente correcto, y simplemente se limitó a querer seguir publicando libros sin importarle la veracidad de su contenido.

Ni siquiera se dio la pena de averiguar acerca de los otros sistemas de chakras que posteriormente otros investigadores habían enunciado. Lo cual me indica que a ese tipo no le interesaba investigar sino solo aparentar.






10 comentarios:

  1. Hice un ejercicio mediano avanzado de biokinesis, donde agarraba un objeto (en una birome) y lo ponía sobre mí nariz y me concentraba para cambiarlo pero después empeze a sentir una sensación de malestar en mí cabeza y en mí brazo, dígame a qué se debe esto a acaso desgaste la energía de mí brazo y mí cerebro, puede hacerme daño esto? Gracias

    ResponderBorrar
  2. Cid que me dices del escritor esoterista roso de luna el que escribio cuentos macabros con blabatzky son confiables sus enseñanzas y libros ?

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Teósofos eruditos me han dicho que si es un buen escritor, pero que por momentos le daba por fantasear. O sea que si vale la pena leerlo, pero estando consciente de esto.

      Borrar
  3. Cid quisiera adelantarme rápido en la evolución para trabajar con los maestros sirviendo a la humanidad. Hago actos de humildad voluntariamente con el propósito de servir desinteresadamente a la humanidad ya que y aún les he dicho que el karma bueno que genere sea para ayudar a la humanidad. Trabajo en desarrollar mi discernimiento, el problema es que en esto de la espiritualidad uno no sabe por dónde ir, ves yoga, meditación, Magia wtf dónde tengo que ir?? Wtff me siento a gusto con la meditación pero no sé qué tengo que estudiar y practicar más allá de los sencillos ejercicios y abrir los canales energéticos +silencio interior . Que hago más porque no encuentro información de nada en ningún lugar... y lo que encuentro no me fío mucho porque veo que tiene mucha relación con la Neo-Teodosia o samael... jooo cid

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Los maestros dicen que el camino más rápido es ayudando a los otros a evolucionar, pero incluso en ese camino tienes que desarrollar la paciencia porque los resultados los ves a lo largo de varias vidas. En cuanto a las técnicas, eso es secundario y depende de cada quien. Estoy elaborando un artículo en donde indico una guía práctica para comenzar en el esoterismo.

      Borrar
  4. Hola Cid, hay una práctica que se llama la Shakti en donde hablan de 12 chakras principales, el ADN del ser humano realmente tienen 12 hélices que hasta el momento solo hemos desarrollado 2 y que estas hélices están relacionadas con los chakras, es decir que los 12 chakras estan relacionados con las 12 helices, y que solo hemos activado 2 chakras para los que aun no han despertado su camino espitirual, ademas que tambien esta relacionado con los 12 signos y otras cosas... Sabes algo del tema? lo has escuchado?

    Adicionalmente, quiero preguntarte si has estudiado sobre Mahavatar Babaji, la shakti lo indica como el regerente de este planeta tierra, es quien nos guía y solo el que alcanza la supraconsciencia a traves de la activación de los 12 chakras y 12 hlices del ADN puede tener comunicación con él, a veces me pregunto si es Pastor del que tanto hablas, has escuchado del tema??

    Gracias

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. No he escuchado sobre ese tema,por lo que no te sabría decir al respecto.

      Borrar