El siguiente texto es una transcripción de una conferencia que dio
Samael Aun Weor en 1971 y que posteriormente se publicó en el libro titulado “Mirando al Misterio”:
LOS HOMBRES-PECES
VENUSINOS TIENEN LA MISIÓN DE AYUDARNOS
Muy
amigos, en nuestra reunión de hoy vamos a platicar un poco sobre los hombres
peces. ¿Os suena esto un poco extraño, verdad?
Ante
todo quiero recordarles que nosotros los Gnósticos tenemos métodos y medios
especiales para investigar todo esto en forma dijéramos espiritual.
¿Habéis oído hablar alguna
vez sobre el desdoblamiento?
El
alma de cualquier persona puede desdoblarse, es decir salir del cuerpo y
trasladarse a cualquier rincón del universo con el propósito de ver, oír, tocar
y palpar aquello que más le interese.
Séame
pues permitido decirles que conocemos el secreto, las claves, para realizar
tales viajes incorpóreos.
Yo
siempre presentía que existían en el fondo de los océanos hombres peces,
criaturas inteligentes y hasta me parece que esto está relacionado en alguna
forma con el famoso PEZ OANES de los Caldeos. No quiero quitarle a tal pez
otras alegorías más profundas, sólo quiero enfatizar la idea de que tal símbolo
se corresponde también con el misterio profundo de los hombres peces.
Dejando
este pequeño preámbulo, vamos al grano, a los hechos. En profunda meditación mi
esposa sacerdotisa y yo resolvimos hacer un viaje anímico, espiritual, con el propósito
de investigar todo lo relacionado con los hombres peces; es obvio que lo
logramos y que al confrontar les percepciones de tipo metafísico dieron
evidentemente idénticos resultados.
Fuera
de la forma densa nuestras almas se sumergieron profundamente en el Océano
Atlántico, muy lejos de toda tierra firme. En nombre de la verdad, debo decir
que ciertamente entramos en contacto directo con los hombres peces.
Si
me preguntáis qué clase de figura tienen dichos hombres peces, habría de
contestar claramente que poseen forma de peces con tamaños muy semejantes a la
de cualquier persona humana, unos más grandes, otros más chicos, otros
medianos, etc.
Hasta
esta parte de mi relato creo que vosotros todavía no veis bien claro esto de
los hombres peces; seguidme con paciencia por favor, escuchad mi relato.
Hallamos
en el fondo vivo del océano la ciudad de los hombres peces. ¿Enigmas? Me temo
que si no ponéis atención no entenderéis mi relato. Es obvio que la citada
ciudad no es de tipo físico, ni corresponde al mundo de tres dimensiones, se trata
de una población situada en la dimensión desconocida.
Las
casas, los templos, las tiendas, los restaurantes, calles y cosas, etc., han
sido creados por los hombres peces en la cuarta dimensión, en eso que podríamos
llamar “espacio etérico”.
Los
animales intelectuales que viven en este mundo físico han degenerado tanto su vista,
que realmente ya no son capaces de ver la cuarta dimensión, empero los hombres
peces, son diferentes, distintos, poseen la vista etérica y por ello la
dimensión desconocida resulta para ellos tan familiar como el aire que nosotros
respiramos o los alimentos que comemos.
Ciertamente
esas criaturas no se han degenerado y por ello es ostensible que poseen la
vista etérica.
En
nombre de la verdad hemos de decir que ellos viven simultáneamente en el mundo
físico y en la región etérica.
Es
claro que el alma de los hombres peces sabe que tiene cuerpo de pez, más como
quiera que también viven en la dimensión desconocida, no ignoran que son
hombres pudiendo vivir como tales en la cuarta dimensión a tiempo que se mueven
simultáneamente entre las aguas como simples peces.
Hay
pues en ellos una doble vida, la primera como peces, la segunda como hombres,
empero se combinan ambas, se procesan en forma simultánea y armoniosa,
bellamente coordinadas...
Un
rey muy sabio gobierna a estas criaturas; se trata de un hombre pez muy
venerable. Es claro que ese anciano rey es amado por todos sus súbditos y que
no necesita de ejércitos ni de policía para hacerse obedecer. Es un ser
inefable de las dinastías solares.
Al
hacer la exposición que ustedes mis amigos están escuchando, quiero que por un
momento siquiera en la vida se identifiquen con esta clase de criaturas
tridimensionales y tetradimensionales. Voy hablando en forma íntegra, unitotal,
coordinando íntimamente lo físico con lo metafísico.
Mi
esposa sacerdotisa pasó el umbral de una de esas tiendas etéricas del
misterioso pueblo ubicado en la dimensión desconocida, yo la observé más no
entré; algo vio ella o miró en la profundidad, al salir le pregunté
interrogándole sobre aquello que hubiese visto, la respuesta fue:
-
“Vi
un grupo de hombres peces sentados ante las mesas de un hermoso restaurante que
platicaban sobre diversos temas.”
Explico:
almas de hombres-peces viven como hombres realmente en una ciudad etérica
invisible para las gentes degeneradas de nuestro mundo, pero visibles para los
hermosos sentidos de esas criaturas.
Sin
embargo, asombra que al mismo tiempo tengan cuerpos físicos y de peces, vean
ustedes esta extraña combinación de hombres y peces.
¿Alguien tiene preguntas?
1.
Estimado Maestro ¿Estos seres tienen la cara de hombres, o de peces?
Permítaseme
responderle que en ese mundo etérico del que estoy hablando, dichas criaturas tienen
fisonomías de hombres, pero en el mundo meramente físico material, su rostro y
su cuerpo todo es de peces.
2.
¿Podríamos entender Maestro, que estos hombres tienen forma exclusivamente de
pez o tienen aspecto humano?
Con
el mayor gusto daré respuesta a su pregunta. En el mundo meramente físico
material, estas criaturas poseen forma exclusiva de peces, cualquiera podría
confundirlos, afortunadamente son muy inteligentes y por tal motivo resulta
palmario y manifiesto que jamás se dejarían pescar. Repito solamente en la
“dimensión desconocida” asumen humanas formas; es precisamente en la cuarta dimensión
donde viven vida de hombres, no es exagerado decir que también tienen sus
negocios, etc., esto es claro que parece imposible a cualquiera que no haya
ahondado en nuestros estudios.
3.
¿Y son felices Maestro, viviendo esa doble vida?
Puedo
asegurarle a usted que ellos son infinitamente más dichosos que nosotros, no
llevan dentro el yo pecador, son puros en pensamientos, palabra y obra; en
ellos está el recto sentir y el recto obrar. En ellos hallamos el pensamiento
justo, la palabra justa, la acción justa.
4.
Estimado Maestro, ¿podría decirnos si estos hombres tienen relaciones con los
hombres glaciales, los hombres azules y los extraterrestres que nos ha
mencionado antes?
Séame
permitido informarle que los hombres peces, como quiera que están limpios del
pecado original se hallan en íntima relación con los hombres glaciales, con los
hombres venidos de la Galaxia Azul, y con las humanidades de otros mundos.
Quiero
decirle a usted con gran énfasis que los hombres peces vivieron entre los mares
profundos del planeta Venus, fueron traídos a la tierra en naves cósmicas por
los venusinos, y depositados en el fondo de nuestros mares. Empero muy pronto serán
rescatados por los navieros de Venus y regresados a su mundo de origen. Le diré
que este acontecimiento sucederá antes de la tercera guerra mundial. Es evidente
que las explosiones nucleares contaminarán las aguas y pondrán en peligro sus
vidas si no se les regresa a las aguas marítimas del planeta Venus.
Con
el sexto sentido me adelanté en el tiempo para ver tal acontecimiento y
entonces percibí naves anfibias de origen venusino sumergiéndose entre el
Océano Atlántico para rescatar a los hombres peces; a mis oídos llegaron en ese
instante lamentos psíquicos, llanto y congoja de esas misteriosas criaturas; se
les llevó lejos de este planeta Tierra porque esta raza de animales
intelectuales que pueblan la faz de nuestro mundo, no está preparada realmente
para entender a tan sublimes seres; en otras palabras debo decir que nosotros
no los merecemos.
Ellos
tienen algunos objetos muy extraños en la dimensión desconocida, contemplé algo
parecido a un círculo, una especie de brazalete tan misterioso, que francamente
no pude entender.
Uno
de ellos, uno de esos hombres maravillosos dirigiéndose a mi esposa
sacerdotisa, le dijo lo siguiente: “Dichosa tú que estáis siempre cerca del
Maestro”, es obvio que quedé conmovido.
En
su pueblo metafísico, etérico, se respira la paz solemne en las grandes
profundidades oceánicas, se siente uno limpio, puro, infinitamente feliz. ¡Cuán
lejos están las gentes de comprender todo esto!
Amigos
míos después de haceros este relato no estoy seguro de que me hayáis entendido;
se que tenéis la conciencia completamente dormida y por ello es obvio, que estáis
muy lejos de captar la honda significación de mi relato.
5.
¿En la dimensión desconocida cuando asumen la figura de hombres no viven entre
el agua?
Debo
decirle, o mejor dijera, repetirle, que la hermosa ciudad de estos hombres
peces vista por nosotros en forma anímica, está ubicada en el fondo profundo
del Océano Atlántico; así pues el ambiente en que estos seres se mueven es
esencialmente etérico y acuático.
6.
¿Cuál fue el objeto de que los hayan traído del planeta Venus para habitar aquí
en la Tierra?
Nuestros
hermanos del espacio quieren siempre lo mejor para nosotros y es obvio que se
les trajo para nuestro bien; se les colocó en el fondo de los mares para que un
día nos ayudaran e instruyeran.
Desafortunadamente
las gentes de nuestro mundo se degeneraron tanto y por este motivo no llegaron al
contacto psíquico con tan hermosas criaturas. Y así perdió la humanidad una
bella oportunidad, las gentes ni remotamente sospechan lo que perdieron; muchos
hubieran podido ingresar a esa especie de las delicias por las puertas de la
reencarnación...
Dentro
de poco tiempo los mares mostrarán a las gentes muchas cosas secretas y se
descubrirá una especie de peces extraordinarios y muy inteligentes, más quiero
que me escuchéis, no os confundáis, esos no serán los hombres peces, pues
aquellos como ya dije, serán llevados de regreso a los mares profundos del
Planeta Venus.
7.
¿Podría existir otra clase de hombres como éstos en el Reino Animal, Vegetal o
Mineral, Maestro?
Me
permito informarle para su bien que los hombres peces son una excepción y por
cierto traída del Planeta Venus, fuera de esta clase de criaturas tan
singulares sabemos que en nuestro mundo: las piedras, son piedras, las plantas
son lo que son y los animales incluyendo a los que tienen intelecto son lo que
son y nada más que lo que son.
Los
hombres peces son hombres en el sentido más completo de la palabra, porque
tienen dentro al SER, porque lo tienen encarnado y saben que lo tienen.
(Capítulo 12)
OBSERVACIONES
Aquí
Samael Aun Weor está completamente delirando en sus fantasías porque en ninguna
enseñanza esotérica genuina se habla de hombres peces.
Los
únicos que han hablado de humanidades acuáticas han sido charlatanes como
Rudolf Steiner, Max Heindel o Vicente Beltrán Anglada, pero ninguno de ellos se atrevió a ir
tan lejos de afirmar que esos humanos oceánicos tienen caras de peces, mientras
que Samael no solo afirmó eso, ¡sino hasta declaró que fueron traídos del
planeta Venus!
Pero
los instructores más elevados que yo conozco aseguran que eso no es posible:
La
teosofía explica que el planeta Venus ya se encuentra en su séptima y última ronda,
mientras que el planeta Tierra apenas se encuentra en su cuarta ronda, o sea
que la diferencia de evolución de la vida entre Venus y la Tierra es descomunal.
¿Entonces para que
traerían a los venusinos a vivir en la Tierra?
Eso
sería una aberración. Para darles una analogía es como si a los humanos modernos
los enviaran a vivir en la época de los dinosaurios. ¿Para qué? ¿Para ayudar a
los dinosaurios a vivir mejor?
Eso
no tiene sentido, como tampoco tiene sentido que se envíe a los venusinos a
vivir en el fondo de los océanos de la Tierra.
¿Y
esos venusinos son físicos o son etéricos? Porque no se puede ser las dos cosas
al mismo tiempo.
Y
el maestro Pastor explicó que en realidad los venusinos no son ni físicos ni etéricos
debido a que la humanidad venusiana ya ha trascendido los planos inferiores de
existencia y actualmente vive en el plano mental en donde los seres existen como
esferas luminosas.
CONCLUSIÓN
Claramente esta
revelación que hizo Samael Aun Weor es otro disparate que se le ocurrió a este
embaucador, quien en su mitomanía no pudo resistir a pretender que unos de
estos personajes ficticios le exclamara a Litelantes: “Dichosa tú que estáis siempre
cerca de Samael, el Maestro”. Yo no comprendo cómo los gnósticos pueden creer
tantos desvaríos.
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