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BLAVATSKY DESCRITA POR LA HERMANA DEL CORONEL OLCOTT


Este artículo se publicó en la revista Word y su editor primero precisó que "el siguiente artículo fue escrito por la señora Isabelle Olcott Mitchell hace ya muchos años atras [alrededor de 1885]. La Sra. Mitchell fue la única hermana del coronel Henry Steel Olcott y en el momento de su muerte ella era viuda de un ministro presbiteriano. Ella tuvo muchos encuentros con Madame Blavatsky y por lo tanto su testimonio es valioso."
 
 
MADAME BLAVATSKY POR BELLE OLCOTT MITCHELL
 
« Para quien tienen fe en el Ocultismo, en el Poder Psíquico y en la Magia, me parece bastante fácil creer en los impresionantes poderes de esta maravillosa mujer; pero confiar incluso en lo que el ojo y el oído dictan al cerebro no siempre es fácil para alguien que ha sido educado en una total incredulidad acerca de lo sobrenatural.
 
Durante nueve meses ocupé un apartamento en el mismo edificio que Madame Blavatsky —la "lamasary" de la que tanto se ha escrito— y por el contacto diario y la asociación estoy quizás bastante capacitada para expresar mi opinión sobre esa mujer.
 
Dama no es el término más adecuado para designarla porque ella era muy poco femenina, y de hecho ella se enorgullecía de no serlo: juraba, fumaba y escribía como lo haría un hombre.
 
La primera vez que la vi fue a última hora de la mañana en un apartamento de la calle 34. Ella tenía la costumbre de escribir, de conversar y de recibir a sus invitados hasta la madrugada, y si uno se retira a dormir a las tres de la madrugada, no es fácil estar fresco y alegre a las diez u once de la mañana del día siguiente. Por lo que en esa primera ocasión ella me dio una impresión muy pobre debido a que su apariencia no era pulcra y una rotura en la falda de su vestido estaba atada justo con un broche.
 
Ella era alta, corpulenta y muy rusa en la cara, con el cabello castaño y rizado (de hecho, cada cabello se arrugaba por sí mismo), con un pijama suelta, una especie de vestido que no sujetaba ningún corsé, era una mujer de aspecto muy poco atractivo.
 
La mañana no era un buen momento para juzgar sus capacidades: sus ojos estaban pesados e inquietos, su temperamento no era el mejor, y se encontraba en desacuerdo con todos. Pero en el contacto diario con ella la encontré graciosamente amable, reflexiva, considerada y sumamente intelectual. Cuando a uno le resulta imposible dar una razón para una creencia dada, la sabiduría sugiere el silencio, y así me callo en cuanto al por qué, y el por qué pertenece a cualquier cosa que ella se complació en dejarme ver.
 
 
De las muchas exhibiciones de sus poderes que observé durante mis nueve meses de intimidad con ella, es algo difícil seleccionar los elementos de mayor interés. Un día ella me mostró un collar de cuentas esféricas perfumadas hechas de arcilla marrón y estampadas con figuras.
 
Al ver que yo las estaba admirando mucho, me preguntó:
 
    -    "Querida, ¿te gustaría también tener unas?"
 
Y al decirle que si, ella me las trajo. Las cuentas estaban ensartadas en una especie de cordel suave, pero como no podía usarlas así, ella luego compró un collar de oro y unido a las cuentas había un trozo de metal que las acompañaba.
 
Cuando me las dio, me ordenó que no permitiera que las pusiera en ningún otro cuello que no fuese el mío, asegurándome que si lo hacía entonces las cuentas se derretirían. Pasaron días y semanas y la advertencia fue olvidada, o si no olvidada, al menos si desatendida. Y en una ocasión a un niño que estaba enfermo se las puse  en su cuello para entretenerlo. Esa noche un célebre médium que había venido desde St. Louis, para gratificarme efectuó una sesión espiritista, y para mi asombro, una voz india dijo:
 
    -    "Mejor no poner cuentas alrededor del cuello del niño o se derretirán".
 
El médium no sabía nada sobre las cuentas. La señora Blavatsky no sabía que el niño las estaba usando, pero cuando las examiné, descubrí que varias se habían derretido de un lado.
 
 
Madame Blavatsky usaba a veces un pañuelo peculiar parecido a un crepé pero con rayas de satén alrededor del borde. Y un día un visitante lo admiró y al expresar el deseo de poseer uno similar, ella lo tomó por la esquina y por así decirlo le quitó otro de la cara. Pero antes de entregárselo a su invitado, le pidió que le prometiera que nunca se lo debería dar a nadie. El pañuelo aún existe, no ha sido presentado a nadie, ni ha desaparecido.
 
Trucos de los que los prestidigitadores se enorgullecen como plantar una semilla en una maceta de tierra arenosa y hacer crecer una planta, como por ejemplo un rosal en plena floración, le resultaban tan fáciles hacer a ella como a ellos.
 
Pero en cambio algo que los prestidigitadores no pueden y que ella si podía, era poner su mano en el marco de una puerta, en la parte de atrás de los hombros o en cualquier mesa o silla, y sacar de allí la música más dulce. Y para que nadie pensara que ella tenía un instrumento en la mano, ella se movía de un lugar a otro, y sin importar a donde fuera ella hacía brotar música de los objetos.
 
 
Su apartamento estaba lejos de ser un lugar de lujo, como hubiera sido posible. Dos ventanas en la avenida y una en una calle transversal iluminaban la habitación, pero la mitad inferior de cada ventana era de vidrio azul. El suelo estaba cubierto por una estera barata sobre la cual ella había colocado varias alfombras de piel. Su lugar en la habitación estaba detrás de un escritorio de oficina ordinario, en un sillón giratorio detrás del cual no se permitía que nadie caminara, pero alrededor de la habitación había muchos sillones para sus constantes visitantes.
 
Estos visitantes consistían principalmente de profesores, maestros, abogados, comerciantes, clérigos; algunos iban solo por curiosidad, pero muchos de ellos iban en busca de conocimientos, conocimientos que ella sabía impartir si le agradaban.
 
Hojas de palmera, peluches, espejos, grandes y pequeños estaban sujetos por todas partes; pero no había ni un ápice de nada que pudiera asombrar o perturbar al más incrédulo de sus invitados.
 
Desde la madrugada hasta que el sueño cerraba sus ojos, ella no dejaba de fumar, pero no como se ha mencionado, de un tabaco misteriosamente obtenido, sino del tabaco que se puede conseguir en cualquier momento, y la gracia con la que su preciosa mano podía enrollar estos cigarrillos demostraba que ella estaba bien acostumbrada a esa actividad.
 
 
Los niños eran una molestia para ella, pero Blavatsky tenía una forma amable de complacerlos. Por ejemplo cuando en una visita a Albany ella se enteró por primera vez de que había un niño en la familia, ella quiso alegrarlo. Su equipaje consistía en una pequeña cartera de mano que solo contenía artículos de tocador. Sin embargo, de la parte de atrás de una puerta plegable ella sacó un cordero lanudo que medía catorce o quince pulgadas de alto, y que jaló hacia adelante con una cuerda.
 
Para otro niño ella fabricó un silbido con unas llaves. Yo la vi incrédulamente tomar las llaves entre sus dedos, sosteniendo el anillo que las unía, y al cabo de unos minutos de maniobrarlas estas sonaban como si fuera un silbato. Y contando las llaves como lo hice antes de que ella las manejara, descubrí que faltaban varias.
 
Y para el mismo niño ella hizo un pato, y la madera de la que estaba formado era de nogal y el extremo era un cuerno. Debido a que era peculiar en el diseño y el sonido, un miembro de la familia visitó muchas tiendas en busca de algo similar, pero no pudo encontrarlo.
 
 
Madame Blavatsky siempre decía que se requería una preparación previa de la mente y el cuerpo para escudriñar los secretos de los adeptos, y ella advirtió a quienes deseaban investigar a esos misteriosos seres que era mucho mejor abstenerse de hacerlo. Pero un alumno aventurero completamente persuadido de su capacidad para soportar cualquier cosa, se mofó de esa advertencia y le solicitó de convertirlo a él en una excepción.
 
-      "Muy bien", dijo ella, "sobre tu propia cabeza deja caer la conmoción, si la hay; tira tu pañuelo sobre la mesa y luego vuelve a tomarlo con cuidado".
 
Así lo hizo el hombre, pero cuando tomó el pañuelo había una pequeña serpiente enroscada, lista para saltar. La risa de Blavatsky fue tan alegre como la de un niño cuando relató cómo el aspirante a adepto estaba tan asombrado que cayó de espaldas al suelo, llevando la silla con él.
 
 
Un día dijo que me mostraría algunas cosas bonitas y acercándose a una pequeña cómoda que estaba debajo de una de las ventanas, sacó de ahí muchas piezas de joyería impresionante: había broches, relicarios, brazaletes y anillos que brillaban con todo tipo de piedras preciosas, diamantes, rubíes, zafiros, etc. Los sostuve y examiné, pero al pedir verlos al día siguiente solo encontré cajones vacíos.
 
Otro día ella estaba sentada junto a su mesa cuando sonó el timbre de la puerta, e inmediatamente pasó por el pasillo privado una figura que parecía deslizarse en lugar de caminar. Ella se volvió hacia mí y dijo:
 
-      "Has deseado ver a uno de los adeptos y tu deseo se va a realizar, pasa por la habitación de la izquierda y mira hacia adentro".
 
Así lo hice y vi la figura de una mujer sentada junto a una mesa. Ella tenía un sombrero de paja sujeto por una cinta rosa que estaba atada debajo de su barbilla y sus hombros estaban envueltos en un chal de manta a cuadros. Eso fue todo lo que reuní en una mirada apresurada porque toda mi atención fue absorbida por un par de ojos negros como el carbón que tenían en sus profundidades una expresión tan extraña y sobrenatural, que los ocho años que han pasado desde entonces no han podido borrar de mi mente la enorme impresión que esos ojos me provocaron.
 
 
Una familia estaba a punto de mudarse a una ciudad vecina en una casa que se negaron a alquilar hasta que el propietario les aseguró de que se encontraba perfectamente seca. Pero Madame Blavatsky me dijo que si esa familia no tenía mucho cuidado, una enfermedad mortal seguiría a la mudanza debido a que el suelo debajo de la casa estaba muy húmedo.
 
Y efectivamente vino una enfermedad que casi causa la muerte y se descubrió que el suelo debajo del piso inferior estaba tan húmedo que el bastón de un hombre en toda su longitud no podía tocar la tierra dura.
 
 
Los logros intelectuales de Madame Blavatsky estaban más allá y por encima de cualquier ser humano común, por ejemplo cuando ella estuvo escribiendo su obra "Isis Develada", ella citaba y registraba material de libros que no estaban disponibles en Nueva York (que es la ciudad donde ella estaba escribiendo esa obra), y también citó de otros libros que ella no poseía, pero que se descubrió posteriormente que si contenían en la página, capítulo y versículo mencionado las palabras que ella había citado.
 
 
~ * ~
 
No habiéndola visto durante los últimos ocho años, ha habido tiempo suficiente para olvidar la impresión que en ese momento me causaron sus poderes mágicos, pero también para poder ofrecer una opinión basada en un juicio sereno, lo que no era posible en ese entonces a causa de las muchas cosas extrañas que vi y escuché.
 
Permanece en mí la impresión invariable de que aunque ella era egoísta en algunos aspectos, también realizaba la acción más desinteresada y abnegada en otros; y también que su voz áspera podía atenuarse hasta una dulzura que era de lo más maravilloso; y que para promover su Sociedad Teosófica, ella sacrificaba cualquier otro interés; y que cuando se encontraba en un agradable estado de ánimo, ella podía ser tan buena y amable como lo sería cualquier dama, y aunque por lo general siendo poco femenina, ella admiraba todas las virtudes femeninas.
 
Criada desde la infancia en un campamento donde su padre era un general, ella había sido llevada sobre los hombros de los soldados, mimada y complacida al máximo, luchando con un uniforme de hombre en los días de su niñez.
 
Elevada de mala gana contra su voluntad al título de condesa, sus años de adolescencia no fueron los mejores, yendo de aquí a allá, sin los lazos que hacen que la vida de una mujer sea lo que debería de ser; perseguida y traducida en años posteriores, no es de extrañar que sea incluso soportable. Pero digan lo que digan, quienes la conocen más íntimamente, la consideran una mujer muy interesante, intelectual y brillante»
(Word, enero de 1905, p.182-187)
 
 
 
 
 
 
 
 

9 comentarios:

  1. CID quería saber que tienen planeado la jerarquía divina con África me parece que es un continente muy atrasado olvidado y en la pobreza extrema parece como si los maestros los hubieran abandonado?

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    1. Pastor en una ocasión habló al respecto y dijo que el continente africano liderará el progreso de la humanidad en un futuro todavía lejano (así como Europa lo ha hecho en los siglos pasados) pero que por el momento necesita pasar por ese estado de depuración para purgar aspectos kármicos.

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  2. Saludos Cid, tengo varias cosas para comentar, y lo voy a ir poniendo en diferentes comentarios ya que es muy largo.

    1-
    "Madame Blavatsky siempre decía que se requería una preparación previa de la mente y el cuerpo para escudriñar los secretos de los adeptos"

    Eso es lo mas interesante que he podido rescatar del texto, ya que muestra algo similar a lo que dice la tradiciòn Hermetica y Alquimica; En la Alquimia, antes de poder proceder a realizar La Gran Obra, se necesita la "putrefacciòn" de la materia. Carl Jung dijo que esta "putrefacciòn" es un enfrentamiento con la sombra del individuo, y curiosamente, Blavatsky habla de que los Chelas deben de enfrentarse a toda bajeza subyacente en èl. Si observas bien, parece ser un tipo extraño de psicologìa, como una especie de "psicologìa mìstica".

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  3. 2-
    << "Muy bien", dijo ella, "entonces tira tu pañuelo sobre la mesa y luego vuelve a tomarlo con cuidado".

    Así lo hizo el hombre, pero cuando tomó el pañuelo había una pequeña serpiente enroscada, lista para saltar. La risa de Blavatsky fue tan alegre como la de un niño cuando relató cómo el aspirante a adepto estaba tan asombrado que cayó de espaldas al suelo, llevando la silla con él.>>

    Francamente es algo decepcionante por parte de Blavatsky, se la muestra como una persona que hace un uso irresponsable de los poderes y que los utiliza para situaciones demasiado vanas. Es que... ¿Que mas da si ese "aspirante a Adepto" se cree capaz de atravesar todas las pruebas y todo?, no daña a nadie mas que a èl mismo. Se me ocurre que quizàs pudo haber sido para darle una dosis de realidad a ese engreido y asì evitar que el continuara por un camino peligroso y se dañe a si mismo... pero esto no me cierra ya que en el texto tambièn se menciona que Blavatsky hechizò el cerebro de la hermana de Olcott para poder producir la ilusiòn de las piedras preciosas.

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  4. 3-

    << Otro día ella estaba sentada junto a su mesa cuando sonó el timbre de la puerta, e inmediatamente pasó por el pasillo privado una figura que parecía deslizarse en lugar de caminar. Ella se volvió hacia mí y dijo:

    - "Has deseado ver a uno de los maestros y tu deseo se va a realizar, pasa por la habitación de la izquierda y mira hacia adentro".

    Así lo hice y vi la figura de una mujer sentada junto a una mesa. Ella tenía un sombrero de paja sujeto por una cinta rosa que estaba atada debajo de su barbilla y sus hombros estaban envueltos en un chal de manta a cuadros. Eso fue todo lo que reuní en una mirada apresurada porque toda mi atención fue absorbida por un par de ojos negros como el carbón que tenían en sus profundidades una expresión tan extraña y sobrenatural, que los ocho años que han pasado desde entonces no han podido borrar de mi mente la enorme impresión que esos ojos me provocaron. >>


    Primero que nada: 1- ¿Por què un Adepto se mostrarìa de una manera tan tonta y similar a como lo harìa una apariciòn fantasmal?. 2- ¿Por què consentirìa a mostrarse ante una no-iniciada?, 3- ¿Por què desperdiciar su valioso tiempo en realizar esa apariciòn tan tonta?.

    Respecto al primer punto:

    Eso tiene mas pinta de ser una ilusiòn de Blavatsky. Y he notado lo siguiente: El Adepto NO se le apareciò de la nada, sino que previo al avistamiento, hubo un diàlogo entre Blavatsky y esa mujer(cuando le dice: Has deseado ver a uno de los maestros y tu deseo se va a realizar, pasa por la habitaciòn de la izquierda y mira hacia adentro), por lo que sospecho que Blavatsky pudo haber hipnotizado de alguna forma a la mujer... Quizàs lo hizo mediante la luz astral, ya que la ciencia oculta dice que la luz astral es como un espejo que refleja lo que recibe, por lo tanto, puede ser que Blavatsky haya hablado con esas palabras cargadas de "voluntad magnetica" o algo asì, ocasionando que la luz astral creara la ilusiòn... y es aùn mas sospechoso que Blavatsky al decir esas palabras, lo hizo como si fuese una òrden. Ademàs, esa visiòn del Adepto es similar a todos los casos de avistamientos de fantasmas.
    Ademàs: ¿Por què no es posible que ella haya hecho ese hechizo sobre la mente de la mujer? si ya lo ha hecho en ocasiones antes, recordemos: La ilusiòn de las piedras preciosas y la ilusiòn de la serpiente.

    Respecto al segundo punto:

    El texto dice: "y ella advirtió a quienes deseaban investigar a esos misteriosos seres que era mucho mejor abstenerse de hacerlo.", mas sin embargo, uno de esos "misteriosos seres" se le aparece a una mujer no-iniciada por una estupidez. A esto se le puede rebatir con: ¿No puede ser posible que lo hicieron porque la mujer era potencialmente espiritual y al presentarse un Mahatma se desarrollase espiritualmente?, y la verdad lo dudo mucho, ya que el maestro Koot Hoomi en una de sus cartas dice: "Nosotros nunca nos presentamos ante nuestros Chelas"... y, esa mujer NO era un Chela... entonces: ¿Cuanto mèrito mas que un chela puede tener una sìmple mujer?, y a esto se puede decir: Pero ella quizàs si tenìa mèrito, pero esto ùltimo se refuta con un: Si la mujer tuviese mèrito, en vez de aparecersele un maestro, se hubiese convertido en un Chela.

    Por lo tanto, la opciòn de que se hizo eso para despertar la espiritualidad de la mujer queda DESCARTADA.

    Ahora, podemos plantear la siguiente hipòtesis: Los Mahatmas y su Chohan podrìan ver el futuro y haber visto la traiciòn de Olcott hacia Blavatsky, y entonces esta demostraciòn de los poderes de Blavatsky a la hermana de Olcott pudieron haber sido para que llegado el momento de la traiciòn, la hermana de Olcott pudiese persuadir a Olcott de volver a la senda correcta. Pero sobre esto no estoy muy seguro, pero podrìa ser...


    Respecto al tercer punto:

    El Mahatma Koot Hoomi en sus cartas describe estar ocupado mañana, tarde, dìa y noche. A lo que voy es que si un Adepto tiene tanto trabajo por hacer, ¿Por què consetir una demostraciòn tan tonta?.

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  5. En una parte se menciona una "voz india" que aparece a travès de un medium, lo que da validez de que Blavatsky interiormente era un Adepto, lo que en pocas palabras significa que Helena Blavatsky estaba poseìda por uno de esos Mahatmas. Tambièn es interesante señalar la GRAN DIFERENCIA entre los poderes de Blavatsky y los poderes del Adepto que residìa en el interior de Blavatsky... aunque, esto tampoco tiene lògica y coherencia, ya que en las cartas de los mahatmas, Koot Hoomi deja en claro que no pueden utilizar sus poderes sìmplemente porque si, en cambio, aquì vemos a este "Adepto" clonando pañuelos y fabricando collares que se derriten cuando otras personas se los ponen... ¿Que hace un Adepto malgastando sus poderes regalando cosas vanas a las personas?, vuelvo a señalar: Esto no tiene lògica ni coherencia.

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  6. No lo se Cid... es que acà hay cosas que no tienen sentido, y cuando se intentan explicar, esas explicaciones suenan muy rebuscadas.
    Actualmente pienso varias cosas:

    1- La Sociedad Teosofica como tal, en ese momento, solamente fue un "experimento social" por parte de algunos Mahatmas.

    2- Esta exposiciòn de la Teosofìa me suena mas a que es algo que se diò para ser usada por las futuras generaciones y no por esa generaciòn que existìa en ese momento.
    Tengo la creencia de que la Teosofìa expuesta por Blavatsky solo son migajas dejadas en el camino, migajas que cuando uno las sigue, una por una, le conduce hacia los Adeptos.

    3- Si te fijas bien, el ùnico candidato a Chela que fue aceptado(a excepciòn de William Judge), fue Damodar... y entre Damodar y Blavatsky existìan 180 grados de diferencia. Ademàs, en "La Clave De La Teosofìa" se dice que el alcohol y el tabaco obstruyen el ascenso espiritual, sin embargo Morya y Blavatsky consumìan tabaco, y Blavatsky tomaba mucho alcohol, lo cual no tiene sentido(Sobre Morya no tengo nada que decir, ya que tengo sospechas de que lo que Morya fumaba no era tabaco... jeje). Todo esto, Cid, me lleva a pensar de que quizàs Blavatsky no fue mas que un peòn de los Mahatmas, y la base de esta sospecha es lo que dice uno de los Mahatmas sobre que buscaron por todo el mundo alguien que pudiese liderar la Sociedad Teosofica... y sobre esto ùltimo: ¿No hubiese sido mejor conseguir un Monje/Asceta mas espiritual y mas santificado?, estoy segurisimo que entre los miles de millones de habitantes de nuestro planeta, si podrìa haber alguien mejor que Blavatsky para dirigir la sociedad teosofica.

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    1. Hasta donde yo sé, Blavatsky todavía no era un adepto sino solo una discípula muy avanzada, y su comportamiento (que no era impecable) te demuestra que ella no era perfecta, pero como lo señaló el maestro Kuthumi en una carta, ella era lo mejor que ellos dispusieron en ese momento:

      « Este estado de ella [los defectos de Blavatsky] está íntimamente conectado con su entrenamiento oculto en el Tíbet, y se debe al hecho de que ella fue enviada sola al mundo para preparar gradualmente el camino para otros. Después de casi un siglo de búsqueda infructuosa, nuestros jefes tuvieron que aprovechar la única oportunidad que tuvieron de enviar un cuerpo europeo en suelo europeo que sirviese de eslabón conector entre ese país y el nuestro. »
      (CM 26)


      No fue Blavatsky quien dirigió la Sociedad Teosófica sino el coronel Olcott quien también fue seleccionado por los maestros, y quien a pesar de sus defectos fue lo mejor que ellos encontraron, como lo precisó el maestro Morya:

      « Buscando por todas partes encontramos en América al hombre que podía ser el dirigente de la Sociedad Teosófica, un hombre de gran valor moral, generoso y poseedor de otras buenas cualidades. Él estaba lejos de ser perfecto, pero era el mejor disponible. Con él asociamos a una mujer de dotes excepcionales y maravillosas, combinadas con fuertes defectos personales; pero, tal como ella era, no había nadie vivo que se le aproximase en aptitudes para este trabajo. Nosotros la enviamos a América, hicimos que se encontraran — y la prueba comenzó. »
      (CM 44)


      Blavatsky no fue un peón sino la agente directa de los maestros como lo precisó el maestro Kuthumi en una carta que le envió a Olcott:

      « Para algunos ella resulta ser imperfecta y muy incómoda, sin embargo, no existe la posibilidad de que encontremos una mejor agente durante muchos años en el futuro — deberías hacer que tus teósofos entiendan esto. ... Siendo constante su fidelidad a nuestro trabajo, y habiéndole llegado sus sufrimientos a través de él, ni yo ni ninguno de mis Hermanos asociados no la abandonaremos o la suplantaremos. Tal como una vez antes hice la observación, la ingratitud no está entre nuestros vicios. Esto se lo debes de decir a todos: — Ella tiene todo que ver con los asuntos ocultos. No la hemos abandonado; no se la hemos “dado a los chelas”. Ella es nuestra agente directa. »
      (Letters from the Masters of the Wisdom, I, C.19, p.44)


      Los adeptos aunque están muy ocupados, a veces visitaron personalmente a Blavatsky, por ejemplo se menciona de unos adeptos que cuando pasaron por los Estados Unidos, aprovecharon para visitarla en Boston. Y en unas pocas ocasiones se dio la casualidad que en ese momento alguien se encontraba con Blavatsky y por eso esas personas pudieron percibir a esos adeptos. Por ejemplo también está el testimonio de Violet Tweedale:

      https://esoterismo-guia.blogspot.com/2020/04/encuentro-violet-tweedale-con-adepto.html


      No sé quién produjo esa “voz india”, si el médium, un elementario u otro ser. Pero por lo que he estudiado, Blavatsky tenía muy desarrollada la capacidad para que un adepto pudiera trabajara a través de ella, y quien usualmente lo hizo fue su maestro Morya, pero cuando ella escribió “Isis Develada” también hubo otros adeptos que intervinieron:

      http://esoterismo-guia.blogspot.com/2021/03/la-manera-como-se-escribio-isis-develada.html

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    2. Una de las razones por las que pienso que Blavatsky todavía no era un adepto es porque ella si podía utilizar su energía para materializar objetos, mientras que los maestros ya lo tienen prohibido a menos que sea por una razón muy válida.

      Y eso fue lo que les permitió a los maestros Kuthumi y Morya el intercambio de cartas que tuvieron con varias personas, y en una ocasión Kuthumi le reveló a Sinnett:

      « Si Blavatsky muriese antes de que encontráramos un substituto, los poderes a través de los cuales trabajamos en nuestras comunicaciones con el mundo externo, nos permitirían la transmisión de dos o tres cartas más, luego acabarían gradualmente y ya no tendrías más cartas mías. »
      (CM 66, p.368)


      Blavatsky no tomaba alcohol, esa es una difamación que le han hecho sus detractores. En cambio si fumaba mucho, pero los instructores teosóficos dicen que el tabaco no es un obstáculo para el desarrollo espiritual:

      https://sabiduria-eterna.blogspot.com/2019/07/es-fumar-un-pecado-en-ocultismo.html


      Mi opinión es que los maestros utilizaron las mejores personas que pudieron encontrar en el siglo XIX, a pesar de sus defectos, y esto también lo precisó el maestro Kuthumi en una carta que le envió al esoterista Franz Hartmann:

      « No obstante lo inadecuados que puedan ser nuestros “instrumentos” para nuestro amplio propósito, a pesar de todo, ellos son los mejor disponibles ya que solo son la evolución de la época. Sería de lo más deseable que tuviésemos mejores “medios” a través de los cuales pudiésemos actuar; pero todo depende de qué tan generosamente trabajen y apoyen la labor más elevada de la Causa aquellos que desean el bien de la Humanidad, para que así se apresure la llegada de ese día memorable. »

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