FÁBULA SOBRE EL CONQUISTADOR GENGIS KAN

 

(Este es el capítulo 7 del libro Shambala de Nicolás Roerich.)

 

 

 

CHINGIZ KHAN

 

(una canción)

 

Cuando nació Chingiz-Khan, su madre ya no era la favorita del Khan, y por lo tanto el niño no encontró amor en el corazón de su padre, quien lo envió a una finca lejana. Allí, cuando llegó a la edad adulta, Chingiz-Khan reunió a su alrededor a otros que no eran amados y comenzaron a llevar una vida sin rumbo. Se apoderó de armas y esclavas, fue de caza y no envió informes sobre su vida a su padre, el Khan.

 

Un día, cuando quizás estaba borracho con kumiss, Chingiz-Khan hizo un pacto con sus amigos de que lo seguirían en todas las cosas hasta que la muerte los separara. Luego ordenó que se hiciera una flecha zumbante y ordenó a sus sirvientes que sacaran los caballos. Montaron, y así es como Chingiz-Khan comenzó su trabajo.

 

Cabalgó hacia las estepas y se acercó a sus manadas de caballos. De repente lanzó su flecha zumbante, golpeando a su mejor y más veloz caballo. Un caballo es valorado como un tesoro entre los tártaros. Algunos de sus amigos dudaron en matar a sus caballos y fueron decapitados.

 

Una vez más Chingiz-Khan fue a las estepas y de nuevo lanzó su flecha zumbante. Esta vez golpeó a una de sus esposas. No todos seguirían su ejemplo. Entonces los que tenían miedo fueron inmediatamente decapitados. Los amigos estaban asustados. Pero él los había obligado por un juramento a seguirlo hasta la muerte. Verdaderamente inteligente, fue Chingiz-Khan.

 

Luego cabalgó Chingiz-Khan hacia las manadas de caballos de su padre. Envió su flecha zumbante al caballo de su padre y todos sus amigos hicieron lo mismo. Así Chingiz-Khan preparó a sus amigos para trabajar con él y probó a sus hombres. No amado, pero temido era Chingiz-Khan. ¡Verdaderamente inteligente fue Chingiz-Khan!

 

Un día Chingiz-Khan planeó grandes hazañas. Cabalgó hasta el campamento de su padre y envió una flecha zumbante al corazón de su padre. Todos los amigos de Chingiz-Khan siguieron su ejemplo. ¡El viejo Khan fue asesinado por todo el pueblo! Y Chingiz-Khan se convirtió en el Khan de la Gran Horda. ¡Verdaderamente inteligente fue Chingiz-Khan!

 

Los khans del Imperio Vecino no estaban contentos con Chingiz-Khan. Miraron con desdén al joven y enviaron un mensajero arrogante exigiendo todos sus mejores caballos, todas las armas engastadas con piedras preciosas y adornadas con oro, todos los tesoros del Khan. Al escuchar estas demandas, Chingiz-Khan se inclinó ante el mensajero.

 

Entonces Chingiz-Khan convocó a todos sus hombres a un consejo. Sus consejeros discutían en voz alta: era imposible pelear por los caballos. Y todo lo que se le exigió Chingiz-Khan envió a los khans vecinos. ¡Verdaderamente astuto fue Chingiz-Khan!

 

Hinchados de orgullo, los khans del Imperio Vecino ahora exigieron que se les enviaran todas las esposas de Chingiz. Los consejeros protestaron en voz alta, se compadecieron de las esposas del Khan y amenazaron con comenzar la guerra. Nuevamente Chingiz-Khan despidió a estos consejeros y envió a todas sus esposas al Imperio Vecino. ¡Verdaderamente astuto fue Chingiz-Khan!

 

Los khans del Imperio Vecino estaban orgullosos sin medida. Consideraron cobardes a los hombres de Chingiz-Khan; insultaron y abusaron de la gente de la Gran Horda; y en su orgullo sacaron a los guardias de la frontera. Los khans se divertían con las esposas de Chingiz y montaban sus caballos mientras la ira contra ellos se hacía cada vez más fuerte en la Gran Horda.

 

De repente, Chingiz-Khan se levantó de noche, ordenó a sus hombres que lo siguieran a caballo y atacó a los khans del Imperio Vecino, tomando cautiva a toda su gente. Recuperó todos los tesoros, las armas y los caballos; de regreso tomó a todas sus esposas.

 

La victoria de Chingiz-Khan fue elogiada por sus consejeros. Y Chingiz-Khan le dijo a su hijo mayor Otokay: “Sabe cómo enorgullecer a la gente, y el orgullo los volverá estúpidos. ¡Entonces los dominarás! A lo largo de la Gran Horda, el Khan fue elogiado. ¡Verdaderamente inteligente fue Chingiz-Khan!

 

Y Chingiz-Khan ordenó a la Gran Horda que guardara eternamente estos preceptos: “El que codicia una esposa, será decapitado. El que blasfeme será decapitado. El que toma la propiedad de otros, será decapitado. El que mate a un hombre pacífico, será decapitado. El que se pase al enemigo será decapitado”. Por lo tanto, para cada uno, Chingiz-Khan designó un castigo.

 

Pronto el nombre de Chingiz-Khan fue honrado en todas partes. Todos los príncipes temían a Chingiz-Khan. Como nunca antes, la riqueza de la Gran Horda creció. Cada hombre tenía muchas esposas. Se vistieron con telas de seda y comieron y bebieron muy bien. ¡Verdaderamente, Chingiz-Khan siempre fue inteligente!

 

Chingiz-Khan vio a lo lejos. Ordenó a sus amigos que rasgaran la tela de seda, para fingir que estaban enfermos por el buen comer. Que el pueblo, como en la antigüedad, beba leche; que se vistan con pieles como antaño; ¡para que la Gran Horda no se debilite! ¡Verdaderamente inteligente fue nuestro Chingiz-Khan!

 

La Gran Horda siempre estaba lista para la batalla. Y Chingiz-Khan lo conduciría repentinamente a las estepas. Conquistó todas las estepas de Taourmen. Tomó posesión de todos los desiertos de Mongolia. Venció a toda China y al Tíbet. Se apoderó de toda la tierra desde el Mar Rojo hasta el Caspio. ¡Así era Chingiz-Khan!