ASPECTOS DE LA KABALA COMENTADOS POR HENRY PATTERSON

 

El teósofo Henry T. Patterson escribió las siguientes observaciones acerca del conocimiento oculto y la cábala:

 

« En todas partes de la naturaleza hay el exterior y el interior, las formas materiales y las concepciones inmateriales, la física y la metafísica; y no es necesario demostrar esto ya que es un hecho muy evidente.

 

Lo interior es por su naturaleza lo esencial, mientras que lo exterior es su manifestación. El interior es ese asiento que contiene la parte valiosa, vital y viva: la semilla, pero el interior solo se puede desarrollar a través del exterior.

 

 

La transmisión del conocimiento esotérico

 

En el conocimiento sucede algo similar y las opiniones crudas rodean y preservan las verdades ocultas. Esas verdades están almacenadas en los tesoros de la sabiduría. Sus custodios son aquellos cuya valía ha sido probada, y solo se puede confiar como sus defensores a aquellos que hayan traspasado las barreras, escalado los parapetos y superado a los guardianes.

 

En diferentes momentos y en diferentes lugares, desde el resguardo de este tesoro del conocimiento oculto, han sido entregadas porciones a los pueblos por aquellos a quienes los maestros han puesto a cargo, el grano necesario para alimento y semilla. Y la semilla así dada ha sido implantada en la mente de la gente y de ella ha brotado la cosecha, según la naturaleza del suelo.

 

Las enseñanzas aunque nunca tienen la misma forma, son siempre las mismas en esencia y siempre se imparten por métodos similares. La forma más baja de difusión es mediante palabras que llevan asociaciones de ideas. Y detrás de ese formulario está el cifrado que como combinaciones de letras son símbolos complejos.

 

Detrás del símbolo está el sonido per se, aparte de su asociación de ideas; y detrás del sonido está la vibración que el sonido siempre produce por correlación, y el reverso de esta vibración es la valoración numérica; y detrás de la valoración numérica está el estado de conciencia relacionado.

 

Antes de las enseñanzas escritas estuvieron las enseñanzas orales; y antes de la oral, existieron otras formas. Los gnósticos dicen que las criaturas superiores transmiten su efusión a las criaturas inferiores cuando ellas son receptivas. Y si miramos esa receptividad en su aspecto de aspiración, y la aspiración como algo asociado con la inspiración, entonces obtenemos una pista sobre el significado de esta declaración.

 

Cuando nosotros, las criaturas inferiores, aspiramos, entonces las criaturas superiores pueden impartirnos su efusión y nosotros inspiramos desde los planos superiores. Y las criaturas de estos planos superiores son los devas.

 

 

En todas las grandes religiones, el anagrama era uno de los cifrados más frecuentes. Transponiendo las letras de la palabra devas, tenemos la palabra vedas, la forma más elevada de instrucción en la que lo superior imparte a lo inferior de su salida. Sin embargo con el transcurso del tiempo, a medida que por emanación la instrucción tomó formas cada vez más concretas, la impartición del conocimiento por eflujo se convirtió en una impartición oral, y posteriormente la impartición oral se convirtió en una impartición escrita, y así los devas se convirtieron en los Vedas que son los textos sagrados orientales más antiguos que se conozcan.

 

Por eso se habla de los Vedas como las hojas del árbol universal, porque lo son en su forma dévica original. Y los Upanishads son las claves de los vedas.

 

 

 

La Kábala

 

Buscando el conocimiento interior de los hebreos no lo encontramos en el Antiguo Testamento, que es bastante externo en su naturaleza, sino en la Cábala, la cual es la clave del Antiguo Testamento.

 

La historia de la creación y luego las historias de Adán y Eva, de Noé, de Abraham, Isaac, Jacob y sus doce hijos provino del Oriente a través de la civilización babilónica.

 

Adán proviene de las palabras sanscritas ad y om; ad significa “el primero” y om es el sonido creador del Logos. Adán fue así el primer Logos, el Logos de los Logoi, el Adam Kadmon, el Adán de los Adams.

 

Y de la misma manera Abraham proviene de las palabras sánscritas a y brahman que significan “No brahmán” haciendo referencia de que los antepasados de los judíos fueron ex-brahmanes que fueron marginados y por eso se alejaron de la India para buscar refugio en el medio Oriente.

 

Y la esposa de Abraham era Sara. ¿Provendrá de Saros? ya que Sarasvati era la esposa de Brahma.

 

Los doce hijos de Jacob no son más que representaciones de los doce signos del Zodíaco, el macrocosmos del cual el pueblo de Israel (que representa a la raza humana) como parte del microcosmos, debemos de haber descendido.

 

Sin embargo estas son meras revelaciones superficiales. Hay otras revelaciones mucho más profundas, algunas de las cuales nunca se pueden encontrar en la Cábala misma, excepto con sugerencias ajenas.

 

Cada letra en el idioma hebreo es a la vez una forma, un símbolo y un número. Así por ejemplo: Aleph son los cuernos de un toro; Beth es una casa, Gimel es una serpiente, etc. Además cada letra tiene un número que le corresponde, y el uso de estos números correspondientes da fórmulas matemáticas. Estas se exponen en el Sepher Jezirah. Sepher es lo mismo que nuestra palabra cifrada, la s-ph-ra coincide con nuestra c-ph-r.

 

En este sistema de números, la Nada precede a la enumeración. Es Ainsoph, lo absoluto. No es en ningún sentido creativo, las verdaderas enseñanzas cabalísticas no admiten la creación en el sentido de producción de algo a partir de la nada. Sin embargo, es aquello de lo que tiene lugar la emanación.

 

De él emanan los Sephirots y estos se agrupan en tríadas, estando la tríada sefirotal superior en el Mundo Arquetípico. En el sephiroth tenemos los diez puntos del triángulo pitagórico, los diez Prajapati de los hindúes.

 

Sólo comprendiendo los diferentes sistemas podemos comprender cada uno por sí mismo, pero a pesar de ello, los términos de un sistema no se pueden traducir literalmente de uno a otro. Es como la traducción de ideas de un idioma a otro. Para hacer una buena traducción se debe entender más que las definiciones que da el diccionario de las palabras y se debe comprender más profundamente su significado.

 

 

En algunos de los nombres de las entidades creativas hay pruebas de la profundidad del saber de los antiguos cabalistas. El equivalente numérico de Alhim o Elohim que crearon al hombre a su imagen es 13514.

 

Considerando estos números anagramáticamente (así como anteriormente hemos considerado las letras de las palabras devas y vedas) tenemos la relación entre el diámetro y la circunferencia de un circulo, o sea π (pi) = 3,1415. Y esto expresa exactamente uno de los aspectos de los Elohim, ya que es a través de ellos que lo finito se relaciona con el infinito, el diámetro con la circunferencia, el 1 con el 3,1415.

 

Y esto también es cierto para el hombre hecho a su imagen, e igualmente interesante es uno de los nombres cabalísticos de Dios. Me refiero a Dios como se le reveló a Moisés cuyo equivalente numérico es 543.

 

Y resulta que 5, 4, 3 son los números básicos de la manifestación. En geometría plana son el pentágono, el cuadrado y el triángulo. Y sobre estas formas se construyen las figuras fundamentales de la geometría sólida.

 

5, 4, 3, también da las partes múltiples y separadas de 4’320’000 que son los años que dura el Maha-Yuga; de 360, el número de grados en un círculo; de 86’400, el número de segundos en un día, de las 24, 27, 30, 32, 36, 40 y 45 vibraciones de la escala musical, de los 12 signos del Zodíaco, de las 12 pulgadas en un pie, del número de grados en el tetraedro, el cubo y el dodecaedro; del número de grados en el triángulo, el cuadrado, el pentágono y el hexágono; y la relación del triángulo de ángulo recto más simple que da la mayor complejidad en números enteros, el uno cuya hipotenusa es cinco y dos lados cuatro y tres respectivamente.

 

Pero Moisés vio a Dios al revés, o desde atrás, es decir, el 5 que precede al 4 y el 3 siguiente. Esto es precisamente lo que sucede cuando el hombre busca conocer lo divino o fundamental. Primero percibe a través de sus cinco sentidos las manifestaciones exteriores, luego asciende hasta unirse a la trinidad (los tres en uno) y así conoce las manifestaciones interiores.

 

El mismo Moisés, en equivalentes numéricos, es 345. Es decir que de la trinidad ha emanado por grados lo que se convirtió en el pentágono o el hombre quíntuple de los cinco sentidos.

 

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Y así, a lo largo de estas antiguas enseñanzas corre la maravillosa historia de la creación a través de la emanación, de las transmutaciones y de las sucesivas condensaciones.

 

Los grandes ciclos están cambiando una vez más, y el hombre comienza a mirar hacia atrás a la fuente de donde vino. Desde el cinco, pasando por el cuatro, el tres, el dos (los pares de opuestos) él está llegando hacia el rayo único, y a través de él hacia el océano luminoso que no es ni uno ni muchos, sino el océano sin orillas del ser infinito del cual todos vinieron y al que todos deben regresar.

 

El tema podría continuarse indefinidamente, pero basta sin embargo que comprendan que en estas enseñanzas de la Cábala, los Upanishads, los Vedas y el resto; hay muchas llaves que abrirán almacenes de conocimiento a los que no se puede acceder de otra manera excepto por largos y agotadores años de duro trabajo y estudio incansables. »

(Universal Brotherhood, Octubre de 1898)