TESTIMONIO DE OLCOTT
El coronel Olcott en 1874 fue a investigar los fenómenos espiritistas que se producían en la granja de los hermanos Eddy, situada en en el pueblo de Chittenden, en el estado Vermont.
Mandó cartas informativas al periódico neoyorquino The Daily Graphic que tuvieron mucho interés del público, y en 1875 publicó el libro "Gente del otro Mundo" (People of the other World) donde compiló sus investigaciones.
Posteriormente en su libro "Las Hoja de un Viejo Diario I" el coronel Olcott relató como una comisión de la Rusia Imperial le solicitaron a él y a Blavatsky que buscaran y le enviaran un médium auténtico a San Petersburgo para que los científicos rusos pudieran estudiar los fenómenos espiritistas:
« El honorable Alexander Aksakof [su retrato está arriba], el bien conocido consejero íntimo del emperador de Rusia, ferviente espiritista, pidió a H.P.B. que tradujese mi libro al ruso, haciéndose él cargo de los gastos.
Ella consintió, y pronto apareció un folleto muy bondadoso del profesor N. A. Wagner de la Universidad Imperial, en el que tuvo la amabilidad de decir que en mi investigación, “Yo había tenido en cuenta todas las cosas necesarias para una prudente investigación científica”; fue esta una afirmación de la que naturalmente me sentí muy orgulloso. »
(Capítulo 4)
« El señor Aksakof en una carta fechada el 16 de abril de 1875 me dijo que después de haber leído mis cartas enviadas al periódico Daily Graphic y observado su efecto en los dos hemisferios, está convencido de que es necesario hacer estudiar de cerca los fenómenos espiritistas por los más grandes sabios.
Me preguntó si no podría yo organizar una comisión de esa clase y me comunicó que eso se ha hecho en Rusia: cuatro profesores de diferentes universidades han procedido a un estudio en común de los fenómenos y reconocido su autenticidad.
Esos sabios señores podrían, si yo lo desease, enviarme un llamamiento firmado por todos ellos, a sus colegas americanos para que hagan como ellos, y zanjar de una vez por todas el problema que más interesa al bien de la raza humana.
Era evidentemente el mismo motivo que me había decidido a emprender mis investigaciones en la casa de los Eddy, pero veía que los obstáculos presentados por la obstinación ignorante y brutal de los médiums y de sus “guías” eran en realidad infranqueables, y lo indicaba así en mi libro.
Me hizo gracia leer una post-data fechada dos días más tarde, en la que el Sr. Aksakof, que mientras tanto había terminado de leer la versión rusa que H.P.B. hizo de mi libro, me decía que era bien evidente que ningún estudio científico era posible con gente como los médiums y me rogaba que considerase su proposición como no hecha.
Sin embargo las cosas no quedaron ahí; la correspondencia continuó y nos pidieron a H.P.B. y a mí que eligiéramos médiums dignos de fe para enviarlos a San Petersburgo, donde serían sometidos a pruebas por una comisión especial de profesores de la Universidad Imperial de San Petersburgo.
Aceptamos este encargo y apareció el anuncio en el Spiritual Scientist del 8 de julio de 1875, por lo que puedo deducir en el desorden en que los recortes de periódicos han sido puestos en nuestro Álbum de recortes vol. I.
De todos modos, una carta de Aksakof a H.P.B. abriendo así las negociaciones, se publicó en ese número:
“He aquí lo que le pido a usted [Madame Blavatsky] así como al Coronel Olcott, que tengan la bondad de hacer:
¿Tendría usted a bien traducir al inglés el llamamiento a los médiums aquí adjunto, entenderse con ellos y hacernos saber (a la Sociedad Imperial de Experiencias Físicas) cuál sería el mejor médium americano que pudiéramos hacer venir a San Petersburgo en interés de la causa?
Nosotros quisiéramos, ante todo, médiums que puedan producir manifestaciones sencillas, pero fuertes, en plena luz. Hagan todo lo posible para procurarnos buenos médiums, pónganse en seguida en campaña y aconséjennos sin pérdida de tiempo. Recuerden que no hay problema con los gastos”, etc.
Naturalmente, esta carta nos trajo una cantidad de ofrecimientos, y pusimos a prueba personalmente los poderes de varios médiums que nos hicieron ver algunos fenómenos, por cierto sorprendentes y hermosos.
Algunos impostores se sirvieron de eso como pretexto para dar una sesión pública de pseudo-posesión en el teatro de Boston, un domingo por la noche de ese mismo mes de julio, haciéndose pasar por contratados para Rusia.
Los denunciamos en una carta enviada el 19 de julio de 1875 a todos los periódicos de Boston. »
(Capítulo 5)
« A pedido del señor Aksakof, para la comisión científica de San Petersburgo, en Rusia, yo y H.P.B. comenzamos a buscar un médium auténtico dándonos cuenta de que tendríamos que elegir entre los médiums profesionales, porque no era probable que ningún médium aficionado consintiese en someterse a la publicidad y las molestias de semejante prueba.
Así que decidimos asegurarnos completamente de la realidad y relativa regularidad de los poderes psíquicos del médium varón o mujer que tuviésemos que recomendar.
El deseo del señor Aksakof era de obtener preferentemente fenómenos “en plena luz”, lo cual era bien razonable porque eso reduce a un mínimo las probabilidades que fuera un fraude.
Pero sólo había muy pocos (y aun hoy casi no los hay) que pudiesen contar con producir algo muy notable en una sesión de día.
Después de buscar, nuestra elección se había reducido a dos o tres personajes como C.H. Foster o el Dr. Slade, que estaban casi seguros de sus resultados, de día o de noche.
De todas maneras, resolvimos elegir un excelente médium, estuviese o no a la altura de las esperanzas del señor Aksakof.
Nuestras investigaciones duraron varios meses, si no me equivoco hasta mayo de 1876.
. . .
Entre los médiums investigados, la clase de sus poderes de la señora Thayer nos satisfizo tanto que le ofrecimos ir a Rusia, pero ella rehusó como la señora Young y por los mismos motivos.
Idénticas proposiciones hechas a la señora Huntoon, hermana de los Eddy, a la señora Andrews y al doctor Slade, fueron igualmente rechazadas.
El asunto se siguió sin resultado hasta el invierno de 1875, y entonces se fundó la Sociedad Teosófica.
La comisión del señor Aksakof había rescindido el contrato que aseguraba un estudio serio de los fenómenos, y encontrándose presidida por el profesor Mendeleyeff, un materialista acérrimo, había publicado una memoria llena de prejuicios basada en suposiciones y no en la evidencia.
Por lo que Aksakof decidió noblemente y por puro amor a la verdad, cumplir el programa inicial financiándolo él mismo y con el riesgo de perder su prestigio.
Más o menos entonces escribió en la revista Spiritualist de Londres:
"Cuando resolví llamar médiums a San Petersburgo… me ceñí a un plan de campaña que comuniqué al coronel Olcott, rogándole eligiese médiums en América.
Le dije que deseaba proporcionar a nuestra comisión los medios de probar los movimientos anormales de objetos sólidos, en plena luz y sin contacto con ninguna persona viva.
También quería encontrar médiums que pudiesen mover sólidos detrás de cortinas en la oscuridad, estando ellos mismos sentados a la vista de los asistentes," etc. »
(Capítulo 6)
« Nuestra búsqueda del médium terminó por la elección del Dr. Slade para las experiencias de San Petersburgo. El señor Aksakof me mandó mil dólares para proveer a sus gastos y el Dr. Slade se puso en camino según lo convenido.
Pero sea por interés o por vanidad, en todo caso muy desgraciadamente él se detuvo en Londres, Inglaterra, donde dio sesiones espiritistas, hizo sensación y fue arrestado con el pretexto de fraude, a causa de la queja del profesor Lankester y del doctor Donkin.
C.C. Massey lo defendió y arregló su asunto apelando sobre un punto técnico.
Después, en Leipzig, Alemania, Slade proporcionó los célebres experimentos sobre los que el profesor Zollner probó su teoría de la cuarta dimensión.
Luego visitó La Haya en los Países bajos, y otros lugares más antes de ir a San Petersburgo.
Nosotros, antes de enviarlo, sometimos sus poderes al examen de una comisión especial de la Sociedad Teosófica, y ésta (salvo un miembro descontento que redactó una crítica muy injusta) dio al señor Aksakof un certificado de su sinceridad.
Un testimonio de los más instructivos, que probaba una larga e íntima familiaridad, fue dado por su ex socio en negocios, el señor Jaime Simmons, en el número de noviembre de 1893 de la revista Theosophist. »
(Capítulo 7)
TESTIMONIO DE BLAVATSKY
Blavatsky en un artículo que ella publicó en la revista Theosophist de febrero de 1881, también habló de esta solicitud:
« En el invierno de 1876-7, los profesores de la Universidad Imperial de San Petersburgo, Rusia, decidieron (bajo la presión de una autoridad muy augusta) formar un comité para la investigación científica de los fenómenos mediúmnicos.
El Honorable Alexander N. Aksakof, Consejero Imperial Ruso y ahora funcionario de la Sociedad Teosófica, tras haber estudiado el tema durante largo tiempo, fue invitado a prestar su ayuda.
Él le pidió al coronel Olcott y a la directora de esta revista [o sea Blavatsky], ambos en ese entonces viviendo en los Estados Unidos, que seleccionaran entre los mejores médiums estadounidenses a uno que pudieran recomendar al Comité.
Se realizó una búsqueda minuciosa y se eligió al Sr. Slade por las siguientes razones:
1) Todos sus fenómenos ocurrieron a plena luz del día.
2) Eran de tal carácter que convencían a los científicos de la presencia real de una fuerza y de la ausencia de charlatanería y juegos de manos.
3) Slade estaba dispuesto a someterse a cualquier prueba razonable y a colaborar en la realización de experimentos científicos, cuya importancia, por su inteligencia, pudo apreciar.
Así pues, tras someterse durante tres meses a una investigación por parte de un Comité Especial de nuestros colegas, fue expresamente elegido por el presidente Olcott, entre los escépticos de nuestra Sociedad; y tras un informe favorable del Comité, se recomendó al Sr. Aksakof para que lo contratara.
A su debido tiempo, la elección fue ratificada, se nos envió el dinero necesario para pagar el viaje de Slade, y el médium zarpó de Nueva York hacia Rusia, vía Inglaterra.
Sus aventuras posteriores, incluyendo su arresto y juicio en Londres por una acusación maliciosa de intento de fraude, su liberación y la triunfante reivindicación de sus poderes psíquicos en Leipzig y otras capitales europeas, son bien conocidas. »
(p.97)
OBSERVACIÓN
Desafortunadamente los datos históricos hacen concluir que muy probablemente el médium Henry Slade fue un embustero que logró engañar a los teósofos y a varios científicos con trucos de prestidigitación.
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