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LAS FUENTES QUE UTILIZARON LOS BALLARDS PARA ELABORAR SU CULTO

 
 
 
Guy y Edna Ballard inicialmente deambularon por las cimas de las montañas con médiums para ver si podían encontrar minas de oro, pero nunca las encontraron.
 
Y en su búsqueda de poderes ocultos, vagaron de maestro en maestro. Pero no de los “Maestros Ascendidos”, claro está, como sus libros harían creer a los crédulos, sino simplemente de pseudo-instructores esotéricos del plano físico: conferenciantes de ocultismo, hindúes, egipcios y otros en el mundo mágico del esoterismo.
 
Pero principalmente se interesaron por la mediumnidad y variaron el negocio transmitiendo algunos mensajes espiritistas por sí mismos, como lo haría cualquier otro médium ordinario. La mayoría de quienes los conocieron a los Ballard antes de que se volvieran famosos atestiguan que los Ballard eran muy proclives al espiritismo.
 
Se convirtieron en vagabundos metafísicos errantes, se sentaron a los pies de falsos guías del plano terrestre que serían demasiados para mencionarlos a todos, pero los principlaes fueron los siguientes:
 
Bebieron un poco de la Ciencia Cristiana, leyeron un poco del Método Walter CS, se trasladaron a la Escuela de la Unidad en Kansas City, se vincularon con la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis (AMORC), se unieron a la Orden de los Místicos Cristianos, estudiaron con Pelley el Camisa de Plata, se sentaron a los pies de algunos de los Swamis, examinaron la magia de la Filosofía Yogui y el Misticismo Oriental.
 
Pero sobre todo se interesaron por Baird T. Spalding y sus “Maestros del Lejano Oriente”, quien les dio la idea, sin duda, junto con la Pseudo-teosofía de Charles Leadbeater de inventar a sus “Maestros Ascendidos”.
 
Y de esta curiosa mezcla de heterodoxia surgieron los libros de Guy Ballard, libros de los cuales el propio Saint Germain ha dicho "ninguno en el mundo había sido escrito como ellos", lo cual es falso ya que Guy Ballard también plagió un montón.
 
Los Ballard usaron lo que querían, cambiaron y distorsionaron lo que deseaban, aromatizaron toda la mezcla heterogénea con especias literarias de novelas del tipo Deadwood Dick, la salaron con hechos pseudocientíficos de las revistas pulp, la endulzaron con cierta cantidad de bondad para atrapar las almas hambrientas de espiritualidad, y lo envolvieron en envoltorios de celofán con un brillo de Las Mil y Una Noches.
 
Lo etiquetaron como “Instrucción del Maestro Ascendido del Poderoso YO SOY”, transmitido por los tres y únicos Mensajeros divinamente designados (o sea Guy, Edna y su hijo Donald) y lo vendieron caliente en los mostradores para obtener grandes ganancias en los templos sagrados del YO SOY.
 
Y el dinero que no pudieron obtener con su infructuosa búsqueda de minas de oro, lo obtuvieron engatusando a la gente con su culto embaucador.
 
Y ésta mezcla es el extraño y delirante brebaje con el que tantas miles de personas sinceras están siendo alimentadas mañana, tarde y noche, creyendo en las mentiras que les dijeron esos embusteros. Y la mayoría de ellas necesitarán una buena purga psicológica para sacar tanta basura de su organismo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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