SPENCER LEWIS ASEGURA QUE AMORC ES PROTEGIDO POR LA ORDEN ROSACRUZ DE FRANCIA

 

Esto el fundador de AMORC lo aseveró en su revista The American Rosae Crucis de septiembre de 1916 en donde él escribió:

 

« Hasta la actualidad, y desde su nacimiento y establecimiento en este país [los Estados Unidos], la Orden Rosacruz de América ha estado bajo la protección de la Orden Rosacruz de Francia. »

(p.23)

 

 

Y esto Lewis se los estuvo haciendo creer a sus seguidores a lo largo de los años.

 

Desde que fundó AMORC en febrero de 1915, Lewis estuvo asegurando que él fue iniciado por los Rosacruces franceses quienes le encomendaron resucitar la Orden Rosacruz en los Estados Unidos, y es por eso que en el libro Rosicrucian Documents se encuentra escrito:

 

« Este impresionante edificio, tipo torre, situado en Tolosa, al sur de Francia, fue en un tiempo el centro de la vieja Rose-Croix, la Orden Rosacruz Francesa cuya autoridad data cronológicamente de muchos siglos en el pasado. Y fue ahí donde el Dr. H. Spencer Lewis fue iniciado en la Orden en 1909, y de donde recibió subsiguientemente su autoridad para establecer la AMORC en América. »

(p.4)

 

 

 

Pocos meses después Lewis les presentó a sus seguidores una carta asegurado que él había recibido la visita de un dirigente de la Orden Rosacruz de Francia para supervisar el desarrollo de AMORC en los Estados Unidos, y es por eso que en el libro Rosicrucian Initiation (1917) escribió:

 

« En septiembre [de 1915], tras haber comenzado sus actividades la Gran Logia de América en Nueva York, Monseñor Jerome T. Verdier, mago del Supremo Consejo de Francia en Toulouse, visitó al Gran Maestro [Spencer Lewis]. Dio su aprobación al plan de establecimiento de Logias de Estado en cada Estado de la Unión Americana y de logias locales en las principales ciudades. Y también dio instrucciones finales, sellos, y documentos secretos fueron entregados en mano al Gran Maestro General de América [Spencer Lewis] después de examen de los informes oficiales. »

(p.16)

 

 

 

Poco después Lewis les informó a sus seguidores haber recibido un documento por parte de la Orden Rosacruz Francesa en donde esa institución patrocinaba a AMORC y legitimaba a su fundador, y es por eso que en la revista The American Rosae Crucis de julio de 1916 escribió:

 

« El 30 de septiembre de 1915, después de una asamblea especial del Consejo Supremo en Francia, se preparó y emitió debidamente el “Pronunziamento R.F.R.C., No. 987432” que contiene un Manifiesto que declara que el Consejo Supremo y la Gran Logia AMORC de Francia, en nombre del Supremo Consejo AMORC del Mundo, declaró y reconoció su completo patrocinio hacia la Orden AMORC en América, y confirmó también la iniciación del Imperator Americano [Spencer Lewis] y su designación como Dignatario Supremo en América del Norte y verificó su emisión de instrucciones por medio de papel, joyas, sellos, etc., a él.

 

Este documento muy importante, escrito en un papel especialmente preparado y con filigrana de la Orden francesa, fue firmado y escalado por el actual Gran Maestre Supremo de la Orden en Francia, sus oficiales y el Gran Maestre que en su momento inició al Imperator americano [Spencer Lewis] en la Orden.

 

Las firmas, algunas de ellas de hombres destacados en los asuntos militares y gubernamentales de Francia, van acompañadas de sus "marcas" oficiales y los sellos de varios tamaños y diseños y la veracidad y el atractivo de este documento único. Suspendido del propio papel se encuentra uno de los curiosos sellos de cera y papel de estilo antiguo de la Orden con sus extrañas aunque inteligibles marcas y palabras.

 

El documento estaba encerrado en un sobre telescópico de metal ligero, a prueba de humedad. Estaba sellado y tenía las Órdenes Nacionales Francesas, o el sello del Consejo Supremo impreso en el metal del contenedor, y llevaba no solo los sellos postales necesarios sino otros de carácter militar y "personalizado", con marcas de aprobación y examen en el extranjero.

 

Este documento cuando fue recibido y presentado al Supremo Consejo Americano en octubre, trajo gran alegría como señal de aprobación y respaldo al trabajo realizado aquí en América por aquellos que el Consejo Francés había designado.

 

El documento debidamente enmarcado y conservando en su contenedor original, cuelga en la pared de la Gran Logia Suprema de Nueva York junto a la Carta del Consejo Americano, donde puede verse y leerse fácilmente, ya que está escrito en un inglés muy correcto. »

(p.15)

 

 

 

Unos meses después Lewis les informó a sus seguidores haber recibido otro documento de la Orden Rosacruz Francesa, y es por eso que en su revista The American Rosae Crucis de septiembre de 1916 escribió:

 

« La Orden Rosacruz en Francia ha emitido un documento de patrocinio para la Orden Rosacruz aquí en América. El martes 17 de octubre [de 1916], el Secretario General Supremo de la Orden Rosa-Cruz en América [Thor Kiimalehto] recibió por correo un documento oficial con varios sellos y marcas oficiales, enviado desde Francia. El documento consiste en un papel de 28 pulgadas de largo y 10 pulgadas de ancho, cuidadosamente absorto y escrito y que contiene un mapa del mundo hecho especialmente en el centro de su texto. »

(p.23)

 

 

 

Pero en cambio en 1918 cuando Lewis fue arrestado por la policía neoyorkina por fraude, él rechazó que su organización tuviera algo que ver con los Rosacruces franceses, y esto lo atestiguo el periódico The Sun quien en un artículo publicado el 19 de junio de 1918 señaló que:

 

« Desde su casa en Flushing anoche Lewis le dijo a un reportero de The Sun que en ningún momento su organización, la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis, jamás pretendió estar operando como una rama de la organización Rosae Crucis en Francia.

 

"Nunca hemos afirmado tener ninguna orden, carta, patente o autoridad de ningún país extranjero", dijo por teléfono. »

(p.14)

 

Lo cual muestra una vez más lo mentiroso que era Lewis ya que justo arriba les acabo de mostrar varios documentos y afirmaciones que él hizo y que demuestran lo contrario. Lo que pasa es que cuando el asunto se puso serio, Lewis se apresuró en negar la charlatanería que él les había estado esgrimiendo a sus seguidores para impresionarlos.