¿LA POBREZA Y LA RIQUEZA SE DEBEN AL KARMA?

Cuando el señor Sinnett le hizo esta pregunta al maestro Kuthumi, el maestro le respondió lo siguiente:

« La posición social de una persona es desde luego seguido el resultado del Karma, siendo la ley aquella de que “lo semejante atrae a lo semejante”. El ser renaciente es arrastrado en la corriente de la gestación en la que las atracciones predominantes provenientes del último nacimiento lo hacen que asimile. Y de esta manera, uno que haya muerto como campesino, puede renacer como rey, y el soberano muerto podría después ver la luz bajo el toldo de un peón.

Esta ley de atracción se mantiene en miles de “accidentes de nacimiento”, una expresión que no podría ser más flagrantemente equivocada. Cuando al menos te des cuenta de lo siguiente: de que las skandhas son los elementos de la existencia limitada, entonces habrás comprendido también una de las condiciones del Devachan [que es la región sutil donde los humanos descansan entre dos reencarnaciones, lo equivalente al paraíso en el catolicismo].

Y tampoco son nada correctas en su aplicación general tus interferencias respecto a que el bienestar y los placeres de las clases altas se deban a un mejor karma. Esas ideas tienen un tintineo hedonista [que es una doctrina que hace del placer el principal objetivo de la vida] lo que es difícilmente reconciliable con la Ley karmica, ya que esos “bienestares y placeres” son más que frecuentemente las causas de un nuevo y sobrecargado karma, y no la producción o efectos de este último.

Incluso como “regla general”, la pobreza y la condición humilde en la vida son menos causa de sufrimiento que la riqueza y el nacimiento en una familia adinerada. »

(CM 25, p.200)

Las skandhas son las estructuras energéticas que van registrando todas las caraterísticas que vamos construyendo en nuestro ser (físicas, emocionales, mentales, etc) y que luego se transmiten a nuestra siguiente vida. Y por lo tanto el karma determina mucho lo que será nuestra proxima reencarnación, pero también hay otros factores que influyen, como por ejemplo lo son: un constante y fuerte deseo nutrido en esta vida e incluso desde vidas anteriores, o prácticas de magia, etc.

Ahora bien, una persona puede nacer rica y aún así ser muy desdichosa, e inversamente puede nacer pobre y ser muy feliz.

Y es por eso que a la pregunta:

¿Es la pobreza  karma negativo?

William Judge contestó lo siguiente:

« Por lo general, los teósofos han considerado el tema del karma positivo o negativo desde un punto de vista terrestre y egoísta. El elemento comercial ha entrado en el cálculo respecto al mérito o al demérito. Se ha hablado de la justicia eterna, sinónimo de karma, como si proporcionara al humano que se reencarna, algún estado de vida siguiendo un simple saldo de cuentas en un libro mayor, donde el pago se efectúa mediante una recompensa, mientras la deuda se le paga con un castigo.

Según la opinión común, si un individuo es rico y afortunado, en su encarnación anterior, tuvo que ser bueno aunque pobre. Mientras que en caso que fuese pobre, si en su existencia previa era rico, tuvo que ser malo. Por lo tanto, según esta manera de razonar, el único modo para definir el karma positivo o negativo es la situación económica en la cual nos encontramos.

¿Es entonces la pobreza con todas sus dificultades karma negativo?

Si un individuo nace en un nivel social muy bajo, obligado a vivir siempre de manera muy humilde, a menudo muriéndose de hambre y oyendo a su mujer y a sus niños implorar el alimento, ¿debemos concluir que está sufriendo por un karma negativo?

Al analizar el problema desde un punto de vista de una sola vida y de esta personalidad, obviamente lo que es desagradable y doloroso en la vida se le puede decir negativo. Pero si consideramos toda condición de la existencia como experiencia que el ego encara para desarrollarse, entonces la pobreza cesa de ser “karma negativo”.

La fuerza se adquiere sólo por medio de las pruebas y del ejercicio. La pobreza nos proporciona unas de las pruebas más grandes para desarrollar la resistencia y los mejores medios para evolucionar la fuerza de carácter, la sola que conduce a la grandeza. Según lo que sabemos, los egos que percibimos alrededor de nosotros, encerrados en cuerpos cuyo ambiente es tan difícil que necesitan resistencia para sostener la lucha, están voluntariamente encarando esa escuela ardua para adquirir una experiencia más profunda y con esta la fuerza.

La antigua definición de qué es el karma bueno y malo, es la mejor:

“El karma bueno es lo que agrada a Ishwara, mientras el karma malo lo que disgusta a Ishwara.”

Aquí no hay mucho espacio para discutir acerca de la pobreza o de la riqueza, porque la prueba y la medida no se efectúan según nuestros deseos y gustos humanos, presentes y pasajeros, sino según el juicio de nuestra parte inmortal (Ishwara). Ella puede no desear los placeres de la riqueza, pero reconociendo la necesidad por la disciplina, decide asumir la vida entre los mortales en un nivel bajo, cuya experiencia le permitirá adquirir la resistencia, la paciencia y la fuerza. Este es el único modo de imprimir en el carácter las lecciones de la vida.

Por lo tanto, nos preguntaremos ¿es la pobreza y la condición social baja, karma bueno? Según lo que hemos expresado, la respuesta será negativa. En realidad, muchas vidas de este tipo son karma negativo en cuanto disgustan al Ser inmortal encerrado en el cuerpo, porque no dependen del libre albedrío, pues son el resultado de causas activadas ciegamente en vidas anteriores, que seguramente sembrarán en la persona las semillas de la maldad, que en seguida se les debe extirpar con un doloroso esfuerzo.

Según este esquema, podemos decir que las masas de personas pobres de buena índole, muy a menudo encaran un karma positivo en cuanto es en armonía con la línea de experiencia elegida por Ishwara. Por lo tanto, podemos decir que solo las personas pobres y malas están sufriendo un karma negativo, porque están haciendo y produciendo lo que disgusta al ser inmortal interior. »

(William Judge, the Path, julio de 1891)

CONCLUSIÓN

El karma influye efectivamente en la posición social, pero no por las razones que la gente se imagina. Generalmente no es con un propósito únicamente de castigo o recompensa. Pero en una sociedad materialista como la nuestra, en donde la felicidad se mide por la cantidad de bienes que se posee, es fácil asociar el karma positivo con la riqueza y el karma negativo con la pobreza. Sin embargo, esto no es así, y la prueba es que existe gente muy rica que es muy infeliz, mientras que también existe gente humilde que es muy feliz.

Karma a nivel personal es principalmente una guía para la evolución de las personas, y por consiguiente el karma busca confrontarlas a sus defectos con pruebas iniciáticas para que se superen. Por ejemplo, una persona que en su vida anterior fue muy avariciosa, es muy probable que en su siguiente reencarnación experimente la pobreza para que se libere de obsesión por lo material.

Sin embargo, y como lo mencioné arriba, también hay otros factores que influyen sobre la condición económica a parte del karma:

El pensamiento es creador. Una persona que sueña con ser rica está generando una energía que en algún momento se va a materializar. Pero como la gran mayoría de las personas no tienen bien desarrollada esa capacidad de proyectar el pensamiento y que usualmente lo hacen de manera inconsciente e imperfecta. La materialización de sus pensamientos suelen manifestarse hasta en una reencarnación posterior.

Y también las personas guardan el desarrollo adquirido en sus vidas pasadas,  y así por ejemplo, un hombre que fue muy bueno para los negocios, al reencarnar de nuevo, va a traer con él esa audacia, esa agilidad mental, y esa tenacidad que le van a facilitar la posibilidad de ganar de nuevo dinero en su presente vida.

Pero desafortunadamente mientras que la sociedad esté basada en la explotación de los demás, siempre habrá desigualdad de clases, sin importar el tipo de régimen que tenga una nación (incluso el comunista donde el dinero es simplemente remplazado por los privilegios). Y un gran porcentaje de la población vivirá en la pobreza.

 

Cuando la gente se queja, si los Señores del Karma les pudieran responder, les dirían:

 

“¿Pero nosotros qué podemos hacer? Dios creó a los seres humanos libres y como tal pueden hacer lo que les plazca. Pueden tener la sociedad que ellos quieran. Ahí nosotros no podemos intervenir. Qué más quisiéramos que todos nacieran con las necesidades básicas aseguradas, pero si el 80% de la población vive en la pobreza, no es posible. A la mayoría les va a tocar nacer pobres, aunque no les guste. Así es que si no quieren renacer en la pobreza. ¡Cambien su sociedad!”

 

(Ver el futuro de la humanidad es la universalidad)